Por Boltxe Kolektiboa
Una evidente muestra de la debilidad del Movimiento Comunista
Internacional es la falta de una solidaridad permanente y enérgica con
la difícil y heroica lucha de Siria contra el poderoso frente
imperialista que ataca sin piedad a este país desde hace ya casi 2 años.
No nos cansaremos de denunciar a quienes motejan de “burgués” al
gobierno sirio para eludir su responsabilidad comunista de
internacionalismo proletario. A quien hay que denunciar es a la
burguesía compradora criminal siria encarnada en un grupo de
empresarios, líderes de los Hermanos Musulmanes y otros renegados de la
mal llamada “oposición” al servicio integral del imperialismo.
Uno de los tres valientes destacamentos comunistas sirios, el Partido
Comunista Sirio Unificado, ha emitido una amplia declaración reclamando
solidaridad a los revolucionarios del Mundo. Los comunistas sirios en
el gobierno, Asamblea Nacional, fábricas, campos y ciudades están dando
un ejemplo que nos enorgullece. La declaración afirma cuestiones
evidentes: el objetivo del ataque es destruir el Estado sirio que es un
obstáculo en el camino imperialista para crear un “Gran Oriente Medio”
tras haber destruido los Estados de la región y convertirlos en pequeñas
entidades enfrentadas las unas a las otras para que los imperialistas
impongan su dominio total sobre el petróleo y el gas y eliminar la
cuestión palestina sacrificando los intereses de ese pueblo.
Los imperialistas han aprovechado los errores y defectos del régimen,
por un lado, y los movimientos opositores, por el otro. Aunque al
comienzo los movimientos opositores eran pacíficos algunos se han
convertido en armados con el apoyo de EEUU, Turquía, Qatar y Arabia
Saudita. Turquía ha ocupado la frontera siria para ayudar al contrabando
de armas y la entrada de miles de mercenarios llamados “jihadistas”.
Las sanciones, embargo económico y ataques terroristas buscan destruir
la economía siria. Han sido dinamitadas plantas eléctricas, destruidas
redes eléctricas, incendiados pozos petroleros, quemadas cisternas de
transporte de petróleo. Miles de toneladas de acero han sido robadas y
enviadas a Turquia. Mil fábricas y talleres de Alepo saqueados. Sus
máquinas desarmadas y vendidas como en piezas a bajo precio en Turquía.
Ataques contra sistemas de riego y centros de cría de ganado. Carreteras
cerradas. Centros de salud destruidos. Científicos y doctores
secuestrados y algunos asesinados. Miles de soldados y civiles
secuestrados. Cometidas masacres y los cadáveres arrojados a los ríos.
Algunas víctimas han sido decapitadas y otras mutiladas en episodios
propios de la Edad Media.
En la Universidad de Alepo 85 estudiantes asesinados.
Turquía está en guerra directa entrenando y armando a asesinos
provenientes de 20 países. Este país no podría hacer lo que hace sin el
apoyo de EEUU, países de la Unión Europea y del Golfo.
Siria resiste e inflinge duras pérdidas a estas bandas que no pueden
conseguir todos sus objetivos. Pero los sirios están pagando un alto
precio por su resistencia. Siria no cree que la solucion es militar. Se
pronuncia por soluciones pacíficas y políticas mediante un diálogo
nacional.
El gobierno sirio ha hecho una declaración importante lanzando una
nueva iniciativa de paz de conformidad con el derecho internacional.
Subraya nuevamente la necesidad de reformas democráticas, una nueva
Constitución junto a un nuevo acuerdo general y nacional preparado por
todas las fuerzas incluida la oposición. Desgraciadamente la iniciativa
ha sido rechazada por los terroristas y quienes les apoyan e incitan a
la violencia.
La agresión repentina de Israel puede cambiar la dirección de los
acontecimientos en Siria. Israel desvela su naturaleza agresiva tratando
de abrir otro frente.
El pueblo sirio debe pagar un muy alto precio. Han muerto decenas de
miles de civiles. El país está expuesto a una catástrofe humanitaria.
Tres millones de ciudadanos sirios han huido de sus hogares y viven en
condiciones de inimaginable dificultad.
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