Cuando hablamos de la 2ª Guerra Mundial siempre hemos recordado la tenacidad y la confianza del pueblo soviético en vencer a las fuerzas del nazismo. Tuvieron lugar muchas batallas desde aquel 21 de Junio de 1941, cuando fue invadida la Unión Soviética. Y hoy, el imperialismo silencia aquel titánico esfuerzo. Los hechos son reveladores. Y no solamente fueron grandes combates como Moscú, Stalingrado o Kursk. También tuvieron lugar imponentes operaciones que cambiaron el curso de la guerra, ante dificultades que cualquier ejército profesional no admitiría como idóneas para obtener la victoria. Y son estas actuaciones del Ejército Rojo de las más silenciadas por los historiadores y divulgadores de los medios imperialistas. Y por ello, deben ser ampliamente conocidas por la clase obrera.
En este artículo me referiré al cerco de Korsun-Cherkassy, que entre Enero y Febrero de 1944, se desarrolló en tierras ucranianas, sufriendo las fuerzas hitlerianas una de las derrotas más sonadas.
A principios de 1944, las potencias aliadas de EEUU y Gran Bretaña no abrían el “Segundo Frente” en Europa, a pesar que durante 2 años tenían los equipos y tropas perfectamente preparadas. El futuro presidente de EEUU, Harry Truman entonces senador, formuló la siguiente estrategia en 1941: “Si vemos que está ganando Alemania, debemos ayudar a Rusia, pero si empieza a ganar Rusia, deberemos ayudar a Alemania, y que se maten cuanto más” (1); son las ideas de un criminal de guerra (fue quién dio la orden de tirar las bombas atómicas) que despreciaba la lucha del pueblo soviético por su libertad. La mayoría de los gobernantes occidentales pensaban de igual forma. El 18 de Julio de 1942 Churchill negó el desembarco en el continente y se comprometió a realizarlo en la primavera de 1943.(2) Pero tampoco lo cumplieron: José Stalin como miembro del Consejo de Defensa Estatal de la Unión Soviética les envió un mensaje: “En este caso el problema no está en la mera decepción del gobierno soviético, sino en la necesidad de mantener su confianza en los aliados, sujeta a duras pruebas. No se puede olvidar que se trata de salvar la vida de millones de hombres en los territorios ocupados de Europa Occidental y de Rusia y de disminuir los colosales sacrificios que están haciendo las tropas soviéticas, en comparación con los cuales los sacrificios de las tropas anglo-sajonas aparecen minúsculos” (3).
En la Conferencia de Teherán se quedó para la primera de 1944, como mucho en esa apertura,(que como sabemos no fue hasta Junio del 44). Pero, la sangría de la población soviética en lucha con la bestia hitleriana era monstruosa. Sabedor el espionaje alemán de las evasivas occidentales, reforzó considerablemente el frente oriental, preparando una nueva operación ofensiva, pero su plan fue desbordado ya en Noviembre del 43. Tras la liberacion el día 3 de Kiev, capital de la República Socialista Soviética de Ucrania, y gracias a las ofensivas de Zhitomir y Berdichev por el Primer Ejército Ucraniano del general Vatutin, y la toma de Kirovograd por el 2º Ejército Ucraniano del general Konev, las fuerzas nazis replegándose a lo lardo del río Dniéper, se estancaron defendiendo el saliente de Kanev con dos cuerpos de ejército, el XI y el XII, en la orilla occidental del Dniéper, cerca de la ciudad de Cherkassy.
Gueorgui Zhukov, mariscal responsable del Consejo Estatal de Defensa soviético comprendió que era el momento de asestar un golpe sorpresa contra aquellas fuerzas, rodeándolas y aniquilarlas. La operación era muy compleja, pues había comenzado el deshielo en los campos ucranianos, los caminos estaban enfangados, para los soldados, blindados y los campos de aviación, avanzar en semajante terreno no creían posible realizarlo los generales alemanes; pero con todo, el día 18 de Enero, los 1º y 2º Frente Ucranianos comandados por los generales Konev y Vatutin, atacaron los dos extremos del saliente en diez días aprisionando a las fuerzas alemanas allí situadas, cerrando el cepo en la villa de Zvenigorodka. La proeza fue realizada por la 20 Brigada de Tanques de la Guardia y el 16º Ejército de Tanques. Un pequeño Stalingrado se volvió a realizar. En el cerco, “Kessel-Caldera en alemán”, se encontraban seis divisiones y otras unidades más pequeñas, en total 60.000 soldados.
Von Manstein el jefe alemán del Estado Mayor reaccionó ordenando a su vez hacer retroceder a las fuerzas soviéticas, con los cuerpos III y XLVII Panzer. En el enfrentamiento los alemanes sufrieron muy fuertes bajas y tuvieron que pasar a la defensiva. Incapaces de romper el muro soviético (dos anillos de cerco, uno exterior ofensivo y otro interior defensivo), Manstein solicitó al general Hermann Breith, comandante del III Cuerpo abrir un corredor para sacar a las fuerzas atrapadas. Pero a orillas del río Gniloy Tikich, el 6º Ejército de Tanques del Ejército Rojo en una tenaz y espectacular batalla, paró en seco los intentos de las mejores fuerzas que tenían los nazis en ese frente, para liberar a los cercados.
Ante este fracaso, los generales nazis ordenaron al comandante de las fuerzas cercadas Wilhelm Stemmermann que desde su base, donde recibía por avión suministros en la aldea de Korsun-Shevchenko, intentara escapar y llegara hasta las riberas del río Gniloy Tikich, donde se encontraban los restos del 8º Ejército nazi, que seguían librando duros combates con las fuerzas exteriores soviéticas del cerco.
La artillería soviética bombardeba repetidamente este punto de ruptura cerca de la aldea de Shenderivka (llamada por los nazis la Puerta del Infierno). El anillo se estrechaba paulatinamente. Las fuerzas del Ejército Rojo oprimían con sus escalones de blindados, de infantería y de caballería, para impedir la huída del cerco. Era una carrera sangrienta, donde las unidades alemanas pugnaban por retirarse más deprisa, abandonando indumentaria, armamento y suministros. Era el pánico. Los más desesperados llegaban al río Gniloy Tikich, lanzandose a sus aguas muy crecidas por el deshielo, en balsas o a nado, pereciendo por cientos debido a la hipotermia, por las bajas temperaturas del río, siendo unos pocos miles de soldados los que escaparon, a duras penas, en una planicie regada de cadáveres, entre explosiones, y los combates de los blindados.
Las consecuencias fueron escalofriantes para los nazis: en total de la operación, el 8º Ejército Hitleriano perdió alrededor de 57.000 combatientes, incluido el comandante cercado Wilhelm Stemmermann, asesinado por sus mismas fuerzas, pues no solamente una parte importante no pudo salir del cerco, sino más de 18.000 fueron hechos prisioneros, entre soldados, oficiales y generales (se entregaban gritando “Hitler Kapput”).
Aquel desastre fue parcialmente silenciado por la propaganda nazi ya que ante la ausencia de un Segundo Frente trasladaron desde Alemania y Francia 40 divisiones al frente oriental. Las lecciones de esta batalla fueron importantes:
· Un gran número de unidades alemanas de élite, fueron destruidas, incluyendo fuerzas blindadas, artillería, Waffen SS, y de infantería.
· Cuando sucedió el desembarco de Normandía el 6 de Junio, debido al traslado de numerosas divisiones alemanas hacia el este, mientras los nazis opusieron al desembarco 58 divisiones, contra el Ejército Rojo luchaban 239 divisiones.
· El 8º Ejército Nazi fue desmantelado, el último que les quedaba con capacidad de ofensiva. Desde entonces, el Consejo Estatal de Defensa de la URSS, pudo desplegar sus fuerzas acorazadas con toda envergadura, ya que los hitlerianos no podían oponer grandes unidades de choque con garantías. Así hasta el 13 de Julio, fueron destruidas las tropas nazifascistas en Ucrania, tras la operación “Bragatión” en Bielorrusia y de Carelia.
· Solamente 12 días más tarde, el 25 de Julio rompiendo el frente a lo largo de 1000 kms, y con una profundidad de 600 kms. llegó el Ejército Rojo al río Vistula, a 600 kms., de Berlín.
Por los hechos y por el coraje desplegado en las batallas, 23 unidades y formaciones de la Unión Soviética tuvieron el sobrenombre de "Korsunskie”. 73 militares fueron galardonados con el título de Héroe de la Unión Soviética, 9 de ellos a título póstumo. Por la derrota del enemigo en Korsun-Shevchenko, el general Iván Konev fue galardonado con el título de Mariscal de la Unión Soviética, y el comandante de la Guardia del 5º Ejército de Tanques de P.A. Rotmistrov, mariscal de las tropas blindadas.
En la ciudad de Korsun-Shevchenko se abrió el Museo de la Batalla del cerco de Cherkassy y Korsun-Shevchenko, y en diferentes lugares de la batalla monolitos recuerdan la epopeya sin igual del Ejército Rojo.
Notas:
1.- The New York Times, 24 de Junio de 1941. (Sobre el pasado en aras del futuro)
2.- Correspondencia del presidente del Consejo de Ministros de la URSS con los presidentes de EEUU. Y los primeros ministros de Gran Bretaña durante la Gran Guerra Patria de 1941-1945. Moscú. 1976, tomo 1º, página 75. (Historia de la Segunda Guerra Mundial 12 tomos).
3.- Ibid, págs. 166-167
Obras consultadas:
- Serguei S. Smirnov. El Stalingrado del Dnieper. Editorial Militar Soviética. 1958, en ruso.
- Pável Zhilin, y Consejo de Redación de la Academia de Ciencias de la URSS (Pável Sevostiánov, Leonid Dobrojótov, Yuri Káshlev, Vladimir Lomeiko, Vladimir Miliutenko, Oleg Rzheshevski). Sobre el pasado en aras del futuro. Agencia Novosti. 1985.
- Historia de la Segunda Guerra Mundial 1939-1945, en 12 Tomos. Academia de la Historia. 1977.
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