Por Hong Kong Nguyen *, publicado en Projet Syndicate.
En
tanto el COVID-19 se vaya expandiendo por todo el hemisferio sur, los
gobiernos tendrán mucho que aprender de la estrategia de Vietnam. Una
comunicación clara y una cooperación entre el gobierno y los ciudadanos ,
apalancada en la tecnología, son las principales razones por las que el
país ha tenido relativamente pocos casos.
Se
ha prestado mucha atención a otros modelos en Asia. Las autoridades de
salud taiwanesas investigaron casos de neumonía reportados en Wuhan
antes de que ocurriera la transmisión comunitaria. Corea del Sur instaló
un sistema de respuesta de emergencia ininterrumpido para escanear a
todos los viajeros que ingresaban al país provenientes de Wuhan a
comienzos de enero. De la misma manera, Singapur movilizó un grupo de
trabajo entre agencias para un amplio rastreo de contactos, una
cuarentena comunitaria selectiva y un testeo agresivo, a la vez que
cubrió los costos del escaneo y del tratamiento.
La
respuesta oportuna de estos países estuvo arraigada en la conciencia
palpable de sus líderes de la gravedad del nuevo virus. El gobierno de
Vietnam reforzó los controles fronterizos y colocó a los hospitales y
departamentos de salud locales en estado de máxima alerta frente a los
nuevos casos de neumonía el 3 de enero –antes de la primera víctima
fatal en China y sólo tres días después de la confirmación del brote
allí-. Los primeros casos de Vietnam se registraron el 23 de enero, y la
situación parecía estar bajo control hasta una ola adicional de casos
generada por turistas extranjeros y viajeros y estudiantes que
regresaban al país. Aun así, Vietnam manejó tan bien la crisis que evitó
convertirse en un punto candente.
Quizá
lo más destacable, a diferencia de Corea del Sur, que ha invertido
fondos considerables en un testeo agresivo, o Singapur, que ha
establecido una fuerte vigilancia epidemiológica, Vietnam ha seguido una
estrategia de bajo presupuesto que ha resultado igualmente efectiva. A
pesar de las expectativas de altas tasas de transmisión, debido a una
frontera compartida con China y al alto volumen de comercio bilateral,
Vietnam ha registrado sólo una quinta parte de las infecciones que tiene
el tan elogiado Singapur, sin ninguna muerte reportada hasta la fecha.
Nuestro estudio reciente sobre las políticas de Vietnam contra el
COVID-19 atribuyó el éxito inicial del país a la hora de desacelerar la
tasa de infección al foco que pusieron las autoridades en la
comunicación y en la educación pública a través de plataformas
tecnológicas y un rastreo sistemático de los portadores patógenos.
El
65% de los 96 millones de habitantes de Vietnam están online y esto
permitió que los medios oficiales y las redes sociales (60% están en
Facebook) compartieran exitosamente información sobre el nuevo virus. En
una época en que es difícil rastrear y frenar la difusión de
información errónea o desinformación, entender la amenaza,
particularmente su tasa de contagio, ha sido clave para que los
ciudadanos estuvieran dispuestos a cooperar, ya sea a través del
distanciamiento social o del autoconfinamiento.
Desde
el 3 de enero, los medios vietnamitas vienen describen a la enfermedad
originada en Wuhan como una neumonía “extraña” o “misteriosa”. Entre el 9
de enero y el 15 de marzo, se publicó diariamente un promedio de 127
artículos sobre el tema en 13 de los sitios de noticias más populares,
lo que dejó poco espacio para que se propagaran rumores y noticias
falsas. Como resultado de ello, los vietnamitas en general no han visto
al COVID-19 como otra gripe estacional más, sino como una enfermedad
grave tan amenazadora como el brote de 2003 del síndrome respiratorio
agudo severo (SARS). La experiencia de la población con el SARS, así
como con la gripe porcina y aviar, han ayudado a moldear las
percepciones del COVID-19, y probablemente esto haya influido en la
voluntad de respuesta de la gente.
El
rastreo integral de contactos funciona solamente cuando los individuos
entienden la urgencia de la cuestión y están dispuestos a brindar una
descripción honesta y detallada de sus viajes e interacciones. Esto es
válido inclusive en países bajo un régimen de partido único. En Vietnam,
los ciudadanos han compartido voluntariamente información de salud
personal a través de una aplicación lanzada por el gobierno llamada
NCOVI. Se ha convertido en la aplicación gratuita más popular en Vietnam
desde su lanzamiento el 10 de marzo.
Si
bien no hay ningún equivalente vietnamita de las aplicaciones
desarrolladas por las comunidades que rastrean los lugares comprometidos
o los individuos con síntomas sospechosos, como en Taiwán y Corea del
Sur, las plataformas basadas en la tecnología han resultado valiosas.
Ofrecen información actualizada sobre el brote y consejos para la
prevención de la enfermedad, corrigen rápidamente la información
errónea, recogen información sistemáticamente e identifican grupos de
casos lo antes posible.
La
tecnología también está ayudando a quienes combaten la pandemia. En los
tres meses transcurridos desde el inicio del brote, los hospitales
locales, los institutos de investigación y las universidades han creado
plataformas confiables para rastrear casos de cuarentena por COVID-19,
aumentar la producción de desinfectantes para manos, publicar
descubrimientos clínicos importantes sobre la enfermedad y desarrollar
kits de prueba de bajo costo para el virus que la causa.
Las inversiones en mitigación y respuesta pueden adoptar otras formas simples, pero a la vez potentes. La canción “Ghen Co Vy”, que se hizo viral a nivel global (sin intención de broma alguna) después de aparecer en Last Week Tonight with John Oliver,
ayudó a generar conciencia pública del nuevo virus y la importancia de
lavarse las manos. En particular, cuando las cuarentenas selectivas y
obligatorias de todos los viajeros de regreso se hicieron más estrictas a
fines de marzo, las actualizaciones y comentarios individuales sobre la
disponibilidad y calidad de las habitaciones, alimentos, controles
sanitarios y testeo gestionados por el gobierno atrajeron miles de
reacciones en Facebook. Cientos de fotos de desayunos, almuerzos, cenas y
snacks de medianoche cuidadosamente empaquetados han circulado tan
profusamente que el período de aislamiento de dos semanas es percibido
favorablemente, lo cual alentó el cumplimiento.
En
tanto la pandemia global empeora diariamente y la incertidumbre
envuelva a gran parte del mundo, la experiencia de Vietnam demuestra
que, al centrarse en una evaluación temprana del riesgo, una
comunicación efectiva y una cooperación entre gobierno y ciudadanos, un
país de pocos recursos con un sistema de atención médica precario puede
gestionar la pandemia. Frente a una incógnita indefinida, un liderazgo
decisivo, información precisa y solidaridad comunitaria empoderan a la
gente para protegerse –y proteger a los demás.
* Hong Kong Nguyen es investigadora en el A.I., para el Laboratorio Social de Datos en Hanoi.
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