Pese a que el representante norteamericano pareció reciclar el discurso de otro año, el testimonio de 191 países opuestos al bloqueo condenó el cerco económico, financiero y comercial y reconoció la hidalguía de una nación que ha roto el aislamiento.
Cuba consiguió este martes el más amplio respaldo internacional en
las 24 votaciones que desde 1992 promueve en la Asamblea General de las
Naciones Unidas, contra el bloqueo económico, comercial y financiero de
Estados Unidos, cuando 191 naciones votaron a favor de la resolución de
la Isla, ninguna se abstuvo y solo Estados Unidos —el país bloqueador— e
Israel se opusieron a ella.
En su intervención antes de la votación, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, llamó a no confundir la realidad con los deseos ni la buena voluntad de las palabras. «Los hechos demuestran con claridad que el bloqueo está en plena aplicación. Diez meses después del 17 de diciembre no se ha producido modificación tangible de bloqueo», sostuvo.
El canciller agradeció a los pueblos, gobiernos, miembros de la sociedad civil y organizaciones internacionales que han contribuido año tras año a consolidar la justeza de esta demanda cubana y expresó gratitud al pueblo estadounidense por secundar nuestro propósito.
Con una postura que sorprendió a muchos por su tozudez política, en la explicación del voto negativo de su país, el representante de Estados Unidos «lamentó» que Cuba optara por su resolución anual y sugirió que la Isla había equivocado su estrategia para el informe. El diplomático se concentró en la mención de medidas que —aunque también han sido reconocidas por Cuba— no han significado avances sustanciales en el desmontaje del bloqueo.
El representante estadounidense consideró lamentable que Cuba presentara una resolución «casi idéntica» a las de años anteriores. En cambio, lo que resultó evidente fue otro episodio —con el mismo enviado del Departamento de Estado— de arrogancia y ceguera ante lo evidente.
Otro pasaje singular de su intervención fue la afirmación de que Estados Unidos sigue comprometido con la «cooperación» con Cuba en beneficio de ambos países y del hemisferio y en el apoyo al «respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales para todos» los cubanos, una expresión que vuelve a manipular políticamente el término, usado por Washington para justificar la agresividad de su política.
Tras la intervención del diplomático estadounidense, la representante de Nicaragua, al explicar su voto, afirmó que esperaba de aquel palabras diferentes, pero en cambio escuchó la misma retórica y arrogancia para justificar «lo injustificable».
«Cuba no se ha equivocado al presentar su resolución; el mundo entero la acompaña», afirmó la representante nicaragüense en respuesta directa al norteamericano antes de añadir, a partir de una frase de Salvador Allende, que América Latina y el Caribe exigen, con su voz de continente, a Estados Unidos que cese el bloqueo a Cuba.
El representante permanente de Irán, en nombre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), destacó el apoyo abrumador, por 23 años, de la Asamblea General a la demanda de Cuba. «El MNOAL llama a EE.UU. a poner fin al bloqueo que viola el derecho internacional, la Carta de la ONU y las relaciones pacíficas entre los estados», dijo. Además, denunció que esta política causa severos daños al pueblo de Cuba en salud pública, nutrición, agricultura, comercio y turismo.
Apuntó que, pese al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, el bloqueo se ha hecho más estricto en esta administración, lo que se expresa en la imposición de 42 multas contra entidades estadounidenses y extranjeras por más de 13.000 millones de dólares.
El representante permanente de Ecuador intervino a nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), entidad que expuso que el bloqueo es todavía el principal obstáculo al desarrollo de los cubanos. «La Carta de la ONU consagra derechos, obligaciones y principios y no debe ser objeto de violación y menoscabo por ningún miembro», sostuvo.
El diplomático sudafricano que habló a nombre del Grupo de los 77 y China (G77) declaró que es hora de que el Congreso de Estados Unidos ponga fin al bloqueo. Es desalentador que el Congreso no aprobara ninguna de las leyes que han tratado de suavizarlo, agregó.
Por el contrario, denunció, se han presentado en el Congreso de Estados Unidos diez iniciativas jurídicas para impedir la aprobación de nuevas medidas ejecutivas que aligeren el bloqueo.
El representante de Sierra Leona, a nombre de los estados africanos, afirmó que el fin inmediato del bloqueo es imperativo para promover mejores condiciones de vida para Cuba.
Acto seguido, en representación de la Organización Islámica de Cooperación, un diplomático de Kuwait afirmó que el bloqueo no solo ha dañado la economía cubana, sino que afecta además a terceros países. «Continuar ignorando la voluntad internacional socava la credibilidad de la ONU», sentenció.
Jamaica, a nombre de la Comunidad de países del Caribe (Caricom), señaló que el bloqueo preocupa a esta organización. «Nuestro desarrollo regional depende de nuestro avance y progreso colectivo, y en ese sentido el bloqueo no es solo contra Cuba sino un impedimento a nuestro desarrollo colectivo», comentó en el plenario.
Mercosur fue representado por un diplomático de Paraguay, quien recordó que ese organismo considera que el bloqueo viola los principios de la Carta de Naciones Unidas y las normas del derecho internacional. «En este nuevo contexto, es hora de ponerle fin», dijo.
El representante de Malasia en la ONU, a nombre de la Asociación de Estados del Sudeste Asiático, sostuvo que el paso más importante sería que EE.UU. pusiera fin al bloqueo. «Eso haría avanzar los esfuerzos de esta Asamblea por una agenda hacia el desarrollo más incluyente», consideró.
México recordó su permanente solidaridad con Cuba. «Como en años anteriores, reiteramos que los únicos órganos con capacidad de aplicar sanciones son el Consejo de Seguridad y la Asamblea General», afirmó su representante, quien reconoció el elevado índice de desarrollo humano alcanzado por Cuba, pese al bloqueo. Su eliminación «facilitaría la reconversión de la economía cubana, con beneficios para la región», comentó.
En tanto, la representante permanente de Colombia reiteró que es voluntad internacional que cese esta política de Estados Unidos, lo cual se muestra en la abrumadora mayoría que la condena.
Vietman reafirmó su continua solidaridad con Cuba. Su representante recordó los reiterados llamados de la Asamblea General al cese del bloqueo y denunció que este atenta contra la construcción de sólidas relaciones internacionales.
El representante de Egipto coincidió en que el bloqueo no ha menguado. «Se han hecho más estrictos los límites contra el acceso de los cubanos a alimentos y medicinas», señaló antes de reiterar el llamado a Estados Unidos a aprovechar «esta oportunidad histórica y cumplir de inmediato la voluntad de estas sesiones de la Asamblea General».
La Venezuela amiga habló en la ONU para denunciar el sistema de sanciones más injusto, severo y prolongado aplicado contra cualquier país. «El brutal bloqueo ha pretendido doblegar la determinación de los cubanos de construir patria libre y soberana, ha pretendido afectar el desarrollo de su pueblo y además aislar a Cuba», señaló su representante Rafael Ramírez, quien agregó que no solo Washington ha fracasado en su intento de aislar a Cuba, sino que la que está aislada es la voluntad del acosador.
Estados Unidos debe cesar de imponer sanciones, contra Cuba y contra Venezuela. Que se entienda que el Congreso norteamericano no tiene facultades para legislar en contra del mundo, añadió.
Brasil dio la bienvenida a los progresos de Cuba en la actualización de su modelo económico y comentó que la cooperación con la Isla es sistemáticamente boicoteada. «En el momento en que la ONU cumple 70 años, el fin del bloqueo sería un mensaje de compromiso renovado con las causas del mundo», sostuvo.
Mientras, Rusia afirmó que las sanciones unilaterales para conseguir fines políticos no se justifican. «Es un vestigio de la guerra fría que intencionalmente obstaculiza el desarrollo sostenible del pueblo cubano. Esperamos que la eliminación definitiva del bloqueo sea el paso lógico después del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos», declaró.
China, «que siempre ha defendido el respeto a la autonomía de los estados y se opone a las sanciones», dijo esperar que Estados Unidos y Cuba mantengan el diálogo y que el primero «elimine plenamente las sanciones económicas».
Para Bolivia, este es un ejemplo de la unilateralidad con que Washington actúa en el mundo. «Todos somos víctimas del bloqueo; no solo Cuba, sino que toda la comunidad internacional es agredida por estas medidas», sostuvo el representante boliviano, quien agradeció la solidaridad de Cuba, que su país ha recibido «de manera incondicional».
La India denunció que el bloqueo ha desalentado la inversión y la colaboración tecnológica entre Cuba y terceros países. Pese a ello —señaló su representante— la Isla es ejemplo porque ha vencido los Objetivos de Desarrollo del Milenio y fue líder en la respuesta a la crisis del ébola en África.
Argelia destacó el derecho de la Isla a la libertad de comercio y navegación. Su representante puso a la labor de los médicos cubanos como ejemplo de las relaciones que deben primar entre los estados.
A nombre de su país, Islas Salomón, y de su vecino Nauru, el representante de la primera nación afirmó que Estados Unidos tiene la oportunidad de romper con el pasado y entender mejor a los cubanos. «Cuando EE.UU. y Cuba cooperen, el mundo se va a beneficiar. Hemos visto en la lucha contra el ébola esos beneficios». Sus palabras pueden ser la mejor lección a Estados Unidos: «Tengamos fe en los pueblos trabajando juntos».
En su intervención antes de la votación, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, llamó a no confundir la realidad con los deseos ni la buena voluntad de las palabras. «Los hechos demuestran con claridad que el bloqueo está en plena aplicación. Diez meses después del 17 de diciembre no se ha producido modificación tangible de bloqueo», sostuvo.
El canciller agradeció a los pueblos, gobiernos, miembros de la sociedad civil y organizaciones internacionales que han contribuido año tras año a consolidar la justeza de esta demanda cubana y expresó gratitud al pueblo estadounidense por secundar nuestro propósito.
Con una postura que sorprendió a muchos por su tozudez política, en la explicación del voto negativo de su país, el representante de Estados Unidos «lamentó» que Cuba optara por su resolución anual y sugirió que la Isla había equivocado su estrategia para el informe. El diplomático se concentró en la mención de medidas que —aunque también han sido reconocidas por Cuba— no han significado avances sustanciales en el desmontaje del bloqueo.
El representante estadounidense consideró lamentable que Cuba presentara una resolución «casi idéntica» a las de años anteriores. En cambio, lo que resultó evidente fue otro episodio —con el mismo enviado del Departamento de Estado— de arrogancia y ceguera ante lo evidente.
Otro pasaje singular de su intervención fue la afirmación de que Estados Unidos sigue comprometido con la «cooperación» con Cuba en beneficio de ambos países y del hemisferio y en el apoyo al «respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales para todos» los cubanos, una expresión que vuelve a manipular políticamente el término, usado por Washington para justificar la agresividad de su política.
Tras la intervención del diplomático estadounidense, la representante de Nicaragua, al explicar su voto, afirmó que esperaba de aquel palabras diferentes, pero en cambio escuchó la misma retórica y arrogancia para justificar «lo injustificable».
«Cuba no se ha equivocado al presentar su resolución; el mundo entero la acompaña», afirmó la representante nicaragüense en respuesta directa al norteamericano antes de añadir, a partir de una frase de Salvador Allende, que América Latina y el Caribe exigen, con su voz de continente, a Estados Unidos que cese el bloqueo a Cuba.
El cese del bloqueo es una causa mundial
Tras estudiar el informe del secretario general de la ONU y el proyecto de resolución de la Isla, representantes de organismos regionales y de varios países se pronunciaron a favor de la exigencia cubana.El representante permanente de Irán, en nombre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), destacó el apoyo abrumador, por 23 años, de la Asamblea General a la demanda de Cuba. «El MNOAL llama a EE.UU. a poner fin al bloqueo que viola el derecho internacional, la Carta de la ONU y las relaciones pacíficas entre los estados», dijo. Además, denunció que esta política causa severos daños al pueblo de Cuba en salud pública, nutrición, agricultura, comercio y turismo.
Apuntó que, pese al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, el bloqueo se ha hecho más estricto en esta administración, lo que se expresa en la imposición de 42 multas contra entidades estadounidenses y extranjeras por más de 13.000 millones de dólares.
El representante permanente de Ecuador intervino a nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), entidad que expuso que el bloqueo es todavía el principal obstáculo al desarrollo de los cubanos. «La Carta de la ONU consagra derechos, obligaciones y principios y no debe ser objeto de violación y menoscabo por ningún miembro», sostuvo.
El diplomático sudafricano que habló a nombre del Grupo de los 77 y China (G77) declaró que es hora de que el Congreso de Estados Unidos ponga fin al bloqueo. Es desalentador que el Congreso no aprobara ninguna de las leyes que han tratado de suavizarlo, agregó.
Por el contrario, denunció, se han presentado en el Congreso de Estados Unidos diez iniciativas jurídicas para impedir la aprobación de nuevas medidas ejecutivas que aligeren el bloqueo.
El representante de Sierra Leona, a nombre de los estados africanos, afirmó que el fin inmediato del bloqueo es imperativo para promover mejores condiciones de vida para Cuba.
Acto seguido, en representación de la Organización Islámica de Cooperación, un diplomático de Kuwait afirmó que el bloqueo no solo ha dañado la economía cubana, sino que afecta además a terceros países. «Continuar ignorando la voluntad internacional socava la credibilidad de la ONU», sentenció.
Jamaica, a nombre de la Comunidad de países del Caribe (Caricom), señaló que el bloqueo preocupa a esta organización. «Nuestro desarrollo regional depende de nuestro avance y progreso colectivo, y en ese sentido el bloqueo no es solo contra Cuba sino un impedimento a nuestro desarrollo colectivo», comentó en el plenario.
Mercosur fue representado por un diplomático de Paraguay, quien recordó que ese organismo considera que el bloqueo viola los principios de la Carta de Naciones Unidas y las normas del derecho internacional. «En este nuevo contexto, es hora de ponerle fin», dijo.
El representante de Malasia en la ONU, a nombre de la Asociación de Estados del Sudeste Asiático, sostuvo que el paso más importante sería que EE.UU. pusiera fin al bloqueo. «Eso haría avanzar los esfuerzos de esta Asamblea por una agenda hacia el desarrollo más incluyente», consideró.
México recordó su permanente solidaridad con Cuba. «Como en años anteriores, reiteramos que los únicos órganos con capacidad de aplicar sanciones son el Consejo de Seguridad y la Asamblea General», afirmó su representante, quien reconoció el elevado índice de desarrollo humano alcanzado por Cuba, pese al bloqueo. Su eliminación «facilitaría la reconversión de la economía cubana, con beneficios para la región», comentó.
En tanto, la representante permanente de Colombia reiteró que es voluntad internacional que cese esta política de Estados Unidos, lo cual se muestra en la abrumadora mayoría que la condena.
Vietman reafirmó su continua solidaridad con Cuba. Su representante recordó los reiterados llamados de la Asamblea General al cese del bloqueo y denunció que este atenta contra la construcción de sólidas relaciones internacionales.
El representante de Egipto coincidió en que el bloqueo no ha menguado. «Se han hecho más estrictos los límites contra el acceso de los cubanos a alimentos y medicinas», señaló antes de reiterar el llamado a Estados Unidos a aprovechar «esta oportunidad histórica y cumplir de inmediato la voluntad de estas sesiones de la Asamblea General».
La Venezuela amiga habló en la ONU para denunciar el sistema de sanciones más injusto, severo y prolongado aplicado contra cualquier país. «El brutal bloqueo ha pretendido doblegar la determinación de los cubanos de construir patria libre y soberana, ha pretendido afectar el desarrollo de su pueblo y además aislar a Cuba», señaló su representante Rafael Ramírez, quien agregó que no solo Washington ha fracasado en su intento de aislar a Cuba, sino que la que está aislada es la voluntad del acosador.
Estados Unidos debe cesar de imponer sanciones, contra Cuba y contra Venezuela. Que se entienda que el Congreso norteamericano no tiene facultades para legislar en contra del mundo, añadió.
Brasil dio la bienvenida a los progresos de Cuba en la actualización de su modelo económico y comentó que la cooperación con la Isla es sistemáticamente boicoteada. «En el momento en que la ONU cumple 70 años, el fin del bloqueo sería un mensaje de compromiso renovado con las causas del mundo», sostuvo.
Mientras, Rusia afirmó que las sanciones unilaterales para conseguir fines políticos no se justifican. «Es un vestigio de la guerra fría que intencionalmente obstaculiza el desarrollo sostenible del pueblo cubano. Esperamos que la eliminación definitiva del bloqueo sea el paso lógico después del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos», declaró.
China, «que siempre ha defendido el respeto a la autonomía de los estados y se opone a las sanciones», dijo esperar que Estados Unidos y Cuba mantengan el diálogo y que el primero «elimine plenamente las sanciones económicas».
Para Bolivia, este es un ejemplo de la unilateralidad con que Washington actúa en el mundo. «Todos somos víctimas del bloqueo; no solo Cuba, sino que toda la comunidad internacional es agredida por estas medidas», sostuvo el representante boliviano, quien agradeció la solidaridad de Cuba, que su país ha recibido «de manera incondicional».
La India denunció que el bloqueo ha desalentado la inversión y la colaboración tecnológica entre Cuba y terceros países. Pese a ello —señaló su representante— la Isla es ejemplo porque ha vencido los Objetivos de Desarrollo del Milenio y fue líder en la respuesta a la crisis del ébola en África.
Argelia destacó el derecho de la Isla a la libertad de comercio y navegación. Su representante puso a la labor de los médicos cubanos como ejemplo de las relaciones que deben primar entre los estados.
A nombre de su país, Islas Salomón, y de su vecino Nauru, el representante de la primera nación afirmó que Estados Unidos tiene la oportunidad de romper con el pasado y entender mejor a los cubanos. «Cuando EE.UU. y Cuba cooperen, el mundo se va a beneficiar. Hemos visto en la lucha contra el ébola esos beneficios». Sus palabras pueden ser la mejor lección a Estados Unidos: «Tengamos fe en los pueblos trabajando juntos».
Discurso del canciller cubano Bruno Rodríguez: “El levantamiento del bloqueo será el elemento esencial que dará sentido a lo avanzado en estos meses en las relaciones entre ambos países”
El canciller cubano presenta ante la Asamblea General de la ONU el proyecto de resolución «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba»
Señor Presidente:
Distinguidos Representantes Permanentes:
Estimados Delegados:
El 17 de diciembre pasado, el Presidente de los Estados Unidos de
América Barack Obama reconoció que el bloqueo económico, comercial y
financiero impuesto a Cuba ha fracasado, es obsoleto, no ha cumplido los
objetivos que se previeron, y provoca daños al pueblo cubano y
aislamiento al gobierno norteamericano.
Desde entonces, el Presidente ha reiterado que el bloqueo debe ser
levantado. Ha pedido al Congreso de su país proceder así, en vez de
actuar contra la voluntad de los ciudadanos estadounidenses que apoyan
claramente su terminación. Se ha comprometido a involucrarse en el
debate con ese fin y a utilizar sus prerrogativas ejecutivas para
modificar su aplicación.
Durante la Cumbre sobre la Agenda de Desarrollo 2030 y en el Debate
General recientes, más de 60 Jefes de Estado, de Gobierno y de
Delegaciones expresaron beneplácito y congratulación ante el anuncio del
nuevo curso en las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, incluido
el restablecimiento de relaciones diplomáticas y embajadas, y muchos de
ellos reclamaron que el bloqueo sea finalmente abolido.
Es comprensible entonces el interés y expectativas que concitan estas
deliberaciones y la subsiguiente votación que transcurren en
circunstancias nuevas.
Ante el reclamo casi unánime de la comunidad internacional,
simbolizado en el voto de 188 Estados miembros y en la participación de
Cuba en la Cumbre de las Américas de Panamá; y el reclamo de la clara
mayoría de la sociedad estadounidense y de la clara mayoría de la
emigración cubana aquí asentada, el gobierno de los Estados Unidos ha
anunciado una nueva política hacia nuestro país.
Pero, las medidas adoptadas por el Ejecutivo norteamericano, que
entraron en vigor el pasado 16 de enero y luego fueron ampliadas el 18
de septiembre, aunque positivas, solo modifican de forma muy limitada
algunos elementos de la aplicación del bloqueo.
Muchas de ellas no podrán implementarse a menos que se adopten otras
que finalmente permitan a Cuba exportar e importar libremente productos y
servicios hacia o desde Estados Unidos; utilizar el dólar
estadounidense en sus transacciones financieras internacionales y operar
cuentas en esa moneda en bancos de terceros países; así como tener
acceso a créditos y financiamientos de entidades privadas y de las
instituciones financieras internacionales.
El problema no es que el ordenamiento cubano dificulte la aplicación
de estas medidas y tenga que ser modificado para facilitarlo, como
algunos funcionarios estadounidenses han declarado. El problema es la
existencia implacable y sistémica del bloqueo.
No debemos confundir la realidad con los deseos ni las expresiones de
buena voluntad. En asuntos como estos, solo puede juzgarse a partir de
los hechos.
Y los hechos demuestran, con toda claridad, que el bloqueo económico,
comercial y financiero impuesto contra Cuba está en plena y completa
aplicación.
Diez meses después de los anuncios del 17 de diciembre, no se ha
producido ninguna modificación tangible, sustancial, en la práctica del
bloqueo.
La eliminación de Cuba de la espuria lista de Estados patrocinadores
del terrorismo internacional fue la inevitable rectificación de un
absurdo, pero apenas ha tenido consecuencias en la implementación del
bloqueo, sustentado en sanciones y leyes previas mucho más abarcadoras.
Hace apenas una semana, se aplicó una multa de 1.116 millones de
dólares al banco francés Credit Agricole que se suma a la de $1.710
millones al alemán Commerzbank el pasado mes de marzo, por realizar
transacciones con Cuba y otros Estados.
Solo en las últimas semanas, el sistema de mensajería segura Swit
canceló un contrato de servicios, fue retenido el primer pago de la
compañía norteamericana Sprint para iniciar las llamadas telefónicas
directas, y se retuvieron varias transferencias bancarias a Cuba por la
operación de vuelos chárter entre ambos países.
Las exiguas compras cubanas de alimentos en los Estados Unidos, que
es una de las pocas excepciones al bloqueo aprobadas en el año 2000 por
el Congreso, han disminuido significativamente en el último año, debido a
que están sujetas a condiciones discriminatorias y onerosas: cada
compra tiene que ser autorizada por una licencia, se prohíben los
créditos, Cuba está obligada a pagar en efectivo y por adelantado, a
través de entidades bancarias de terceros países, y no puede utilizar
barcos propios para transportar estos productos.
Las importaciones de medicamentos y equipos médicos necesarios para
el país, están también condicionadas desde 1992 por la ley de los
Estados Unidos. Cuba debe dar cuenta sobre el destinatario final de las
medicinas adquiridas y no puede hacer los pagos directamente, sino a
través de terceros y en una moneda distinta al dólar, lo cual implica
dificultades, demoras y costos adicionales.
Podrían mencionarse numerosos ejemplos, como el de la compañía Elekta
que confirmó el pasado 2 de septiembre que no podrá suministrar al
Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología, ni a otros hospitales,
el isótopo radioactivo Iridio-192 que garantiza el normal funcionamiento
de los equipos de braquiterapia, imprescindibles para impartir
tratamientos de mayor calidad y precisión contra el cáncer, dado que su
suministrador, la compañía estadounidense Mallinckrodt Pharmaceuticals,
se negó a venderlo con destino a Cuba.
La compañía norteamericana Small Bone Innovation, Inc. ha rehusado
suministrar al Complejo Ortopédico Frank País prótesis para las
articulaciones de la muñeca y mano para pacientes con artritis
reumatoide.
En junio pasado, la compañía estadounidense SIGMA Aldrich se negó a
proporcionar a la compañía Quimimpex productos, servicios e información
técnica indispensables para la industria química; y la empresa
norteamericana Columbiana Boiler Company dijo a la citada empresa estar
impedida de exportar los cilindros necesarios para envasar el cloro
destinado a la potabilización del agua.
El bloqueo constituye una violación flagrante, masiva y sistemática
de los derechos humanos de todos los cubanos, es contrario al Derecho
Internacional, califica como acto de genocidio a tenor de la Convención
para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948 y es el
principal obstáculo para el desarrollo económico y social de nuestro
pueblo.
Los daños humanos que ha producido son incalculables. El 77% de los
cubanos lo han sufrido desde su nacimiento. Las carencias y privaciones
que provoca a todas las familias cubanas no pueden contabilizarse.
Calculados conservadora y rigurosamente, los daños económicos que ha
ocasionado, en más de medio siglo, ascienden a 833.755 millones de
dólares, según el valor del oro. A precios corrientes, suman 121.192
millones de dólares, cifra de enorme magnitud para una economía pequeña
como la nuestra. Espero que el representante de los Estados Unidos no
venga ahora a decirnos que el proyecto de resolución no refleja
completamente el espíritu de diálogo ni la actitud bondadosa de su
Gobierno, ni asuma la manida pose de que Estados Unidos es el socio
benefactor del pueblo cubano que únicamente pretende su empoderamiento;
ni infle la cifra de 900 mil dólares de donaciones de la sociedad civil
recibidas en 2015 que el bloqueo dificulta y nuestro pueblo aprecia; ni
mencione como si fueran fondos gubernamentales, las remesas familiares
que los cubanos aquí asentados ahorran con esfuerzo; ni cuente como
intercambio comercial, las licencias otorgadas pero que no se
materializan en exportaciones.
Si bien corresponde al Congreso de los Estados Unidos la decisión de
ponerle fin al bloqueo, el Presidente tiene amplias prerrogativas
ejecutivas para modificar sustancialmente su aplicación práctica y su
impacto humanitario y económico.
Compartimos la esperanza de que el Congreso de los Estados Unidos
avance hacia el cambio de una política ineficaz, anclada en el pasado,
cruel e injusta, y adopte las mejores decisiones basadas en los valores y
sentimientos de sus ciudadanos.
Señor Presidente:
Históricamente, Estados Unidos ha pretendido establecer dominación y
hegemonía sobre nuestra Patria y, desde 1959, cambiar el sistema
político, económico y social que, en ejercicio de plena
autodeterminación, nuestro pueblo libremente ha decidido.
Algunos voceros del gobierno de los Estados Unidos han declarado que
la anunciada política hacia Cuba significa un cambio en los métodos,
pero no en los objetivos.
De ser así, el proceso hacia la normalización de las relaciones entre
los Estados Unidos y Cuba enfrentará muy serios obstáculos.
El levantamiento del bloqueo será el elemento esencial que dará
sentido a lo avanzado en estos meses en las relaciones entre ambos
países y determinará el ritmo hacia la normalización.
Como ha reconocido el Presidente Barack Obama, la eliminación del
bloqueo conviene al interés nacional de los Estados Unidos y es la
voluntad de sus ciudadanas y ciudadanos.
No podría aceptarse de ninguna manera, ni sería productivo, pretender
condicionar las medidas de levantamiento o modificación del bloqueo a
que nuestro país realice cambios internos.
Cuba está dispuesta a aceptar las oportunidades y también los
desafíos de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, pero
jamás negociará su sistema socialista, ni sus asuntos internos, ni
permitirá mancha alguna en la independencia conquistada al precio de la
sangre de sus mejores hijos y de enormes sacrificios de muchas
generaciones desde el inicio de nuestras guerras de independencia en
1868.
Como ha reiterado el Presidente Raúl Castro Ruz, ambos gobiernos han
de encontrar la manera de convivir de forma civilizada con sus profundas
diferencias y avanzar en todo lo posible, en beneficio de los pueblos
norteamericano y cubano, mediante el diálogo y la cooperación basados en
el respeto mutuo y la igualdad soberana.
Entre los pueblos de Cuba y los Estados Unidos no hay enemistad. El
pueblo cubano fue solidario cuando se produjeron los terribles actos
terroristas del 11 de septiembre de 2001 o el devastador impacto del
huracán Katrina.
Apreciamos y reconocemos los progresos alcanzados en el último
período con la reapertura de Embajadas, las visitas del Secretario de
Estado y de la Secretaria de Comercio y el intercambio de delegaciones;
el funcionamiento de una Comisión Bilateral, la ampliación de las áreas
de diálogo y cooperación, principalmente en materia de seguridad aérea y
de la aviación, enfrentamiento al narcotráfico, la emigración ilegal y
la trata de personas, aplicación y cumplimiento de la ley, la protección
del medio ambiente y la salud, entre otros.
Estamos sinceramente interesados en ampliar provechosos vínculos,
ofrecer cálida hospitalidad a las ciudadanas y ciudadanos
norteamericanos que disfruten de la libertad de viajar a Cuba,
profundizar los intercambios culturales, deportivos, científicos y
académicos, la cooperación multifacética en áreas de interés común, el
comercio y la inversión.
Partiendo de grandes diferencias y con carácter estrictamente recíproco, hemos iniciado un diálogo sobre derechos humanos.
Nos guían para todo ello los principios de la Proclama de América
Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y
Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en
enero de 2014, en La Habana, así como los propósitos y principios de la
Carta de las Naciones Unidas.
Esto podría ser también una modesta contribución a la búsqueda de
otra forma de relacionarnos los seres humanos y las naciones en esta
época de crisis global, inevitable impacto del cambio climático,
guerras no convencionales que desatan conflictos atroces, nuevas formas
de terrorismo, la existencia de enormes arsenales nucleares, insólitos
gastos en armamento y el riesgo de pandemias.
Como expresó en esta sala, hace ya 15 años, el líder histórico de la
Revolución Fidel Castro Ruz, “La humanidad debe tomar conciencia de lo
que hemos sido y de lo que no podemos seguir siendo. Hoy nuestra especie
ha adquirido conocimientos, valores éticos y recursos científicos
suficientes para marchar hacia una etapa histórica de verdadera justicia
y humanismo. Nada de lo que existe hoy en el orden económico y político
sirve a los intereses de la humanidad. No puede sostenerse. Hay que
cambiarlo”.
Señor Presidente:
Veintitrés años después de adoptada por primera vez esta Resolución, hemos alcanzado en el 2015 un notable progreso.
Ha sido el premio a la denodada resistencia, el abnegado esfuerzo, la
firmeza de convicciones de nuestro pueblo y el liderazgo de la
generación histórica de la Revolución encabezada por el Comandante en
Jefe Fidel Castro Ruz y el Presidente Raúl Castro.
Agradecemos profundamente a todos los gobiernos y pueblos,
parlamentos, fuerzas políticas y movimientos sociales, representantes de
la sociedad civil, organizaciones internacionales y regionales que, en
particular en esta Asamblea General de las Naciones Unidas, han
contribuido con su voz y su voto, año tras año, a fundamentar la justeza
y la urgencia de la eliminación del bloqueo.
Hemos llegado aquí también gracias al mayoritario y creciente apoyo
del pueblo estadounidense a este loable propósito, a quien expresamos
nuestra gratitud.
Sabemos que es largo y difícil el camino que tenemos por delante.
Mientras el bloqueo persista, seguiremos presentando el proyecto de
resolución en esta Asamblea General.
El pueblo cubano no renunciará jamás a su soberanía ni al camino que
libremente ha escogido para construir un socialismo más justo,
eficiente, próspero y sostenible. Tampoco desistirá en la búsqueda de un
orden internacional más equitativo y democrático.
Señor Presidente:
Distinguidos Representantes Permanentes:
Estimados Delegados:
Hemos presentado un proyecto de resolución que refleja la realidad de
la estricta y opresiva aplicación del bloqueo contra Cuba y que también
saluda y reconoce, en nuevos párrafos preambulares, los progresos
alcanzados en el último año.
En nombre del heroico, abnegado y solidario pueblo cubano, les pido
votar a favor del proyecto de resolución contenido en el documento
A/70/L.2 “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y
financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
Muchas gracias.
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