PLENO de fervor republicano, el día 17 de abril de 1931
compuso Juan Ramón Jiménez un poema que tituló "Bandera española", y
es un himno a las tres franjas que representan la libertad, la igualdad y la
fraternidad. Estos lemas de la República Francesa adoptados por la Española fueron
identificados por el poeta con las alegorías del trabajo, la alegría y el amor.
Lo envió al Heraldo de Madrid, el
viejo diario vespertino de ideología republicana, pero de forma anónima, ya que sólo firmaba "Un español".
Prefirió no poner su nombre para que fuera su
contribución sincera y sin ningún premio, ni siquiera el del reconocimiento, a la República. Le brotó espontáneamente,
y en contra de su costumbre, lo remitió de inmediato al diario, sin someterlo a
revisión. Por eso algún verso presenta una medida mejorable, corregible con facilidad.
Pensado como un himno, es el primer poema de
carácter político escrito por Juan Ramón. Antes había compuesto poemas de
temática social, desde sus mismos inicios como escritor, lo que conlleva una
intencionalidad política, pero no caben dentro de la clasificación estricta de
poesía política. Sí lo es el canto a la bandera republicana, ejemplo de una
poesía comprometida con la ideología política del autor.
Los defensores del
apoliticismo juanramoniano, los que propalan la imagen de un escritor encerrado
en su torre de marfil sin enterarse de lo que pasaba en la calle, quieren ignorar
la existencia de este poema. Es el motivo de que permaneciera inédito muchos años,
ya que no lo publicó el Heraldo de Madrid,
y quedó olvidado hasta 1987, cuando lo puse al frente del primer volumen de los
Cuadernos de Zenobia y Juan Ramón que
empecé a editar entonces. Dice así:
HERMOSA flor,
la ardiente primavera
nos ha tornado la bandera
de la esperanza entera:
¡Trabajo, alegría y amor!
¡Viva
la libertad verdadera!
¡Viva
la igualdad verdadera!
¡Viva
la fraternidad verdadera!
Sobre el
tedio, la sombra y el rencor,
¡al cielo de la paz la bandera,
a la tierra de todos la bandera,
al mar hermano la bandera
de nuestra vida entera!
¡Trabajo, alegría y amor!
Discípulo de don Francisco Giner de los
Ríos, el creador de la Institución Libre de Enseñanza, sobre quien escribió un
libro de prosas que, como tantos otros proyectos, se quedó inédito a su muerte;
amigo y pupilo del doctor Luis Simarro, presidente de la Liga Española para los
Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1913, y desde 1917 grado 33 y último del
Grande Oriente Español, desde su juventud se declaró Juan Ramón republicano y
ateo, y en 1936 además admitió ser comunista, en un discurso inaugural del
Instituto del Libro Español.
Fiel a su ideología se negó a regresar a la España
sometida a la dictadura, pese a las muchas invitaciones que se le hicieron antes
y después de recibir el premio Nobel de Literatura en 1956, y falleció en el
exilio en Puerto Rico, insobornable e indomable.
Esto es lo que han deseado ignorar sus herederos,
militares rebeldes, curas, monjas y numerarios de la secta del Opus Dei, pero
sus escritos exponen claramente su ideología.
Con esos textos como base
incuestionable, referenciada cuidadosamente, publiqué en 2006 el ensayo
titulado Juan Ramón Jiménez, poeta
republicano, con ISBN 84—611—2766—8, que sus herederos
han conseguido silenciar, por lo que no es citado en ninguna edición
juanramoniana. Pero al menos existen ejemplares en la Biblioteca Nacional de España
y en la del Congreso de los Estados Unidos.
ARTURO DEL VILLAR
PRESIDENTE DEL COLECTIVO REPUBLICANO TERCER MILENIO
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