En esta foto del 22 de enero de 2020, publicada el jueves 23 de enero de 2020 por la Agencia de Noticias Xinhua de China, los trabajadores médicos del Hospital Union con el Colegio Médico Tongji de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong en Wuhan participan en una ceremonia, para formar un "equipo de asalto" para luchar contra una epidemia de coronavirus en Wuhan, en la provincia central china de Hubei, el 23 de enero de 2020. China cerró el jueves una ciudad de más de 11 millones de personas en un esfuerzo sin precedentes para tratar de contener un nuevo mortal enfermedad viral que ha enfermado a cientos y se ha extendido a otras ciudades y países en la carrera de viajes del Año Nuevo Lunar. (Cheng Min / Xinhua vía AP)
Por PCCE. (Partido Comunista Congreso Extraordinario). Argentina.
Luego
de meses de propaganda anti china por parte de la prensa burguesa en
torno al brote de coronavirus, la situación en la República Popular está
controlada gracias a la rápida respuesta de su sistema sanitario
público, a la conciencia colectiva de su pueblo y a la movilización
permanente del Partido Comunista en pos de frenar el contagio.
Mientras que en China la situación
mejora día tras día, en Occidente el coronavirus está creciendo de forma
alarmante y sin recibir las respuestas adecuadas. Los mismos medios que
construyeron un monstro cuando comenzó la epidemia en la ciudad china
de Wuhan, ahora intentan evitar a toda costa propagar titulares
alarmistas y falsos videos de propaganda como los que fabricaban contra
China. Un caso de este tipo fue el famoso video de 2016, viralizado por
la prensa, de una joven tomando sopa de murciélago en la isla de Palaos,
en el océano pacífico occidental, muy lejos de China.
Nadie niega que el coronavirus se generó en un
mercado ilegal en la ciudad de Wuhan, pero mutaciones como esta ya
sucedieron en el pasado reciente y en otras regiones; y de la misma
forma que surgió en un país como China (por una cuestión de probabilidad
numérica) con más de 1.400 millones de habitantes, también podría
surgir en cualquier otro país. La diferencia es que China está
capacitada para controlar la situación, mientras que la mayoría del
resto del mundo capitalista no lo está.
El nivel organizativo de un país que construye
el socialismo como china, con una democracia popular y un sistema
económico con altos niveles de planificación, pudieron controlar la
situación al poco tiempo. Se construyeron hospitales inmensos y de alta
complejidad en apenas diez días, se movilizaron contingentes de médicos
de diversas provincias y se pusieron en cuarentena decenas de ciudades.
Todo esto sin dejar de producir y manteniendo el nivel de vida de la
población. Occidente, en cambio, no tiene esta capacidad de
planificación, ni la disciplina del ciudadano chino para enfrentar este
tipo de problemas. Hoy hay más probabilidades de contagiarse el
coronavirus en Corea del Sur o en Italia, que en China.
Mientras el imperialismo esperaba cientos de
miles de contagios y decenas de miles de muertos a lo largo y ancho del
país asiático, la situación en el país tiende a controlarse, con una
tasa de contagios y muertes casi estancada y una tasa de curados cada
vez más alta. Con 1.400 millones de habitantes, apenas hay 40 mil casos
activos por coronavirus (al 3/3/2020). Eso es menos del 0,003% de la
población. El número de fallecidos es de 2.912 personas en total (en su
mayoría adultos mayores y personas con problemas respiratorios previos)
mientras que los recuperados son ya más de 44.800. Es decir, la tasa de
recuperación es altísima y la de mortalidad bajísima. No hay duda que
todavía habrá nuevos casos, pero lo que está más que claro es el éxito
que están teniendo las medidas del gobierno central chino y su sistema
social a la hora de evitar la expansión y las muertes en proporción a su
población. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) elogió la
rápida respuesta del gobierno chino a la crisis, y el director general,
Tedo Adhanom Ghebreyesus, dijo que el país estaba tomando “medidas muy
fuertes y con pleno compromiso”.
Un actor importante en esta batalla es Cuba
socialista, cuyos medicamentos, en particular el Interferón alfa 2B,
están haciendo “milagros” en la recuperación de los casos más graves.
Este medicamento es uno de los cerca de 30 fármacos escogidos por la
Comisión Nacional de Salud de China para curar la afección respiratoria.
Luis Herrera Martínez, asesor científico y comercial del presidente de
la estatal BioCubaFarma, afirmó que el medicamento “evita que los
pacientes con posibilidades de agravarse y complicarse lleguen a ese
estadio, y finalmente tengan como desenlace la muerte”.
La propaganda por parte del imperialismo está
claramente enmarcada en la disputa geopolítica de Estados Unidos contra
China socialista. Mike Pompeo, Secretario de Estado de EE.UU., mientras
hablaba el mes pasado sobre la necesidad de impedir la expansión de las
empresas chinas por todo el mundo, llego a decir que “el Partido
Comunista Chino representa la amenaza central de nuestro tiempo”. En
definitiva, el objetivo del imperialismo es demonizar y socavar el
modelo productivo de mercado socialista practicado por la República
Popular China, un modelo que es ejemplo para el mundo.
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