Foto: Roberto Garaicoa - Mesa Redonda
Por Javiel Fernández Pérez, Cuba Información. Extraído del Programa de la televisón cubana Mesa Redonda.
En
ocasión de celebrarse el día de la ciencia cubana este 15 de enero
tomando como referencia igual fecha del año 1960 cuando Fidel abrió un
camino para la ciencia en el país ante miembros de la Sociedad
Espeleológica de Cuba, científicos e investigadores de gran prestigio
comparecieron este martes en la Mesa Redonda para dialogar sobre el
presente, los retos y desafíos de la ciencia cubana.
Al inicio de la Mesa, el Dr. Agustín Lage Dávila, asesor del Grupo
BioCubaFarma, académico de mérito de la Academia de Ciencias de Cuba y
autor del libro recién presentado La osadía de la ciencia, partió de la
icónica frase de Fidel sobre el futuro de hombres de ciencia que debía
tener Cuba para explicar la coherencia entre el pensamiento y la acción
del Comandante en Jefe respecto a la ciencia.
Explicó que esa frase fue pronunciada el 15 de enero de 1960, un año
antes de la campaña de alfabetización, cuando el país tenía un 25% de
analfabetos y precisó que ahí está la primera enseñanza de Fidel: la
ciencia no es para mañana, la ciencia es hoy.
El Doctor Agustín Lage recordó que Fidel concedió importancia a la
ciencia a lo largo de la Revolución, por ejemplo, en el año 1990
comenzaba el período especial, la tarea era defender a Cuba y Fidel dijo
en varias ocasiones que la independencia dependía de la tecnología y
de la ciencia y que en algún momento la ciencia y las producciones de
la ciencia debían ocupar el primer lugar de la economía nacional.
Comentó que las particularidades del sistema de ciencia cubano
concebido por Fidel están en la centralidad de la ciencia, la
importancia de desarrollar la ciencia desde las raíces mismas de la
construcción social, sus vínculos con la soberanía nacional y la
economía, preceptos con los que Fidel fue coherente al impulsar la
creación de escuelas, universidades, la universalización de la
enseñanza, la creación de más de 200 instituciones científicas, la
creación de la Comisión de Energía Atómica, el polo científico, la UCI,
BioCubaFarma, entre otras instituciones.
Detalló que entre esos logros de la ciencia están el que hoy este
sector agrupa unas 86 mil personas, 13 mil doctores universitarios, 50
universidades, 94 Centros Universitarios Municipales, 219 instituciones
científicas y más de 1 millón de graduados universitarios.
Por su parte, el Dr. Luis Herrera Martínez, asesor del Grupo
BioCubaFarma y académico de mérito de la Academia de Ciencias de Cuba,
comentó sobre el esfuerzo de Cuba por la educación, la salud pública y
la formación de personal altamente especializado en todos los sectores,
bases para el desarrollo científico del país y la estructuración de un
sistema que permite ejecutar desde la idea hasta la producción y la
aplicación, de lo contrario, las ideas hubiesen terminado solo en
publicaciones.
Explicó que la relevancia de la ciencia cubana está en la capacidad
de integración, que no fue algo espontáneo, sino creado por el
comandante a través del polo científico fundado en la década del 90 para
el intercambio y una proyección de conjunto, iniciativas de
investigación que han permitido que Cuba tenga la industria
biotecnológica mejor establecida del tercer mundo.
Dijo que esta industria debe ser capaz de llegar de completar los
procesos para que el desarrollo se revierta en el plano económico a
nivel del país y que en este sentido falta mucho por hacer debido a la
complejidad a nivel económico, las regulaciones existentes
internacionalmente, eso motiva que seamos capaces de llevar a cabo una
iniciativa en la solución de nuestros problemas y llevar adelante la
ciencia. El reto más grande actualmente es de tipo económico, aparecen
nuevas disciplinas y enfoques, de gran complejidad.
El Dr. Alberto Prieto Rozos, Profesor de Mérito de la Universidad de
La Habana, recordó que Fidel hizo un aporte a las ciencias sociales el
10 de octubre de 1968 cuando dijo: “Ellos hubieran sido como nosotros,
nosotros entonces hubiéramos sido como ellos”.
Explicó que Fidel abrió un espectro analítico dentro de las ciencias
sociales y fue una lección de historia, ¿por qué se pensaba como se
pensaba y cómo hemos llegado a pensar como se piensa hoy día?, eso se
evidencia en la nueva Constitución a 150 años de la primera, la
inquietud de ser cubano, de cómo estructurar la sociedad, de cómo
pensamos, la enorme relación con las proporciones por lo vivido, por los
anhelos, uno lucha por lo anhelado tanto por uno como por las
generaciones precedentes, la subjetividad del ser humano, eso es lo que
estudian las ciencias sociales, por qué sentimos como sentimos, por qué
pensamos como pensamos.
Precisó que la discusión colectiva de la Constitución ha sido
maravillosa, el cubano tiene una peculiaridad, cada cubano piensa que
es el centro del mundo y eso es una obra de la Revolución, pero el
diálogo, la discusión, muestran la vitalidad de la nacionalidad cubana,
de la identidad cubana, cada vez se tiende más a la interrelación de
las disciplinas, las mentalidades, las dificultades, los retos se
explican en el conjunto de los estudios de las ciencias sociales.
Evocó que Fidel jamás eludió un tema, los temas más complejos los
dialogaba y los simplificaba evitando el teoricismo y los términos
intelectualoides, dialogaba de forma simplificada con el pueblo, eso
daba confianza.
Por su parte, la Doctora María Felicia Díaz Sánchez, directora de
investigación e investigadora de mérito de la Academia de Ciencias de
Cuba, dijo que la ciencia cubana ha sido rigurosa, noble y
revolucionaria y que los científicos han estado contextualizados en cada
momento, las universidades han sembrado inteligencia pero han sembrado
valores, el altruismo, la justeza, la sencillez, la humildad, eso
forma parte de la idiosincrasia del científico cubano.
Explicó que en el caso de las ciencias agropecuarias, los logros de
los últimos años radican en la diversificación de pastos y forrajes,
razas genéticas, cultivos, alimento animal y que el reto más importante
es lograr que esa ciencia impacte en el desarrollo económico y social
del país, que sea autofinanciada la ciencia en Cuba, conexión eficaz y
eficiente con el sector productivo, lograr ese desarrollo y esa batalla
económica con los resultados concretos que pide el país en estos
momentos.
Argumentó que los retos están en reducir las importaciones,
garantizar la seguridad alimentaria del pueblo, habrá interface entre
las universidades y el sector productivo, mayor colaboración nacional e
internacional, lograr más integración entre Educación Superior,
Biotecnología y el Ministerio de la Agricultura, unirse para optimizar
los recursos humanos y materiales, mejorar la infraestructura para
introducir la ciencia básica y con visión de futuro.
Al cierre, el Dr. Agustín Lage Dávila, concluyó que aunque vencer el
período especial fue una victoria del pueblo cubano, de las batallas
se ganen o se pierdan se sale con heridas, que también están en la
ciencia. Explicó que artículo 21 de la nueva Constitución norma el
trabajo y papel de la ciencia y los científicos dentro de la sociedad,
corresponde a todos implementarlo adecuadamente, primero hay que crear
las bases jurídicas para ello, el sector de ciencia y técnica tiene que
crecer por delante de la economía, reforzar las conexiones de la
ciencia con la economía, implementar la empresa estatal socialista de
alta tecnología, una nueva figura del tejido empresarial cubano,
desplegar el programa de informatización de la sociedad, que forme
parte directamente del comercio exterior, aplicar una estrategia de
conexión económica con el mundo, utilizar más el poder de los centros
universitarios municipales, incorporar indicadores de desempeño de la
ciencia y la técnica y garantizar las conexiones de la ciencia con el
resto del tejido social.
Concluyó con una frase expresada por Martí en el año 1890, dirigida
fundamentalmente a los científicos más jóvenes: “La razón, si quiere
guiar, tiene que entrar en la caballería”.
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