Cuando
se acerca el 75º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría
derechista y socialdemócrata del Parlamento Europeo ha aprobado una resolución
instando a la persecución del comunismo. Repitiendo la absurda idea de que el
nazismo y el estalinismo son igualmente totalitarios, quiere borrar del
recuerdo de los pueblos la heroica gesta de la Unión Soviética que liberó al
mundo de la dominación fascista. El final de esta pesadilla no comenzó con el
desembarco anglo-norteamericano en Normandía, sino en las calles de
Stalingrado, más de un año antes. No, señorías burguesas revanchistas, no
conseguirán que los trabajadores repudien por igual una ideología opresora como
el nazi-fascismo y una ideología liberadora como el comunismo.
La “novedad” de su arsenal de mentiras con el que machacan las
conciencias, desde la más tierna infancia, es responsabilizar de la última
guerra mundial al pacto germano-soviético de 1939. ¡Tendrán poca vergüenza!
Pretenden eludir así la responsabilidad de sus predecesores, los gobiernos
“democráticos” que, con su política de “no intervención” ayudaron al Eje
nazi-fascista a anegar en sangre la República española entre 1936 y 1939; que,
con su política de “apaciguamiento” pactaron en Múnich la entrega a Hitler de
Checoslovaquia para facilitarle la invasión de la URSS; que, junto a los
dirigentes fascistas de Polonia, rechazaron todo acuerdo de defensa colectiva
con la Unión Soviética contra el expansionismo germano; que, en el momento de
la liberación, dejaron a España en las garras del franquismo porque, según
ellos, era “un asunto interno de los españoles”.
Pero,
¿a qué viene esta vuelta de tuerca en la revisión de la historia, este
hipócrita coqueteo con el anticomunismo fascista?
Hace mucho que el
capitalismo euro norteamericano se convirtió en imperialismo y que ambiciona
dominar el mundo. Creía haberlo conseguido con el derrumbe de la Unión
soviética. Sin embargo le han salido competidores como China y Rusia que,
además, ayudan a los países subyugados cómo Siria y Venezuela a defender su
soberanía nacional y a prosperar económicamente. Esto acelera la crisis
económica capitalista que empuja nuevamente a los imperialistas a la guerra y
al fascismo. En el fondo, el fascismo siempre ha sido el sueño dorado de los capitalistas
financieros para explotar sin límite a los trabajadores y aplicar una dictadura
terrorista contra el movimiento obrero y los anhelos democráticos de las
capas populares.
La
fanatización reaccionaria y militarista de la población que está promoviendo la
burguesía en su lucha de clase contra el proletariado se apoya en la
tergiversación de la historia. Se concentra en ignorar los progresos que
alcanzó la URSS precisamente gracias a la lucha de clase que, desde el poder
político, desplegó el proletariado soviético contra los burócratas y demás
explotadores, a los que la Unión Europea presenta ahora como “víctimas”.
Puesto
que estamos inmersos en una lucha de clases, la Asociación de Amistad
Hispano-Soviética se complace en aportar, a quienes acuden a la Fiesta del PCE,
munición teórica e histórica contra el fuego enemigo. Para la presente edición,
traemos los resultados del trabajo de estudio y divulgación que hemos
desarrollado durante este año, dedicado al último y menos conocido período de
la dictadura del proletariado en la Unión Soviética y que abarca desde la
Constitución de 1936 hasta la Guerra Fría y el legado político de Stalin.
Te invitamos a pasar por nuestro stand para conocer nuestros materiales,
conversar con nosotros y, eventualmente, iniciar una colaboración cargada de
futuro.
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