El capitalismo vuelve a hundirse en una crisis económica tan profunda o más, como la que vivió después del desplome bursátil de 1929. Entonces como ahora, intentó recuperarse a costa de los salarios, el empleo y las condiciones de vida de las masas trabajadoras. Pero eso no fue suficiente y, para volver a la senda de la prosperidad, necesitó una Segunda Guerra Mundial, con decenas de millones de muertos. Sin embargo, lo que más le dolió fue que se liberaran de sus garras muchos más millones para formar un vasto campo de países socialistas. De hecho, la historia de éstos es también la historia de las injerencias, agresiones, infiltraciones, guerras, bloqueos, corrupciones, crímenes, actos terroristas, etc., perpetrados contra ellas por el imperialismo. Enormes riquezas producidas por los trabajadores de una parte del mundo fueron empleadas para sabotear las tentativas de otros trabajadores por liberarse y construir una vida nueva en la otra parte del mundo. Así es como consiguieron derrotar al socialismo en su columna vertebral:
En los años 30, en cambio, el fracaso era únicamente el del capitalismo, ya que la progresión impetuosa de
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