En exclusiva para VOZ, la principal dirigente del KKE (por sus siglas en griego), influyente partido que ha estado a la cabeza de las movilizaciones populares en Grecia, con gentileza respondió las preguntas que le hicimos llegar vía mail.
Aleka Papariga es la Secretaria General del Partido Comunista de Grecia (KKE) desde la década de los años noventa, después de haberse destacado como dirigente estudiantil. Es una aguerrida parlamentaria, cuyo protagonismo es extraordinario en la actual coyuntura, pues su voz se levanta en el Parlamento para oponerse a las soluciones burguesas y sin ningún temor llama a las masas populares a rebelarse y a resistir contra la ofensiva capitalista. La entrevista es un documento de singular valor, esclarece el fondo de la situación de la crisis en el viejo continente y las causas de la misma.
A Aleka, menuda y de pequeña estatura, le sobra el coraje. Dice que para los comunistas griegos la única opción es la salida popular, que no puede ser otra que el socialismo. No hay salidas intermedias, tampoco reformistas, en un mundo, tras el derrumbe soviético, en que sectores de la seudoizquierda sienten pánico por la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad. El planteamiento de esta mujer, que enorgullece a las féminas y a los comunistas, hombres y mujeres de todas las latitudes, es medular, interpreta lo más alto de la marea de la lucha de clases y su acción está en la cresta de la ola, es un ejemplo para su país y para el mundo.
¿Cuáles son las causas de la situación actual en Grecia?
La causa de la profunda crisis en la cual se encuentra Grecia es la misma de todos los países capitalistas desarrollados. Se trata de una clásica crisis periódica de la economía capitalista. De hecho es una crisis generalizada y profunda. Independientemente de la forma en que se manifiesta de un país a otro, es el resultado de la sobreacumulación de ganancias y capitales que se dificultan en encontrar nuevas salidas, sin obstáculos, de rentabilidad continua y es imposible de superar si no existe una depreciación del capital.
Esto es lo que tratan de ocultarle a los pueblos, los gobiernos, los organismos internacionales imperialistas y los varios analistas utilizando todos los medios.
En Grecia se presenta como un problema de gran deuda pública y de gran déficit estatal. Vale la pena mencionar que en nuestro país, los últimos 15-20 años, se han dado altas tasas de crecimiento con un aumento escandaloso de las ganancias de todos los sectores de la plutocracia. Este “milagro” griego se ha llevado a cabo por gobiernos socialdemócratas y liberales, teniendo como guía una estrategia común que ha sido apoyada por la Unión Europea (UE): medidas contra los trabajadores, reformas reaccionarias en todos los sectores, reformas laborales, en la seguridad social, privatización, comercialización de la salud y de la educación, financiamiento estatal y provocadoras medidas de exención de impuestos para el capital. El objetivo ha sido el fortalecimiento de los monopolios, tanto griegos como europeos, en sus actividades dentro y fuera de la UE.
Al pueblo griego le han dicho que esta es la vía, que esta estrategia asegura el desarrollo continuo y que el resultado final beneficiará también al pueblo. Los hechos han justificado al Partido Comunista de Grecia (KKE, sus siglas en griego), que desde el principio advirtió que ese camino sólo iba a traer problemas al pueblo y crisis.
El pueblo a pagar la crisis
Ahora la clase burguesa y sus partidos políticos cooperan para que el pueblo pague la crisis y los impasses del capitalismo. Quieren descargar en la espalda de los trabajadores y de los sectores pobres del pueblo, los nuevos préstamos públicos a fin de financiar la concentración de capitales que se asfixian y corren peligro de desaparecer. Al mismo tiempo, utilizan la crisis para aplicar medidas reaccionarias que querían aprovechar desde hace varios años con el fin de abaratar la fuerza productiva y desplazar de la producción grandes sectores de empleados autónomos y pequeños empresarios.
La crisis capitalista no es la enfermedad sino un síntoma de la incurable enfermedad del capitalismo, donde el desarrollo continúa siendo anárquico y desigual en todos los sectores de la economía y en la fase donde prevalecen los monopolios. Las medidas antipopulares que toman todos los gobiernos en la fase de desarrollo como la propia crisis, confirman una demostración evidente, que el capitalismo ha quedado obsoleto. Todas sus contradicciones se han agudizado al máximo y sobre todo la contradicción fundamental entre el capital y el trabajo.
¿Cómo intenta resolver la crisis el gobierno socialdemócrata?
Antes de las elecciones, en octubre pasado, habíamos advertido al pueblo griego, de la manera más explícita, sobre las duras medidas que iban a venir después de las elecciones. Incluso habíamos indicado la razón por la cual la plutocracia y los mecanismos del sistema habían elegido y apoyaban el establecimiento de un gobierno socialdemócrata. Considerábamos que era más capaz que el gobierno conservador para imponer las duras medidas antilaborales ya que controlaba al liderazgo del movimiento sindical de los trabajadores, de los pequeños comerciantes y los autónomos. Cabe señalar que tanto en el periodo pre-electoral como ahora, presenta la crisis, el aumento del déficit y de la deuda pública, como resultado de una mala gestión, de falta de transparencia y de corrupción de los gobiernos anteriores.
El gobierno de PASOK (socialdemocracia) ha intentado y sigue intentando desorientar y someter al pueblo utilizando trucos y dilemas para intimidarle. Aunque su programa contiene las medidas antilaborales que implementa actualmente, que incluso habían sido votadas y apoyadas por la Unión Europea, al principio parecía no querer implementarlas y que se vio obligado a hacerlo por el curso de los hechos, por las presiones de la UE y del FMI. Ambos organismos apoyan y ayudan al Gobierno proponiendo las mismas bárbaras medidas contra los trabajadores.
Para lanzar una guerra implacable contra el pueblo ha utilizado el dilema: o grandes sacrificios o bancarrota. De esta manera, trata de presentar estas medidas que son necesarias para el capital, como necesarias también para el pueblo. Presenta las contradicciones agudizadas del capital y de los gobiernos, dentro y fuera de la UE, como una guerra de especuladores a costa del país. Igualmente intentó y sigue intentando presentar y utilizar el apoyo que tiene de todos los sectores de la plutocracia y de los medios de comunicación, como apoyo de parte del pueblo.
Abriendo paso a la protesta popular
¿Cuál es la reacción o la respuesta de los trabajadores?
Lamentablemente, la mayoría de la clase trabajadora y de los sectores populares pobres no tomaron en cuenta, con la seriedad requerida, las advertencias del KKE. Inmediatamente después de las elecciones, como KKE y como PAME (Frente Militante de Todos los Trabajadores) tomamos iniciativas para desvelar y organizar a tiempo la lucha contra la ofensiva antiobrera que estaba por venir. La primera huelga que convocó el PAME, el 17 de diciembre, estaba en contra tanto del gobierno, de los grandes industriales y de los partidos burgueses, así como de los líderes sindicales que expresan los intereses de la aristocracia obrera y todos tuvieron realmente una reacción rabiosa. No obstante, esa huelga y la lucha por su éxito constituyeron el inicio para que se desplegara el contraataque del movimiento de clase organizado, la intervención política del partido para que se diera un golpe decisivo al fatalismo, a la sumisión, y abrió el camino para la creación y expresión de la disposición militante de los trabajadores y de las clases populares.
Hoy, podemos decir con seguridad, que la propaganda, los dilemas del Gobierno y de sus aliados no han rendido frutos. La mayoría del pueblo condenó las medidas y una gran parte de los trabajadores y de los sectores populares, superando las varias formas de intimidación, participó en las huelgas y en las movilizaciones principalmente del PAME y en las manifestaciones del KKE.
La inconformidad popular
En este periodo, constatamos que una parte significativa de los trabajadores y del pueblo siente resentimiento y descontento y que se desarrollan procesos significativos en su conciencia. El Gobierno y en general los mecanismos del sistema utilizan todas las armas de que disponen para obstaculizar su radicalización. Lo que realmente les preocupa y quieren anular de cualquier manera es la emancipación de las conciencias populares de la vía de sentido único del capitalismo. Quieren impedir la participación activa en el movimiento de clase organizado, la adopción de las posiciones y de la propuesta política del KKE. Para lograrlo, utilizan el flagrante anticomunismo, la calumnia, las mentiras, las amenazas. Utilizan incluso provocaciones, organizadas con muertos, intentando identificar la movilización de los trabajadores con la “violencia ciega” de los servicios secretos. No dudan ni siquiera en acusarnos como instigadores morales a causa de nuestra posición de desobediencia popular ante las medidas antipopulares, exigiendo sumisión y renuncia de las formas de lucha que elige el movimiento. Cada vez más abiertamente nos plantean el dilema “¿respetan o no respetan la Constitución?” exigiendo que dejemos de luchar por el socialismo. Que sepan que nuestra respuesta es una; están tocando la puerta equivocada. El sistema no puede subyugar al KKE. Para nosotros, la ley es la razón del pueblo y no necesitamos ningún permiso para luchar junto con el pueblo contra la política antipopular, contra la plutocracia por el derrocamiento y el socialismo.
La propuesta de los comunistas
¿Qué salida propone el KKE?
Frente a los dilemas que plantearon nuestros adversarios al pueblo en relación con la crisis, nuestra respuesta es que va a caer en bancarrota o el pueblo o la plutocracia. No existe solución intermedia. No existe salida de la crisis a favor del pueblo, sin que se toquen drásticamente las ganancias, la fuerza y en consecuencia el poder de los monopolios. Por ello, la única vía que todavía tiene el pueblo para poner obstáculos ante las medidas duras a su costo es un contraataque de clase político, decisivo.
Nuestra propuesta de salida a la crisis se resume en la consigna: “alianza popular, de trabajadores, antimonopolista, para el poder popular”, que es necesaria para lograr cambios radicales en general en el ámbito del poder, y primero a nivel de la economía.
El camino para satisfacer los derechos populares contemporáneos, para que nuestro país confronte las intervenciones y los antagonismos de los organismos imperialistas internacionales es que el pueblo esté en el poder, teniendo en sus manos el control de la economía y de la producción. Por esto, la propuesta de alianzas y poder para el pueblo tienen los siguientes ejes básicos: Que todas las grandes fábricas y empresas de energía, de materia prima, los transportes, las telecomunicaciones, las industrias, el comercio y los bancos, sean propiedad social. Que se socialicen los monopolios, de manera que con la planificación centralizada del poder popular se utilicen todas las capacidades productivas del país, teniendo como único criterio las necesidades del pueblo. A su lado funcionarán, incluidas en la planificación nacional, las cooperativas de producción de los pobres y medianos campesinos, de los pequeños comerciantes. Que la tierra deje de ser una mercancía. Que no exista actividad empresarial en los sectores de la educación, de la sanidad y el bienestar social.
La base del poder popular serán las unidades de producción del sector socializado y de las cooperativas cuyos representantes serán revocados y al mismo tiempo existirá el control obrero popular de abajo hacia arriba.
Esa Grecia del poder popular y de la economía popular no cabe en ningún tipo de organismo imperialista como son la UE, la OTAN, etcétera. Revisará la deuda pública y tratará de lograr acuerdos internacionales, cooperaciones en una base completamente diferente y utilizará las contradicciones imperialistas en la medida que puede. Para nosotros el poder popular no puede ser otro que el socialismo.
El fracaso de Maastricht
¿Esta situación, en relación con las especificidades en Portugal y España, demuestra el fracaso de la UE y del Tratado de Maastricht?
El Tratado de Maastricht y la política de los monopolios europeos basada en ello y con el fin de que sean más competitivos y rentables que sus antagonistas, ha traído resultados para el capital europeo. Está claro que esto sólo se podría hacer a costa de los trabajadores y de los pueblos de los países de la UE, así como de los países donde opera el capital europeo.
El fracaso de la UE subyace en el hecho que la crisis ha demostrado la bancarrota completa de los argumentos de todos sus defensores tanto liberales como socialdemócratas y de “izquierdas”. La UE no es ni puede ser a favor de los pueblos. Es una construcción de los monopolios europeos y como tal es reaccionario y peligroso para los pueblos. En el interior de la UE no fue enfrentada la desigualdad entre los países; al contrario se ha agudizado. No se ha convertido ni se convertirá en el contrapeso de los EEUU o de otros centros imperialistas. Son aliados y atacan a los pueblos unidos. Al mismo tiempo luchan ferozmente entre ellos para ganar en el antagonismo, tener mayor parte de los mercados y ampliar su influencia en el mundo. El camino a favor del pueblo sólo es el socialismo y se juzgará primero a nivel nacional. En Europa, cada pueblo que escoja esta vía de desarrollo y de organización de la sociedad contra la explotación del capital y de los monopolios estará obligatoriamente contra la UE.
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