27 de abril de 2012

Murió en Cienfuegos el último sobreviviente cubano del bombardeo a Guernica

Extraído de cubadebate


Jorge Eduardo Elguezábal
Jorge Eduardo Elguezábal

Jorge Eduardo Elguezábal, el último cubano sobreviviente de Guernica, murió recientemente en Cienfuegos, según anunció en un reportaje hoy la Televisión Cuba, al conmemorarse hoy el aniversario 75 de la masacre contra esa ciudad vasca.
Nacido en 1926, Jorge Eduardo viajó de Cienfuegos al País Vasco en compañía de su madre y hermanos en 1932. Su familia era de Gernica, vivió en la calle Asilo Kalzada. Allí fue a la escuela y permaneció varios años hasta que el bombardeo arrasó la ciudad.
“Era un niño de 10 años el 26 de abril de 1937, fecha del bombardeo”, refirió la televisión cubana.
Ese día habían corrido hacia el refugio varias veces, pero no fue hasta las 4 de la tarde cuando sonó la alarma y que tuvieron que protegerse del bombardeo intenso, comentó Jorge Eduardo en el testimonio que presentó la televisión, grabado poco antes de su muerte. Elguezábal falleció recientemente a los 86 años de edad, en Cienfuegos, dijo el informativo, sin precisar la fecha de su deceso.
“En Guernica tiraron cientos de bombas, con la más moderna tecnología que tenía entonces Alemania”, narró el sobreviviente.
El reportaje concluye con las siguientes palabras de Elguezabal: “Cuando nosotros salimos del refugio fue uno de los momentos más difíciles de la vida; la gente se abrazaba y preguntaba por los sobrevivientes, por los hijos… Desde nuestro ángulo, Guernica estaba ardiendo… Esa sensación no se puede olvidar”
El 26 de abril de 1937 aviones de la Legión Cóndor alemana, bajo el mando del teniente coronel Wolfram von Richthofen, bombardearon durante más de tres horas la localidad vizcaína, lo que provocó 126 muertos, según las estimaciones más recientes de historiadores.
Más del 70 por ciento de los edificios de Guernica, entonces poblada por unos seis mil habitantes, quedó destruido, principalmente por el fuego causado por la gran cantidad de bombas incendiarias arrojadas sobre la pequeña villa rural.

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