Enviado por el Boletín de la República Popular Democrática de Corea.
Se trata de la edad del Ejército Popular de Corea fundado el 25 de abril de
1932, y que por tener eminentes comandantes, siempre logró la victoria.
Bajo la dirección de Kim Il Sung
Dar preferencia a la preparación del poderoso ejército revolucionario hace
posible vencer al imperialismo, llevar la revolución a la victoria y forjar de
manera independiente el destino del país, la nación, este es el principio de la
revolución del Songun (priorización de los asuntos militares) y el núcleo de la
idea de conceder importancia al fusil, la milicia, enunciados por Kim Il Sung
(1912-1994), Presidente de la República Popular Democrática de Corea.
Aplicando esta original idea, fundó el 25 de abril de 1932 el Ejército
Revolucionario Popular de Corea, antecedente del Ejército Popular de Corea,
iniciando la dirección del Songun. Bajo su dirección el ERP de Corea, aunque se
encontraba en las difíciles condiciones en las que no contaba ni con la
retaguardia estatal ni con la ayuda del ejército regular, combatió al ejército
japonés y liberó, el 15 de agosto de 1945, el país.
Posteriormente Kim Il Sung presentó una orientación para transformar el
ERP de Corea en el ejército regular, orientó acertadamente el empeño para
verificarla, y logró que el 8 de febrero de 1948 el Ejército Popular de
Corea viera su luz.
En virtud de su destacada dirección, este, a poquísimo tiempo de fundado,
en la pasada guerra coreana (1950-1953) rechazó la invasión de las fuerzas
aliadas imperialistas acaudilladas por Estados Unidos que se jactaba de su
“supremacía” en el mundo y defendió con honor la libertad y la independencia
del país.
Liderazgo de Kim Jong Il
Acatando la idea del Songun de Kim Il Sung, Kim Jong Il (1942-2011),
Presidente del Comité de Defensa Nacional de la RPD de Corea, empezó su
dirección sobre la revolución mediante el Songun por visitar, el 25 de agosto de
1960, la División Guardia de Tanques 105 “Seúl” Ryu Kyong Su del EPC.
Como Kim Il Sung fue militar sin igual que tenía extraordinaria
clarividencia y hábil, junto a disímil estratagema. Fue poseedor de la rara perspicacia
con la que de un fenómeno capta en el acto la esencia, y del cambio de menor
importancia de la situación el resultado de aquello que se daría, y la
extraordinaria previsión con la que de antemano toma irrefutables medidas. A
su merced, el EPC se hizo un poderoso ejército provisto de todos los potentes
medios de ataque y de defensa, para que ningún enemigo se atreviera a tocar.
Su firmeza, decisión y habilidad en la estratagema constituyeron la
garantía fundamental para que Corea siempre saliera victoriosa en su
enfrentamiento militar con Estados Unidos autodenominado de
“superpotencia”. Durante su interminable recorrido de inspección a las
unidades militares, percató con clarividencia la situación creada y enseñó a los
oficiales y soldados del EPC los hábiles y disímiles proyectos de las operaciones
y las estrategias, las tácticas y los métodos de combate que los hicieran vencer
de un golpe a los enemigos.
En los rigurosos enfrentamientos RPD de Corea-Estados Unidos ocurridos
osteriormente a la pasada guerra coreana como los casos del “Pueblo”,
barco espía armado estadounidense, y el “EC-121”, avión espía
norteamericano de gran envergadura, de los años de 1960, el de Panmunjom
de los de 1970 y el del problema nuclear en los años de 1990, y el comienzo de
la década de los 2000, el ejército y pueblo de Corea ganaron la victoria, lo cual
se debió a Kim Jong Il, que con perspicacia analizó correctamente las
situaciones y circunstancias creadas, y tomó medidas pertinentes, y con la
singular inteligencia y misteriosos e inimaginables métodos, golpeó al
enemigo en la parte mortal, logrando que se arrodillara.
Bajo la atención de Kim Jong Un
Hoy el EPC tiene como su Comandante Supremo a Kim Jong Un, otro gran
militar, cuya entusiasta dirección incrementó sobremanera el poderío de
aquel.
Él, con la visión militar impropia de cualquiera, enriqueció y desarrolló la
idea Songun y la de la estrategia militar, y en el agudo enfrentamiento con
Estados Unidos toma firmemente la iniciativa y gana sucesivas victorias.
Durante interminable recorrido de inspección a las unidades militares plantea
ingeniosas proposiciones operacionales y de combate que maravillan hasta a
los expertos en los ejércitos, las armas y las especialidades correspondientes.
Es militar todopoderoso y estratega sin par que desbarata la ofensiva de
estrangulamiento de Estados Unidos y demás fuerzas hostiles y afianza la
posición de Corea en calidad del país nuclear.
Hoy, Kim Jong Un es reconocido en el círculo político del mundo como el
más fuerte en el coraje y la osadía. Declaró que sin importar de qué sería el
mundo, avanzaría constantemente por el camino de la independencia, el
Songun y el socialismo, y mirando a vista de pájaro hasta cientos de millones
de enemigos se enfrenta categóricamente a la dureza de estos con
superdureza. En el tiempo crítico cuando los enemigos hacían simulacros de
guerra de gran envergadura visitó puestos en la avanzada del frente y dispuso
convocar a los pilotos a una gran y solemne conferencia dejando abierto el
espacio aéreo del país, buena prueba de lo fuerte que es él en el coraje y la
osadía.
La característica fundamental de su arte de mando, continuidad al pie de la
letra de la de sus predecesores consiste en aunar con noble propósito y
virtudes a las masas militares en la ideología, el sentimiento y el alma y con la
gran y monolítica unidad de estas ganar siempre la victoria. Su orientación
logró que los guerreros del EPC se prepararan todos como los invencibles tanto
en el plano ideo-espiritual como en el técnico militar.
El EPC que de generación en generación está al mando de los grandes
militares, eternamente es triunfador.
Invencibilidad de la Corea socialista
Para echar a pique a la Corea socialista, Estados Unidos se valió de todos
los medios y métodos de siglos por los siglos. Y en los últimos tiempos Obama
cacarea que se debe desmoronarla cuanto antes.
Pero, ¿acaso el imperio lo lograría?
No, nunca.
Porque primero, la Corea socialista es orientada por los grandes líderes.
Kim Il Sung, fundador de la República Popular Democrática de Corea, la
Corea socialista, consideró que solo el socialismo garantiza la felicidad del
pueblo y la prosperidad de la nación, condujo hacia la victoria la construcción
de una nueva sociedad, la guerra coreana (1950-1953), la rehabilitación y
construcción de postguerra y la construcción socialista y levantó en el país un
socialismo que acapara el absoluto apoyo y confianza de las masas populares
y hace gala de su soberanía, independencia y autodefensa. Lo poderoso e
indestructible que es él, fue bien comprobado solo por el hecho de que se
mantuvo inalterable a finales del siglo pasado cuando el socialismo
desplomaba en varios países.
En el tiempo en que las fuerzas aliadas imperialistas acaudilladas por
Estados Unidos, calificando el sucesivo desmoronamiento de varios países
socialistas con la “extinción del socialismo”, concentraban su ofensiva en Corea
que enarbolaba invariablemente la bandera del socialismo, Kim Jong Il,
Presidente del Comité de Defensa Nacional de la RPD de Corea, quien definió Songun
(priorizar los asuntos militares) como la principal forma de la política socialista
y lo aplicó en todos las esferas. Merced a esto, la Corea socialista se ha hecho
uno de los contados países capaces de fabricar y lanzar el satélite artificial de
la Tierra y nucleares. La intentona de las fuerzas aliadas imperialistas de
estrangular militarmente al país asiático se hizo añicos y la soberanía y el
socialismo de Corea fueron defendidos con éxito. En eso VOA comentó: “Se
debe reconocer naturalmente que el Dirigente Kim Jong Il es específico líder
político que el mundo no conoce hasta la fecha, político socialista y militar con
asombrosa y absoluta confianza, lealtad y firmeza en el socialismo”, lo cual no
es casual.
La Corea socialista que tiene a Kim Il Sung y Kim Jong Il como sus
eternos Líderes y se orienta por Kim Jong Un, justamente igual a aquellos,
hoy, desbaratando atentados de toda índole de las fuerzas hostiles, avanza
victoriosamente. Merced a Kim Jong Un, la unidad monolítica del líder, los
militares y los civiles, más potente que la bomba atómica, se ha consolidado
como nunca y se han preparado la poderosa fuerza militar centrada en la
armada nuclear, la sólida economía independiente basada en los últimos
logros científico-técnicos y los establecimientos de actividades culturales
públicos de categoría mundial, propio de un Estado socialista de alto nivel
cultural.
Porque segundo, la ideología rectora de la Corea socialista es singular.
La sociedad internacional tenía la misma noción del socialismo, pero los
avatares políticos propiciados a finales del siglo pasado dieron nueva visión del
socialismo coreano. La razón fundamental por la que este se diferencia de los
otros homogéneos, consiste en que está basado en la idea Juche, planteada
por Kim Il Sung y desarrollada y enriquecida por Kim Jong Il.
Esta cosmovisión humanocéntrica, y la idea rectora de la era de la
independencia que ilumina el camino científico para defenderles, por la
independencia a las masas populares y al país, la nación hay que realizarla. La idea
se aplica perfectamente en la construcción del Estado y las actividades de este,
motivo por lo que Corea se ha hecho un país libre de explotación y opresión, y
donde el pueblo es dueño del todo y todo está a su disposición, un camino socialista
centrado en las masas populares.
Aquí, la patria de la idea Juche, en todos los sectores de la sociedad, las masas
populares ejercen derechos propios del dueño, se mantienen firmemente la
propiedad socialista y el principio del colectivismo y en toda la sociedad reina
el ambiente de priorizar y absolutizar el interés y la conveniencia del pueblo.
El pueblo coreano, a través de su experiencia vívida, conoció con todos los
sentidos la justicia y veracidad de la idea Juche, y no quiere saber siquiera nada
más que el socialismo centrado en las masas populares cuando la idea Juche vio la luz.
Porque tercero, el pueblo coreano considera el socialismo como forma de su
existencia y su vida.
Aunque siente mucha dificultad y escasez, tiene inextinguible apego al
socialismo en el que todos los ciudadanos constituyen una gran familia
armoniosa; se imparten la asistencia médica y la enseñanza obligatoria de 12
años, todas gratuitas y generales; el Estado construye viviendas y se las da
gratis a los habitantes; y estos no conocen los impuestos, cosa sin precedentes
en el mundo, y no quiere cambiarlo por nada.
Más que otros, por el socialismo sufrió contratiempos y vicisitudes y
derramó sudor y sangre, hechos digno de mención.
Durante 70 años en pro de la construcción del socialismo y su defensa,
guerreó contra las fuerzas aliadas imperialistas acaudilladas por Estados
Unidos y después del cese al fuego, como objeto del continuo atentado
encaminado a la provocación de la guerra y las crueles sanciones y bloqueos,
apretándose el cinturón, superando heroicamente múltiples dificultades y pruebas.
¿Acaso hay que renunciar fácilmente al socialismo pagado con preciosas vidas, sangre y
sudor?
Hoy la Corea socialista se hace más invencible en virtud de Kim Jong Un.
Bajo la dirección de este el pueblo coreano en la construcción de un Estado
socialista poderoso y próspero realiza prodigios e innovaciones, anticipando la
victoria final.
La RPD de Corea perdurará como indestructible potencia socialista.
“La frase célebre” de Obama
“Del fracaso se aprende mucho”, esta es la “frase famosa” de Obama,
presidente estadounidense.
Ahora bien, ¿qué aprendió él mismo de los fracasos de sus antecesores en
el enfrentamiento de 70 años con Corea?
Confesión de Eisenhower
El 25 de junio de 1950, Estados Unidos, con la ambición de ocupar a la
República Popular Democrática de Corea en su cuna, y extender su trampolín
para tomar el dominio del mundo, desató una guerra en Corea y movilizó,
además de sus fuerzas terrestre, naval y aérea, las huestes de sus 15 países
seguidores, el ejército surcoreano y hasta los restantes del antiguo ejército
japonés, en total más de 2 millones de efectivos. Pero, solo sufrió sucesivas
derrotas.
Como responsable de esto, tras la retirada de Truman, su seguidor Eisenhower
subió a la presidencia a comienzos de 1953, quien para salir del aprieto lanzó
una “nueva ofensiva”, el último juego de azar del imperio en la guerra coreana, el
cual se hizo añicos.
El 27 de julio de 1953, Estados Unidos firmó en el acuerdo de armisticio que
para él era la carta de capitulación. “Esta es una tragedia, un dolor”, dijo
Eisenhower que a 59 minutos del cese al fuego apareció ante la radiodifusión.
Lamentación de Johnson
El 23 de enero de 1968 el barco espía armado estadounidense “Pueblo”,
que infiltrado en las aguas jurisdiccionales de la República Popular
Democrática de Corea realizaba espionaje, fue capturado.
El entonces presidente norteamericano Johnson en la Casa Blanca convocó
una “reunión del consejo estatal de de seguridad”, donde calificó el caso del
atentado contra su país y dictó la orden de ubicar gran cantidad de fuerzas
armadas incluido el portaaviones nuclear Enterprise en los contornos de la
Península Coreana. Estados Unidos envió a Corea el ultimátum en el que
advertía que de no devolverle el barco y sus tripulantes, aplicaría la
“represalia”.
Corea declaró que respondería con la represalia a la “represalia” de Estados
Unidos y con la guerra total a su guerra total.
El imperio, abatido, no pudo menos de entregar al Gobierno de la RPD de
Corea un documento en el que reconoció sus crímenes y pedía seriamente
perdón.
“Esta es la única carta de excusa de Estados Unidos que después de su
nacimiento dejó en la historia”, se lamentó Johnson.
“El mérito” de Bush
Al comienzo de 2001, Bush, apenas tomó el poder, calificó a Corea del “eje
del mal” y abolió completamente el Acuerdo Básico EE.UU.-RPD de Corea
concluido por la anterior administración. Intensificó más que nunca la ofensiva
política, económica y militar contra Corea. La administración Bush incluso
proclamó que Corea era objeto del ataque anticipado con armas nucleares.
Así Bush propició una nueva crisis nuclear, realizando el “mérito” más
grande en la historia.
Frente a la cada vez más agravante intimidación con armas nucleares de la
administración Bush, Corea declaró que para defender su soberanía y derecho
a vivir se dispondría, además de la bomba atómica, también otras cosas
superiores y realizó la prueba nuclear.
Es que la imprudencia de Bush que esgrimió irreflexivamente el “colosal
poder de la única superpotencia” dio a luz otro país nuclear en el mundo.
Lecciones de Obama
Los fracasos de los predecesores dieron lecciones de que con la fuerza no
era posible vencer a Corea.
También Obama, como si lo hubiera conocido, desde antes de ocupar la
presidencia habló ruidosamente de la “solución diplomática” de las hostilidades
EE.UU.-RPD de Corea.
Pero, esta no era sinceridad. El tipejo, apenas fue electo, definió como su
“política” la “paciencia estratégica” contraria a la mejora de las relaciones
EE.UU.-RPD de Corea.
Steinberg, ex subsecretario de Estado norteamericano que en la
administración Obama patrocinó la política de “paciencia estratégica” dijo que
lo que hizo Obama era porque no tenía otro método y arte, para destruir la capacidad de
disuasión nuclear autodefensiva de Corea y estrangularla.
Corea se dio cuenta de que la política de “paciencia estratégica” era
artimaña para prolongar el tiempo y aun posteriormente estrangularla a todo
trance, y presentó una línea de simultanear la construcción económica y la
preparación de las fuerzas armadas nucleares.
En Estados Unidos los partidarios de la línea dura comentaron que la
“paciencia estratégica” de Obama favoreció que Corea fomentara la pirotecnia
y minimizara ojivas atómicas, e hicieron “aumentar los atentados” contra la
seguridad del país.
Precisamente he aquí la razón por la que Obama poco antes y después
del año nuevo, se desatendió del caos acaecido en el país por la extremada
discriminación racial, y se entregaba al golf en Hawai, produciendo escándalo y
haciéndose objeto de los vituperios del interior y el exterior, armando ahora
alboroto de los “derechos humanos” contra Corea, y toma una “postura de dureza”,
como poner apresuradamente en vigencia la “orden administrativa
presidencial” para aplicarle sanciones adicionales contra Corea y emplear
palabras insultantes que la estimulen. Pero, esto no es nada más que empujar
a Estados Unidos a un insondable abismo, la autodestrucción.
Corea declaró que no negociaría más con Estados Unidos sino que acabaría
con él, en el combate de la vida o la muerte definitiva.
¿Acaso en los 70 años transcurridos Estados Unidos empleó poco la fuerza
y coacción contra Corea y estas rindieron efecto aunque fuera en lo mínimo?
Obama, tal como dijo: “Del fracaso podemos aprender mucho”, debe sacar
correctas lecciones de los ignominiosos fracasos de las políticas contra Corea
de sus predecesores y de él mismo.
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