27 de abril de 2014

La figura de Lenin vuelve a convertirse en símbolo de lucha por la justicia social

Por Alexei Verjoyantsev. Recogido de Svobodnaya pressa. Traducido del ruso por Josafat S. Comín


De acuerdo con la encuesta realizada por el “Levada-center”, la percepción que tienen los rusos sobre Vladimir Lenin está cambiando. El número de aquellos que valora positivamente al líder del proletariado mundial, ha aumentado desde un 40% en el año 2006, al 51% en el 2014.

En general tienen una buena opinión sobre el fundador de la URSS, los encuestados con una edad superior a los 55 (62%), con educación por debajo de la media (57%) y los habitantes de zonas rurales (64%).

La valoración negativa del papel de Lenin en la historia se encuentra en gente con edades entre los 25 a los 39 años (30%), con educación superior (35%) y entre los habitantes de Moscú (72%).

El número de aquellos que considera, que Lenin jugó un papel radicalmente negativo en la historia de Rusia se ha reducido desde el 7%, en marzo de 2012, al 5% en marzo del año en curso.

El proceso de rehabilitación del pasado soviético y de sus “figuras de culto” se está produciendo de forma velada en los últimos años. No deja de ser sintomático el hecho de que los antifascistas  del sur y este de Ucrania, se hayan estado reuniendo y organizando los centros de resistencia al “Sector Derecho”, precisamente en torno a los monumentos al líder del proletariado mundial.

¿Qué estaría motivando esta tendencia y hasta qué punto se puede considerar que vaya a continuar así a largo plazo?

El que esté creciendo la atención hacia el periodo de la historia soviética y en general hacia el problema de la búsqueda de una alternativa a la vía capitalista de desarrollo, es algo lógico, considera todos son de la Universidad estatal de Moscú,Alexánder Buzgalin. Lenin en este caso es una figura central. Su nombre está ligado al comienzo de la realización del primer proyecto socialista en nuestro país.

Cada vez hay más gente que  comprende que la actual vía capitalista de desarrollo nos conduce a un callejón sin salida. Ese estancamiento que se ha producido ha conducido a un cierto “pantano espiritual” de la vida. Muchos se han convencido de que el aumento del bienestar material, no satisface todas las necesidades de la persona.

Todo ello empujará a la gente a buscar caminos alternativos de desarrollo del país. La gente vuelve la mirada al pasado, donde ven que es precisamente con Lenin, con quién están relacionados los intentos de salir de ese callejón sin salida, en el que nos encontramos actualmente.

Al mismo tiempo está surgiendo una cierta mitología soviética, que se basa en hechos comprobables, que demuestran que a pesar de todas las contradicciones del pasado soviético, en el mismo, había una innegable tendencia a avanzar hacia delante, a buscar grandes ideas, a realizar grandes proyectos y acometer auténticas hazañas.

Y en este sentido, Lenin es sin duda una figura muy significativa, que simboliza todos esos procesos. Tenía un pensamiento estratégico. Sus planes y sus proyectos, con un esfuerzo enorme y grandes contradicciones, fueron sin embargo puestos en práctica en todo el mundo. Lenin fue una persona que logró auténticas hazañas. Por sus ideas estuvo dispuesto a pagar con la pérdida de su carrera, de su bienestar material, de su vida. Una persona como esa no puede dejar de llamar la atención de la gente que busca un sentido.

Además, los últimos acontecimientos en Ucrania también han influido en la valoración del líder del proletariado mundial. Vemos el entusiasmo de la gente en el sur y este de Ucrania, quienes están luchando no únicamente contra el actual gobierno de Kiev. Están luchando por la justicia social, y ese entusiasmo real, esa resistencia colectiva, esa búsqueda común de alternativas, obligan nuevamente a dirigirse a la figura de Lenin. Cuando centenares y miles de personas, arriesgando sus vidas, sin importarles el dinero, comienzan a resolver los problemas de su ciudad, de su región, de su país, en la sociedad surge algún interés hacía algo mayor que el mercado, e inclusive que la idea nacional.

Al mismo tiempo, hay que entender que no debemos convertir a Lenin en un ídolo, ni envolver su figura en tonos  rosados románticos. Eso sería hacerle un flaco favor al mismo Lenin y al socialismo. Necesitamos un análisis serio que sea capaz de comprender, admirar y compadecer, pero sin renunciar a la crítica dura que muestre todas las contradicciones de la figura de Ulianov-Lenin.

Me gustaría traer a colación una anécdota bastante graciosa y muy representativa. En cierta ocasión subí a un taxi conducido por una persona de Asia central, que me estuvo contando como tienen allí a un trovador, que ha traducido a Lenin y va ahora relatando cual puede y debe ser el futuro.

De todos los datos que aporta “Levada-Center”, se podría sacar la conclusión de que a Lenin le respetan en su mayoría gente ya con una edad y sin demasiados estudios…

Eso no es así que. Aunque ciertamente valoran a Lenin positivamente en general la gente de aquella generación que vivió durante la Unión Soviética y tiene la posibilidad de comparar el modelo socialista con el actual.

Pero al mismo tiempo hay que ver la tendencia entre la juventud. No tengo datos sociológicos, pero tengo experiencia como profesor, que ha trabajado en varias universidades en todo el país. Sin duda el interés de la juventud hacia vías alternativas de desarrollo de la humanidad es enorme.

Otra cosa es que para la actual generación, Lenin esté ausente en el espacio informativo. No hay ningún análisis serio de este titán, ni negativo ni positivo, en el espacio mediático. Por eso a la pregunta de si quiere encontrar una alternativa al actual sistema, pienso que la juventud respondería con mucho mayor entusiasmo que sus mayores en Rusia.

Este año por primera vez en los últimos veinte, en la Universidad estatal de Moscú, se han inscrito en un curso sobre marxismo contemporáneo, decenas de personas. Es gente que asiste a las conferencias y toma parte activa en los debates.

“Estoy plenamente convencido de que la percepción positiva de Lenin seguirá creciendo en un futuro en nuestra sociedad, afirma el diputado de la duma por el PCFR, Viacheslav Titiokin. Creo que ya podríamos decir que las orejeras ideológicas están cayendo y el sentido común se está imponiendo”.
A comienzos de los años 90, como resultado de la agresiva propaganda anticomunista diaria, introdujeron en las cabezas de la gente la idea de que los bolcheviques habrían frenado el desarrollo natural el país, y de que de no ser por ellos, todo sería mucho mejor. A Lenin nos lo representaban como una especie de demonio, responsable de un gran e injustificable número de víctimas.

Ahora, cuando la gente compara lo que había hace un cuarto de siglo, con lo que hay ahora, muchos entienden, que el poder soviético con todos sus defectos, era infinitamente más humano para con los ciudadanos de a pie. Estaba volcado en la persona, favoreciendo el crecimiento general del estado de bienestar, y creando las condiciones para el desarrollo del potencial creativo de la persona.

Ya a mediados del siglo pasado, y a pesar de esa terrible guerra, en la URSS se había acabado con el analfabetismo, con el hambre, y con el desempleo.

Se está produciendo un proceso natural de replanteamiento de valores. Ellos se ve favorecido por la crisis económica, en la que cada vez más el mundo capitalista y nuestro país, se está hundiendo.

¿Ese replanteamiento también se produce entre los jóvenes?

Me gustaría subrayar que el componente de edades de nuestro país, en las últimas dos décadas, ha variado significativamente. Prácticamente  casi toda aquella generación de los que combatieron en la Gran Guerra Patria y reconstruyeron el país tras ella, ha abandonado este mundo. Entre los encuestados de los estudios sociológicos, la mayor parte la comprenden ahora gente, que aun habiendo nacido en la URSS, asocian el inicio de su vida consciente con la disolución del país. Por eso en nuestra sociedad no únicamente tiene lugar una nostalgia sobre la época soviética. Cada vez en mayor medida la sociedad se ve inmersa en ese proceso de replantearse el periodo socialista de nuestra historia.

Un punto de vista distinto manifiesta el director del Centro de investigaciones políticas de la universidad económica Pavel Salin.

Si hablamos de aquellos que tiene una visión muy negativa de la figura de Lenin, en los últimos dos años, su número prácticamente no ha variado. Esa diferencia del 2%, los propios sociólogos la interpretan como margen de error estadístico.

En lo que respecta a aquellos que tienen una visión positiva de Lenin, yo diría que un papel importante lo juega el hecho de que en el trascurso aproximadamente de década y media, ha habido una agresiva propaganda antisoviética y concretamente anti-leninista. En los medios de comunicación había un gran dominio de liberales que tenían como misión formar una visión negativa hacia todo lo soviético. Por inercia esa ola se mantuvo durante cierto tiempo, incluso después de que se eliminase esa directiva.

Ahora las consecuencias de esa propaganda son menos perceptibles. El actual gobierno ruso no está preocupado en denigrar el pasado soviético.

¿Entonces piensa usted en que no cabe esperar una tendencia a la “izquerdización” del país en los próximos años?

No, al menos en el sentido soviético. Aunque esa demanda de justicia social está creciendo en la sociedad. Por eso el gobierno intenta demostrar que valora a la gente del trabajo, al igual que se preocupa por los empleados públicos etc. Al mismo tiempo, está por ver que consiga realmente satisfacer esa demanda de la sociedad.

http://kprf.ru/history/date/130551.html

Construcción de Socialismo: Dziga Vertov, película "Entusiasmo"

Somos leningradenses

Por Carlos Martel.

¡Saludos, camaradas! 

He aquí una nueva canción muy corta, pero con un contenido maravilloso. 

Menciona la actitud y la remembranza de los habitantes y combatientes de esta maravillosa ciudad rusa ubicada en el Báltico, la ahora San Petersburgo y durante cierto tiempo de la época zarista Petrogrado: Leningrado

Disfrútenla y sientan la fortaleza y el coraje de aquellos habitantes que durante más de 900 días sobrevivieron gracias a un estrecho camino que evitaba el cerco total de la ciudad, sobreviviendo a la escaséz de alimentos y a los continuos bombardeos: una verdadera muestra de valor y decisión.

26 de abril de 2014

Portugal, tan cerca y tan lejos

Recordamos aquel 25 de Abril.


JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI LA CHIRA Y LA LUCHA POR EL SOCIALISMO EN EL PERÚ

Por José Carlos Ramos


A fines del siglo XIX, en el marco de una economía feudal y como consecuencia de las inversiones y préstamos de los capitales imperialistas ingleses, norteamericanos, alemanes e italianos, el capitalismo en el Perú recibió un nuevo impulso, operándose, junto al inicio de un proceso de industrialización, la formación de una nueva clase: el proletariado urbano industrial, formado por los desposeídos de los medios de producción que venden su fuerza de trabajo a los capitalistas para que estos se apropien de la plusvalía de lo producido.

En el contexto del nacimiento de esta nueva clase, en Moquegua nace José Carlos Mariátegui La Chira el 14 de junio de 1894. Hijo de Francisco Javier Mariátegui Requejo y de María Amalia La Chira Ballejos, la madre tuvo que cargar sola con el peso de alimentar y educar a dos hijos más: Guillermina y Julio César, luego del abandono del padre, dedicándose al lavado de ropa. No era, pues, ajena a la familia en que nació José Carlos Mariátegui la pobreza y la necesidad de trabajar por un salario para sobrevivir.

Trasladada la familia a Huacho en 1899, a la corta edad de ocho años, una lesión producida en la pierna derecha mientras jugaba en el colegio fiscal donde estudiaba sumaría una nueva adversidad que lo postraría un buen tiempo en la clínica Maison de Santé y contra la cual luchó el resto de su vida.

En 1909, a los 14 años, la necesidad económica lo llevó a trabajar por un salario, de alcanzarrejones y ayudante de linotipista, en el diario La prensa en el que inició también su producción literaria y su vinculación al tratamiento de los problemas económicos y políticos internacionales y nacionales.

La expansión del capital imperialista norteamericano en la economía y la resistencia a este, la profundización del latifundismo y los levantamientos indígenas contra los terratenientes, las luchas económicas proletarias hacían temblar el edificio social del país; los viejos partidos de la oligarquía se encontraban en crisis ideológica y moral, además de divididos; y, una nueva generación insurgía cuestionando el estado de cosas reinantes. Todo ello, no podía dejar de repercutir en el pensamiento y acción de José Carlos Mariátegui.

Frente a la Crisis política en que se debatía el país, Mariátegui, desde el periódicoNuestra época, expresó su propósito de quemar el organismo político del país, tan corrompido, ya que tan solo la acción material del fuego puede purificarlo y la necesidad colectiva de quienes lo acompañan en la repulsa de“buscarnos un camino propio, para afirmarla y para salvarnos de toda apariencia de solidaridad con el pecado, el delito y la ineptitud contemporáneos”, estableciendo como su programa político decir la verdad(Exposición en Nuestra Época, Nº 1; Lima, 22 de junio de 1918).

Consecuencia de esa actitud fue su posición frente  a la crisis de  los partidos de la derecha de esa época: el Partido Civil, el Partido Constitucional, el Partido Demócrata y el Partido Liberal. Contra la tesis de José Matias Manzanilla de “reorganizar” y “revisar programas” de los partidos de la aristocracia terrateniente y burguesa; y, convencido de que “la tradicional división de conservadores y liberales ha perdido ya su sentido”,  de “su ineptitud y de su caducidad”, Mariátegui afirmó rotundo que “no necesitamos que se los restaure ficticiamente. Necesitamos que se les sepulte y sustituya”, para que Nuevas agru­paciones capaces de adquirir efectiva fuerza popular (…) que aporten a la lucha política ideas y aspiraciones definidas (…) que merezcan laadhesión de la gente joven, honorable y consciente las reemplacen (La reorganización de los grupos políticos en Nuestra Época, Nº 2; Lima, 6 de julio de 1918).


Durante los años 1904, 1912-1913, 1916-1917 y 1919, el proletariado, bajo la influencia anarquista, primero y anarcosindicalista, luego, realizaría intensas luchas económicas levantando como bandera principal el establecimiento de la “Jornada de la ocho horas”; en la histórica jornada que inició el proletariado de la fábrica textil Inca el 12 de diciembre de 1918 y que culminó con el triunfo proletario en el paro general del 13 al 15 de enero de 1919, José Carlos Mariátegui mostró desde el periódico El tiempo su apoyo incondicional, sin plantear formulas intermedias y conciliadoras como lo hizo Víctor Raúl Haya de la Torre al propugnar las 9 horas de trabajo, lo que le costó la clausura del diario por el gobierno civilista de José Pardo y Barreda.

Consecuente con la “búsqueda de un camino propio” en que se va perfilando su orientación al socialismo, José Carlos Mariátegui, durante su paso por el periódico El tiempo concurrió con César Falcón y Humberto del Águila al esfuerzo de dar vida a un grupo de propaganda y concentración Socialista que publicó Nuestra época, aparecida el 22 de junio de 1918. A ellos se sumó Luis Ulloa y Carlos del Barzo con quienes constituyeron el Comité de Propaganda Socialista. En dicho organismo Mariátegui se contrapuso a quienes sólo vieron el proyecto como útil a la campaña electoral del año 1919, negándose a transformar dicho comité en Partido mientras no tenga arraigo en las masas y priorizando la labor de propaganda socialista entre ellas. Su oposición no tuvo éxito, pues un sector se adherirá a Leguía ilusionado por su discurso de la “Patria Nueva” y, otro, actuará en el sentido de formar un Partido Socialista “obrero” para las elecciones próximas, por lo que Mariátegui y César Falcón se separaron de dicho intento meramente electoral.

El fracaso de la tentativa de sentar sólidas bases para la formación de un partido socialista en las masas obreras no amilanó a José Carlos Mariátegui; en un periodo de lucha electoral entre las diversas facciones políticas de las clases dominantes, prosigue sus esfuerzos de esclarecimiento ideológico con la fundación del periódico La razón, en el que afirma “este diario no sale para servir  un transitorio interés electoral”, “La Razón no se halla vinculada a ninguno de los bandos en lucha” y que su “propósito sustantivo consiste en contemplar todos los hechos y todas las situaciones con elevación de conceptos y de palabras, es decir siempre la verdad, en emplear los caminos más reales para llegar a ella, en denunciar y combatir los vicios de nuestro régimen político y social, en trabajar por el advenimiento de esa era de democracia que tanto ansia nuestro pueblo, en defendernos de la influencia de los prejuicios que sirven habitualmente de punto de partida al criterio criollo y en difundir, sin olvido de las realidad nacional, las ideas y las doctrinas que conmueven actualmente la conciencia del mundo y que preparan la edad futura de la humanidad” (Palabras Preliminares, Nuestra posición en la prensa, La Razón Nº 1; Lima, 14 de mayo de 1919. Subrayado nuestro)

Desde La razón, apoyó al Comité pro-abaratamiento de las subsistencias, organizado por los anarcosindicalistas, formado como un frente contra la carestía de la vida que pretendió, mediante un conjunto de movilizaciones callejeras y el paro general, lograr sus objetivos, siendo, finalmente, reprimido por el gobierno y aplastado el movimiento.

Desde La razón, José Carlos Mariátegui desenmascaró toda la falsedad de los seguidores de Leguía, representante del imperialismo norteamericano y la burguesía intermediaria, que lo presentaban como “la reacción contra los viejos métodos, la causa de la renovación nacional, la lucha contra el civilismo”… “porque el señor Leguía es un político automatizado en los mismos viejos métodos… que tiene la psicología, las tendencias y la historia de todos los civilistas… cuyo gobierno fue el gobierno de un político autoritario y antidemocrático” (Ante el problema político, en La Razón Nº1; Lima, 14 de mayo de 1919).

Triunfante Leguía, desenmascaró su supuesta “revolución” de la “Patria Nueva” desde posturas revolucionarias, pues José Carlos Mariátegui se ratifica“sustancialmente revolucionario”, que cree que “nuestro país necesita una revolución muy honda que modifique radicalmente su organización política, armonizándola con las aspiraciones y las ideas de hoy”(Hora la que empieza, en La Razón Nº 48; Lima, 5 de julio de 1919) y establece  que “lo sustancial, el espíritu de la revolución, debe ser la reforma económica del país”, que“no hay reforma posible si no se fundamenta en la organización económica” y que definitivamente la “revolución leguiista” no representaba una verdadera revolución, que “la verdadera reforma revolucionaria está aun intocada” (Después de la Revolución, en La Razón Nº 50; Lima 7 de julio de 1919).

Esta campaña de oposición al gobierno pronorteamericano de Leguía, conllevó a que la imprenta en que se editaba La razón se negara a seguirla trabajando, por lo que dejó de publicarse, y a que el gobierno le pusiera en la disyuntiva de elegir entre la cárcel y la deportación a Europa bajo la careta de una beca. Ante tal disyuntiva, José Carlos Mariátegui partió a Europa el 8 de octubre de1919, junto a César Falcón, para realizar su “mejor aprendizaje”, que las posibilidades del Perú no le permitían, máxime si su futuro más cercano eran las mazmorras del régimen.

En Europa, incendiada por la marea revolucionaria desencadenada por  la Primera Guerra Mundial imperialista (1914-1918) y extendida por el ejemplo de la Revolución Rusa (1917),  aprendió el Marxismo-Leninismo y se adhirió a él, se hizo comunista en un circulo de estudios ligado al Partido Socialista Italiano, asistiendo a su escisión y la formación del Partido Comunista Italiano en el Congreso de Livorno; sus inclinaciones socialistas hallaron en la dialéctica materialista y la concepción materialista de la historia el fundamento científico; se consolidó su confianza en el proletariado como su héroe de la vida real, “el héroe anónimo de la fábrica, de la mina, del campo, el soldado ignoto de la revolución social”(Reportaje en Variedades; Lima, 26 de mayo de 1923); y, junto a César Falcón, Carlos Roe y Palmiro Macchiavello organizó la primera célula comunista con los que se concertó para la acción y organización socialista en el Perú.

En Europa, en febrero de 1921, se casa con Anna Chiappe, quien lo acompañó en la lucha que emprendió al regresar al Perú, con quien tuvo cuatro hijos: Sandro, Siegfried, José Carlos y Javier; y, para quien escribió “Por ti, mi ensangrentado camino tiene tres auroras. Y ahora que estás un poco marchita, un poco pálida, sin tus antiguos colores de Madonna toscana, siento que la vida que te falta es la vida que me diste” (publicado enPoliedro, Lima, 20 de setiembre de 1926).


En marzo de 1923 regresó al Perú para realizar “una declarada y enérgica ambición: concurrir a las creación del socialismo peruano” (Advertencia a 7 Ensayos de Interpretación de la realidad peruana) y conforme a lo aprendido del marxismo-leninismo, inicia el estudio de la realidad peruana, retoma su vinculación con el proletariado, desarrolla una intensa labor de educación y propaganda socialista en las masas proletarias y campesinas, promueve y organiza la sindicalización del proletariado en una central única bajo el principio de la unidad sindical clasista, y organiza el Partido Comunista del Perú, la forma superior de organización del proletariado para la realización de la revolución y el Comunismo.

Retoma sus relaciones con el proletariado participando como conferencista en las Universidades Populares Manuel Gonzales Prada; el 15 de junio de 1923 expone en el local de la Federación de Estudiantes sobre “La Revolución Social en marcha a través de los diversos pueblos de Europa” en la que caracteriza el período como de crisis de la civilización burguesa, capitalista y de surgimiento de la civilización proletaria, socialista, en la cual se va a resolver la suerte del proletariado mundial del cual es parte el proletariado peruano, llamando a éste, sobre todo a su vanguardia, a estudiar con él esta crisis porque en el proletariado se ha producido una escisión entre quienes creen que el periodo no es revolucionario, los reformistas, y los que creen que el momento es revolucionario, los comunistas, posición con la que se alínea Mariátegui: “Yo participo de la opinión de los que creen que la humanidad vive un periodo revolucionario”; y, para orientarse y tomar posición en esa disputa, que definirá el rumbo de los ejércitos proletarios, es necesario el conocimiento de la crisis mundial.

Su trabajo en el proletariado no se redujo a dictar las conferencias, sino que participó de la redacción de la revista Claridad, que era el órgano de la Universidades Populares y, a la partida de Haya de la Torre a la deportación, asumió su dirección en enero de 1924, variando la dirección de su línea de Órgano de la Juventud Libre del Perú, propuesto por Haya de la Torre, a Órgano de la Federación Obrera Local de Lima y la Juventud Libre del Perú. Desde Claridad inició una franca lucha ideológica para alejar al proletariado de la influencia anarquista y católica, y acercarlo al marxismo-leninismo, sin dejar de trabajar por la unidad sindical clasista. Esta orientación de su actividad se muestra en su artículo para el 1º de mayo de 1924 en que enuncia los principios de la unidad obrera:

“El frente único no anula la personalidad, no anula la filiación de ninguno de los que lo componen. No significa ni la amalgama de todas las doctrinas en una doctrina única. Es una acción contingente, concreta práctica. El programa del frente único considera exclusivamente la realidad inmediata, fuera de toda abstracción y de toda utopía. Preconizar el frente único no es, pues, preconizar el confusionismo ideológico. Dentro del frente único cada cual debe conservar su propia filiación y su propio ideario. Cada cual debe trabajar por su propio credo. Pero todos deben sentirse unidos por la solidaridad de clase, ligados por la misma voluntad revolucionaria y la misma pasión renovadora. Formar un frente único es tener una actitud solidaria ante un problema concreto, ante una necesidad urgente”.

Para realizar su propósito de ampliar la labor de propaganda y hacer una difusión más abierta de las ideas socialistas, da los pasos para constituir la editorial obreraclaridad y editar con Félix del Valle la revista Vanguardia, proyectos que son detenidos por la represión que se intensifica con la deportación de los dirigentes de la Universidad Popular, de la Federación de Estudiantes, de la Federación Obrera Local y de organizaciones indígenas en octubre de 1923; y por su enfermedad que obliga a que en mayo de 1924 se le ampute la pierna derecha gangrenada para salvarle la vida.

En 1925, edita su primer libro La escena contemporánea, compilación de una serie de artículos publicados en Variedades y Mundial; y, organiza la empresa editorial Minerva, prosiguiendo con su objetivo de editar una revista propia.

El año 1926 será el año del lanzamiento de la revista Amauta, luego de un proceso de búsqueda del nombre más adecuado se decide por el término que designaba a los maestros del Tahuantinsuyo como un homenaje a la raza indígena, pero con la aclaración que de lo que se trata es de darle un nuevo significado, recrearla nuevamente. La revista, que se publica en setiembre, pretende representar un movimiento, un espíritu, a una generación y ser una tribuna libre, abierta a todos los vientos del espíritu pero quienes la fundan “no conciben una cultura y un arte agnóstico… no le hacemos, escribe Mariátegui, ninguna concesión al criterio generalmente falaz de la tolerancia de las ideas. Para nosotros hay ideas buenas e  ideas malas” y su objeto  es “el de plantear, esclarecer y conocer los problemas peruanos desde puntos de vista doctrinarios y científicos. Pero consideraremos siempre al Perú dentro del panorama del mundo” (Editorial de Amauta, Nº 1, Lima, setiembre de 1926).

Amauta concitó la atención de lo mejor de la intelectualidad y del pueblo; pero también el odio de las clases dominantes y del imperialismo norteamericano, ya que asumió una posición abiertamente antiimperialista. Es así que, en el mes de junio de 1927, luego que el número 9 de Amauta fuera dedicado a la acción contra el imperialismo, especialmente el yanqui, bajo la presión de la embajada norteamericana, el gobierno de Leguía inventó un complot comunista para clausurar la revista Amauta y la editorial Minerva, recluir en la isla San Lorenzo y deportar a un grupo de intelectuales y obreros; y, confinar a Mariátegui en el Hospital Militar de San Bartolomé, debido a su mal estado de salud.

La inicial colaboración entre José Carlos Mariátegui y Haya de la Torre en las Universidad Popular y en la Alianza Popular Revolucionaria Americana, como expresión de frente único antiimperialista y de izquierda, va a devenir en desacuerdo y abierta ruptura cuando Haya de la Torre publicara en diciembre de 1926, en The Labour Monthly, el artículo What is the A. P. R. A.? (¿Qué es el APRA?) en que definirá al APRA como el Partido Revolucionario Antiimperialista Latinoamericano (subrayado y resaltado nuestro) que organiza el Gran Frente Único de trabajadores manuales e intelectuales, de América Latina(subrayado y resaltado nuestro), unión de los obreros, campesinos, indígenas, etcétera, con los estudiantes, intelectuales de vanguardia, maestros de escuela, etcétera, para defender la soberanía de nuestros países”.

Esta tesis era consecuencia organizativa de la concepción reformista de Haya de la Torre según la cual la lucha debía circunscribirse a una lucha meramente antiimperialista, más no anticapitalista, por un estado capitalista antiimperialista que desarrolle el capitalismo, alejando las perspectivas de la lucha por el Socialismo y, subordinando con ello, al proletariado a lo que Haya llamaba las “clases medias”, que no eran sino pequeños capitalistas, capitalistas y terratenientes afectados por la penetración imperialista y devenidos pequeñaburguesía. La expresión organizativa era pues un partido en que coexistieran ambas clases, proletariado y pequeña burguesía, bajo la hegemonía pequeñoburguesa.

Mariátegui esclareció, siguiendo los estudios de Lenin, que el Imperialismo es una fase del capitalismo, su fase superior, por tanto producto del capitalismo, en consecuencia no podrá ser erradicado definitivamente si no se vincula la lucha antiimperialista con la lucha por la sustitución del Capitalismo por el Socialismo. Esclareció que es imposible que sólo con la lucha antiimperialista y nacionalista, sin vincularla al socialismo, se pueda alcanzar un desarrollo independiente y soberano pues “El imperialismo no consiente a ninguno de estos pueblos semi-coloniales, que explota como mercados de su capital y sus mercancías y como depósito de materias primas, un programa de nacionalización e industrialismo” (Principios del Partido Socialista, en Ideología y política), que“sólo la revolución socialista opondrá al avance del imperialismo una valla definitiva y verdadera”(Punto de vista antiimperialista en Ideología y política); y que garantizar esta unión de la lucha antiimperialista consecuente con la perspectiva de la revolución socialista corresponde a los intereses del proletariado más que a los de la burguesía “que ven en la cooperación con el imperialismo la mejor fuente de provecho” y “se sienten lo bastante dueñas del poder político para no preocuparse seriamente de la soberanía nacional” o a la pequeña burguesía para quienes “la empresa yanqui representa mejor sueldo, posibilidad de ascensión, emancipación de la empleomanía del Estado”; por lo que el proletariado no puede marchar en un “partido frente único”, subordinado a la burguesía y la pequeña burguesía, como planteó Haya de la Torre, sino que debe organizarse en su propio partido político, sin negar la posibilidad de realizar el frente único con la burguesía y pequeña burguesía en cuanto concurran a la lucha antiimperialista;  A Nicanor de la Fuente, en carta del 20 de junio de 1929, Mariátegui le expresa: “Nosotros trabajamos con el proletariado y por el socialismo. Si hay grupos dispuestos a trabajar con la pequeña burguesía por un nacionalismo revolucionario, que ocupen su puesto. No nos negaremos a colaborar con ellos, si representan efectivamente una corriente, un movimiento de masas”(Correspondencia de José Carlos Mariátegui en Mariátegui Total, Tomo I, Primera Edición, 1994, pág. 2002, Empresa Editora Amauta).

José Carlos Mariátegui, al defender la necesidad de la organización del partido político del proletariado, también deslindó con el espontaneísmo, que se limita a la organización sindical o hace del partido un instrumento del sindicato y de la lucha económica, cuando a Clodoaldo Alberto Espinoza Bravo, en carta del 9 de setiembre de 1929, escribe: “El trabajo político corresponde a los  partidos de clase; la actividad económica y sindical a las organizaciones obreras”(Correspondencia de José Carlos Mariátegui en Mariátegui Total, Tomo I, Primera Edición, 1994, pág. 2023, Empresa Editora Amauta).

 

En setiembre de 1928 aparece “7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”, en el que compila sus estudios sobre el Perú  según la concepción y método marxista-leninista, cuyos resultados serán las bases de sus propuestas programáticas. Al estudiar la economía descubre que en el Perú se desarrolla bajo el dominio del feudalismo y en un marco de colonialidad una economía capitalista con tendencia a hacerse dominante pero sin poder liquidar completamente la feudalidad; y que esta característica de la economía peruana marca el problema de la tierra feudalizada; del indio sin tierra y bajo servidumbre feudal; de la educación colonial, antidemocrática y anticientífica; del centralismo y el regionalismo como disputa entre fracciones de la aristocracia terrateniente y burguesa; de la religión formalmente católica y la unión de iglesia y estado; y de la ausencia de una literatura propiamente nacional, con excepción de César Vallejo.

En setiembre del mismo año, en la editorial de Amauta, declara “El trabajo de definición ideológica nos parece concluido” (…) “La primera jornada de Amauta ha concluido” (…) “En la segunda jornada, no necesita ya llamarse revista de la ´nueva generación`, de la ´vanguardia`, de las ´izquierdas`. Para ser fiel a la Revolución, le basta ser una revista socialista” (Editorial deAmauta, Nº 17, Año II, Lima, setiembre de 1928), esclareciendo que la revolución latinoamericana será parte de la revolución mundial, de la revolución socialista, puesto que el socialismo como el capitalismo no es un movimiento específico de un país sino un movimiento mundial, pero que en su realización deberá tomarse en cuenta la realidad de América.

Definido el rumbo ideológico y programático se orienta a concretizar la organización del instrumento para su realización; el 7 de octubre, junto a Ricardo Martínez de la Torre, Bernardo Regman (vendedor ambulante), Julio Portocarrero, Fernando Borjas, Avelino Navarro, César Hinojosa (obreros), Luciano Castillo y Fernando Chávez León, constituye el Partido Comunista del Perú bajo el nombre de Partido Socialista, elaborando sus Principios Programáticos en los que afirma el carácter internacional e imperialista de la economía al que corresponde el marxismo-leninismo como método revolucionario que el partido asume, lo que lo define como un Partido Comunista; afirma que la economía pre-capitalista del Perú republicano no puede liberarse bajo el régimen burgués de las taras y rezagos de la feudalidad colonial reanudándose su proceso colonial. Sobre la base de ese análisis elabora la estrategia de la revolución en el Perú, afirmando que sólo la acción proletaria puede estimular, primero, y realizar después las tareas de la revolución democrático-burguesa, que el régimen burgués es incompetente para desarrollar y cumplir, luego de lo cual la revolución deviene en sus objetivos y en su doctrina revolución proletaria; y finalmente, declara que el Partido es la vanguardia del proletariado, la fuerza política que asume la tarea de su orientación y dirección en la lucha por la realización de sus ideales de clase.(Principios programáticos del Partido Socialista en Mariátegui Total, Tomo I, Primera Edición, 1994, pág. 224, Empresa Editora Amauta).

Como un órgano periodístico de mayor difusión y extensión de Amauta,Mariátegui funda Labor, que apareció por primera vez el 10 de noviembre de 1928.

Durante el año 1929 se dedica a extender la difusión de Labor entre los obreros, luchando por superar las dificultades económicas, y proponiéndose llegar a un tiraje estable de 6000 ejemplares sobre la base del apoyo económico de la clase obrera; no deja a un lado su trabajo de organizador de la clase obrera en una sola central sindical, logrando que se constituya, el 17 de mayo, el Comité Organizador Pro Central General Trabajadores del Perú  que enviará una delegación encabezada por Julio Portocarrero a Montevideo como delegado al Congreso Constituyente de la Conferencia Sindical Latinoamericana. Tampoco abandona su vinculación internacional y la culminación de la polémica con el Aprismo, enviando a Hugo Pesce y Julio Portocarrero a Buenos Aires como delegados a la 1ª. Conferencia Comunista Latinoamericana que se realizó en julio y en la que presentaran como propuesta doctrinaria los escritos Punto de vista antiimperialista y El problema de las razas en América Latina, elaborados por Mariátegui para terminar de esclarecer el problema del nacionalismo y de las razas, sentando sobre solidas bases marxistas-leninistas el pensamiento del partido.

Especial importancia tienen las tesis formuladas en Punto de vista antiimperialista, para el esclarecimiento sobre la naturaleza teórica y política errónea, las raíces económicas y el papel pernicioso para la lucha contra el imperialismo y del Socialismo de una corriente política que ha estado presente a lo largo del siglo 20 y en lo que va del siglo XXI, como es el Nacionalismo burgués y pequeñoburgués, cuyos propugnadores ya han asumido el gobierno durante la década del setenta fines de los ochenta y en el gobierno actual.

Mariátegui sostuvo que la penetración imperialista se acrecienta a medida que se desarrolla el capitalismo, es decir la pérdida de soberanía e independencia es consustancial con el desarrollo capitalista, y que por ello no se puede esperar de la burguesía, clase dominante en el capitalismo, y de la pequeña burguesía como clase que aspira a ser burguesía, una consecuente actitud nacionalista revolucionaria; porque éstas clases ven en la cooperación con el imperialismo la mejor fuente de provechos, no echan de menos un grado más amplio de autonomía nacional y conservan la ilusión de la soberanía nacional; además, en el Perú señala Mariátegui, otro elemento que impide a la burguesía nacional una actitud solidaria con las clases explotadas consiste en su procedencia de los conquistadores, de los hacendados señores feudales, que la hace despreciar al pueblo proveniente de las etnias y nacionalidades conquistadas y preferir a los capitalistas extranjeros, incluso a sus sirvientes como medio de elevarse socialmente.

La posición antiimperialista de Mariátegui se basa en la concepción económico-social revolucionaria, el marxismo, es decir en el análisis de las relaciones económicos sociales que explican la vinculación-dependencia del imperialismo respecto del capitalismo, del cual es su fase última; por lo que no se puede luchar solamente contra el imperialismo, bajo un supuesto nacionalismo, y no contra el capitalismo, sin terminar de caer en la conciliación y sometimiento al imperialismo, como ocurrió en su tiempo con el Partido Aprista, desde Haya hasta Alan García, y hoy con el Partido Nacionalista Peruano de Ollanta Humala.

El nacionalismo, en tiempos de Haya como ahora, pretende una supuesta confrontación con el imperialismo, una lucha por soberanía, independencia, recuperación de los recursos naturales sin enfrentar al capitalismo, prescindiendo o velando la lucha de clases, sin luchar por el Socialismo como sociedad que debe superar y sustituir al capitalismo, en aras de mantener el crecimiento, de desarrollar el capitalismo. La lógica misma del desarrollo capitalista, de las relaciones económicas que ello entraña, lleva a la burguesía y pequeña burguesía nacional, que propugnan esta concepción a colaborar y someterse al imperialismo y a la burguesía intermediaria, financiera, agro y primario exportadora. Clara y precisamente lo previó José Carlos Mariátegui: “Ni la burguesía, ni la pequeña burguesía en el poder pueden hacer una política anti-imperialista. Tenemos la experiencia de México, donde la pequeña burguesía ha acabado por pactar con el imperialismo yanqui.”

Justamente este fenómeno de la vacilación y posterior conciliación de la burguesía y la pequeña burguesía nacional, explica Mariátegui, se produce porque “La creación de la pequeña propiedad, la expropiación de los latifundios, la liquidación de los privilegios feudales, no son contrarios a los intereses del imperialismo, de un modo inmediato”(…) “ese movimiento de liquidación de la feudalidad, coincide con las exigencias del crecimiento capitalista, promovido por las inversiones y los técnicos del imperialismo”(…) “que las viejas aristocracias se vean desplazadas por una burguesía y una pequeña burguesía más poderosa e influyente -y por lo mismo más apta para garantizar la paz social-, nada de esto es contrario a los intereses del imperialismo” “el establecimiento de grandes empresas que (…) representan siempre para esta clase (la pequeña burguesía) un trabajo mejor remunerado, es recibido y considerado favorablemente por la gente de clase media.”

Partiendo de este análisis José Carlos Mariátegui fija la tarea del Partido del Proletariado en la lucha antiimperialista frente a esta corriente nacionalista “Sin prescindir del empleo de ningún elemento de agitación anti-imperialista, ni de ningún medio de movilización de los sectores sociales que eventualmente pueden concurrir a esta lucha, nuestra misión es explicar y demostrar a las masas que sólo la revolución socialista opondrá al avance del imperialismo una valla definitiva y verdadera.”

En noviembre de 1929 el gobierno desata una nueva redada contra Mariátegui y su casa es allanada con la excusa antisemita de un “complot judío”, siendo arrestados sus colaboradores y clausurado el periódico Labor, cuando estaba en impresión el número once.

Ante estas arremetidas, viendo que el círculo de la represión se le va cerrando y que su salud le impide enfrentarlas adecuadamente, prepara su partida a Buenos Aires, Argentina, trabaja por dejar en orden los asuntos del partido, logra el regreso de Eudocio Ravines de Europa para que lo reemplace en la dirección práctica como Secretario General, define el cambio del nombre de Partido Socialista a Partido Comunista, acorde con los Principios Programáticos aprobados y lo conversado con la Tercera Internacional a la que el Comité Central del Partido decide afiliarse. El agravamiento de su enfermedad, contra la que luchó desde su infancia, no le permitió realizar el viaje a Argentina que le hubiese facilitado continuar la lucha por el Socialismo.

 


Hasta los últimos momentos de su vida José Carlos Mariátegui siguió luchando para cumplir la misión histórica que las vicisitudes de la lucha de clases del proletariado le impusieron. Murió el 16 de abril de 1930, dejándonos la tarea de continuar y realizar su “declarada y enérgica ambición: concurrir a las creación del socialismo peruano”.

Censura Facebook la página del intelectual cubano Raúl Antonio Capote

Enviado por La Joven Cuba, tomado La isla desconocida


Facebook acaba de censurar la página de Raúl Antonio Capote. Este es un primer aviso, porque la corporación, que presume de ser un facilitador de la libertad de expresión y de información, tendrá que dar una respuesta al censurado. Ya conocíamos los documentos probatorios de la colaboración de esta y otras grandes empresas con el Gobierno y los organismos de inteligencia estadounidenses; por esa razón, el ex agente Snowden, quien los reveló, es hoy un perseguido político. El propio Capote, un profesor y escritor revolucionario al que la CIA creía haber reclutado, ha expuesto los planes de esa organización para influir en el sector cultural y derrocar al Gobierno de Cuba. Su libro Enemigo, se convirtió en un best seller entre los lectores de su país, y sus conferencias en universidades y centros docentes atraen a miles de jóvenes. En su página de Facebook no había pornografía o incitaciones a la violencia, ni se empleaba un lenguaje soez. Pero Capote molesta: no solo posee las vivencias (las pruebas) insustituibles de la fallida obsesión imperialista por aplastar a la Revolución cubana, sino la capacidad pedagógica y el arsenal teórico para su exposición razonada. A los ilusos que creen en los presupuestos "democratizadores" de Internet, Facebook les recuerda que la libertad termina donde empiezan sus intereses imperiales. (E. U. G.)

Ni Dios, ni amo, violencia.

Por Benito Rabal

En una reunión del Instituto de mi hija, la Jefa de Estudios nos advirtió a los padres y madres que se habían dado varios casos de mareos y desmayos entre los alumnos debido a que muchos de éstos acudían a clase sin haber desayunado y aún más, sin haber cenado. Dijo que el claustro era consciente de la situación económica de algunas de las familias y ofrecían encargarse de solucionar esa carestía alimenticia con la mayor discreción. La escasa alimentación de esos niños y niñas, la vergüenza de esos progenitores por no ser capaces de remediarla y el sufrimiento de los profesores como testigos diarios que son, en España, país que ostenta un lugar en el mundo rico en el siglo XXI, eso es violencia.

Que las compañías suministradoras de energía hayan obtenido miles de millones de beneficios, mientras aumentan pavorosamente los casos de cortes de luz, agua o gas en los hogares españoles, obligando a las familias al frío y la insalubridad, eso es violencia.

Que, tras haber expoliado y seguir expoliando las riquezas de los países que están más al sur del sur del mundo y obligar a sus habitantes a abandonar su tierra y familia, coloquen vergonzosos muros de alambre de espino y cuchillas para evitar que entren en nuestro territorio en busca de las migajas que los saqueadores les ofrecen, eso es violencia.

Que los miembros de una familia mueran envenenados por inhalar los vapores de un herbicida que habían recogido de la basura junto a los desperdicios de comida con los que se alimentaban, eso es violencia.

Que otra familia, desahuciada de su casa, vuelva a ocuparla y se provoque un incendio al intentar calentarse con medios nada adecuados, porque otros no hay, y mueran cinco niños, eso es violencia.


Que se dé dinero público para asegurar las ganancias de un grupo de especuladores, enriquecidos también con dinero público, al haber construido miles de kilómetros de inservibles y faraónicas autopistas, mientras se niega ese mismo dinero a los que financiamos lo público, eso es violencia.

Que se recorte el presupuesto en sanidad pública a la vez que se privatizan servicios esenciales como los de análisis y bancos de sangre con el consiguiente beneficio de empresas ocultas bajo la faz del humanitarismo altruista como es el caso de la Cruz Roja, eso es violencia.

Que se niegue el derecho a la educación a través del recorte de becas, aumento de tasas o merma de profesores, al mismo tiempo que se desvía el dinero a colegios concertados o universidades privadas, condenando a nuestros jóvenes a un futuro predeterminado por esa hidra de mil cabezas llamada mercado, eso es violencia.

Que se impida a las mujeres decidir sobre su cuerpo, eso es violencia.

Que la Iglesia católica siga recibiendo miles de millones mientras hay hambre, eso es violencia.

Que el presupuesto de los cuerpos de seguridad –hay quien prefiere llamarlos de represión– haya aumentado en un 1.070%, mientras ha desaparecido prácticamente el destinado a, por ejemplo, dependencia, eso es violencia.

Que haya seis millones de parados, mientras aumentan los beneficios de la banca gracias a que nosotros –parados inclusive– hayamos pagado sus desmanes, eso es violencia.



Que el agricultor, corriendo con todos los riesgos, cobre 20 céntimos por los mismos tomates que en las grandes superficies cuestan 2 euros, eso es violencia.

Que en el pueblo donde vivo, de menos de diez mil habitantes, haya habido en un año ocho suicidios de personas agobiadas por las deudas contraídas gracias a esta descomunal estafa conocida como crisis, eso es violencia.

Tirar piedras también es violencia. Y a veces, rabia.

Ya lo decía una copla popular de finales del XIX: “Tiro piedras a la calle y al que le dé, que perdone, pero tengo la cabeza loca de tantas cavilaciones”.

20 de abril de 2014

El fin de la guerra civil en Guadalajara

Aún en España se sigue ocultando a la clase obrera estremecedores documentos, del terrorismo de la clase burguesa, la llamemos capitalista, imperialista o fascista, son todos ellos calificativos, que cuadran en el tamaño de sus crímenes, sean en Ucrania, Siria o entonces contra la Republica de Trabajadores, como fue de 1931 a 1939. Las consecuencias las seguimos comprobando, el miedo a decir las cosas a la clara, por parte de los asalariados. Las diferentes luchas de este año, pugnan por decir BASTA, a tanta falta de democracia, a tantos ataques contra la clase obrera. No es tan siquiera reclamar el valor de nuestra fuerza de trabajo, es recuperar lo conseguido en tantos años de esfuerzos y luchas.

Recibido del Foro de la Memoria de Guadalajara. Recogido por la Pirenaica Digital.


LA OCUPACIÓN MILITAR DE GUADALAJARA Y EL REGRESO DE LOS PRESOS DESDE ALICANTE.
El 28 de marzo de 1939, tras tres años de infructuosos intentos, las tropas fascistas italianas tomaron finalmente Guadalajara. Los mussolinianos tuvieron ese “privilegio” como compensación por su humillante derrota en la batalla de Guadalajara dos años antes, en los campos alcarreños de Brihuega en marzo de 1937.
Apenas tres meses después, el 17 de junio, una expedición de falangistas alcarreños fue a Alicante para detener y traer a 50 Guadalajareños capturados en el puerto de Alicante. Se encontraban repartidos por diversos improvisados campos de concentración en toda la ciudad : La plaza de toros, la cárcel, el castillo de Santa Bárbara y el tristemente campo de Albatera, entre otros.
Entre ellos se hallaban los tres alcaldes republicanos. Antonio Cañadas, Facundo Abad y Marcelino Martín, y varios alcaldes de la provincia. Fueron paseados en camiones y sometidos a escarnio por la calle mayor, en algo parecido a un auto de fe. Estos fueron los inicios de una época de opresión y persecución de los democratas que arrastó a 7169 alcarreños (un 4,5% de la población en 1939) condenados bajo el régimen de Franco. 822 de ellos (incluyendo 13 mujeres) fueron fusilados mediante un simulacro de juicio. Y hasta 1700 murieron en la cárcel, paseados en cunetas o en los campos nazis (89 concretamente). La democracia tiene una deuda con todos ellos
Estos fueron los cincuenta presos de la expedición que recorrieron en camionetas la ciudad, a través de la calle Mayor, calle Museo, Ramón y Cajal, la Carrera, Virgen del Amparo y allí finalmente a la Prisión Central. Todos fueron maltratados y varios de ellos fueron fusilados tras un simulacro de juicio:
Aurelio Cañadas Ortego, Atilano Navarro Iglesias, Emiliano Muñoz Cubero, Mariano Pardo Delgado, Vicente Rodríguez Castilla, José Pérez Barba, Julio Sánchez Morán, Facundo Abad Rodilla, Juan Antonio García Torres, Mariano Colina Lozano, Felix Medrano Navarro, Humberto Melero Carillo, Antonio Palacios Rodrigálvarez, José Barcelona Causapié, Luis Calvo de la Fuente, Telesforo Ballesteros Alique, Lorenzo Martínez Ruano, Emilio Hurtado Romo, Luis Cravioto Balboa, Jesús Notario Gil, Dionisio Ciruelas Irala, Miguel Ruiz Luna, Lucio Blanco Utrilla, Servando Cambronero Luna, Saturnino Recio Cebrián, Federico Muñoz Guijarro, Wenceslao Jiménez Pérez, Román Esteban Garcilópez, Isidro Bodega Fernández, Quintín Cliveros Delgado, Gregorio Tobajas Blasco, Gabriel Crespo Ruiz, Eloy Sánchez Inglés, Eleuterio Escolín Ambite, Doroteo Cabrera Antón, Marcelino Martín Martínez del Arco, Valentín Martínez Fernández, Benito Calero Vázquez, Santos Esteban González, Porfirio Sánchez Navas, Marciano Alfonso Cubillo, Rafael Pardo Borda, Marcelino Viejo Canalejas, Antonio Cañadas Ortego, Modesto Gil García, Andrés Arralde, Antonia Álvarez Redondo, Isabel Sacristán López, Julián Vera Ramírez. 1
Sirvan estas palabras para recordar a estos hombres y mujeres de Guadalajara, y honrar su memoria.

¿Por qué los comunistas ucranianos no han firmado el memorándum?

Servicio de prensa del PCU. Traducido del ruso por Josafat S. Comín


El memorándum para solucionar la situación en la regiones del sur y este de Ucrania, 
que fue propuesto el 18 de abril por la coalición parlamentaria del régimen 
nacional-fascista, no es otra cosa que “papel mojado” tras el cual no hay ningún 
programa real, y no se presupone ninguna garantía de cumplimiento de todas 
las justas exigencias de los ciudadanos de Ucrania, que viven en esas regiones.

Ese papel mojado lógicamente no podía ser ratificado por los comunistas por cuanto 
significaría una traición a los intereses de nuestros electores, una traición a los 
trabajadores de Ucrania, declaró el líder de los comunistas ucranianos, Piotr 
Simonenko.

En lugar de escuchar a la gente, en lugar del diálogo con el pueblo, a todos aquellos 
que se han levantado contra la imposición en Ucrania de la ideología de la 
rusofobia, del nacionalismo cavernario, contra el ensalzamiento de los criminales 
fascistas, contra destrucción de los monumentos a los héroes de la gran guerra 
patria, se les colgó el cartel de “separatistas” y “terroristas”.

“Por primera vez en todo estos años de independencia, bajo la forma de 
una operación antiterrorista, para “pacificar” aquellos que  no están de acuerdo 
con la política de Kiev, a los habitantes de la regiones del sur y el este, se recurrió 
al uso de más de mil piezas de artillería, de cerca de 50000 soldados y helicópteros 
y aviones de combate. Todo esto no ha logrado más que agravar si cabe la situación, 
no sólo en las regiones de Donetsk y Lugansk, sino en el país en general”, dijo Piotr  
Simonenko.

Las fuerzas neonazis  que han llegado al poder como resultado de un golpe 
armado, prácticamente han desatado una guerra civil en el país, una guerra de 
una parte de Ucrania contra otra parte;  las regiones occidentales contra las orientales.

En esta situación el Partido Comunista declara la necesidad impostergable, no solo 
ya de firmar un memorándum para la resolución de la situación en el sur y el 
este, sino de adoptar con carácter de urgencia, todas las transformaciones 
necesarias en la Constitución y la legislación ucraniana, donde sean tenidas en cuenta  
aquellas exigencias que reclaman los habitantes de esa región, comenzando desde el 
año 1991.

Estamos convencidos de que en ese memorándum, no pueden haber 
variedades y generalidades, sino que tendrían que estar indicadas de modo explícito 
todas las obligaciones y derechos que corresponderían a las organizaciones 
territoriales. Tiene que quedar perfectamente especificado que la vertical 
presidencial se liquida, al igual que se liquidarán las administraciones de todos 
los niveles y que serán los Consejos locales los que formarán directamente el 
poder ejecutivo. En cuanto a los gobernadores, alcaldes, jueces, no serán 
designados desde Kiev, sino que serán elegidos por los miembros de las 
organizaciones territoriales de Gobierno. Estas podrán resolver todas las 
cuestiones mediante referéndum locales, que satisfagan los intereses de sus 
habitantes.

Al mismo tiempo, el Partido Comunista insiste, en que en ese memorándum, 
deben estar recogidas todas las garantías de la independencia financiera 
y presupuestaria de las regiones.
“En concreto, proponemos que en el memorándum se fije que cantidad 
del IVA y del IRPF, quedará a disposición de los organismos territoriales. 
Eso será lo justo y dará la posibilidad de desarrollarse económicamente, 
pudiendo resolver multitud de problemas sociales, teniendo en cuenta 
las características específicas de unas u otras regiones del país.”

En cuanto al idioma ruso, es imprescindible concederle hoy mismo 
el estatus de lengua oficial.

“Es hoy que se está derramando sangre. Por eso los diputados, legisladores, 
tienen completo derecho moral a introducir las modificaciones correspondientes 
en el artículo 10 de la Constitución y reconocer la lengua rusa como segunda 
lengua oficial, sin ninguna traba  de procedimiento. Cuando bullía Maidán, 
para detener el derramamiento de sangre, una Constitución fue sustituida 
por otra en una simple votación. Lo mismo debe hacerse ahora para detener el 
fratricidio”.

Piotr Simonenko también está convencido de que el memorándum sólo 
podrá ser una herramienta práctica o como está ahora de moda decir, una 
“hoja de ruta” para la salida de la crisis, cuando sirva para evitar la amenaza 
de una guerra civil a gran escala y una intervención; cuando sea de obligado 
cumplimiento para todas las partes firmantes.

El memorando debe ir firmado tanto por el poder ejecutivo central, así como 
por todos los líderes de todos los grupos parlamentarios, por los dirigentes 
de los órganos locales de gobierno, y los líderes de las organizaciones sociales 
de los territorios “alzados”, por los representantes de las fuerzas de la autodefensa 
local, y de las distintas confesiones religiosas.

El memorándum debe ser un documento  que determine claramente las 
responsabilidades y obligaciones del gobierno ante al pueblo de Ucrania por su 
cumplimiento. Para que después el gobierno no pueda saltar por encima, como 
hiciesen sus representantes el 21 de febrero, cuando después de firmar un 
acuerdo, al día siguiente, renunciaron al mismo, amparándose en que Maidán 
se oponía.


Solo un memorándum donde se concreten los derechos, obligaciones y garantías 
de las partes, donde se tengan en cuenta las opiniones y aspiraciones de los habitantes 
de todas la regiones y territorios del país, desde Lvov a Donetsk y Lugansk, un 
memorándum que garantice a los ciudadanos de Ucrania el riguroso cumplimiento 
de sus derechos y libertades: políticas, económicas, sociales, humanitarias; solo un 
memorando así puede y debe ser firmado, -declaró el líder del Partido Comunista 
y del grupo parlamentario comunista en la rada de Ucrania, Piotr Simonenko.

http://www.kpu.ua/pochemu-kommunisty-ne-podpisali-memorandum/