Por Embajada de la RPDC en el Reino de España.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular Democrática de Corea, hizo público el día 17 la siguiente declaración:
Como consecuentes, en el 70º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU volvimos a exponer la justa posición de sustituir el Acuerdo de Armisticio de Corea por un convenio de paz. Esto partió de la demanda apremiante de eliminar el peligro de estallido de guerra, que se presenta como una amenaza realista en la Península Coreana, y preparar un duradero ambiente pacífico.
La situación de la Península Coreana creada en agosto pasado, cuando un pequeño incidente eventual pasó en un santiamén al umbral de una crisis más tirante, ha demostrado finalmente que el actual Acuerdo de Armisticio no puede detener por más tiempo el peligro de choque y guerra. Aunque fue logrado a duras penas, el acuerdo entre ambas partes coreanas gracias a nuestra posición amante de la paz y con la paciencia indomable, no hay ninguna garantía de que así sería mantenido invariablemente y ejecutado. Porque las autoridades surcoreanas, parte firmante del acuerdo, no tienen el poder del mando supremo sobre cualesquiera de las fuerzas armadas en su territorio, ni negar ningún entrenamiento militar conjunto que les impone su amo gringo.
Es muy claro, que si se produce otro choque en la Línea de Demarcación Militar, puede volver a agravarse la tensión, y tendrá como consecuencia la guerra total incontrolable por nadie. El curso de negociaciones realizadas hasta la fecha, para solucionar el problema de la Península Coreana, demostró que ningún problema interesado por EE.UU. y otros países involucrados, puede ser resuelto sin anteponer la concertación del convenio de paz. En el pasado, tomando en cuenta la insistencia de las partes interesadas en discutir primero el problema de desnuclearización, lo hicimos en las conversaciones a 6 bandas y también pusimos simultáneamente el problema nuclear y el asunto de aseguramiento de paz en la mesa.
Pero, todo esto no pudo evitar el fracaso y alguna vez se lograron unos acuerdos parciales que no se llevaron a su ejecución. Su causa principal reside en que se continúa la política hostil anti-RPDC de Estados Unidos, y que los actos provocadores militares, como la realización de simulacros militares conjuntos de gran envergadura, y la introducción de medios de ataque nuclear en el suelo surcoreano, rompieron periódicamente el ambiente de todas las negociaciones y empeoran más la tensión de la Península Coreana. De ahí, hemos sacado la conclusión de que hay que anteponer antes que todo la sustitución del acuerdo de armisticio por el de paz para acabar con el círculo vicioso de la confrontación y la agravación de tensión.
Existen sólo dos salidas para el aseguramiento de paz en la Península Coreana. Uno de ellos es el método de la guerra fría, al impedir la creciente amenaza nuclear y la provocación de guerra de EE.UU., intensificando por todos los medios el poderío de defensa nacional de carácter autodefensivo, que tiene como núcleo las armas nucleares. La situación actual en que se previene la guerra total en la Península Coreana que está en el estado de armisticio se mantiene enteramente gracias al disuasivo nuclear de la RPDC.
El otro método es que Estados Unidos renuncie su política hostil anti-RPDC, y acepte la concertación de convenio de paz con la RPDC para establecer la verdadera y duradera paz basada en la confianza. La sustitución del acuerdo de armisticio por el de paz deviene el problema dependiente de la decisión resuelta de EE.UU., y el acuerdo de principios entre la RPDC y EE.UU. También, la ONU debe apoyar activamente la concertación de convenio de paz, cumpliendo su rol para acabar con el estado anormal en que un país miembro y la "comandancia de las fuerzas de la ONU" están en estado beligerante en la Península Coreana.
El otro método es que Estados Unidos renuncie su política hostil anti-RPDC, y acepte la concertación de convenio de paz con la RPDC para establecer la verdadera y duradera paz basada en la confianza. La sustitución del acuerdo de armisticio por el de paz deviene el problema dependiente de la decisión resuelta de EE.UU., y el acuerdo de principios entre la RPDC y EE.UU. También, la ONU debe apoyar activamente la concertación de convenio de paz, cumpliendo su rol para acabar con el estado anormal en que un país miembro y la "comandancia de las fuerzas de la ONU" están en estado beligerante en la Península Coreana.
Si se pueden eliminar la raíz de la causa, de llegar a una inminente guerra creando confianza entre la RPDC y Estados Unidos, será posible poner fin a la carrera armamentista nuclear y consolidar la paz. Estados Unidos no debe esforzarse más por evitar, sin consideración, la concertación del convenio de paz y debe tomar con prudencia la opción correcta.
Si Estados Unidos hace la vista gorda a este asunto, o le pone las condiciones que hasta hoy en día hace que la situación de la Península Coreana llegó a un punto de viraje crucial, revelará solamente a todo mundo el hecho de que no tiene voluntad de abandonar la política hostil a la RPDC.
Si EE.UU. no abandona hasta el fin su política hostil, experimentará solamente la intensificación continua del inagotable disuasivo nuclear de la RPDC y se enfrentará con las fuerzas armadas revolucionarias coreanas que están preparadas a las guerras de todo tipo que les impone el imperio.
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