Por Cristóbal García Vera, para Canarias-Semanal.org
Gómez Parra es un veterano periodista y escritor con una larguísima
trayectoria profesional. Afiliado al PCE durante la clandestinidad,
participó en los primeros encuentros de la Junta Democrática, como
responsable del comité de Prensa, Artes Gráficas y Editoriales del
Partido. Fue detenido dos veces por la Policía Política que dirigía,
entre otros, Billy el Niño. Trabajó en numerosas publicaciones como
"Gaceta Ilustrada", "Actual" o "Interviú". Fue corresponsal de guerra y
es autor de libros como "Jomeini el profeta de la guerra" o "La
guerrilla antifranquista". En esta entrevista en exclusiva concedida a
Canarias-semanal, Gómez Parra ofrece las claves para entender la
Transición. Una operación política fraudulenta sobre la que se construyó
el Régimen político del 78, aún vigente en el Estado español (...).
Canarias-semanal:
Como periodista del rotativo "Informaciones", que dirigió Juan Luis
Cebrián, y también como representante en el PCE de los periodistas en
Madrid, conociste de primera mano cómo tuvo lugar la creación de "El
País", el periódico que se ha considerado como el "mascarón de proa" de
la llamada "Transición española". ¿Qué nos puedes contar sobre los
orígenes de este diario?
- Rafael Gómez Parra: Hacia el final del franquismo la pequeña apertura que significó la Ley de Prensa e Imprenta, también conocida como "Ley Fraga",
permitió la proliferación de pequeñas revistas y algún periódico, en
los cuales, aprovechando los pequeños resquicios de esa ley, se fue
abriendo camino un periodismo crítico. Un periodismo en el que la
información había que "leerla entre líneas", como se decía en aquella época. Ese tipo de periodismo sirvió para prestigiar a esas publicaciones frente a la prensa del "Movimiento" . De ello se apercibieron personajes como Juan Luis Cebrián, que rápidamente se propusieron instrumentalizar el prestigio de ese nuevo periodismo para la justificación de la llamada "Transición" .
Cronológicamente, aquellos momentos coincidieron con los intentos de los “reformistas” del franquismo que trataban de impulsar "cambios controlados" que, al chocar con la fuerza y el empuje del movimiento obrero, provocaban a su vez una reacción de “bunkerización”
en el propio franquismo. En ese contexto, los reformistas se vieron
obligados a recurrir a las grandes potencias internacionales,
particularmente a Alemania y a Estados Unidos,
para que les ayudasen a poner en marcha la operación de "apertura del
franquismo". Pero ni aún así lo consiguieron. Esa fue la razón por la
que tuvieron que recurrir primero al PSOE y luego al PCE, para convencerles de que se integraran en aquel proceso.
"El País" fue un periódico ideado por Cebrián y Fraga para construir una visión edulcorada y positiva de la Transición"
En toda esta operación, los medios de comunicación iban a jugar un papel fundamental. Juan Luis Cebrián, que efectivamente dirigía entonces el periódico de la Banca, "Informaciones", y Fraga,
se dieron cuenta de que no podían utilizar los medios controlados por
la dictadura porque estos carecían de la más mínima credibilidad ante la
sociedad. Y ese fue el momento en el que decidieron montar "El País",
que fue fundado por ellos y otros “reformistas” del franquismo. Lo que
hicieron fue, de acuerdo con la Banca, cerrar el periodico Informaciones, y abrir un rotativo nuevo, "El País", que carecía del "pecado original"
de ser franquista. Los medios de comunicación, pero fundamentalmente
este nuevo diario, pudieron cumplir entonces un papel esencial para
construir una visión edulcorada y positiva de la "Transición" .
JUAN LUIS CEBRIAN
-CS: ¿De qué manera cumplió "El País" esta función?
- Rafael Gómez Parra: Lo primero que hicieron fue "fichar"
a casi todos los periodistas progresistas o izquierdistas
pertenecientes a distintas corrientes, para así aumentar la credibilidad
del mensaje que intentaban transmitir. El mensaje de que cada paso
que se daba era un paso “antifranquista”. La idea de que se produjo una
"ruptura" con el franquismo proviene justamente del citado Juan Luis Cebrián.
En realidad, lo que se produjo fue tan solo una "reforma controlada", en la que la llamada “izquierda”
se integró en unas instituciones que siguieron siendo esencialmente
franquistas. Pero en cada uno de los pasos que se iban dando en esa
dirección, la maquinaria de "El País" se
puso también en marcha para intentar convencer a la gente de lo
contrario. Un objetivo hay que reconocer que consiguieron en gran
medida. Los periodistas que no aceptamos desempeñar ese papel, porque
estábamos en contra de lo que se estaba haciendo, fuimos los que no
pasamos a formar parte del nuevo periódico de Cebrián.
-CS: ¿Y cuáles fueron esos “pasos” de la Transición que "El País" se encargaba de justificar?
- Rafael Gómez Parra: Como ya te indiqué, todos ellos, pero a título de ejemplo se puede recordar el 23F. Todo el mundo sabe que el Rey, efectivamente, intervino en el golpe militar, así como en su gestación. Los historiadores lo saben igualmente, pero fue el periódico "El País" el que se encargó de construir la versión de que había sido el Rey quien lo paró. Esa versión continúa figurando aún hoy, pese a las evidencias que la desmienten, en la "historia oficial". Pero la verdad es que como ese episodio se podrían apuntar otros muchos.
SUÁREZ Y JUAN CARLOS BORBÓN, MIDIENDO FUERZAS
Vale la pena recordar también la mal llamada “reconversión industrial” del Gobierno de Felipe González, que supuso acabar con la mayor parte de la industria española para cumplir de esa forma con la división internacional del trabajo impuesta por la entonces Comunidad Económica Europea. Bueno, pues "El País" cumplió la misión de decir y propagar que todo aquello se hacía para lograr la “modernización” de España. Paralelamente, la misma cabecera periodística se esforzó denodadamente en demonizar la resistencia obrera a aquella
operación, transmitiendo tambiénn falsamente que cada vez que se
cerrara una industria se abriría otra. Ni que decir tiene que eso nunca
sucedió.
-CS: A partir de esa época "El País" se convierte en el periódico de
referencia para la "progresía y la “izquierda” institucional e incluso
en la actualidad hay muchas personas de izquierdas que mantienen que
"El País" de hoy es esencialmente diferente al que hubo entonces.
- Rafael Gómez Parra: La realidad es que en toda aquella historia de engaño, "El País" también fue fundamental para dar una justificación a la falsa izquierda, el PSOE y gran parte de Izquierda Unida, en su pretensión de que realmente se había realizado una ruptura con el franquismo.
LOS TRES PRINCIPALES ARTÍFICES POLITÍCOS DE LA "TRANSICIÓN"
A estos sectores políticos no les interesaba que hubiese ningún otro
medio crítico, algo que te puedo ilustrar con una anécdota. En un
momento determinado un grupo de periodistas intentamos hacer un
periódico más a la izquierda de "El País",
y fuimos a hablar con una serie de personajes políticos de la llamada
“izquierda” para ver si podían echarnos una mano en nuestro intento.
"Manuela
Carmena nos echó un pedazo de bronca cuando le comunicamos que
queríamos sacar un medio situado a la izquierda de El País"
Entre otros, hablamos con Manuela Carmena, que lo que nos echó fue un pedazo de bronca,
porque –según nos dijo – “pretendíamos sacar un periódico para hacer la
competencia al periódico de izquierdas”. Y es que, como te digo, a
ellos "El País"
les ofrecía la cobertura para su propia justificación ideológica, de
que lo que estaban haciendo era correcto cuando, en realidad, no habían
hecho otra cosa más que integrarse en el franquismo remozado que se impuso tras la muerte de Franco.
- CS: A pesar del peso de todo el aparato mediático, hoy esa versión
oficial sobre la Transición ya está muy cuestionada, pero no son pocos
los que insisten en que, pese a todo, fue lo que se pudo hacer en aquel
momento. Incluso los dirigentes de Podemos afirman hoy que se puede
considerar un “éxito” para la época, aunque hoy aquella experiencia
"habría que renovarla". Tú, que como representante de los periodistas
del PCE participaste en las primeras reuniones de la Junta Democrática,
¿qué opinas de esto?
- Rafael Gómez Parra: En las primeras reuniones de la Junta, el propio Santiago Carrillo explicaba que no se podía aceptar la Monarquía porque era una Monarquía franquista. Esto lo tenía claro todo el mundo y hasta lo mantenían muchos dirigentes del propio PSOE. ¿Por qué luego el PCE aceptó la Monarquía?
Bueno, la explicación que ellos dieron es que si no lo hacían la
dictadura franquista iba a continuar e incluso podían matarlos. Carrillo irrumpió en una reunión del Comité Central del PCE con el mensaje de que si no se aceptaba la bandera monárquica, el himno y todo lo que les exigían, llegaría el Ejército, y que este podía proceder a realizar ejecuciones sumarias. Se utilizó ese argumento, así como la idea de que si no hubieran aceptado no se habría hecho la reforma del franquismo.
FRAGA Y CARRILLO EN PLENA "RECONCILIACIÓN"
Por el contrario, yo creo, y como yo muchos historiadores, que el
franquismo se hubiera reformado de todas formas, porque no tenía más
opción que hacerlo. Había una situación internacional que imperativamente así lo exigía. Para mí, lo que hizo la llamada “izquierda” fue romper el movimiento obrero para que no se enfrentase al proyecto de reforma pactada que se planeó desde dentro del propio franquismo.
"Si hoy el franquismo continúa existiendo es porque una llamada 'izquierda' se hizo franquista en la Transición"
¿Qué podría haber pasado si los acontecimientos no hubieran sido esos? En mi opinión, la fuerza del movimiento obrero y del antifranquismo habría obligado, como mínimo, a no aceptar la Monarquía
y también se podrían haber puesto sobre la mesa otras reivindicaciones
sociales y económicas, como sucedió en el proceso político de la revolución portuguesa, que aunque finalmente también fue derrotado, abrió muchas más posibilidades que el proceso político español.
Y, sobre todo, en las instituciones del Estado, la Judicatura, la Policía, etc., que han seguido siendo franquistas, se podría haber procedido a su depuración. Igualmente se podría haber producido una limpieza ideológica de
los restos de la dictadura, evitando el espectáculo que hoy estamos
contemplando. Al no haberse hecho nada de esto, aquellos franquistas
formaron a sus sucesores, y hoy éstos se manifiestan más abiertamente,
con más descaro, de lo que se atrevían a hacer, incluso, durante la
propia "Transición". Si hoy el franquismo continúa existiendo se debe
a que la llamada “izquierda” terminó haciéndose también, en alguna forma, franquista.
- CS: Como tú has recordado, todo lo que no se hizo entonces se justificó por el miedo a la involución y a los militares. Por lo que tú conoces, ¿crees que, por ejemplo, cuando Santiago Carrillo aludía al “ruido de sables”, creía realmente en la posibilidad de que el Ejército pudiera intervenir?
- Rafael Gómez Parra: Saber lo que alguien piensa es imposible, porque es una cuestión muy personal, y uno no puede entrar en la mente de los otros. Aunque, claro, a nivel personal, se puede tener miedo. Te contaré. Hay un episodio relacionado con la famosa entrada de Santiago Carrillo en España con “la peluca”, que quizá pueda ilustrar lo que digo. Aquella vuelta de Carrillo había sido pactada previamente con Martín Villa. Le permitieron entrar e incluso estaban al tanto de la rueda de prensa que iba dar. Sin embargo, la operación coincidió con el secuestro del presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol, por los GRAPO, en diciembre de 1977, y eso generó una situación en la que cuando Carrillo dio la rueda de prensa no tuvieron más remedio que proceder a su detención.
Pues bien, según informaciones directas que entonces nos llegaron, Carrillo cuando lo detienen se echa a llorar y pide, todo compungido, que llamen a Martín Villa.
Con esto quiero poner de manifiesto que cuando alguien piensa que los
acuerdos a los que ha llegado con otros se rompen, el miedo puede
apoderarse perfectamente de él. Y, del mismo modo, es posible que
los miembros del Comité Central del PCE de aquella famosísima sesión, en la que el propio Carrillo les dice que o aceptan la Monarquía y la bandera o viene el Ejército, también pudieron llegar a sentir miedo. Pero la cuestión esencial es que si perteneces a un Partido que
pretende ser revolucionariono no puedes actuar atenazado por el miedo.
Sea lo que fuere que haya sucedido, de lo que no hay ninguna duda es de
que la "Transición" fue totalmente dirigida por los franquistas.
-CS: Fruto de esa "Transición" fue el llamado "Régimen del 78", sobre
el que recientemente diste una charla en Madrid. ¿Cómo caracterizarías
este Régimen si tuvieras que explicárselo a un joven perteneciente a
las nuevas generaciones?
- Rafael Gómez Parra: Yo diría que es una reforma del Franquismo, en la cual integran a todos aquellos sectores que aceptan que la dirección siga siendo franquista. El franquismo impuso las cuestiones fundamentales, como la Monarquía, de la que ya he hablado, la pervivencia de las instituciones de la dictadura o el hecho de que no se tocasen los bienes personales de los franquistas, aunque hubieran sido conseguidos mediante el robo, como ha pasado con la fortuna de la propia familia Franco. Todo lo demás fue una reforma de aspectos necesarios para adaptarse a Europa, para la cual lo fundamental era que España siguiera siendo un país capitalista y se mantuviese en sus instituciones fundamentales. La llegada de Felipe González al gobierno, al que previamente le hacen algunas pruebas como su aceptación de la OTAN, también es clave. González lleva a cabo toda la desindustrialización, con la que también se rompe el movimiento obrero, dejándolo sin los colectivos más luchadores, que fueron machacados y enviados a casa. Eso, cuando no fueron directamente asesinados, como en la Matanza de Vitoria del 3 de marzo de 1976, con Fraga como ministro responsable de la policía.
- CS: En cualquier caso, nada de eso se produjo sin resistencia…
- Rafael Gómez Parra: Sí, por supuesto hubo importantes luchas de los trabajadores, y en ellas una vez más "El País" fue el encargado de denigrar la resistencia de la clase obrera. En esta labor se aplicó a fondo durante la Huelga General que CC.OO. y UGT hicieron en 1988, en la que incluso denostaron al secretario general de UGT, Nicolás Redondo, hasta obligarlo a marcharse del PSOE. Fíjate la dureza de ese neofranquismo liderado por Felipe González, incluso contra el secretario general de un sindicato que nada tenía de revolucionario, que era puramente reformista. Al mismo tiempo, mandaron al trastero a Marcelino Camacho que, por otro lado, y en honor a la verdad, también fue en los primeros momentos uno de los más activos patrocinadores de la Transición y de detener la acción del movimiento obrero. Otra cosa es que luego se diera cuenta y que cuando intentara reaccionar ya no pudiera hacer nada, aunque tampoco creo que lo intentase todo. En cualquier caso, la realidad es que Marcelino Camacho, o incluso figuras como la propia Pasionaria, que entonces también era ya muy mayor y quizá no se dio cuenta, no lo sé, jugaron un papel muy negativo durante la Transición, en la última época de sus vidas. Fue muy distinto al de otros, como algunos dirigentes vascos de la República que cuando volvieron a España no aceptaron la Transición.
NICOLÁS REDONDO Y MARCELINO CAMACHO
El resultado de aquello es que aún hoy éste sigue siendo un país franquista, porque las instituciones no cambiaron y hoy los franquistas que están en ellas - en la Justicia, el ejército o la policía- son más abiertamente franquistas que los de la Transición. Y todo fue posible porque la llamada “izquierda” que se integró en el Régimen favoreció la ruptura del movimiento obrero, del movimiento vecinal, etc., y con ello la configuración de la sociedad en la que ahora vivimos, donde la gente se ve abocada a actuar siguiendo el “sálvese quien pueda”. No creen en la política, ni en los políticos, porque constatan que no tienen nada que ver con ellos.
DOLORES IBÁRRURI CON CARRILLO
-CS: A propósito de esa situación que describes, y dando un salto de décadas, en el año 2008 el estallido de la crisis capitalista hace tambalear al "Régimen del 78", porque la gente comienza no solo a protestar y autoorganizarse, sino también a cuestionar la legitimidad de sus instituciones. En este contexto surgen nuevos partidos como Podemos, cuyo líder adquiere popularidad justamente cuestionando el "Régimen del 78", pero que muy rápidamente asume un discurso plenamente socialdemócrata y se acerca vertiginosamente cada vez más al PSOE. Sobre este partido tú has escrito al menos un par de artículos, uno de ellos con el llamativo título de “Podemos, matar al padre, matar al PSOE”. ¿En base a la evolución que ya ha tenido esa formación política, qué te parece que se puede esperar de un partido como el de Pablo Iglesias?
- Rafael Gómez Parra:
Bueno, lo que provoca la crisis es, efectivamente, la aparición de
gente joven que enlaza esa crisis con el fracaso de la Transición, con
el hecho de que la Transición
como se la han contado es falsa. Liga la crisis y la falta de trabajo,
de medios y la represión contra los jóvenes con la historia oficial de
la Transición y la ponen en cuestión. Con ese caldo de cultivo nace Podemos. Pero yo recuerdo haber tenido alguna discusión con Pablo Iglesias cuando aún no había creado su partido y lo cierto es que, aunque él era crítico con la Transición
no estaba en absoluto en contra. De manera que en este sentido su
cambio ha sido relativo. Ha sido importante, desde luego, pero jamás los
dirigentes de Podemos han estado en contra de la Transición, a la que siempre le reconocieron las virtudes de las que hoy hablan.
"Podemos
solamente puede ir ya hacia atrás. Su credibilidad no ha dejado de
bajar y en los próximos años veremos cómo gran parte de sus dirigentes
desfilan hacia el PSOE"
Lo que sucede con Podemos es que para la pretendida reforma que planteaba inicialmente, como una Segunda Transición, su capacidad de acción es muchísimo más pequeña que la que tuvo Felipe González cuando hizo la primera. Entonces era fácil hacer cosas como generalizar la Seguridad Social, que lógicamente eran muy bienvenidas. Sin embargo, hoy aunque Podemos
llegara a gobernar no podría poner en marcha ninguna medida importante
que la gente pudiera identificar con una ruptura con el actual Régimen o con la primera Transición. Por eso, en mi opinión el partido de Pablo Iglesias
solamente puede ir ya hacia atrás. Desde su promesa inicial de
“conquistar los cielos” su credibilidad no ha dejado de bajar y seguirá
haciéndolo. Ahora sus dirigentes ya se permiten incluso criticar a Venezuela y
renuncian a plantear cualquier tipo de solución fuera del capitalismo.
Y, claro, se ha visto en las elecciones andaluzas como han comenzado a
perder todos los votos de la gente más luchadora y situada a la
izquierda.
PABLO IGLESIAS CON SANTIAGO CARRILLO
En el artículo que escribí sobre Podemos, y que has mencionado, el título es una referencia al hecho de que, desde el primer momento, Pablo Iglesias entendió que su único camino era el griego: sustituir al PSOE.
Lo que sucede es que también en eso ha fracasado y por esa razón se
encuentran en una situación dramática. Porque ahora los pasos que pueden
dar son solamente acompañando al PSOE, por lo que en los próximos meses o años veremos como gran parte de los dirigentes del Podemos se pasarán al PSOE, como ya le sucedió a Izquierda Unida. Los concejales que están con Carmena en “Ahora Madrid”, por ejemplo, en cuanto vean la posibilidad pasarán primero al grupo de Carmena, que es un punto intermedio entre el PSOE y Podemos, y luego acabarán en el PSOE, que es el partido con posibilidades de gobernar. Podemos está congelado, como le pasó a IU en los primeros años, y estoy convencido de acabarán todos en el PSOE.
-CS: Para concluir, Rafael. Quizá alguien pueda leer el análisis que haces y decir, "muy bien, me parece muy lúcido, pero entonces, si la alternativa para cambiar las cosas tampoco es Podemos, ¿cuál es?".
- Rafael Gómez Parra:
Mira, lo pinten como lo pinten, no hay ninguna posibilidad de cambio
real que no implique superar el capitalismo. El capitalismo, por
supuesto, se va a defender con uñas y dientes y no permitirá ninguna transición sencilla hacia el socialismo y esta resistencia la va a sufrir toda la humanidad.
A la caída del Imperio romano
le siguieron los bárbaros, y si los países y pueblos no encuentran
alternativas al capitalismo los que pueden venir otra vez son los
bárbaros. Para que esto no suceda todos tenemos que poner nuestro
granito de arena en la lucha para lograr un sistema en el que no se dé la explotación del hombre por el hombre.
Lógicamente, no es una tarea fácil, pero hay pueblos que también
demuestran con su práctica que están dispuestos a aceptar sacrificios
para conseguirlo. Yo, desde luego, sigo convencido de que el socialismo es la única salida. Hay que socializar las cosas, ir a prácticas y formas de producción que no exploten al hombre. Sin pensar que ese proyecto vaya a ser "el paraíso", porque eso no existe, pero desde luego un sistema socialista tiene lo básico para conseguir que haya una forma de vida más humana.
SOBRE EL ENTREVISTADO
Rafael Gómez Parra es un veterano periodista y escritor de izquierdas con unaa larguísima trayectoria profesional. Entró en la Universidad en el curso 1964-65, en plena revuelta estudiantil y participó en el primer Congreso de universitarios celebrado en Valencia frente al sindicato franquista de Martín Villa, el SEU, publicando sus conclusiones en la revista de la Escuela de Ingenieros de Telecomunicaciones, donde era delegado de curso.
De allí pasó a la Escuela de Periodismo, que estaba en los sótanos del Ministerio de Información y Turismo que había fundado Manuel Fraga. Allí se afilió al PCE y fue delegado de la Escuela durante los mandatos de Emilio Romero (Pueblo) y Luis María Ansón (ABC).
Al terminar la carrera entró a trabajar en el periódico Informaciones, que dirigía Juan Luis Cebrián, siendo ya responsable del comité de Prensa, Artes Gráficas y Editoriales del PCE. Como tal, participó en la dirección madrileña del Partido y en los primeros encuentros de la Junta Democrática fundada por Santiago Carillo en París, que les aseguró que "jamás aceptarían al rey nombrado por Franco".
Entre 1976 y 1979, al comienzo de la Transición, fue detenido dos veces por la Policía Política, que dirigía entre otros Billy el Niño, por haber sacado una revista política, “Crash”, y pasó quince días en la DGS. Al salir la primera vez contó lo que le había hecho en la revista “Interviú” y en la segunda detención le decían: “mira aquí es donde te dice que te sacudimos”. "Te amenazaban -cuenta el periodista - con ponerte una piedra colgada del cuello y tirarte a un pantano y cosas así".
Abandonó el PCE poco después de la revolución de los claveles de Portugal, cuando la enviada por Carrillo, Pilar Bravo (luego gobernadora de Castellón con el PSOE) les comunicó que el PCE estaba en contra de la vía portuguesa. "Le escribí una carta -recuerda Rafael- y ella me contestó: “ya volverás”.
Entre 1979 y 1982 trabajó en "Gaceta Ilustrada" y "Actual", además de ser corresponsal político de varios periódicos de Barcelona.
En 1984 fue cofundador del periódico "Liberación", que duró menos de un año por la falta de medios, aunque llegó a tener más de 30.000 lectores diarios.
En 1985 entró a trabajar en "Interviú", en plena crisis de los Gobiernos de Felipe González por la "guerra sucia" de los GAL o la liquidación de la industria española y el acoso a los sindicatos obreros.
También fue corresponsal en los ataques de Estados Unidos a Libia y en la guerra Irán-Irak, escribiendo en base a sus experiencias el libro "Jomeini el profeta de la guerra".
Entre 1990 y 1992 viajó por toda América para escribir el libro "Los indios a la reconquista de América", para "conmemorar" los 500 años de la conquista de América.
Es autor de otros libros como "La guerrilla antifranquista", en el que rebate la idea de Santiago Carrillo de que las guerrillas no habían servido para nada, y "Grapo, los hijos de Mao".
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