30 de noviembre de 2012

Explican científicos cubanos propiedades médicas de la moringa

Extraído de cubadebate.


moringa

Un equipo de profesionales cubanos expusieron este miércoles en el Centro Internacional de Salud La Pradera, las experiencias y resultados preliminares en el uso de la moringa oleifera en el campo de la medicina.

Danay Castro Iglesias, especialista en Medicina Interna, explicó que los estudios comenzaron en septiembre del 2011 en 200 pacientes de la entidad con padecimientos de diabetes mellitus e hipertensión, principalmente.

La experta explicó que el consumo diario de 20 gramos de moringa verde ayudó al control de la presión y el peso corporal en las personas atendidas en la investigación.

Reiteró, además, la importancia de la realización sistemática de ejercicios físicos y el consumo adecuado de minerales y vegetales en la alimentación para un mejor tratamiento de estas enfermedades.

Pedro Llerena Fernández, director general de la prestigiosa institución, señaló que aún falta mucho por investigar y descubrir de este “árbol milagroso”, como muchos comienzan a llamarlo en el mundo.

Dijo que la comunidad científica internacional tiene en la moringa una oportunidad para combatir el hambre y las enfermedades que padecen los seres humanos, fundamentalmente los habitantes de los países del Tercer Mundo.

Llerena Fernández expuso algunos de sus usos ante los participantes en el I Taller Internacional de la Moringa, el cual forma parte de la XVI Convención Científica de Ingeniería y Arquitectura, que se celebra desde el lunes en el Palacio de Convenciones, de la capital.

Productores e investigadores cubanos, venezolanos, nicaragüenses y peruanos, entre otros, señalaron que todavía es prematuro definir un tratamiento ideal a seguir.

Recomendaron ampliar los estudios y aplicar tratamientos acordes a las características propias de las naciones, referidas a suelos, calidad de vida y condiciones climáticas, entre otras, las cuales pueden influir en la eficacia y el método de su empleo.

G. K. Zhukov. Valiente soldado defensor de la Patria

Por Sergei Kornienko. Sección "Comunistas Adelante" Partido Comunista de los Obreros de Rusia-Partido Comunista Revolucionario. Traducción Marina Svetlova.


  
El 1 de diciembre de 1896 nació Georgy Konstantínovich Zhukov, comandante militar soviético, mariscal de la Unión Soviética, Ministro de Defensa.

"Y si bien es cierto que se necesita tan pronto como sea posible borrar de la faz de la tierra las cicatrices de la guerra y la destrucción, no se puede echar de perder de vista seguir viviendo. También se tiene que pasar la mirada sobre las generaciones y el espíritu de la época heroica de la guerra ".
Zhukov, Mariscal de la Unión Soviética

Georgy Konstantínovich no dejó un diario. Fue muy breve en sus cartas. No tuvimos tiempo de anotar sus palabras los corresponsales. En películas, cuando capturaban su imagen, no tomaron en película sino unos cientos de metros ... en su libro "Recuerdos y Reflexiones", escribió una crónica militar histórica y brillante. Pero no encontró espacio suficiente para sí mismo. Zhukov era un soldado fiel y valiente de la Patria. Los soldados, como sabemos, no pierden en hablar mucho, de sí mismos.

Me temo que olvidamos recordar, al chico que corría descalzo a través de Moscú con un saco a la espalda, con el último centavo ahorrado al tranvía para poder comprar un libro. Olvidamos de cómo, tirado en un piso sucio de un vagón de ganado, iba él, un soldado del ejército zarista, que de pronto se encogió ante la súbita oleada de tristeza y soledad. Olvídate de cómo valientemente cabalgó en el Ejército Rojo de Budionny, y como comandante de pelotón del 1º Regimiento de Caballería, llevaba los pantalones rojos cadete que divertían a los combatientes. Cómo caminaba con una sonrisa enorme en su cara bronceada, quemada en la estepa de Mongolia, ganando la guerra de Jaljin-Gol, y los mongoles lo miraban con sorpresa, alegres y con esperanza ...

Cuando en 1945 el escultor Vucetich, en Berlín, le hizo un busto de bronce, del Mariscal Zhukov, este sonriente se encogió de hombros y comentó: "¿Me has visto así?"

Sí, sucedía, las más de las veces, que permanecía sombrío, silencioso, concentrado. Sí, exigía precisión impecable elegancia, y no toleraba el descuido.

Era muy querido, por los oficiales y soldados, y recibió el agradecimiento de los berlineses por ser alimentados con pan, reduciendo el número de nuestras tropas. Fue también respetado por los aliados. Él siempre tenía presente a los niños. Una vez en el frente, recibió una carta del muchacho Dima de Stalingrado, que le pedía: "¡Por favor logra el triunfo, tío Zhukov!" Y él le respondió, con una carta desde Berlín: "Hemos cumplido con tu petición ..."
 
A Zhukov cuando se le preguntó acerca de los episodios más memorables de la guerra, respondió que el comienzo del asalto a Berlín.

Después de la guerra, la administración militar soviética en Berlín, fue encabezada por el mariscal Zhukov, quien era también, al mismo tiempo, comandante de las tropas soviéticas en Alemania. 

"Lo más importante, dijo Zhukov, para convencer a la gente de que estamos aquí en Alemania, no para vengarnos, ni para destruir y reprimir, sino que nuestro fin es ayudar a la nación a tachar un pasado vergonzoso y construir un futuro mejor todos juntos". Zhukov estableció la premisa de "que se tenía que hacer todo lo posible para establecer una vida en paz ...". 

Todavía hay, en algunos lugares del oeste, que se extrañan de ¿por qué, en 1945, los soldados soviéticos se ganaron la simpatía de Berlín? Y es tan difícil de entender. Por primera vez en la historia, los "invasores" han traído a la tierra conquistada la libertad de expresión, la libertad de prensa, el derecho a construir su propio estado sobre una base democrática. 

En el día del 25 º aniversario de la Victoria, Zhukov llegó a la Casa Central de Escritores; Vestía con uniforme de mariscal y con sus medallas. Tenía el pelo completamente gris. Se puso de pie en el escenario, y el público se levantó. Hubo gritos de "¡Hurra! ¡Viva el autor de la victoria! " 

El Mariscal Zhukov frunció el ceño, se acercó al micrófono, y dijo seca y brevemente, como si fuera una orden: "El único autor de la Victoria en la Gran Guerra Patria es el pueblo soviético, es el soldado soviético, a quien dirigió el partido. Por favor, recuerden eso. "
Hoy en día, más claramente sabemos que fue el gran pueblo soviético, el Ejército Rojo, los comunistas y el Komsomol quienes consiguieron nuestra victoria. 

E inclinamos nuestras cabezas en la memoria de los millones de soldados soviéticos que vivieron, lucharon y murieron en nombre de la victoria. 

Nos arrodillamos ante la hazaña sin precedentes de nuestros soldados, de los cuales uno era el comunista Georgy Zhukov.


Más: http://comstol.info/2012/12/obshhestvo/5232#ixzz2DeMjDcQJ

28 de noviembre de 2012

Sobre la revolución y evolución

Por Yuri Antonov. Sección "¡Comunistas Adelante!". Partido Comunista de los Obreros de Rusia-Partido Comunista Revolucionario. Traducción Nadia Klubníchkina.


La ley de la transformación de cantidad en calidad determina la naturaleza del proceso de desarrollo. Para aclarar esto, consideremos las dos vías de desarrollo: la revolucionaria y la evolutiva. 


Un examen más detallado, parece que no existe ninguna contradicción entre los procesos revolucionarios y evolutivos. Por otra parte, no son más que diferentes procesos, y las dos partes de un mismo proceso de desarrollo, están tan conectadas que es difícil separar la una de la otra. Cada una de ellas es una parte de la otra. Cada sistema se compone de muchas partes. Cada objeto es parte de un sistema más grande, por otra parte se componen de muchos elementos. El desarrollo del objeto se realiza mediante la conversión de cada elemento en un proceso revolucionario, mientras que la combinación de estas transiciones a medida que se acumulan, es un proceso evolutivo. El proceso revolucionario, es a la vez un precipitado cambio en el estado de la mayoría de sus elementos.

 Por otra parte, el proceso revolucionario es un componente de un proceso más general de la evolución. El desarrollo de cada objeto es la acumulación gradual de una serie de elementos de transición repentina, y cuando lo son lo suficiente, el objeto pierde su equilibrio y comienza a moverse a un nuevo estado, con un cambio simultáneo de otros artículos entrantes otros. La evolución del sistema se produce a través de microrevoluciones de sus componentes, sin cambios palpablemente notables en la naturaleza del sistema. Cuando estos microcambios se acumulan en la fase final, es como una avalancha acelerativa del proceso que conduce a los cambios cualitativos en el sistema. Esa es la revolución.

Desde esta perspectiva, la evolución de la conciencia de las masas en la guerra imperialista es una parte (la primera etapa) de la Revolución de Octubre y la Revolución de Octubre en sí es la otra parte constitutiva del mundo, en el proceso evolutivo.

Cada componente, a su vez, también es un sistema complejo, en el que el desarrollo es una alternancia de la evolución y la revolución. La similitud y la interconexión de la revolución y la evolución es tan grande, que a menudo es difícil distinguir entre los cambios diametramente nuevos que resultan del proceso revolucionario, que son a menudo, rápidos cambios de la evolución. La diferencia es que con la evolución del sistema, se mantiene cerca de su estado natural de equilibrio, y durante la Revolución, se transforma en un estado cualitativamente nuevo de equilibrio. La revolución es por lo general una evolución más rápida, pero no siempre. Revolución y evolución están influidos tanto por causas internas y externas. Las internas se refieren a viejos conflictos internos, que están listos para retirarse, rompiendo con el sistema externo, es la influencia externa para resistir, que el sistema ya no puede mantener.

Cada objeto es largo y duradero su equilibrio homeostático. (Homeostato es un objeto en que cada influencia interna y externa desarrolla su resistencia, lo que le permite mantenerse en equilibrio) Llamamos a esta fuerza de resistencia, de retorno. El retorno de la energía es, por lo general, mucho más que una acumulación. Con el crecimiento paulatino, la fuerza de perturbación crece de nuevo, pero en un grado menor. Para aproximarse esta perturbación para forzar el retorno, es a costa de reducir la resistencia del objeto. Vamos a llamar a este fenómeno aumento de la tensión. En el contexto del proceso de desarrollo, esto conduce o bien a la evolución de un objeto o bien al cambio del objeto, que es la revolución. Es suficiente para una revolución un fuerte, o incluso un pequeño empujón, microcrisis.

Los cambios en la calidad del objeto, bajo la influencia de las contradicciones y las tensiones acumuladas van en aumento, y siempre van a un proceso revolucionario que se produce abruptamente.

Un proceso gradual de la evolución, es su acumulación en los cambios de los objetos, en los que no cambian su naturaleza, pero si las consecuencias. Más pronto o más tarde, el número de estos cambios modifican la esencia del objeto y llevan a moverlo a un nuevo estado cualitativo de shock. Esta transición abrupta sólo puede significar que la transición ocurre sin estados intermedios, pero no necesariamente de inmediato. Los procesos revolucionarios y evolutivos están entrelazados, y de ellos nace el proceso de desarrollo, y el sistema cambia a un estado cualitativamente nuevo.

Usando la ley de la transición de la cantidad a la calidad, resulta que podemos hacer posible un cálculo de esta tensión, que sea necesaria para realizar el número de cambios acumulados y calcular los eventos futuros, más que probables, para la evolución y la revolución.

La Revolución Socialista
 
La revolución socialista, es un cambio revolucionario en el campo político y económico. La reforma política es la llegada al poder de fuerzas que serán capaces de hacer más cambios para la construcción del socialismo. Esta fuerza es conocida: es el proletariado, dirigido por un partido proletario, armado con el marxismo-leninismo. El poder es la tarea que tiene que ser capaz de realizar el cambio a través de la instauración de la dictadura del proletariado.
Mediante la transformación económica de los medios de producción y los recursos naturales en manos de todo el pueblo y llevarlos bajo el control del gobierno revolucionario (dictadura del proletariado).

La revolución sólo puede lograrse a través de la acción de la población afectada, y que esta sea capaz para la realización de la revolución. De esta población, será el proletariado, y algunas capas semiproletarias quienes estén más interesadas en ella. La fuerza y ​​el efecto sobre la situación en el país, es obra sólo del proletariado. Por lo tanto, la fuerza motriz de la revolución socialista sólo puede ser el proletariado. Igualmente es importante la participación en la revolución del semiproletariado y la pequeña burguesía. Muchos de sus miembros estarán entre los más interesados debido al desempleo y la desesperanza.

Para el surgimiento de una situación revolucionaria tienen que ocurrir crecientes tensiones en la sociedad hasta un límite crítico. En ausencia de este nivel crítico de polarización de todo, podría terminar en derrotar cualquier sublevación.

Tomar el poder y establecer una dictadura del proletariado no es la misma cosa. El establecimiento de la dictadura del proletariado, tiene como fin crear una estructura de control total, en todo el país. Esta aceptación, es un código inclusivo para la acción revolucionaria. Esto es, la toma de conciencia, de las condiciones esenciales que tienen que desarrollarse en leyes.

La historia humana muestra los procesos de la dictadura y la democracia. La dictadura, es el poder absoluto de una persona o grupo de personas por cualquier otro motivo anterior: por nacimiento, por clase, por la posesión del poder militar sobre la situación económica. 

Cuando la democracia da paso a la dictadura, por supuesto no siempre, se realiza mediante la dictadura de un grupo dentro del grupo dominante en la democracia, más o menos, y se utiliza de manera colectiva y equitativa en la toma de decisiones. La democracia dentro de la empresa o de la aristocracia, en un círculo restringido de personas que utilizan esta democracia, es la democracia burguesa; los intereses de la comunidad, aún los más amplios se llama democracia viva para esta ínfima minoría que se adorna atractiva, para la mayoría de los trabajadores. Y es abrumadora su fuerza de enganche para que la gran mayoría, que siempre se resistirá, acepte esta desigualdad económica y política forzada.

La dictadura de la burguesía, llamada democracia, para suprimirla necesita de dos métodos de coacción: el económico (por su hambre de poder) y el potencial (por la potencia contratada en guardias de todo tipo). La dictadura del proletariado (la democracia proletaria) es, porque así es su naturaleza, la que no requiere ninguna reducción al mínimo, porque es la aplicación de democracia de la mayoría contra la resistencia armada o la resistencia al cambio revolucionario económico.

La dictadura del proletariado es la democracia para la mayoría. Idealmente, la falta de resistencia a esta dictadura consiste en la privación de sus activos y de sus fuerzas operativas que conviertan en pasivos a los grupos parásitos. Todo el resto de la población ejerce una represión forzada a estos grupos, y que tiene en cuenta, no a las otras clases, sino a la resistencia al cambio. Durante los cambios revolucionarios, la división de funciones de la fuerza motriz revolucionaria y las otras clases se extiende y luego desaparece, y así desaparece la represión. La diferencia principal entre las dos dictaduras (la democracia) y la democracia burguesa sólo existe, porque por parte de la mayoría, influye que sea el proletario, en principio, el sujeto revolucionario hasta que se pueda prescindir de él.

El primer paso hacia la eliminación de la dictadura de la burguesía podrían ser medidas para establecer la validez de las elecciones. Ahora, el resultado de la elección depende de muchos factores, pero, el principal, lo que decide, son los fondos utilizados. Esta alineación de la capacidad financiera de los candidatos puede quebrarse mediante la prohibición del uso de sus propios fondos. Todas las actividades pre-electorales sólo serán realizadas por parte del Estado. La fuente de ingresos puede ser un impuesto especial. El principio del poder sobre la producción, en la elección de los candidatos, son las soluciones que se ofrecen en la dictadura burguesa. La dictadura del proletariado tiene la necesidad de establecer objetivos más amplios y duraderos.

La Revolución, es el componente natural del proceso de desarrollo, y no se puede evitar. Las consecuencias de la revolución dependen de a dónde y cómo se va a ir. Nosotros pensamos que es inevitable el derramamiento de sangre, por las condiciones actuales de dominación burguesa.


Más: http://comstol.info/2012/11/obshhestvo/5205#ixzz2DZGn65h5

26 de noviembre de 2012

Moiséyev: El innovador del ballet folclórico mundial

Por Oleg K.



Ígor Alexándrovich Moiséyev ( Игорь Александрович Моисеев) es una de las figuras más relevantes de la danza mundial. Podemos decir que revolucionó la coreografía, impregnó a los espectáculos folclóricos y étnicos, de teatralidad y calidad artística, y reescribió el formato de presentación de los ballets contemporáneos.

Años de Aprendizaje

Nació en Kiev el 8 de Enero de 1906. Su familia era acomodada, pues su madre Anna Alexandrovna era modista de la alta sociedad rusa, y conoció en París a su padre Alexandr Mijáilovich Moiséyev, un abogado que pleiteaba para la nobleza. Se establecieron en Kiev, teniendo a su único hijo, Igor.

En 1909 su padre, fue arrestado por criticar abiertamente al gobierno zarista. Su madre lo deja en París, internado y vuelve a Ucrania. Estos años marcarán su vida, pues debe luchar contra un ambiente hostil, unas ideas religiosas rancias que también le marcarán. Cuando su padre sale de la cárcel, no puede dedicarse a él, ni combatir los prejuicios adquiridos, aunque lo saca de esa escuela y como estaba rodeado de deudas, envía a Igor con sus tíos, maestros de escuela cerca del campo, para que aprendiese ruso y tuviese la mínima educación. De este periodo obtiene una base didáctica fundamental, del gusto por las danzas folclóricas, ya que en compañía de sus tíos visitaba regularmente las ferias y fiestas de las aldeas campesinas ucranianas y rusas. De vuelta en Moscú viven con estrecheces de 1915 a 1917, viendo como las condiciones de vida de los trabajadores se hundían por la dictadura cruel del zar, de la guerra y del terror impuesto por los jueces contra toda opinión, sobre todo en las instancias jurídicas. Alexandr, entiende muy bien las luchas obreras, el ascenso de influencia de los bolcheviques y no comparte las tesis de continuar la guerra, por parte del gobierno de Kerenski.

Así en Noviembre de 1917 los soviets triunfan. Su padre Alexandr con júbilo entiende la esperanza que suponía para el pueblo el fín de una era autocrática. La dura situación económica cambió la vida del joven Igor. Su padre, aparte de abogado daba lecciones de francés y su madre cosía lo que podía. En aquellas condiciones, Alexandr tomó en 1920 una decisión fundamental, le envio a estudiar ballet a la escuela privada de la ex-bailarina del Bolshoi Vera Mosólova, para darle lecciones por 10 rublos y dos troncos de madera. Tras unos meses y viendo las aptitudes de su discípulo, Vera comprende que tiene que estudiar con profesores más cualificados y le inscribe en las pruebas de aptitud para ingresar en el mítico taller de ballet del Teatro "Bolshoi", y tras una dura competencia solamente tres aspirantes logran entrar, entre ellos Igor.

A los 18 años (1924) termina sus estudios de la mano de los profesores I. V. Smoltsov y Gorsky, e ingresa en el ballet del teatro. Su director era por entonces Kasian Goleizovsky, coreógrafo que liberado de las ataduras zaristas, empezó a experimentar, a la vez que resguardaba las tradiciones. Hizo debutar en solitario a Igor, como una joven promesa, en una de sus ballets nuevos desarrollados exclusivamente para jóvenes. Golieizovsky fue despedido. Pero eran otros tiempos. La dirección que había bebido siempre de los aires aristocráticos y por ello dictatoriales no entendió que comenzaba otra sociedad. Los alumnos fueron a ver al comisario soviético de Ilustracion Anatoly Lunacharsky. Éste comprendió que no se podía ir contra las innovaciones y obligó a la dirección del teatro a readmitir a Goleizovsky. 

Por aquel tiempo asistía a las "veladas de jueves literarios" en casa de Lunacharsky, donde confluían artistas, literatos, científicos y poetas como Mayakovski. También tuvo una relación con el Director del Museo de Historia, que le animó a buscar en la biblioteca del museo temas sobre ballets. De esta indicación, y tras consultar diferentes obras, influyó su interés por dedicarse a la coreografía.

Dentro del Ballet del Teatro Bolshoi, Ekaterina Geltzer le eligió como pareja de baile, para una gira por la URSS, participando en los montajes de:

* "El corsario" de A. Adan con coreografía de Petipa.
* "El caballo jorobado" de T. Pugni, también con coreografía de Petipa.
* "Teolinda" de F. Shubert, con coreografía de Goleizovsky.
* "Joseph the Beautiful" de Vasilenko, también con coreografía de Goleizovsky.


Fue primer intérprete en los ballets: 
* En 1932 "Salambó" de A. F. Arends, con coreografía del Ballets con aportaciones propias.
* En 1933 "Dionisos" de A. A. Shenshin, y "Les Sylphides" con la coreografía de Goleizovsky.
* En 1935 "La corriente luminosa" de D. Shostakovich, con coreografía de Fyodor Lopukhov.


Y aunque con 24 años era un excelente bailarín, lo que realmente quiere es dedicarse íntegramente a la coreograría. En 1930 ante el estupor de sus compañeras y compañeros, abandona el cuerpo de baile, y solamente baila como solista o ayudando a Goleizovsky en las coreografías, lo que suponía más esfuerzo y dedicación, fuera del entrenamiento.

La innovación como arte

"La formación en ballet, es como una gramática del movimiento, para utilizarla en el escenario de diferentes formas" (1) Esta frase era siempre recordada en la URSS. El esfuerzo, la tenacidad, la disciplina en dar lo mejor de cada uno. No hubo ni un solo día, que para los bailarines de sus compañías no empezara con los ejercicios de barra. Esa peculiaridad soviética dejó una impronta de "verdad" en sus espectáculos. Rigurosidad hasta el más mínimo detalle...y esto lo aprendió de sus maestros, proyectándolo en sus obras. Su primera coreografía en el Bolshoi fue "El Futbolista" y la última en 1954 "Spartacus". Recorrer todos estos años de creación, es recorrer una senda de creaciones de danza sin igual en el mundo. Sus coreografías de danza clásica fueron: 


1930 "Futbolista" de W. A. Orange (en colaboración con Leo Lashchilin).
1932 "Salambó" de A. F. Arends (con trozos musicales de Glazunov, V. V. Nebolsin y A. N. Tsfasman).
1935 "Tres hombres gordos" de W. A. Orange.
1958 "Spartacus" de A. I. Kachaturián.

Al mismo tiempo hace las coreografías para las óperas:

1930 "Zagmuk" de A. A. Crane.
1930 "Turandot" de J. Puccini.
1932 "El Demonio" de A. Rubinstein.
1933 "El amor de las tres naranjas" de S. Prokofiev.
1936 "Carmen" de G. Bizet

Pero gracias a la era de libertad que se respiraba en la Unión Soviética, empezaba a buscar nuevas formas de acercar el ballet, y sus coreografías al proletariado. Lejos de los estigmas burgueses, de que la mayor parte de la población no entienden a los artistas, Moiséyev hace exáctamente lo contrario, se acerca a los trabajadores. Durante todos los años 30, los bailarines de danza clásica realizan exhibiciones directas ante las obreras y obreros en los días señalados en la Plaza Roja de Moscú.

En 1933 se gradúa en la Universidad, dentro de la carrera de Artes Escénicas. Gracias a que no se le exigía una completa dedicación a la interpretación, todo el tiempo que podía lo utilizaba para realizar viajes a pie, por tren o a caballo por el Caúcaso, Bielorrusia, Ucrania y sobre todo Rusia, aprendiendo de las danzas populares que tanto le gustaron de niño y que paulatinamente algunos de sus pasos los incluía en sus coreografías.

En 1937 con el apoyo de V. Molotov, propone la creación del Teatro del Arte Popular la primera compañía de danza folclórica específica del mundo.
 

En 1943 se creó la 1ª Escuela del Estado para el aprendizaje de danzas folclóricas. Las condiciones en la que se desarrolla la escuela fueron muy complicadas, con contínuos viajes a diferentes lugares cerca del frente, al tiempo de preparar las complejas coreografías. Integrando genialmente los ballets de marcada textura folclórica con temas candentes como a continuación, la composición "Los guerrilleros":

http://www.youtube.com/watch?v=QV-qx87o3fk

En 1966 organizó el "Joven Ballet" que con el tiempo sería el conjunto del Teatro Estatal de Ballet, dirigiéndolo hasta 1970.


"Todo lo que he hecho, me encanta" (2)

 


Montó más de 200 coreografías para el Teatro de Arte Popular, que en todos los países llamaban los "Ballets de Moiséyev". Prácticamente la totalidad de todas las repúblicas de la URSS, estaban representadas en sus espectáculos, y muchas veces su forma de bailar las danzas han sido aceptadas como propias por las repúblicas, como sucedió con Bielorrusia que una danza popular de ese país llamada "bulba" (patata) con el tiempo, la forma de bailarla de los ballets de Moiséyev se ha convertido en una danza típica bielorrusa.



Tras visitar diversos países coregrafió bailes y danzas de aquellas naciones, incorporándolos al repertorio del conjunto, como la jota aragonesa. (Ver abajo con música de Glinka)


http://www.youtube.com/embed/ppiq0N2yQf8

Un pequeño inventario de las coreografías realizadas en aquellos años, es fiel reflejo de su eterna vitalidad:

  • Danzas rusas:
    "Glade", "Estaciones. Suite de dos bailes "," Wenzel ", "Encajes. Danzas de los Urales", "cancioncillas del engreído ","Estampas rusas","Sobre la nieve".  
  • Danzas bielorusas. "Lyavonikha", "Kryzhachok", "Polka", "Janka", " Bulba ", "Polka mamá", "Yura".
  •  Danzas ucranianas:
    "Suite campesina", "Fuera las niñas", "Adiós", "La Adivinación (Escena del Laurel)", "Gran Baile","El talón", "La salida de los muchachos", "Volver",  "Reunión y ampliación", "gopak".
  • Danzas moldavas:
    "Suite Mar Zhokul", "Coro (muchachas de baile)", "Chokyrliya", "Juegos", "Moldovenyaska", "Las cortadoras", "Las lavanderas", "Danza agrícola", "Moldavanuchka", "Suite Danza de los muchachos", "Danza de las Doncellas", "Declaración de Amor", "Sometimiento total", "Baile muy rápido", "yule".
  • Danzas de Kirguistán:
    "Yurt", "Kiz Kumalo (Atrapa a un hombre)", "Danza de las niñas de Kirguistán"
  • Danzas de Uzbekistán:
    "Suero de mantequilla", "Bailando con el plato", "Uygur danza", "Safa".
  • Danzas de Tayikistán:
    "Bailarinas", "danza de guerra de sexo masculino con un puñal", "Danzando con una pandereta".
  • Danza de Kazajstán: "Kok-pares"
  • Danzas mongolas:
    "Jinetes mongoles", "La estatuilla mongola", "Danza de los luchadores mongoles"
  • Danza de Bashkiria: "Siete bellezas".
  • Danza de Buriatia: "Suite de diez danzas".
  • Danza de los tártaros de Kazán
  • Danza de Chernomorochka, de los tártaros de Crimea "
  • Danzas de Kalmykia:
    "Chichirdyk", "Ishkymdyk", "Danza de la Tortuga".
  • Danza de Osetia: "Baile de Misa".
  • Bailes de Hutsul
    "Arkan", "El baile de las chicas y dos chicos".
  • Danzas georgianas:
    "Kartuli (Lekuri)", "Khorumi".
  • Danzas de Azerbaiyán:
    "Pastores", "Desmoly", "gases".
  • Danza de Armenia: "Maynuki" (baile de a cuatro).
  • Danza gitana
  • Danzas de Letonia (conjunto de tres bailes)
  • Danzas de Lituania (una suite de cinco danzas)
  • Danzas estonias:
    "Polka estonia de a pie", "Khieu Waltz. Conjunto de tres danzas estonias".
  • Danzas polacas:
    "Polonesa", "Troyak", "oberek", "Krakowiak", "Mazurka", "Polka-laberinto".
  • Danzas húngaras:
    "Czardas", "Pontozoo", "Flapper" (Danza de los puntos con el espaciado de las botas), "Adiós", "baile de mujeres con botellas en la cabeza", "Bailando con los espíritus".
  • Danzas búlgaras (suite de cinco danzas).
  • Danzas rumanas:
    "Briul", "Mushamaua", "Oashsky baile".
  • Danza finlandesa: "Polka cómica"
  • Danza alemana: "Waltz alemán"
  • Danza de Corea: "Sanchonga"
  • Danza de Yakutia: "El buen cazador".
  • Danzas de Nanai:
    "Juego popular de Nanai", "esgrima", "La lucha de los dos hijos".
  • Danza de Chuvash.
  • Danza de Mari.
  • Danza vietnamita "Baile con bambú".
  • Danza Checa "Polka Checa".
  • Danza Eslovaca.
  • Danzas griegas:
    "Sirtaki", (con música de M. Theodorakis), "Danza de las Doncellas", "baile total", "baile cuarteto masculino", "baile final total".
  • Danza italiana "La Tarantella Siciliana".
  • Danza Española:
    "Balada Española", "Jota Aragonesa" (con música de Glinka).
  • Danza irlandesa "Juventud"
  • Danzas yugoslavas:
    "Serbiyanka" (baile serbio), "Kukuneshti" (baile serbio de hombres), "diversos bailes de mujeres", "Dzyurdevka" (danza guerrera de Montenegro), "Selyanchitsa" (baile serbio), baile de hombres macedonios.
  • Danzas de América Latina:
    • Danza argentina:
      "Malambo", "Gaucho" (Danza de los pastores argentinos), "En la taberna", "La taberna de la Pena".
    • Suite Mexicana "Zapateado", "Avalyulko".
    • Danza venezolana "Horopo"
  • Bailes de EE.UU.:
    "Square Dance", "Back to the monkey" (una parodia del rock-and-roll).
  • Ciclo de Danzas "Imágenes del Pasado":
    Moscú "en letras", "La cuadrilla de la fábrica en la ciudad", "Trepak" (música del ballet de Tchaikovsky, "El Cascanueces"), "Suite de la Danza Rusa el viejo", "el patio", "el novio", "Polka del bebé, con felicitaciones", "El bufón ", "Suite judía la felicidad de la familia".
  • El ciclo de Danzas "cuadros soviéticos":
    "La calle del Koljos", "Danza del Ejército Rojo", "Los reclutas", "Los guerrilleros", "El 1º de Mayo, Día del Obrero, quince piezas de baile", "Suite Naval", "Fútbol".
  • Recorriendo clases de danza:
    "Máquinas", "En medio", "Penetraciones", "Pequeños pasos", "Danza ucraniana", "gopak", "Polka".
  • En la pista de baile (con música de Jacques Offenbach, Johann Strauss, Andrey Petrov)
    "Skaters Waltz", "niños y niñas", "Concursos", "Parada", "Galop y final".
  • Noche en la Montaña negra (dos escenas)
    "Feria" (música popular), Noche en la Montaña negra (música de Mussorgsky)
  • Danzas Polovtsianas (música de Alexander Borodin):
    "La salida del Khan", "Danza de los cautivos", "Dance de los chicos", "Danza de los arqueros", "La salida de los conductores", "Danza principal", "Danza de los Pastores", "danza de guerra", "Final".
  • Ballet de Espartaco. Danzas del ballet (con música por A. I. Khachaturián)
    Bacanalia "los gladiadores", "Salida", "Andobaty", "Retiarius y mermelon", "Adagio", "Batalla de los tracios y los samnitas".
  • Danza de Música Pop.
 

La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas reconoció ampliamente su trayectoria, siendo uno de los artistas más laureados:

En 1940 y 1966 recibe la Orden de la Bandera Roja del Trabajo.
En 1942 recibió el Premio Stalin, 1º Grado, por su contribución a la danza folclórica de la URSS.
En 1947 le otorgaro el Premio Stalin, 2º Grado por su formulación de las danzas de los pueblos eslavos.
En 1952 le volvieron a otorgar el Premio Stalin, 1º Grado por sus conciertos e innovaciones.
En 1953 le dieron el título de Artista del Pueblo de la Unión Soviética.
En 1958, 1976 y 1985 fue condecorado con la Orden de Lenin.
En 1967 fue condecorado con el Premio Lenin.
En 1976 recibió el título de Heroe del Trabajo Socialista.
En 1981 Se le condecora con la Orden de la Revolución de Octubre a las aportaciones culturales.
En 1942, 1947, 1952 y 1985 recibió el Premio del Estado Soviético.

En años posteriores recibió muchos más honores de Rusia y de muchos otros países, como España. Los artistas y coreografos de todo el mundo, le imitaban. La popularidad de sus ballets era tal, que la sola mención de una actuación en cualquier localidad, era sinónimo de calidad, elegancia y belleza, aún hacia las personas que no entendiesen o gustase la danza. 

En una de sus giras por EEUU relató:
"Después de una actuación en 1958 en Nueva York, una hermosa y bien vestida mujer, de mediana edad se me acercó y pidió permiso para besarme la mano. Cuando lo hizo, le pedí su nombre. Ella dijo: "Mi nombre es Marlene Dietrich". En otra entrevista dijo: "Es más fácil hacer una guía de viajes turística, que hacer una biografía de vida. Pues ocho meses del año me encontraba fuera de la URSS, en doce años nuestra compañía se pasaba de gira por el mundo. Hemos estado en 60 países, en muchos de ellos más de 10 veces." (1)




En su 95 cumpleaños, Moiseyev fue condecorado con la "Medalla Mozart de la UNESCO" por su contribución a la cultura mundial de música. Falleció en Moscú en el año 2007. Su creatividad y proyección hacia el arte y su cariño hacia la danza, siguen vivos en los nuevos bailarines que recuerdan su nombre y sus montajes. Además que sigue siendo un referente mundial en las creaciones de todos los ballets folclóricos del mundo.

 Notas: 

1.- Anna Kisselgof, "New York Times" 21-01-2006. 
2.- Daria Pushkova. "RT News" 2-11-2007.
3.- Ígor A. Moiséyev. RuData.ru (en ruso).

23 de noviembre de 2012

El Ajedrez en la Unión Soviética


Por Alexandre Garcìa

 “El ajedrez aporta la prueba indiscutible de la superioridad de la cultura socialista sobre la cultura decadente de las sociedades capitalistas.”
(Alexander Kótov)
El ajedrez es una herramienta de la cultura proletaria”.
(Yuri Averbaj)


Este escrito pretende reivindicar la contribución de la Unión Soviética al desarrollo del deporte mental más popular del mundo. De todos es conocida la supremacía que llegó a alcanzar la Unión Soviética en las competiciones mundiales de ajedrez de alto nivel, sobre todo tras la II Guerra Mundial. Si nos fijamos en las veinte ediciones del campeonato mundial de la FIDE1 celebradas desde 1948 hasta la última edición antes de la disolución de la Unión Soviética, podemos constatar que el título de campeón mundial sólo fue obtenido en una ocasión por un no-soviético, concretamente por el estadounidense Bobby Fischer (que junto con Gary Kaspárov se disputa la condición de mejor jugador de la historia) en el histórico match contra Spassky en 1972. Todo el resto de campeonatos han sido ganados por jugadores de nacionalidad soviética, e incluso hoy, tras el colapso del socialismo en los países del Este de Europa, muchos jugadores nacidos en antiguas repúblicas soviéticas siguen ocupando un lugar prominente en la élite mundial. Lo mismo se puede decir de las olimpiadas de ajedrez organizadas por la FIDE desde 1927, donde la Unión Soviética ha mantenido una supremacía indiscutible e ininterrumpida desde 1952 (si exceptuamos las olimpiadas de Tel Aviv 1964, en las que la Unión Soviética no participó por boicot, y las de Buenos Aires 1978 en las que Hungría dio la sorpresa). Esto es igualmente cierto en lo que respecta al campeonato mundial femenino a título individual, en el que jugadoras soviéticas se proclamaron ganadoras en todas las ediciones celebras entre 1950 y 19912. Algo parecido ocurre con la versión femenina de las olimpiadas, que se organizan simultáneamente con las masculinas desde el año 1957, y en cuyas ediciones la Unión Soviética fue ganadora de manera continua, excepto en la edición de Tel Aviv 1964 y las dos ultimas ediciones antes de su disolución, en 1988 y 1990, en las que la vencedora fue, también, Hungría. 

Pese a que hoy el primer puesto en el ranking de la FIDE lo ocupa el joven prodigio noruego Magnus Carlsen, en términos generales la hegemonía de los antiguos países de la Unión Soviética continúa hasta hoy, cosa que hemos podido ver con la reciente victoria del equipo armenio liderado por Levon Aronián en las olimpiadas de Estambul 2012. 

Durante la segunda mitad del siglo XX, esta supremacía en ajedrez se tradujo, además de en títulos, en la innumerable cantidad de jugadores que salieron de la Unión Soviética, y en la importantísima contribución de los soviéticos en el plano de la teoría y la técnica a este deporte mental que, como lo expone el campeón mundial Tigran Petrosián, “es un juego por su forma, un arte por su contenido y una ciencia por su dificultad”. 

La Unión Soviética fue el único país donde el ajedrez llegó a alcanzar el rango de deporte nacional, lo cual es un hito en sí mismo. Esta tremenda popularidad de la que gozó el juego entre las nacionalidades de la Unión Soviética, y el importante lugar que ocupo en la formación intelectual de la sociedad, sólo fue posible gracias al enorme compromiso del Estado soviético, mediante su política de captación y entrenamiento de talentos infantiles ya desde la escuela, y el cuidado con el que trataba a los jugadores para que se pudiesen desarrollar hasta niveles profesionales. El propio Bobby Fischer siempre envidió el respeto, y sobre todo el apoyo económico que los jugadores soviéticos recibían por parte del Estado. Como indicador del grado de popularidad que tenía el ajedrez en la Unión Soviética, baste decir que en la RSS de Georgia, donde la escuela nacional de ajedrez le daba especial importancia al ajedrez femenino3, era tradición autóctona en las bodas el ofrecer un tablero de ajedrez para el ajuar de la novia.

Tras la toma del poder en Octubre de 1917, V.I. Lenin, para quien el ajedrez era “la gimnasia de la mente”, y el Partido Bolchevique en general, tomaron resueltamente medidas para alcanzar estos resultados, buscando de esta manera prestigiar a la nueva República Soviética mediante el ajedrez. Tras vencer en la guerra civil de 1918-1921, la Rusia soviética permanecía aislada del resto del mundo. No estaba reconocida por la Sociedad de Naciones. De alguna forma, había que dar un golpe en la mesa, en un afán de demostrar que, en un deporte intelectual, los soviéticos podían ser los mejores. Y los dirigentes soviéticos lo lograron con creces. 

Antecedentes

Cierto es que en la vieja Rusia zarista ya se encontraba cierto caldo de cultivo para lo que surgiría después de la Revolución de Octubre. Desde el siglo XVIII, en el imperio ruso se practicaba el ajedrez con cierta dedicación, aunque estaba reservado para unas pocas élites. De los 70 millones de personas que habitaban el imperio, apenas un par de miles practicaban el ajedrez con asiduidad, y sólo unos cientos frecuentaban clubes y torneos. La escasez de medios era tal que las personas que poseían algún libro sobre ajedrez no pasaban de las 150. Por lo tanto, la práctica del ajedrez no era cosa fácil la Rusia zarista, no habiendo además muchos torneos en los que jugar. 

Sin embargo, en los siglos XVIII y XIX surgieron una veintena de jugadores que jugaban a un nivel magistral, como Alexander Petrov, Ilya Shumov, Emmanuel Schiffers, o el más importante de ellos, Mijaíl Ivánovich Chigorin (1850-1908), considerado padre de la llamada ‘escuela rusa de ajedrez’. Pese a no hacerse nunca con el título de campeón del mundo oficial, Chigorin se situó en la élite mundial en el periodo comprendido entre 1883 y 1898, compitiendo con jugadores de la talla de Wilhelm Steinitz o Emmanuel Lasker, y llegando incluso a disputar un match por el campeonato mundial en La Habana en 1892 contra el mismo Steinitz. Se sabe que el gran escritor realista León Tolstói, él mismo un aficionado, era un enamorado del juego de Chigorin. 

Chigorin fue un jugador creativo, algo irregular en las competiciones, pero que hizo grandes contribuciones a la teoría. Partidario del juego abierto y de la belleza como medio de obtener la victoria, fue de los pocos que se atrevieron a refutar algunas de las ideas posicionales de Steinitz4 que empezaban a predominar en la época. Chigorin defendía que lo fundamental era un rápido desarrollo de las piezas para atacar rápidamente el enroque del rival, y no tanto el ir acumulando pequeñas ventajas. Respondía a las aperturas cerradas defendidas por Steinitz con defensas que no estaban en la teoría, pero que degeneraban en partidas cuyas posiciones se volvían muy abiertas, como por arte de magia. De esas innovaciones nació, por ejemplo, la defensa Chigorin5. Aunque ésta, precisamente, no ha alcanzado gran popularidad, sus ideas supusieron un gran avance en la teoría de aperturas, y sus ideas sirvieron de base sobre la que después se desarrollaría la escuela soviética.

Chigorin tuvo una destacada labor para que el ajedrez se hiciera popular en Rusia, organizando, por ejemplo, los primeros torneos exclusivamente para jugadores rusos. Con sus ganancias, impulso varias revistas de ajedrez, como “El heraldo de ajedrez” y “La hoja de ajedrez”, que sacaban unos pocos cientos de ejemplares y apenas se sostenían económicamente. En ellas colaboraban con asiduidad grandes maestros rusos, gracias al tiempo libre que les dejaba la falta de torneos. 

Para principios del siglo XX, gracias a sus esfuerzos y el otros colaboradores, ya había unos 500 aficionados a la práctica organizada del ajedrez, de los que medio centenar era capaz de competir con los maestros del resto de países europeos. Pero el nivel de Rusia aún estaba lejos de alcanzar al de Alemania o el del Imperio Austro-Húngaro, situación que empezaría a cambiar durante la era de la construcción del socialismo. La contribución de Chigorin al ajedrez soviético sería recordada más tarde en 1958, cuando se emitió en la Unión Soviética un sello conmemorativo de este jugador. 

Chigorin influyó de manera especial en el siguiente jugador que conviene mencionar: Alexander Alexandróvich Alekhine (también conocido como Aliojin), campeón del mundo en cuatro ocasiones, en 1927, 1929, 1934 y 1937. A Alekhine no lo podemos relacionar directamente con la era soviética, puesto que en el momento de ganar sus cuatro títulos mundiales ya había adquirido la nacionalidad francesa, pero su carrera coincide parcialmente con la aparición de la Unión Soviética. Aunque fuera un personaje polémico y políticamente reprobable6, la escuela soviética siempre consideró que había una línea evolutiva entre el ajedrez dinámico de Chigorin y Alekhine y el aprecio por el juego de ataque de los soviéticos, que se reflejaba en el juego de ajedrecistas como David Bronstein o Mijaíl Tal. 

Antes de la I Guerra Mundial, Alekhine ya cosechaba éxitos con regularidad en torneos de ajedrez, siéndole entregado el título de Gran Maestro7 por el mismísimo Zar. Proveniente de una familia aristocrática, tras la Revolución de Octubre emigra a Francia y en 1925 adopta la nacionalidad francesa. Gran innovador de la teoría ajedrecística, su juego era de una gran riqueza de ideas. Según Kaspárov fue “probablemente el primer profesional de ajedrez”. Jugador muy serio y dinámico, con una gran capacidad de trabajo y estudio teórico, era excelente en muchas facetas del juego. Virtuoso del ajedrez de ataque, fue, en este aspecto del juego, uno de los mejores jugadores tácticos de la historia, cosa que aunaba con una técnica exquisita y un profundo sentido estratégico. Como exponente de la llamada escuela hipermoderna8 de ajedrez, a su juego se añadía una desbordante fantasía. Su aportación fue tremendamente enriquecedora, especialmente en lo relativo a la técnica de finales, que dominaba hasta tal punto que gracias a ello pudo vencer a José Raúl Capablanca en el torneo mundial 1927. 

Octubre 1917: empieza el despegue

Como dijimos ya, en la época en la que Alekhine aprendía a jugar ajedrez a principios del siglo XX, el juego estaba pensado para unas élites. Esta situación empezó a cambiar de manera radical a partir de la Revolución de Octubre. Por indicaciones de V.I. Lenin, los bolcheviques orientan el ajedrez hacia la mayoría de la población, promoviéndolo en la educación primaria, donde el ajedrez pasó a ser una asignatura complementaria. Los líderes bolcheviques vieron en la práctica del ajedrez un medio para conducir el ideario, la conducta y la disciplina comunista, pues los valores de este deporte mental (paciencia, disciplina, capacidad, intelectual y espíritu colectivo, pues no hay que olvidar que el ajedrez es un juego de equipos, en el que cada pieza debe estar coordinándose con las demás) se ajustaban bien al sistema de valores que propugnaba la nueva sociedad proletaria. El ajedrez fue tomado como un proyecto de prestigio, en el que todos debían trabajar unidos para llevarlo a cabo. Era, además, una forma de demostrar con el tablero la validez del materialismo dialéctico como concepción del mundo, aspecto del ajedrez que por motivos de espacio no podemos abordar en este artículo. Pero las palabras de Nikolái Krilenko, Comisario del Pueblo para Asuntos Militares, para quien el ajedrez era “una expresión de los modos marxistas de pensamiento”, son ilustrativas a este respecto. 

Además, las condiciones económicas de la nueva Rusia soviética empujaban a ello. Todos conocemos el contexto que se daba en la época: tras tres años de guerra con Alemania, durante y después del comunismo de guerra, la pobreza y la devastación de la economía eran espantosas. Los líderes bolcheviques vieron en el ajedrez un medio barato de prestigiar a la Unión Soviética en una disciplina deportiva. El ajedrez no requería de una grandes inversiones. Para impulsar el ajedrez, no se requiere casi nada, no hacen falta pistas de atletismo, gimnasios ni estadios de futbol, sólo un tablero de madera y unas piezas. 

Anatoli Kárpov describe aquella época con estas palabras: “[el ajedrez] era parte de la vida de la alta sociedad rusa y también lo jugaban algunos grandes escritores y científicos en la época imperial. Tras la Revolución, el nuevo poder decidió que Rusia era un país con mal nivel educativo, porque después de la Revolución muchos intelectuales dejaron el país. Eso provocó que hubiera que construir una nueva, por así decirlo, inteligencia o población bien formada. Pensaron que una de las formas más sencillas e inteligentes para hacerlo era a través del ajedrez… El nuevo poder decidió utilizar el ajedrez para educar a la gente y tuvo éxito.”

La gran tarea de divulgar el ajedrez recayó  primero sobre Alexander Iliin-Zhenevski9, comisario de la Organización General de Reservistas de Moscú. Gran aficionado al ajedrez, introdujo el ajedrez en el Ejército Rojo. Iliin-Zhenevski estaba convencido de que el ajedrez podía jugar un papel importante en el plano político y que debía estar subordinado a la lucha ideológica. 

Los primeros progresos tardaron poco en producirse. Antes de la guerra civil, los propios sindicatos ya organizaban un pequeño torneo en la República Soviética de Transcaucasia. Después, en plena guerra civil, Iliin-Genevski organizó la primera olimpiada de ajedrez de la RSFS de Rusia en octubre de 1920. Aquel torneo supuso el aldabonazo inicial para muchos otros en Moscú y Leningrado, como el torneo Internacional de Moscú de 1925 en el que Iliin-Genevski se convirtió en el primer soviético en derrotar al mismísimo campeón mundial, Capablanca.

En 1924 se fundó la Sección de Ajedrez del Consejo Supremo de Cultura Física. El comandante Nikolái Krilenko, a cargo de la misma, lanzó la consigna: “¡Llevad el ajedrez a los trabajadores!”. Secciones similares se fueron fundando en los Consejos de Cultura Física locales. “Debemos acabar de una vez por todas con la neutralidad del ajedrez, hemos de organizar brigadas de choque de jugadores de ajedrez y empezar de inmediato a cumplir el plan quinquenal del ajedrez.” Se puso en marcha la llamada escuela soviética de ajedrez, caracterizada por su afán por descubrir jóvenes talentos desde muy temprana edad, con un sistema de entrenamiento al más alto nivel. Se lograron grandes avances en las técnicas de enseñanza: surgieron entrenadores de ajedrez de alta especialización como Romanovsky, Rabinóvich y Levenfish, quienes, asesorados por especialistas en psicología y pedagogía como Vigotski, Luria y Leontiev, idearon un sistema de enseñanza de máximo desempeño. Así, el ajedrez llego a tener un lugar reservado en los palacios de pioneros, las entidades culturales que centralizaban las actividades juveniles, en los que siempre había siempre una sección de ajedrez formada por niños de entre 6 y 17 años.

El numero de aficionados se disparo durante los años 20 y 30. De unos 1000 jugadores registrados en 1923, se pasó a 150 000 en 1929. Los sindicatos y los clubes de trabajadores fueron el alma de este movimiento de apasionamiento por el juego. A finales de los años 20, cada sindicato tenía un equipo con 28 jugadores registrados. Para hacernos una idea del lugar que ocupaba el ajedrez entre buena parte del proletariado soviético, baste decir que la industria automovilística Likachov de Moscú contaba con clubes de 26 deportes diferentes, siendo el de ajedrez el más grande de todos.

El resultado de décadas de dedicación al deporte mental fue que a mediados de los años 80, un total de 4 200 000 personas estaban inscritas en la Federación Soviética de Ajedrez, de las más de un centenar de estas personas poseían el título de Gran Maestro. Cada año, cientos de miles de niños participaban en el torneo ‘Torre Blanca’. En total, se estimaba que unos 12 millones de ciudadanos jugaban al ajedrez con asiduidad.

Botvínnik: precursor del sistema soviético de preparación

Fue después de la época de Alekhine, tras la II Guerra Mundial, cuando los años de trabajo para fomentar el ajedrez por parte del Estado soviético comenzaron a mostrar claramente sus frutos.

Generalmente, cuando se habla de la escuela soviética de ajedrez se suele pensar en jugadores de ataque con un estilo de juego dinámico, rápido y agresivo. Sin embargo, una de las excepciones fue precisamente el primer pionero de la nueva escuela: el ingeniero Mijaíl Moiséyevich Botvínnik (1911-1995), patriarca del ajedrez soviético, al cual siguió todo el resto de grandes jugadores. Según Gary Kaspárov, con Botvínnik se produce en el ajedrez un “salto verdaderamente revolucionario”. Seis veces campeón de la Unión Soviética y cinco veces campeón del mundo, en 1948, 1951, 1954, 1958 y 1961. Cierto es que hay que reconocer que Botvínnik se vio beneficiado por el estallido de la II Guerra Mundial, que le despejó el camino hacia la cumbre. En el año 1948, en que se celebra el primer torneo mundial tras el final de la guerra, sólo permanecía Botvínnik de entre los luchadores al máximo nivel.
Botvínnik fue el gran exponente del sistema de preparación soviético, aspecto del juego que en sí mismo es una de las contribuciones de la Unión Soviética al juego. Este cuidadoso sistema de preparación se hizo posible sobre todo por el apoyo que los jugadores recibían del Estado. Pocos jugadores en Occidente podían dedicar tanto tiempo al entrenamiento y la preparación. Los jugadores soviéticos recibían el apoyo económico y material necesario, y se les ponía al corriente de la práctica y las innovaciones teóricas en todo el mundo, facilitándoles gran cantidad de libros, revistas, boletines, etc., que se publicaban permanente en la Unión Soviética. En su libro La Escuela Soviética de Ajedrez, Botvínnik explica: “Debe darse crédito a los maestros soviéticos por haber elaborado métodos de preparación. El nuestro, está disponible para todos y podemos asumir que la mayoría de los maestros soviéticos lo emplea cuando se prepara para alguna competencia importante. La parte más destaca del sistema consiste en la preparación de aperturas, entrenamiento físico, prácticas para corregir defectos; también cuestiones relacionadas con la rutina de los torneos”.
Los manuales de preparación de la Unión Soviética hacían especial hincapié en la importancia de tener una buena condición física. Se aconsejaba a los jugadores que participaran en los programas de entrenamiento físico del GTO (Gotov ka Trudu i Obóronnie SSSR, ‘Preparación para el Trabajo y la Defensa de la URSS’). Los entrenadores se tomaban este aspecto del juego tan en serio que las preparaciones de los torneos se llegaron a hacer en balnearios. En 1953, para la preparación del torneo de candidatos al título mundial de Zurich, el equipo soviético (compuesto por Smyslov, Keres, Bronstein, Petrosián, Geller, Kótov, Taimánov, Averbaj y Boleslavski) estuvo dos semanas dedicándose sólo a la preparación física con entrenadores de natación y atletismo y como especialistas en dietética. Sólo a partir de la tercera semana empezaron a tocar un tablero. De hecho, algunos grandes maestros soviéticos han destacado en otros deportes. Puede mencionarse a Keres, varias veces campeón de tenis en Estonia, a Geller, notable jugador de baloncesto, y a Spassky, que hacía los 100 metros en 11 segundos.

El siguiente aspecto a destacar del sistema de preparación era el minucioso estudio de las aperturas. Botvínnik cuenta que cuando se preparaba para jugar el match con el checoslovaco Salomon Flohr en 1933, analizó más de 100 partidas de su adversario antes de decidir qué aperturas tenía que jugar. Casi 30 años después, Botvínnik atribuyó su triunfo en el match de revancha con Tal a la floja preparación de éste en las aperturas. Sólo el estudio de las partidas ya consumía para el ajedrecista soviético cientos de horas, meses de estudio. Esto le permitía extraer conclusiones sobre las cualidades y los defectos de los adversarios. También jugaban un papel importante las partidas de entrenamiento, en las cuales se sometían a prueba nuevas variantes y se podían corregir defectos del jugador, llevando las partidas a posiciones en el tablero que no eran de su agrado.

La dedicación de Botvínnik al entrenamiento era tal, que él, que detestaba el humo de los cigarrillos, se acostumbró a jugar partidas de entrenamiento con Ragozin, pidiéndole que fumara constantemente.
En cuanto al estudio teórico, los soviéticos le daban mucha importancia al estudio de las tres fases del juego (apertura-medio juego-final), en coherencia con el modo marxista de pensamiento que no concibe las fases del juego como estancas y aisladas entre sí. Siguiendo el consejo de Capablanca, que decía que “el ajedrez se aprende empezando por el final”, con mucha razón, pues al fin y al cabo el objetivo del juego es dar mate, en las escuelas se hacia especial hincapié en que los niños aprendieran a manejarse en diversos tipos de final de partida, para aprender la autonomía de las piezas y su técnica de manejo (cosa que dio lugar a la expresión periodística “la técnica soviética se impuso en el final”), saber en qué casos un alfil es superior a un caballo, etc. Y a la vez se analizaban las aperturas en conexión con el medio juego, o inclusive con un posible final de partida, en la que uno u otro bando tenga una desventaja estructural. De hecho, la importancia que se le da hoy en día al hecho de que tras los primeros movimientos un bando se queda con dos islas de peones y otro con tres islas10, quedando éste en inferioridad estructural, es una aportación exclusiva de los soviéticos. Mediante el estudio de este aspecto del juego querían saber qué variantes de una apertura permitían llegar una ventaja ganadora.
Antes de la escuela soviética, había una cierta tendencia a analizar superficialmente las variantes de una apertura, y limitarse a decir que tal o cual bando tenía ventaja. Los soviéticos querían ir más lejos, y experimentaban con las aperturas llevándolas hasta el medio juego, para averiguar de qué manera esa ventaja estratégica se puede convertir en victoria. Este mayor avance en el estudio del desarrollo del medio juego pudo constatarse en un partida de un match Estados Unidos-Unión Soviética de 1945 entre Smyslov y Reschevsky, en la que tras la jugada 20 Smyslov apenas había empleado 6 minutos, mientras que Reschevsky, que era un genio, ya se encontraba apurado de tiempo.
La importancia que llegaron a tener el ajedrez soviético en el plano de la teoría fue tal, que el propio Fischer aprendió ruso para poder leer los tratados de teoría provenientes de la Unión Soviética, y gracias a los cuales el norteamericano refinó muchos aspectos de su juego.
Por ultimo, los especialistas soviéticos consideraban que otro requisito para alcanzar el mayor nivel ajedrecístico era tener una buena cultura general y variados intereses intelectuales. Se puede recordar al respecto la habilidad lingüística de Alekhine, los trabajos de Botvínnik en el campo de la ingeniería eléctrica, el talento musical de Taimánov y Smyslov, o el hecho de que Kárpov sigue siendo actualmente catedrático de economía en la Universidad Lomonosov de Moscú. Ello se hacia valer criticando por contra el limitado horizonte intelectual de muchos jugadores de Occidente, como Fischer, que abandonó la escuela secundaria para dedicarse al ajedrez.

Años 50: inicio de la supremacía soviética

En los años 30 el contacto con los círculos occidentales de ajedrez se había restablecido, con la organización en los años 20 y 30 del torneo internacional de Moscú, donde fueron invitados Lasker y Capablanca. Sin embargo, los maestros soviéticos eran desconocidos en Occidente. La FIDE era percibida con recelo por considerarse una organización pro-capitalista, y la Unión Soviética mantenía a sus jugadores alejados de la misma. Hasta la aparición de Botvínnik, a quien se dio un permiso para jugar torneos de la FIDE, con la condición de que ganara. Así, en los años 30 Botvínnik ya se encontraba en la élite mundial, cosa que demostró ganando en el torneo de Moscú de 1935, por delante de Lasker y Capablanca, o con sus victorias contra Alekhine en el torneo AVRO de Holanda de 1938, donde quedó tercero. Era el líder de una nueva generación. Su popularidad era inmensa. Gente aún analfabeta, durante los años 30, sabía por todos los rincones de la Unión Soviética quién era Mijaíl Botvínnik.

Botvínnik fue miembro del equipo nacional que venció en todas las olimpiadas de ajedrez entre 1952 y 1964. Es precisamente en la olimpiada de Helsinki 1952 cuando se empezó a ver qué país iba a empezar a tener la hegemonía mundial. Era la primera vez que la Unión Soviética participaba como equipo nacional, además con la incorporación de Estonia a la patria soviética, con lo que el equipo nacional ganaba además la incorporación del genial jugador de ataque Paul Keres. En aquel torneo se constató lo que todo el mundo ya sabía: en 1948, de los cinco aspirantes individuales al título mundial (que en teoría deberían haber sigo seis, pero el estadounidense Reuben Fine renunció a su plaza), estaban Euwe y Reshevsky como jugadores no soviéticos, y los otros tres eran Botvínnik, Keres y Smyslov. Era normal sospechar que, en lo que respecta al ajedrez de alta competición, en la Unión Soviética algo estaba a punto de estallar.
Así, cuando entró de lleno en su primera competición por equipos en 1952, la Unión Soviética aplastó al resto de equipos, incluyendo a los Estados Unidos, que habían ganado las anteriores cuatro ediciones. La diferencia con el resto de naciones ya era abismal. Los deseos de V.I. Lenin se habían hecho realidad. Esa hegemonía de la Unión Soviética en las olimpiadas se vería brevemente interrumpida con la victoria de la República Popular de Hungría en la edición de Buenos Aires 1978, en la que los húngaros empataron a 2 con los soviéticos, que no fueron capaces de remontar una derrota contra la RFA, mientras que los húngaros no fallaron. 

Cabe destacar, para constatar el nivel que habían alcanzado los soviéticos, el hecho de que se incluso había hecho más difícil ganar el campeonato de la Unión Soviética que el mismísimo título mundial. Ello se debía a que para clasificarse para el campeonato mundial había que jugar un torneo zonal, y luego otro interzonal del que se clasificaban 8 jugadores para disputar el torneo de candidatos al título mundial, y del cual no se podían clasificar más de 3 jugadores con la misma nacionalidad. En cambio, en aquellos años jugar el campeonato nacional de la Unión Soviética suponía enfrentarse a Keres, Smyslov, Geller, Petrosián, Bronstein, Taimánov, Averbaj, Kótov, Tal, Tolush, Boleslavsky, y un largo etcétera. En la XIX edición del campeonato en 1951, Keres se hizo con el título de campeón nacional, ¡mientras que Botvínnik, que era el campeón del mundo reinante, quedó el quinto en la competición! Otro apunte para ilustrar lo tremendamente competitivo que era el campeonato es que el mismísimo Gary Kaspárov nunca fue capaz de ganarlo en solitario: de sus cuatro participaciones, fue noveno en 1978, segundo en 1979, y empató en el primer puesto con Psajis en 1981 y con Kárpov en 1988. 


Botvínnik, considerado en su época como el mejor jugador de la historia, fue por tanto el paradigma de jugador soviético: jugador muy teórico y muy estudioso, que se preparaba mucho las partidas, con un estilo muy profesional. Con él, el ajedrez se convirtió en una verdadera ciencia, y demostró que una buena preparación es la clave de un éxito duradero. 

En cuanto a su estilo, era un jugador muy posicional. La clave de su éxito residía en sus rigurosos estudios de las aperturas, muy por encima de cualquier otro jugador de la época, en un cálculo profundo y en una aguda técnicas en los finales. Francamente hay que decir que su estilo de juego era poco apasionante, sus planteamientos eran muy lógicos, pero profundizaba como nadie en las posiciones, por lo que era muy difícil ganarle, debido a la solidez de su juego. Sabía explotar la mas minima ventaja que le concediera el rival, estilo de juego emulado posteriormente por jugadores como Petrosián o Kárpov. A partir de 1960 se dedicaría al desarrollo de programas informáticos de ajedrez y a la formación de jóvenes ajedrecistas. Gary Kaspárov y Anatoli Kárpov se encontrarían entre sus alumnos.

Para los más curiosos, anotar que una variante de la Apertura Inglesa lleva su nombre, la que se plantea con los movimientos 1.c4 e5 2.Cc3 Cc6 3.g3 g6 4.Ag2 Ag7 5.e4.

Campeones de leyenda

Continuaremos este artículo haciendo un breve repaso de la vida de otros grandes jugadores soviéticos que surgieron después de Botvínnik. No podemos, por motivos de espacio, hablar de todos los grandes jugadores, así que nos limitaremos a los que se hicieron con el título de campeón mundial. Así, queremos dejar claro que nos dejamos en el tintero a grandísimos jugadores de la talla de Paul Keres, David Bronstein o Efim Geller, algunos de los cuales son considerados ‘campeones sin título’, jugadores que por su dimensión eran merecedores de obtener el título mundial, pero que por una serie de circunstancias se quedaron a las puertas de hacerlo.

Vasili Vasílievich Smyslov (1921-2010) fue campeón del mundo en 1957, en su segundo intento tras perder contra Botvínnik en 1954, y fue campeón de la Unión Soviética en 1949, empatado en el primer puesto con Bronstein. A los 6 años empezó a jugar a ajedrez, llegando a ganar en 1938 el campeonato juvenil de la Unión Soviética. Además de ajedrecista, era un destacado barítono. Vassili llegaba a afirmar que su vida era “mitad ajedrez, mitad cantar”. A veces, en los torneos ofrecía recitales, siendo acompañado en ocasiones por el pianista y también gran jugador Mark Taimánov. Entre 1952 y 1972, Smyslov gano 17 medallas en las nueve olimpiadas que disputó con la Unión Soviética, lo que le convierte en el jugador mas laureado de la historia de las olimpiadas.

La mala suerte de Smyslov es que coincidió  con Botvínnik, en una época en que las reglas que regían el campeonato mundial le perjudicaron claramente. Dichas reglas establecían que en caso de empate el campeón mantenía el título. Botvínnik pudo así defender por los pelos su título empatando con Bronstein en 1951 y con Smyslov en 1954. En 1957, Smyslov se hizo con el título mundial, pero por aquella época existía la famosa regla del ‘match de revancha’, que le permitía al vigente campeón mundial volver a disputar un match de revancha. Gracias a esta otra regla, Botvínnik recuperó el título en 1958 al vencer a Smyslov por 7 a 5. Esta misma jugada, Botvínnik se la volvería a hacer a Tal en 1961. Tras esta derrota, Smyslov declaró “creo que llevo toda la vida enfrentándome a Botvínnik”. De estos tres campeonatos mundiales, Botvínnik fue vencedor en dos de ellos, pero si vemos los puntos cosechados por cada uno, vemos que Smyslov ganó más partidas en total.

Artista tanto fuera del tablero como dentro, para Smyslov “la maestría en ajedrez significa un logro creador y un logro científico”. Jugador técnicamente muy bueno, sobre todo en los finales, donde era un grandísimo jugador. Se caracterizaba por tener un juego muy sencillo, lógico y natural. La claridad de su mente le llevaba a simplificar las posiciones, cambiando piezas para llegar a posiciones finales donde él se encontraba como pez en el agua, siendo en este aspecto un serio oponente a Botvínnik. Su contribución a la teoría de aperturas es inmensa, al haber desarrollado nuevos sistemas de desarrollo en diversas aperturas, o reviviendo otras con éxito, como la variante del fianchetto de la Apertura Ruy López, que se plantea con los movimientos 1.e4 e5 2.Nf3 Nc6 3.Bb5 g6. También existen distintas variantes de aperturas que llevan su nombre, concretamente en la Defensa Grünfeld (la variante Smyslov, que se plantea con los movimientos 1.d4 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 d5 4.Cf3 Qg7 5.Db3 dxc4 6.Dxc4 0-0 7.e4 Ag4 8.Ae3 Cfd7), en la Defensa Eslava (1.d4 d5 2.c4 c6 3.Cc3 Cf6 4.Cf3 dxc4 5.a4 Ca6) y en la Ruy López cerrada (1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5.0-0 Ae7 6.Te1 b5 7.Ab3 d6 8.c3 0-0 9.h3 h6).

Admirado por su ‘sentido posicional’, su juego destacaba por la gran armonía con la que colocaba las piezas, demostrando que el ajedrez es un juego de belleza y en el que muchas veces se gana con la máxima sencillez. Él solía decir en broma que jugaba “con las manos” en vez de con el cerebro, como si no lo necesitara para moverlas a tal o cual casilla, debido a la naturalidad con la que movía las piezas.
En 1984 batió todos los récords de longevidad al enfrentarse con Kaspárov en la final de candidatos al título mundial a la edad de 63 años. Falleció en 2010 en un hospital de Moscú a causa de complicaciones cardiorrespiratorias.

Mijaíl Nezhemiévich Tal (1936-1992) nació en Riga en el seno de una familia judía con dos dedos menos en la mano derecha (lo cual no le impedía tocar el piano excelentemente). Es uno de los jugadores más queridos por la comunidad ajedrecística. A todo el mundo le gusta Mijaíl Tal, porque era la magia. Su estilo, de una imaginación desbordante, fue inigualable incluso hasta hoy día. Kaspárov no tiene reparos en decir que es el jugador mas talentoso que ha existido. Lo que está claro es que fue el mejor jugador de ataque de todos los tiempos. Desde pequeño su ascensión fue meteórica. En 1957, a la edad de 21 años, ya consiguió ganar el campeonato de la Unión Soviética, obteniendo además el premio a la belleza por unas tablas contra Aronin, consideradas por Euwe11 como “las tablas mas brillantes de la historia”. Campeón del mundo en 1961 ante Botvínnik (contra quien perdería el match de revancha al años siguiente) a la edad de 23 años, por entonces el campeón del mundo mas joven de la historia, y 6 veces campeón de la Unión Soviética, empatado con Botvínnik. Sus problemas de salud y la vodka impidieron que su talento se desarrollara hasta niveles superiores. Un jugador de este tipo ya sería algo raro hoy en día, por lo que es difícil imaginarse el impacto que causó en los años 50 del siglo pasado. Su estilo, revolucionario y romántico, lleno de energía, era un torrente incontenible que barrio con los anquilosados conceptos del ajedrez posicional de Botvínnik. Después de un jugador tan serio y rígido, era natural que apareciera alguien para traer un soplo de aire fresco.

Jugador de ataque muy agresivo, con partidas llenas de golpes tácticos, iniciando ataques a degüello, gustaba de buscar la máxima complicación en el tablero, lo que crispaba a sus adversarios. Tal incendiaba el tablero desde las primeras buscando el ataque, convirtiéndolo en un campo de minas donde una mínima ruptura podía hacer estallar todo. Así lo describía el propio Botvínnik: “...me sorprendió el hecho de que, en lugar de jugar forma posicional, como yo fui enseñado en mi juventud, mi oponente pudiese realizar jugadas de apariencia ilógica. Su lógica, tenia, en realidad, un estricto valor práctico: plantearle al rival los mayores problemas posibles. Y cuando éste se equivocaba, Tal sabia encontrar soluciones elegantes e inesperadas.”

Tal, gustaba de agradar al publico con jugadas arriesgadas, dejando el final en un segundo plano. De pronto, en una partida, Tal entregaba una pieza, o incluso varias, sin motivo aparente. En esos sacrificios, había mucho de psicología. De hecho, muchas veces no eran correctos, cosa que se ha demostrado posteriormente a sus partidas, pero ¡eso es precisamente lo que le convierte en un grandísimo jugador! Sus rivales estaban tan nerviosos y se quedaban tan desconcertados, que eran incapaces de encontrar la continuación correcta. Y es que una cosa es refutar una jugada de Tal tranquilamente en una habitación, varios meses después, utilizando un programa informático, y otra cosa es estar allí, enfrente de Tal, en un torneo, con el reloj contando los minutos, tratando de buscar la mejor respuesta posible en el menor tiempo. Así lo explicaba él: “el ajedrez de torneo y las matemáticas son dos cosas distintas”.
Tal solía bromear con su peculiar estilo diciendo: “sólo hay dos tipos de sacrificios, los que son correctos y los míos”. Una vez, le preguntaron como podía dejarse tantas piezas, a lo que respondió: “sólo me pueden comer una a la vez”.
Su obsesión por el ataque a toda costa, sin importarle dejarse piezas por el camino, llegaba hasta tal punto que en una partida con el danés Bent Larsen en el ano 1969, Tal realizo un dudoso sacrificio de peón que le costó la partida. Más tarde, analizando la partida con Geller, éste le dijo: “Y ahora, Misha, ¿por qué no toma usted en e6? Obtiene un peón a cambio y la posición no es totalmente desesperada. A lo que Tal contesto: “¡Yo sólo miraba al Rey negro! No había pensado ni por un momento en esa posibilidad!
En los últimos años de su carrera, Tal trabajó de comentarista en radio y televisión, donde estuvo comentando las partidas del match entre Kárpov y Kaspárov de 1984. En 1988 gano el primer campeonato del Mundo de ajedrez relámpago, a partidas cortas, en el que también participaron Kárpov y Kaspárov.

Excelente persona, sus golpes de humor marcaron su personalidad para la eternidad: en las Olimpiadas de Leipzig de 1960, Fischer se le acerco y leyó la mano al estilo de las gitanas decidoras de futuro : “veo que eres un buen jugador, campeón del mundo, pero también veo que el título te lo va a arrebatar un joven Gran Maestro de Estados Unidos (refiriéndose a él mismo). Acto seguido Tal se acercó a Lombardy, que recientemente había obtenido el título de Gran Maestro, y le estrechó la mano: “Mis felicitaciones, William. Serás el próximo campeón del mundo”. 

Tal, fue protagonista de multitud de anécdotas curiosas durante su carrera. Una vez, en un torneo del año 1947, Tal disputaba una partida que tenía perdida y en la que pensaba abandonar. Pero al llegar a la jugada 40 se aplazó la partida para el día siguiente. Aquella noche soñó con una variante que le libraba de la derrota, al día siguiente decidió aplicar lo soñado y consiguió salvar la partida.

En 1969 los médicos le extirparon un riñón. En esos días corrió el rumor de que no había podido superar la operación y había fallecido. Incluso en Yugoslavia (país donde era muy querido) apareció su esquela en la prensa. Un mes después de la operación Tal volvió a la competición en el torneo de Tbilisi ganando el primer premio, realizando una gran partida contra Suetin, en la que hizo un maravilloso sacrificio. Tras ganar la partida comentó: no está nada mal para un difunto.

Murió en un hospital moscovita en 1992, a la edad de 55 años.

Tigrán Vartánovich Petrosián (1929-1984), nació en Tiflis, Georgia, aunque étnicamente era armenio. Aunque su padre fuera analfabeto, en la escuela era un excelente estudiante, al igual que sus hermanos. Se quedo huérfano durante la Gran Guerra Patria, viéndose obligado durante la misma a barrer las calles para sobrevivir. En esa época empezaría a desarrollar una sordera en uno de los oídos. Durante la guerra, con su ración compró la obra La práctica de mi sistema de Nimzowitch12, lo que acabaría teniendo una gran influencia en su juego. 

Campeón del mundo en 1963 y 1969 y campeón de la Unión Soviética en cuatro ocasiones. Posiblemente el jugador con los mejores conceptos defensivos de la historia. Después de Tal, hacía falta alguien más frío, para completar el cuadro evolutivo del ajedrez, preparando los cimientos para la formación de los futuros campeones, que serían más universales que todos los jugadores anteriores.

Como estudioso de las teorías de Nimzowitch, tenía una comprensión del juego posicional como pocos (tal vez Kárpov es el único que luego le haría sombra en este aspecto). Demostró que esperar a que ataque el contrario también puede ser una buena táctica. En lugar de lanzarse al ataque conseguía pequeñas ventajas que aprovechaba con precisión matemática, lo que le valió el apodo de ‘boa constrictor’. Petrosián quería enfrentarse de forma obsesiva al plan del contrario, anticipándose a sus movimientos, cosa que no es nada fácil. En este sentido era famoso por su comprensión de la profilaxis13. Se defendía tan bien que neutralizaba las amenazas del adversario antes de que éste se diera cuenta de ellas. Tal llegó a decir de él, con uno sus típicos golpes de humor: “Petrosián ve llegar el peligro varios días antes”. Fischer decía de él: “Tiene un sentido táctico increíble, y un excepcional sentido del peligro… No importa lo profundo que calcules… Se olerá cualquier peligro 20 movimientos antes que tu.”

No obstante, ganó muy pocos torneos, porque hacía muchas tablas y porque, a diferencia de los matches individuales, en los torneos tenía pocas probabilidades de ganar contra jugadores agresivos, cosa que encajaba con el carácter conformista que moldeaba su estilo de juego. No obstante, era un jugador muy difícil de batir: no perdió ni una sola partida en todas sus participaciones en las olimpiadas (79 victorias y 50 tablas).

Petrosián era un experto en luchar contra la defensa India de Rey, contra la que desarrolló la llamada variante Petrosián (1.d4 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 Ag7 4.e4 d6 5.Cf3 0-0 6.Ae2 e5 7.d5). Existen otras aperturas donde desarrolló variantes que ahora llevan su nombre, notablemente en la Defensa India de Dama (1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cf3 b6 4.a3), la Defensa Grünfeld (1.d4 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 d5 4.Cf3 Ag7 5.Ag5) y la Defensa Francesa (1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 Ab4 4.e5 Dd7). También se le atribuye, conjuntamente con Smyslov, una variante de la Defensa Caro-Kann, la conocida como Petrosián-Smyslov (1.e4 c6 2.d4 d5 3.Cc3 dxe4 4.Cxe4 Cd7).

Los problemas de audición de Petrosián le llevaron a veces a situaciones curiosas. En una partida, le ofreció las tablas a Glígoric, que éste rechazó aunque cambió de opinión pocos instantes después. Pero al hacerlo Petrosián no le oyó y al final ganó la partida. Falleció en Moscú en 1984 debido a un cáncer del estomago. El 7 de julio de 2006 se inauguró un monumento en su honor en el distrito Davtashen de la capital de Armenia, Yerevan.

Boris Vasílievich Spassky, nació en 1937 en Leningrado. Campeón del mundo en 1969 y campeón de la URSS en dos ocasiones, en 1961 y 1973. Este jugador tiene la desgracia de ser más conocido por haber perdido frente a Bobby Fischer en el campeonato mundial de 1972, hecho que fue acogido en la Unión Soviética como una tragedia nacional. Su infancia también fue traumática: en 1943, a la edad de 8 años, tuvo que escapar de Leningrado durante la Gran Guerra Patria.

Jugador de un estilo bellísimo y universal, posiblemente de los más completos que ha existido. Tras volver a Leningrado, ingresó en el Palacio de Pioneros de la ciudad, desarrollando un estilo de juego frío y posicional, sin arriesgar apenas en sus partidas. Ello restringía su creatividad y decidió cambiar de entrenador, pasando a ser tutelado por Alexander Tolush, que le enseñó otra forma de entender el ajedrez, volviéndose así un jugador mas osado y agresivo. En 1965 pasaría a ser entrenado por Igor Bondarevsky, gracias al cual su estilo se volvió de nuevo posicional y su repertorio de aperturas mejoró notablemente. Aun así de vez en cuando brindaba alguna partida espectacular a la afición.

Lo cierto es que se esperaba mas de él de lo que dio durante su brillante carrera. Se pensaba que iba a ser campeón mundial antes de cumplir los 25 años, pero la derrota ante Tal en el torneo interzonal de Portoroz en 1958 le afecto profundamente. En 1964 logró vencer en el torneo de candidatos por el título mundial, venciendo a Keres, Geller y Tal, pero pierde ante Petrosián el match por el título mundial, que obtendría al verse de nuevo las caras con el jugador armenio.

En 1972 Spassky tiene que defender en Reykjavik el título mundial ante la joven estrella ascendente, Bobby Fischer, que había pasado como una apisonadora derrotando a Taimánov, Larsen y Petrosián. En plena Guerra Fría, el mundo entero aguantaba la respiración ante la celebración de este enfrentamiento que seria conocido como el ‘match del siglo’. Sin embargo el match empieza mal: cuando Spassky ya había llegado, Fischer no se presenta en Reykjavik, alegando que la dote del premio al título mundial es insuficiente.
El departamento de Estado norteamericano interviene para convencer a Fischer de que juegue el match. Tras perder la primera partida (por un error garrafal al comerse un peón con el alfil en la casilla “h2”), Fischer sigue con sus extravagancias: exige que se retiren las cámaras de televisión del torneo. Al no satisfacerse su petición, amenaza con volver para America. En la segunda partida, el árbitro pone el reloj en marcha, pero Fischer no aparece. La Federación Soviética considera que su campeón ha sido humillado. En ese momento, Spassky es presionado desde Moscú para que solicite la suspensión del match. Los miembros del Politburó sabían que, de ser así, Spassky gozaría del respaldo de la opinión publica internacional.

Pero Spassky se negó a obedecer. Siendo consciente de que podía perder, quiso ganarle a Fischer sobre el tablero. Al final Spassky perdió el match por 12,5 puntos a 8,5, y Fischer acabo con 24 años de hegemonía soviética. Spassky cayó en desgracia en la Unión Soviética, siendo acusado por el Partido Comunista de desleal y de no haberse preparado a fondo. Spassky volvió a jugar torneos de clasificación por el título mundial, pero nunca volvió a ser el mismo, cayendo en una suerte de conformismo que le haría renunciar a lucha por el título. En 1984 emigró de la Unión Soviética y se nacionalizó francés.

Exponente de un estilo universal: su juego no era ni claramente combinativo ni claramente posicional. Gracias a los entrenadores tan dispares que había tenido, era capaz de destacar en todas las facetas del juego. Tenía una visión muy amplia del ajedrez, con un gran sentido de la adaptación. Se sentía cómodo en diversos tipos de posiciones: era capaz de ganarle una partida posicional a Petrosián y de ganarle a Tal con un Gambito de Rey, (que se plantea con las jugadas 1.e4 e5 2.f4), apertura arriesgada a la vez que agresiva, muy poco frecuente a nivel magistral, con la que cosechó grandes éxitos. Era excelente en el medio juego, en el que desplegaba un juego muy imaginativo, aunque a la vez profundamente meditado, en el que a veces irrumpían golpes tácticos. Según Kaspárov, su estilo supuso un progreso que “abrió una etapa para una nueva profesionalidad del ajedrez”.

Por otra parte, su contribución a la teoría de aperturas es notoria. Hizo grandes contribuciones resucitando la variante Marshall de la Apertura Ruy López (1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5.0-0 Ae7 6.Te1 b5 7.Ab3 0-0 8.c3 d5) o desarrollando la variante Leningrado de la Defensa Nimzo-India (1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cc3 Ab4 4.Ag5) o la variante cerrada de la Defensa Siciliana (1.e4 c5 2.Cc3). Algunas otras variantes llevan su nombre, notablemente la variante Spassky de la Defensa India de Rey (1.Cf3 Cf6 2.g3 b5).

Será recordado por su comportamiento cortés y educado durante las partidas, cosa que le hizo ser uno de los campeones del mundo más populares que se recuerdan. Curiosamente, Spassky siempre dijo que el ajedrez no era su vida. De hecho se sabe que dedicaba mucho tiempo al atletismo, la natación, el tenis, la música clásica rusa, la literatura... Con esto se puede entender su falta de ambición tras perder con Fischer, sobre todo tras lograr su objetivo, que era ser campeón del mundo.

En 1992 jugó un match de revancha amistoso con Fischer, en el que volvería a ser derrotado. En 2010 sufrió un ataque que le dejo paralizado el lado izquierdo del cuerpo. Tras un largo periodo de rehabilitación en Francia, regresó a Rusia después de 28 años. Es el campeón mundial de mayor edad en la actualidad. 

Años 80: dictadura de ‘la doble K’

Finalizaremos este breve repaso a los grandes ajedrecistas soviéticos con la pareja de jugadores que dominó el ajedrez mundial durante los años 80 y buena parte de los 90: los llamados ‘dos K’, Gary Kaspárov y Anatoli Kárpov, que durante largos años protagonizaron la mayor y mas larga rivalidad de la historia del deporte (si, han leído bien, de la historia del deporte, no solamente del ajedrez). Su enfrentamiento alcanzó dimensiones gigantescas, no sólo por el hecho de que en el tablero se enfrentaban dos concepciones radicalmente distintas del ajedrez, sino también por las connotaciones políticas que tenía su rivalidad, en un momento en que la Unión Soviética estaba de camino hacia la restauración capitalista: Kárpov era el abanderado del régimen soviético, el campeón designado para propagar las ventajas del socialismo. Kaspárov, en cambio, fue escogido como símbolo de las fuerzas favorables a la perestroika14 así como por las fuerzas nacionalistas de los países transcaucásicos.

Anatoli Yevguénevich Kárpov, nació en Zlatoust, en los Urales, en 1951. Cuatro veces campeón del mundo, en 1975, 1978, 1981 y 1984, y tres veces campeón del mundo de la FIDE tras el cisma de los años 9015, en 1993, 1996 y 1998. Tres veces campeón de la URSS, en 1976, 1983 y 1988. Una marca excepcional. Sin ningún tipo de dudas podría haber sido campeón mundial por más tiempo, de no ser porque Kaspárov se cruzo en su camino.

En medio del frío clima de los Urales, de pequeño unos problemas pulmonares le causaron grandes dificultades, siendo el ajedrez para él una válvula de escape. A los cuatro años aprendió a jugar y a los siete ya le ganaba al mejor jugador de su pueblo natal. En 1966, a la edad de 15 años, se convierte en el Maestro Nacional mas joven de la historia. En 1970 adquirió el título de Gran Maestro. Además de ajedrecista, desempeñó distintas labores políticas. Muy comprometido con el Komsomol, fue miembro de la Comisión de Asuntos Extranjeros del Soviet Supremo. En 1982 fue elegido en presidente de la Fundación Soviética por la Paz, una ONG soviética.

Kárpov tuvo el honor de ser aquel que le devolvió el orgullo nacional a la URSS después de la derrota ante Fischer en 1972. En 1975, fue la gran baza del Partido Comunista para disputarle el título mundial al norteamericano. Sin embargo, el match no se llegaría a celebrar debido a las extravagancias de Fischer, que por aquel entonces ya estaba bastante trastornado: el norteamericano imponía a la FIDE unas condiciones imposibles para la celebración del match: pretendía que para ser campeón del mundo, Kárpov tenia que ganarle por dos puntos, cosa inaceptable para la FIDE. Fischer no se presentó a jugar la primera partida. A diferencia de Spassky, Kárpov no desoyó las directrices del Partido Comunista y fue declarado nuevo campeón del mundo. Muchos creen que Fischer impuso estas condiciones porque tenía miedo de perder el título mundial que había sido su obsesión durante toda su vida.

Sin embargo esta victoria tuvo un sabor agridulce para Kárpov, que se quedaría, durante el resto de su carrera, con las ganas de demostrar que era el mejor, demostrándolo con resultados. Ello se traduciría a la postre en los más de 160 torneos que ganó. Una barbaridad. En 1978 y 1981 revalidó su título mundial contra el disidente exiliado de la Unión Soviética, feroz enemigo del régimen soviético Victor Korchnói16, que compitió sin bandera.

Gary Kímovich Kaspárov nació en Bakú, en la RSS de Azerbaiyán, en 1963. Nacido como Gary Kímovich Veinshtéin, de madre armenia y padre ruso-judío. Cuando su padre fallece, a la edad de 7 años, su madre decide ponerle su apellido, Kasparián, rusificándolo, pasando el joven Gary a apellidarse Kaspárov. A partir de ese momento, su madre va a tener una sola obsesión: convertirlo en campeón de ajedrez.

Campeón del mundo en cuatro ocasiones, en 1985, 1986, 1987 y 1990, y dos veces campeón del mundo ‘clásico’ por el torneo de la PCA, en 1993 y 1995. Para muchos, es el mejor jugador de la historia. Ganó 9 veces el torneo de Linares, Jaén, por aquella época el mas fuerte del mundo. Todo un record histórico.
A la edad de 10 años se matricula en la Escuela Botvínnik de Moscú. Con 12 años se enfrenta a un Kárpov mucho mayor que él, en un partida simultánea en la que acaba perdiendo, pero presentando batalla hasta el final. En 1978, se clasifica para el campeonato de la Unión Soviética, a la edad de 15 años, el más joven en conseguirlo por entonces. Su gran salto a la fama se produce en 1979 en el torneo de Banja Luka (Yugoslavia). Los organizadores del torneo estaba molestos con los soviéticos por alinear a un jugador tan joven, pero Kaspárov acalló todas las criticas llevándose el primer premio a la edad de 16 años y obteniendo la norma de Gran Maestro.

En septiembre de 1984, se va a celebrar el match donde le disputará el cetro de campeón mundial a Kárpov, después de haber eliminado en la fase preliminar a Beljavski, Smyslov y Korchnói. Si bien antes Kárpov tuvo que enfrentarse a Korchnói, que el mejor jugador no-soviético de la época, el match entre los dos ‘K’ confirmaba de nuevo la supremacía de la Unión Soviética en el deporte. En el tablero, se van a enfrentar dos filosofías distintas de entender el ajedrez.

Kárpov, mas que un jugador, es una computadora. Cuando juega, es mas frío que un témpano de hielo, nunca se sabe si está ganando o perdiendo. De ahí que se le conozca como ‘el gélido Tolia’. Su estilo, de una precisión milimétrica, es muy posicional, sin correr riesgos de ningún tipo, pero reaccionando enseguida ante cualquier error de su contrincante. Es un experto a la hora de comprender la esencia de la posición, sabiendo convertir una mínima ventaja en una ventaja enorme, acorralando a su rival mediante un trabajo artesanal de obrero. Es capaz de sacar petróleo de una piedra. Así lo describe el propio Tolia con estas instructivas palabras:

Digamos que el juego puede evolucionar de dos maneras: una de ellas es un bello despliegue táctico que de lugar a variantes que no permiten un calculo preciso; la otra es una clara presión posicional que lleve a un final de partida con microscópicas posibilidades de victoria… Yo escogería la ultima sin pensarlo dos veces. Si mi oponente plantea un juego agudo, no pongo objeciones; pero en tales casos obtengo una menor satisfacción, incluso cuando gano, que en una partida conducida según las reglas de la estrategia, con su lógica fría y despiadada.

Kaspárov, en cambio, es un jugador más agresivo, tremendamente combinativo, que plantea un ataque en tromba, buscando asesinar el adversario rematando las partidas con bellas combinaciones. Según el periodista Leontxo García, “representa las fuerzas de la naturaleza volcadas sobre un tablero”, un ganador nato que lucha por la victoria hasta el fin. Un jugador apasionado, físicamente un portento y muy fuerte mentalmente, caracterizado por jugar con mucho riesgo, incluso en competiciones de alto nivel. Pero lo mejor es su gran técnica, y, al igual que Kárpov, su facilidad para comprender las posiciones. A ello se ha de añadir su profundo conocimiento de la teoría de las aperturas, uno de los grandes de la historia en este aspecto. A los más curiosos les interesará tal vez saber que existe una famosa variante de la Defensa Nimzo-India que lleva su nombre, que se plantea con los movimientos 1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cc3 Ab4 4.Cf3.

Para el encuentro de 1984, la FIDE toma una decisión dudosa: estrena un sistema de competición sin precedentes, en el que las tablas no cuentan: ganará el primero a seis victorias, sin límite alguno de partidas. Kaspárov, que sólo tiene 21 años, empieza de forma muy impetuosa, sin tener en cuenta los puntos fuertes de su oponente, y se lleva un serio rapapolvo. A las nueve partidas, Kárpov ya ganaba por 4 a 0. En la partida 27 Kaspárov ya pierde por 5 a 0, y en la 31 está a punto de ser aniquilado, pero consigue defender brillantemente una partida completamente perdida, acabando en tablas. La historia del ajedrez, y posiblemente la carrera de Kaspárov, habrían sido totalmente distintas de haber rematado Kárpov esa partida.

A partir de allí Kaspárov experimenta un cambio. El mítico entrenador Yuri Averbaj17, que hacía de árbitro en esa competición, lo relata con estas palabras: “Vi cómo Kaspárov cambió durante el primer match. Al principio era un joven muchacho. Al final del mismo se había convertido en un hombre adulto, en un fuerte luchador. Kárpov no se dio cuenta de ese cambio”. En la partida 32 Kaspárov obtiene el primer triunfo.

El match se prolonga hasta abril de 1985. Kaspárov consigue llegar a las 5 victorias, y el campeón vigente, Kárpov empieza a mostrar signos de agotamiento físico y psicológico. No estaba en buena forma. Kaspárov, en cambio, le daba muchísima importancia a la preparación física: practicaba deporte con asiduidad: atletismo, natación, fútbol, hockey sobre hielo… Por cierto que Mijail Botvínnik seguía siendo el entrenador de Kaspárov. Cuando éste perdía por 4 a 0, le dijo: “juega como si estuvieses ganando, no tengas miedo de hacer tablas. Él tiene menos resistencia física que tú, y se cansará antes.”

Un día antes de cumplirse los seis meses de campeonato, el presidente de la FIDE, Florencio Campomanes, por miedo a que el match termine en una prueba de resistencia física, decide suspender el match, declarándolo sin vencedor. Así, Kárpov retuvo el título mundial. La noticia fue un escándalo mundial, que acabó trascendiendo al plano político. Tras la decisión de la FIDE, ambos jugadores se acusaron mutuamente de querer suspender el match. Kaspárov le reprochó a Kárpov el apoyo que recibía del Politbu, mientras que Kárpov acusaba a Kaspárov de tener el apoyo de un alto cargo azerí del KGB, Heydar Aliyev, que habría intercedido por su paisano. La tensión, como puede imaginarse, era grande por los tiempos que corrían.

El match por el título mundial se volvería a celebrar en septiembre del mismo año en el Teatro Tchaikovski de Moscú. La expectación a escala mundial se había disparado. El sistema de competición volvía a ser el de siempre: gana el mejor a 24 partidas. Para entonces el juego de Kaspárov había madurado mucho. Supo emplear contra Kárpov los mismos trucos que había empleado contra él, haciendo un juego más pausado y meditado. Kaspárov llegaría a confesar: “He tenido el mejor profesor particular que hubiera podido desear.”
Ante un público repleto de azeríes, armenios y judíos, aquella Kaspárov vez se hizo con el título mundial, a la edad de 22 años, superando el récord de Tal.

La ‘doble K’ volverían a jugar la final campeonato mundial en tres ocasiones más, en 1986, 1987 y 1990, en las que Kaspárov ganaría de nuevo, teniendo el match en Sevilla 1987 un seguimiento gigantesco en España. En 1993, tras la ruptura de los aspirantes al título mundial Kaspárov y Nigel Short con la FIDE, ésta decidió organizar un match con los dos semifinalistas eliminados: Kárpov y el holandés Jan Timman. De esta forma Kárpov se hizo de nuevo con el título de campeón del mundo ‘oficial’.

No obstante, aunque en cuatro campeonatos del mundo Kaspárov siempre estuvo por delante de Kárpov, sus victorias siempre fueron extremadamente reñidas. En 144 partidas del campeonato mundial, el balance de victorias a favor de Kaspárov sólo es de dos. Un diferencia ínfima. Kárpov tendría de hecho la posibilidad de volver a demostrar su valía, dando la sorpresa ante la opinión pública al firmar en 1994, en el torneo de Linares una de las mejores actuaciones de la historia, arrasando con todos los rivales y obteniendo el primer puesto con 2,5 puntos por delante del favorito, Kaspárov.

Tras proclamarse ganador en el mismo torneo en el año 2005 Kaspárov anunció su retirada del ajedrez profesional, para dedicarse por completo a la política. Kárpov sigue compitiendo ante el tablero, aunque sus apariciones se han hecho más raras. Actualmente ocupa el puesto n°191 del ranking mundial de la FIDE.

Aunque su actividad política es más moderada que la de Kaspárov, es miembro de la Cámara de Comunes de Rusia como representante de las asociaciones, presidente de la Comisión para los Damnificados de Chernóbil, y mantiene su puesto de presidente de la antigua Fundación Soviética para la Paz, aunque en su versión homologada a la Federación Rusa, el Fondo Internacional para la Paz. En 2010 presentó su candidatura como presidente de la FIDE, con el apoyo de Kaspárov. Sigue ejerciendo de profesor de economía en la Universidad de Moscú.

Un legado que pervive

En 1991, el socialismo sufrió una derrota temporal con la dramática desintegración de la Unión Soviética, que pondría punto final a un largo proceso de degeneración revisionista del Partido Comunista. Pero la influencia del ajedrez soviético se mantiene 21 años después, tanto en el plano de la enseñanza como en las competiciones de alto nivel. Las escuelas de Moscú y San Petersburgo en Rusia y las de Kiev, Odessa y Lvov en Ucrania se mantienen entre las líderes del mundo, pero las escuelas de países anteriormente pertenecientes a la Unión Soviética, principalmente Armenia, Georgia y Azerbaiyán, compiten con éxito con las rusas y ucranianas. Hoy, es imposible hablar de la historia del ajedrez sin mencionar a los Grandes Maestros de la era soviética, a la vez que su enriquecimiento de la teoría ajedrecística ya es patrimonio de todas las academias y escuelas a lo largo y ancho del mundo.
Estos logros inmensos de la Unión Soviética en el campo del ajedrez, a la vez que tantos otros logros en el terreno científico y cultural y del bienestar de la población, son inseparables del socialismo como formación social y económica, superior al sistema capitalista. Existe una ligazón estrecha entre socialismo y ajedrez, tanto por sus beneficios en la educación de los niños, desarrollando en ellos valores éticos, como por ser un deporte que estimula la mente, además de fomentar la capacidad de análisis y reflexión, la capacidad de decisión, la creatividad y el espíritu critico. El ajedrez estuvo estrechamente unido a la construcción del socialismo en la Unión Soviética, y volverá a ocupar un puesto privilegiado en la formación intelectual de la clase obrera cuando el socialismo se extienda por todo el mundo. Ello hasta que las reglas de este juego se desarrollen hasta alcanzar una forma cualitativamente superior o aparezca otro deporte mental que lo sustituya.
Ni qué decir tiene que, debido a la influencia soviética, la popularidad del ajedrez conoció un auge creciente en resto de países de la comunidad socialista o en países que al menos lo fueron en su día. Tema que no pretende abordar ampliamente este articulo, aunque podemos ofrecer algunas pinceladas.
El ajedrez soviético sigue dejando hoy una huella indeleble en las competiciones de alto nivel. Y cuando hablamos de la Unión Soviética, nos referimos a todas las naciones que la compusieron. Tras los matches protagonizados por la ‘doble K’, todas las ediciones del campeonato del mundo situadas entre 1993 y 2005, ya sea de la FIDE o de la PCA, fueron proclamados vencedores jugadores nacidos en países socialistas (si exceptuamos la victoria del hindú Viswanathan Anand en el año 2000 contra el hispano-letón Alexei Shírov) Cabe destacar, por ejemplo, al ruso Vladimir Kramnik, al Búlgaro Veselin Topálov o al uzbeco Rustam Kazimdshánov. Si cogemos a los 20 mejores jugadores actuales según el ranking mundial de la FIDE, vemos que 14 de ellos son originarios de países tales como Rusia, Ucrania, Armenia, Azerbaiyán y China (y eso si descontamos al finalista del campeonato mundial de 2012, el israelí nacido en Bielorrusia Boris Gelfand).
China, precisamente, ha surgido como potencia mundial gracias al impulso inicial de entrenadores ex-soviéticos. Ello se puede ver sobre todo en ajedrez femenino, donde China es una superpotencia, hecho que se refleja en las victorias en los campeonatos mundiales por parte de Xie Jun entre 1991 y 1996 y de Zhu Chen entre 2001 y 2004, y las más recientes victorias en 2010 y 2012 por parte de la jovencísima Hou Yifan, de tan sólo 18 años, mujer más joven de la historia en obtener el título de Gran Maestro, a la edad de 14 años. La húngara Susan Pólgar, la búlgara Antoaneta Stefanova y la rusa Alexandra Kosteniuk completan ese panteón del campeonato mundial femenino.
Siguiendo con el ajedrez femenino, cabe destacar también a la n°1 del mundo, Judit Pólgar, hermana de Susan, mejor ajedrecista femenina de todos los tiempos, única ajedrecista femenina que llegó a estar entre los 10 primeros del ranking mundial de la FIDE, lográndolo en 1996. No posee el título de campeona del mundo porque, debido a la educación no-sexista que recibió por parte de su padre, participa exclusivamente en torneos mixtos. Actualmente ocupa el puesto 45 en el ranking mundial (mixto) de la FIDE.
Y en cuanto a la otra gran competición organizada por la FIDE, las olimpiadas de ajedrez, cabe destacar que todas las ediciones tras 1991 se proclamaron vencedoras Rusia, Ucrania y Armenia. Particularmente relevante fueron, en la última edición 2012 en Estambul, Turquía, el 4° y 7° puesto obtenidos por China y Vietnam, respectivamente, y el 11° puesto logrado por Cuba, por encima de países como Alemania, Italia e Inglaterra. 

Notas:
1 Siglas en francés de la Federación Mundial de Ajedrez, fundada en París en 1924.
2 Si exceptuamos la edición de 1927 en la que la jugadora de origen anglo-checoslovaco Vera Menchik obtuvo el título mundial representando a la Unión Soviética.
3 Georgia es, de hecho, una pequeña nación de la que salieron grandísimas jugadoras. Nona Gaprindashvili y Maya Chiburdanidze fueron campeonas del mundo durante los periodos 1962-1978 y 1978-1991 respectivamente. Incluso hoy, Nana Dzagnidze y Bela Khotenashvili ocupan respectivamente los puestos 6 y 15 del ranking mundial femenino de la FIDE.
4 Wilhelm Steinitz (Praga, 1836-Nueva York, 1900), jugador de nacionalidad austríaca. Fue primer campeón del mundo oficial de la historia en 1886. Se le considera el primer teórico que intento explicar el ajedrez de forma científica. Precursor del juego estratégico, estableció muchos de los principios en los que se basaría el moderno juego posicional.
5 Defensa contra el Gambito de Dama, que se plantea con las jugadas 1.d4 d5 2.c4 Cc6.
6 Alekhine fue un personaje contradictorio y un tanto oportunista. Se sabe que apoyó la Revolución de Octubre, pero tras la misma su familia, de origen aristocrático, fue desposeída de todos sus bienes. En 1919 fue encarcelado en Odessa acusado de espionaje. En la cárcel, tras jugar unas partidas con Trotski, consigue el favor de éste para ser liberado, tras lo cual emigra a Francia, donde Alekhine adoptó la nacionalidad francesa en 1925. Está demostrado que bajo la ocupación alemana de Francia, colaboró con los nazis al redactar varios artículos con un marcado contenido antisemita, lo que le permitió jugar torneos bajo territorio ocupado. Tras la guerra se refugio en el Portugal de Zalazar donde murió en 1946.
7 Corriente filosófica de ajedrez en los años 20 del siglo pasado, que reaccionó contra los postulados del ajedrez moderno de finales del siglo XIX, que decían que en la apertura lo fundamental era el control del centro del tablero. La escuela hipermoderna planteó nuevas formas de atacar el centro desde los costados, usando los caballos y peones laterales y sacando los alfiles por las casillas en fianchetto (por las casillas ‘b2’ y ‘g7’, o ‘b7’ y ‘g7’), y desarrollando un plan independiente sin preocuparse al principio de las intenciones del contricante de ocupar las casillas centrales.
8 Al igual que en otras disciplinas, como el judo, donde existen cinturones de diversos colores para establecer categorias, en ajedrez el máximo título es el de Gran Maestro. Despues, de mayor a menor importancia vienen los títulos de Maestro Internacional, Maestro FIDE, Maestro Nacional, etc. Para ascender al título de Gran Maestro hay que conseguir una serie de resultados excelentes en distintos torneos, llamados ‘normas’.
9 Nombre adoptado en recuerdo a su exilio en Ginebra suiza en la época de la lucha en clandestinidad de los bolcheviques.
10 La expresion ‘isla de peones’ se refiere a una cadena de peones separada de otra cadena de peones, por una o varias columnas. Asi, tras distintos cambios de piezas, en un partida lo normal es que en cada bando haya dos, tres o hasta cuatro islas de peones. El hecho de tener varias islas de peones es en sí mismo una debilidad estructural porque supone la existencia de una columna abierta, aprovechable para una torre, y sobre todo porque supone que en el tablero hay peón que ya no está defendido por ambos lados por otro peón, sino por uno sólo, cuando no es un peón aislado (es decir, que no tiene peones contiguos), lo cual es una debilidad aún mayor.
11 Max Euwe (1901-1981), jugador holandés y profesor de matematicas, quinto campeon del mundo entre 1935 y 1937, presidente de la FIDE enre 1970 y 1980.
12 Aaron Nimzowitch (1886-1935), jugador y teorico danés de origen letón. Exponente de la escuela hipermoderna de ajedrez, sus teorías se oponían a los convencionalismos de su época. Escribió varios tratados de estrategia, entre los que se encuentran Mi sistema o La práctica de mi sistema, que se consideran unos clásicos de la literatura ajedrecistica. Desarrolló distintas aperturas y variantes que llevan su nombre, como la Defensa Nimzo-India.
13 Término acunado por Nimzowitch, que significa ‘prevención’. Las jugadas profilácticas son aquellas que tienden a anticiparse a los planes del contrario para conjurar peligros, antes de lanzarse al ataque.
14 Al igual que Alekhine, Kaspárov es sin duda un personaje un tanto polémico. En 1984 se unió al Partido Comunista y en 1987 fue elegido para el Comité Central del Komsomol, pero lo dejó el Partido en 1990 para participar en la creación del Partido Demócrata de Rusia, próximo a las tesis de Yeltsin. En 1991, Kaspárov obtuvo el reconocimiento del Centro para las Políticas de Seguridad, un think tank estadounidense, por su resistencia anti-soviética y su “defensa de los valores de los Estados Unidos alrededor del mundo”. Sin embargo hoy, desencantado con el cambio en Rusia, es un feroz opositor al régimen de Vladimir Putin. Tras retirarse del ajedrez en 2005, Kaspárov creó el Frente de Unión Civil,  cuyo objetivo es “trabajar para preservar la democracia electoral en Rusia”. Hoy participa en la coalición ‘La Otra Rusia’, que además del FUC incluye varios partidos nacionalistas e incluso al antisemita y ultraderechista Partido Nacional-Bolchevique (siendo, él mismo, judío). En 2007 fue detenido en Moscú, tras un intento de ‘La Otra Rusia’ por boicotear la comisión electoral, siendo penado con cinco días de cárcel. Anatoli Kárpov fue la única personalidad de mundo del ajedrez que intentó visitarle en prisión. Parece ser que al señor Kaspárov no le gusta el régimen que él mismo contribuyó a dar vida, y que la brillantez en el tablero no tiene por qué traducirse en inteligencia política.
15 El cisma en la FIDE se produjo en 1993 cuando Gary Kaspárov y el aspirante inglés al título mundial, Nigel Short, se enfrentaron a la FIDE, a la que acusaron de corrupcion y falta de profesionalismo. Ambos salieron de la FIDE y decidieron crear la Asociacion Profesional de Ajedrez (PCA por sus siglas en inglés), que entre 1993 y 2006 organizaría sus propias competiciones internacionales. Con la salida de Kaspárov, la FIDE le despojó de su título de campeon de mundo, que gracias a su ausencia Kárpov volvería a ganar en repetidas ocasiones. En 2006 las dos asociaciones enfrentadas llegaron a un acuerdo para celebrar un match de “unificación” por el título mundial. Hoy la FIDE vuelve a ser la única organizadora oficial del campeonato mundial.
16 La hostilidad entre Korchnói y Karpov llegaba a tales límites que se cuenta que en la final por el título mundial de 1978 en Baguio, Filipinas, se tuvo que poner una tabla de madera entre ambos jugadores para evitar que se dieran patadas por debajo de la mesa.
17 Yuri Lvovich Averbaj, ajedrecista nacido en Kaluga, Rusia, en 1928. Campeón de la Union Soviética en 1954. A la edad de 30 años obtuvo el título de Gran Maestro. Es el Gran Maestro de mayor edad en la actualidad. Como jugador, siempre estuvo un peldaño por debajo de los más grandes, pero será recordado por ser un entusiasta del ajedrez, al que le dedicó toda su vida. Fue entrenador de grandes campeones (entre otros, Petrosián), juez de concursos de composiciones ajedrecísticas desde 1956, árbitro internacional desde 1969, y presidente de la Federación de Ajedrez de 1972 a 1977, además de haber escrito varias obras literarias, entre las que destaca De viaje al reino del ajedrez.