El huracán Matthew ocasionó grandes destrozos en la región más oriental
de Cuba, pero ninguna persona perdió la vida. Lo que reafirma nuestro
país como un referente mundial en el enfrentamiento a los desastres, tal
como ha sido reconocido por Naciones Unidas y otras organizaciones
internacionales.
Mientras Matthew dejaba casi medio millar de fallecidos en
Haití, 17 en Estados Unidos y cuatro en República Dominicana, en Cuba
no hubo informes de muertos o heridos. (Havana, Cuba. AFP)
El huracán Matthew dejó una estela de muerte en el Caribe, excepto en Cuba. Pese a los millonarios destrozos, la isla evitó pérdidas humanas gracias a un sistema de prevención sin mayores recursos o tecnología, pero muy efectivo.
Reconocido internacionalmente, el dispositivo cubano contra desastres
combina la solidaridad con la organización y disciplina militar.
Los medios que están bajo control del Estado también son activados para informar de manera ininterrumpida durante el paso de un huracán.
Mientras Matthew dejaba casi medio millar de fallecidos en Haití, 17
en Estados Unidos y cuatro en República Dominicana, en Cuba no hubo
informes de muertos o heridos. ¿Cómo logró la isla socialista salvar la
vida de sus pobladores?
DEFENSA ¿CIVIL?
“Cuba dispone de protocolos excepcionales, tanto en la preparación como en la implementación. Es una gestión muy organizada,
y todas las medidas que se adoptan tienen como prioridad salvar vidas
humanas”, explica a la AFP la directora en Cuba del Programa Mundial de
Alimentos (PMA), Laura Melo.
A partir de la experiencia del huracán Flora, que dejó 1.200 muertos
en 1963, la Defensa Civil realiza anualmente un ejercicio nacional
contra desastres naturales, previo al comienzo de la temporada ciclónica
en el Atlántico, que va del 1 de junio al 30 de noviembre.
Punta de lanza de todo el sistema, la Defensa Civil es en realidad un organismo manejado por militares que se apoya en autoridades locales.
En cada uno de los 168 municipios, la Defensa Civil moviliza al
ejército, brigadas de voluntarios, responsables del partido único, de
los gobiernos provinciales y locales, así como bomberos y socorristas de
la Cruz Roja.
“Si usted le pregunta a un cubano qué es la Defensa Civil (…) le dirán: somos nosotros, cada persona va participando en las diferentes etapas de preparación”, subraya Alexis Lorenzo, sicólogo y miembro de la Red Latinoamericana de Psicología en Emergencias y Desastres.
Un sistema piramidal pero integrado, en el que cada quien asume su papel.
“Durante la fase de alerta, visitamos a cada persona y la campaña mediática ayuda mucho”, declara a la AFP Annia Navarro, responsable de la Cruz Roja en Baracoa, una de las ciudades más afectadas por Matthew.
Esta vez Cuba también contó con suerte. Inicialmente el huracán se
dirigía a ciudades densamente pobladas, como Guantánamo o Santiago de
Cuba, pero a última hora desvió más al este tras su paso por Haití.
SOLIDARIDAD
“Este es un país donde las instituciones funcionan. En Cuba hay un
verdadero poder de movilización de la estructura social y política, y los cubanos responden bien a ese sistema”, señala un representante de una organización internacional que habló bajo reserva.
“En otros países, los habitantes pueden ser reacios a abandonar sus
hogares, sobre todo por temor a los robos, pero aquí la gente lo hace
porque confían en el sistema. Eso ayuda mucho”, agrega.
Además, los cubanos, sobre todo los de provincia, son solidarios y mantienen estrechos lazos con vecinos.
“La mayor cantidad de evacuados van a casas de familias y amistades”,
subraya Lorenzo. Matthew forzó a la evacuación de más de 1,3 millones
de personas en una isla de 11 millones de habitantes.
RECUPERACIÓN
Fenómenos como Matthew suelen causar daños significativos en viviendas, infraestructura vial, y en las redes de distribución de agua y energía, lo que demanda una atención casi inmediata.
“Y en esto la movilización es también extremadamente rápida, a partir
de sistemas muy bien establecidos”, expresa la representante del PMA,
que tiene previsto instalar centros temporales de distribución de
alimentos.
En las cuatro comunidades más afectadas: Maisí, Baracoa, Imías y San Antonio del Sur, “el trabajo fue intenso y rápido,
sobre todo en la limpieza de las calles y la instalación de puntos de
venta de alimentos a precios regulados”, detalla Joel Gómez, responsable
de la ONG humanitaria Oxfam en la provincia de Guantánamo.
Una semana después del paso de Matthew, la mayoría de vías que
conectan con estas comunidades fueron reabiertas, y “el (servicio) de
agua ya se comenzó a reponer y se trabaja para hacerla potable”, comenta
Gómez, cuya ONG es una de las pocas con representación en la isla.
Sin embargo, lo más complicado es el restablecimiento de la electricidad, sobre todo en Baracoa, donde “el 90% de la red está en el piso”, agrega.
El gobierno cubano jamás apela a la ayuda internacional, pero suele
aceptar asistencia de algunos países, del sistema de Naciones Unidas y
de algunas ONG’s celosamente seleccionadas.
La gente puede tener confianza, no están desamparados
El primer secretario del comité provincial del Partido señaló
que aun cuando todavía se está realizando el levantamiento de las
afectaciones, estas se concentran en el fondo habitacional, donde se
estiman daños entre el 70 y 80 % de las viviendas en Baracoa, Maisí,
Imías y San Antonio del Sur. (Diario Granma).
Un llamado a la población guantanamera para continuar incorporándose
a la recuperación, particularmente a las labores de limpieza y
ordenamiento de las vías principales, realizó el presidente del Consejo
de Defensa Provincial en Guantánamo, Denny Legrá Azahares, a través
de las páginas del semanario provincial Venceremos.
El primer secretario del comité provincial del Partido señaló que
aun cuando todavía se está realizando el levantamiento de las
afectaciones, estas se concentran en el fondo habitacional, donde se
estiman daños entre el 70 y 80 % de las viviendas en Baracoa, Maisí,
Imías y San Antonio del Sur, con énfasis en las dos primeras
localidades.
«El sistema eléctrico se deterioró casi totalmente, colapsaron las
comunicaciones por ruptura de la fibra óptica en varios puntos, se
produjo incomunicación de la cabecera provincial con los municipios de
Baracoa y Maisí por rotura de puentes, alcantarillas, tramos de
carretera y deslizamientos de tierra», añadió.
Sin embargo, el trabajo en la recuperación ha sido intenso desde los
primeros momentos, dando prioridad al acceso a los lugares. En ello han
sido fundamentales las brigadas de las FAR, el Ministerio de la
Construcción (Micons) y otros organismos. Como resultado ya hay acceso
por La Farola a Baracoa, a Maisí por La Boruga y la costa sur, mientras
queda pendiente restablecer el paso de Baracoa con Moa, que es una
solución a más largo plazo por el puente del Toa, y se trabaja en la Vía
Mulata.
«La Unión Eléctrica, explica a Venceremos Legrá Azahares, laboró en
el restablecimiento de los circuitos primarios, y luego en los demás,
con brigadas de varias provincias, con mucha seriedad y responsabilidad,
al igual que los de Comunicaciones».
Igualmente refirió que se han dado soluciones al abasto de agua, y
desde hace varios días funciona el acueducto por gravedad en Baracoa, se
restableció el del río Miel, y Recursos Hidráulicos busca
alternativas como el suministro con pipas, en el caso de Maisí.
«Se trabaja en el levantamiento a los daños a la vivienda, con
agilidad, y profundidad para no cometer errores, y ya empiezan a entrar
los recursos. Lo mismo se hace con las instalaciones de Educación,
Comercio y demás organismos que, igualmente, sufrieron muchos daños»,
manifestó.
El presidente del Consejo de Defensa Provincial en Guantánamo,
destacó la importancia de brindar toda la información necesaria a la
población, parte de la cual continúa evacuada.
Sobre este particular señaló que «hay muchas personas evacuadas en
centros educacionales de los cuatro municipios más afectados, y hay que
buscar alternativas para ello, sobre todo en Baracoa y Maisí».
Igualmente resaltó el acompañamiento de la dirección del país y los distintos ministerios y organismos, así como de hermanos de otras provincias.
«La población y los afectados pueden tener confianza, porque se les
va a atender, algunas cosas se solucionarán a corto plazo y algunas a
mayor, sobre todo lo que tiene que ver con viviendas destruidas total y
parcialmente, los techos parcial y total primero.
«Siempre que pasa un fenómeno tan traumático como este queda ese
dolor, porque las personas han perdido su techo, su casa, sus cosas, y
algunas lo han perdido todo, pero la gente tiene confianza en que no
quedarán desamparados, y lo que no ha perdido es el espíritu
revolucionario y la confianza en que se les atenderá», afirmó.
El grito de un patrimonio herido
Por Haydee León Moya, Diario Granma.
"Al primer impacto visual después del huracán, Alejandro Hartmann,
historiador de Baracoa, quedó tan asolado como su villa que ahora
asegura que volverá a ser una ciudad paraíso. Lo sabe desde que se montó
a la carrera en la primera caravana que lo llevó hasta allí, y más
cuando ve a tantos, de tantas partes, empujando los escombros para que
ella renazca".
La noche del huracán estaba conmocionado y
triste, lejos de la ciudad que ama con pasión desmedida. No pudo
soportar, y en la primera caravana que iba desde la capital provincial
rumbo a su tierra devastada, partió al encuentro de lo que, pensaba,
posiblemente no existiera.
Aunque no lo tengas delante y solo te lo acerque el hilo telefónico,
cuando hablas con Alejandro Hartmann Matos, el historiador de Baracoa,
percibes al hombre tremendamente expresivo y especialmente afectivo que
es el también vicepresidente de la Red de oficinas del historiador y
conservador de las villas patrimoniales de Cuba, que preside el Doctor
Eusebio Leal.
—¿Cuál fue su primer encuentro con la realidad que dejó allí el huracán Matthew?
—Impactante. Te imaginas encontrarme La Farola «apagada». Ese
viaducto maravilla de la arquitectura civil cubana sin su vigoroso
paisaje de pinos y su riquísima floresta. Me lo encontré así, como un
paisaje lunar, y eso me llegó al alma. Luego, ya en la ciudad, vi mucha
gente herida por los destrozos. Llegué en una caravana, y en caravana
siguió llegando la ayuda y el aliento que ha ido cambiando el rostro de
mi ciudad y su gente, pero es un camino largo por el que hay que andar
con un cuidado especial para seguir siendo lo que somos.
—Sí, una ciudad con muchos valores patrimoniales, ¿en qué medida fueron dañados?
—Una ciudad con gran valor arquitectónico y patrimonial que, junto a
un grupo de instituciones, distinguen la ciudad y simbolizan hechos y
valores trascendentales de la historia y la cultura de nuestra nación, y
que fueron impactadas fundamentalmente por la descomunal fuerza de los
vientos y las huracanadas olas que sobrepasaron el malecón.
«En el fuerte de La Punta, una fortaleza militar del siglo XVIII sus
muros fueron embestidos, tanto, que una parte fue totalmente destruida.
En la fortaleza Seboruco de Santa Bárbara, donde hay un precioso hotel
nombrado El Castillo, fue destruida la techumbre de tejas del segundo
nivel, exactamente la misma parte que se llevó un ciclón en 1908. Y,
como en todas partes, los vientos le quitaron la policromía del verde de
sus alrededores. Pero cuando venga la primavera reverdecerá.
«Al fuerte Matachín, el museo de la ciudad desde hace 35 años,
también le arruinó su cubierta y, aunque las colecciones que atesora
fueron resguardadas con antelación, fueron tan fuertes los vientos de
ese monstruo, que el agua del mar y de la lluvia filtró por una de las
aspilleras y se mojó la mayoría de los 300 documentos históricos que se
conservan, como cartas en las cuales los veteranos de la Guerra de
Independencia exigían a las autoridades el pago de las pensiones que les
negaban. También se movieron y fracturaron muchas tejas y el alero
frontal se desplomó y hay que rehacerlo.
«No faltara más. Los torreones del siglo XIX no fueron afectados».
—Pero la ciudad está casi en ruinas, ¿qué parte del patrimonio sufrió daños?
—En el centro histórico, que fue declarado Monumento Nacional el 4 de
noviembre de 1978, las mayores afectaciones fueron en los techos. No
hubo derrumbes de consideración. El 94 por ciento del total de las
edificaciones de Baracoa quedó a cielo abierto.
—Cuando dice el centro histórico, ¿a qué se refiere exactamente?
—A 900 viviendas que, aunque no tienen la riqueza arquitectónica de
Cienfuegos y de La Habana, por ejemplo, poseen una forma peculiar de
arquitectura vernácula, donde se ligan las casas de madera con los
códigos neoclásicos y eclécticos del siglo XX, que es denominado por la
Doctora Alicia García Santana, una autoridad en el estudio de las
primeras villas cubanas, como el criollo baracoano.
«Pues esa amalgama preciosa de casas de manera, con techumbre a dos
aguas con tejas francesas, que se enmarca entre dos calles principales
(Martí, y Maceo) y 12 calles transversales, componen el centro histórico
de la Primada, junto a una zona priorizada que parte desde el museo
Matachín hasta el parque Tomás Cardoso, a dos cuadras del malecón».
—¿Qué sucede allí en estos momentos de recuperación?
—Brigadas compuestas por expertos de la Oficina del Historiador de la
ciudad de Camagüey restauran la techumbre de una de esas
edificaciones, donde radica la escuela primaria Miguel de Cervantes,
después trabajarán en otra donde también funciona un centro de la
enseñanza especial.
Ellos trabajan intensamente junto a brigadas de la Oficina del
Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba, que asesoran a partir de
su experiencia en la reconstrucción del patrimonio de esa urbe tras el
paso del huracán Sandy.
«Y ya está confirmado que en los próximos días llegan otras brigadas
del resto de las villas cubanas. En coordinación con la Oficina del
Historiador de La Habana, también ya nos informaron de la recaudación de
fondos, por parte del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, para
apoyar con las tejas francesas y españolas que se necesitan para la
reconstrucción de la totalidad de los inmuebles del centro histórico. Ya
contamos con más de 20.000, que aportó el Gobierno de la provincia
hermana de Camagüey, pero según estimados preliminares, se requieren
unas 600.000.
«Porque no se trata solo de esa parte de la cual hablaba, sino
también de la Casa de cultura, la facultad de Ciencias Médicas, y del
cine teatro Encanto, una construcción neoclásica de 1931 que, como las
mencionadas, tienen grandes valores patrimoniales, y sus techos ya no
existen.
«Con el apoyo de las Zonas de Defensa, de los delegados del Poder
Popular y de especialistas de Vivienda se acomete, día y noche, un
estudio casa por casa. Es un trabajo intenso y agotador, porque tenemos
la ciudad casi completamente bajo las estrellas».
—También son parte de las riquezas patrimoniales algunos
sitios únicos que distinguen a la primera villa fundada en Cuba, hábleme
de ellas y del impacto que tuvieron por el huracán.
—Efectivamente. La parroquia Nuestra Señora de la Asunción, donde se
ofició la primera misa en Cuba y donde se conserva la única de las 29
cruces que plantó Colón en sus viajes por América, La cruz de la Parra,
que es Patrimonio de la Nación, no sufrió daños de consideración, solo
en la cubierta. Quedaron intactas las estatuas de Colón y del indomable
Hatuey, situadas muy cerca del malecón. Pero esa muralla de 2.000
metros, que es identidad nuestra, que es expresión de nuestra cultura,
que allí vamos a mirar a ese Atlántico que nos baña, a veces, como
ahora, demasiado. Como nunca antes. Lo partió en varios tramos y levantó
losas completas de la vía que está junto al malecón.
«También el hotel La Rusa fue muy golpeado, una construcción de 1952,
emblemática. Allí se hospedaron en diferentes momentos el Comandante
en Jefe Fidel Castro, Raúl, Vilma, el Che, Nicolás Guillén, y muchas
otras figuras descollantes de la Revolución. Y la mujer que fue su
creadora fue motivo de inspiración para Alejo Carpentier en su novela La consagración de la primavera».
—Y pensar que hasta hace poco, era la ciudad toda una maravilla, de la cabeza a los pies.
—Pero Baracoa va a volver a ser una ciudad paraíso. Lo supe desde el
primer momento, desde la primera caravana aquella que me trajo hasta
aquí, y ahora que estamos todos, y con ayuda de todas partes, empujando
los escombros para que ella renazca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario