Por Sergei Ehrenburg.
El presidente Poroshenko se ha presentado en Odessa.
La plaza desde las primeras horas estaba tomada por fuerzas especiales de la Guardia Nacional y la policía. De un lado, cerca de la hora fijada, aparecieron unas pocas personas con banderas nacionalistas. El presidente elegido por la Junta proimperialista, Poroshenko, venía a un acto que recordaba la liberación de Odessa de los fascistas nazis alemanes.
Desde los edificios vecinos, los habitantes de Odessa se fueron arremolinando para ver que tenía que contar el presidente. Algunos portaban banderas orgullosas soviéticas, otros pequeños mensajes escritos en cartulinas contra la crisis y el hambre.
Pronto el acto se convirtió en una comedia de los años 30. La comitiva presidencial estrechando manos de ucranianos dóciles protegidos por la policía. Y tras un cordón policial, ucranianos que gritaban: "¡El fascismo no pasara'! ¡Asesino, Asesino!".
El presidente disgustado, comprende que su acto no puede continuar porque hay demasiados gritos y hay periodistas que van a sacar las imágenes de la ridícula concentración. Retrocediendo se dirige a los que están tras la cortina policial con el fin de estrecharles la mano. Pero las críticas arrecian, se para, y se vuelve a donde se encuentran los acantonados de las banderas azules y amarillas. Y apresuradamente, sale de allí.
Los herederos de los nazis alemanes, los nacionalistas ucranianos, tras la barrera humana de la Guardia Nacional espetan a los antifascistas "¡Os han quemado a pocos de vosotros, imbéciles!". Aún la población ucraniana de Odessa tiene muy vivo en sus mentes, el horror de las muertes provocadas por los fascistas en la Casa de los Sindicatos, con la muerte de decenas de personas dentro.
Pero el fascismo se está implantando en Ucrania.
Ayer en el Parlamento, la Rada, se aprobó la ley que prohibe los símbolos comunistas.
En una declaración de odio y tergiversación histórica se dictó un progrom en el que declaraba que la población, el régimen y el Estado Soviético ocuparon Ucrania. Olvidando que en los años 50, 60 y 70 del siglo pasado los responsables de la Unión Soviética eran ucranianos como Jruschov y Brezhnev.
En otra declaración proclama a los aliados fascistas de los nazis alemanes, las partidas de nacionalistas de Bandera, como un ejército liberador, y a sus sanguinarios miembros, que masacraron a la población ucraniana soviética como "héroes y luchadores por la independencia".
La fiscalía de los nacionalistas sigue intentando prohibir el Partido Comunista, en nuevas instancias.
En el Donbass los jefes fascistas del Ejército, al margen de los acuerdos de paz de Minsk han ordenado el bombardeo de Donesk, y con artillería pesada están destruyendo sus arrabales del oeste de la ciudad.
¡No habrá paz, mientras el Fascismo siga en el poder en Ucrania!
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