7 de septiembre de 2019

La mujer de acero, recordando el asesinato de Rosa Luxemburg

Por Escarpo

Recientemente se ha proyectado en las pantallas la película "Rosa Luxemburg". 
Portada

Una película de combate, militante, de gran interés social. La mujer cuya vida y obra nos inspira, fue una de las grandes revolucionarias del siglo XX, y una de las fundadoras de la corriente de pensamiento del socialismo democrático.

Hija de un comerciante judío de Varsovia, de gran inteligencia, estudió a pesar de los prejuicios que imperaban contra las mujeres de entonces, y pese a la discriminación antisemita que existía en Europa contra los judíos. Rosa Luxemburg hizo un doctorado en una época en la que poquísimas mujeres iban a la universidad. Se dice que hablaba once idiomas. Pronto destacó como una de los principales dirigentes de la socialdemocracia europea.

La interpretación en la película que hace Bárbara Sukowa es impecable. Realizada por Margarethe Von Trotta con total credibilidad. Recoge las contradicciones de su vida, con quien fue su pareja, y sus diferencias sobre la vida que los hacen separarse. Pero lo más importante son sus discursos, ampliamente recogidos en la proyección. Apasionados discursos que desafían a la socialdemocracia, al revisionismo instalado en las mentes actuales, demostrando que no es suficiente la vía parlamentaria como entonces pregonaban Bernstein, Kautski, Bebel.




Una vida dedicada a la clase obrera

En 1889, a los 18 años, abandonó Polonia a consecuencia de la persecución de la policía debido a su militancia socialista, refugiándose en Suiza. Allí terminó sus estudios, entró en contacto con revolucionarios exiliados y se unió a la dirección del joven Partido Socialdemócrata Polaco. Contrajo matrimonio en 1895 con Gustav Lübeck para adquirir la nacionalidad alemana y poder trabajar con el movimiento obrero en este país.

Junto al político alemán Karl Liebknecht, fundó la Liga Espartaquista. Fue redactora del periódico teórico marxista «Neue Zeit» y autora de varios libros. Fue sentenciada (1903-1904) a nueve meses de prisión acusada de «insultar al Kaiser» (emperador). Participó directamente en la revolución de 1905 en Polonia. En marzo de 1906 fue arrestada y encarcelada en Varsovia durante cuatro meses. Nueve veces Rosa fue encarcelada a lo largo de su vida.

Participó activamente tanto en el Congreso del partido socialdemócrata alemán en 1906 como en el Congreso Socialista Internacional celebrado en Stuttgart un año después, en el que intervino en nombre del partido ruso y polaco. Su pensamiento representaba plenamente las posiciones de emancipación social de los trabajadores en el seno de la II Internacional.

En 1914 extalló la 1ª Guerra Mundial y el grupo parlamentario socialdemócrata alemán (SPD) apoya unánimemente a los créditos de guerra. Rosa Luxemburg, forma parte de la oposición interna en el SPD, que difunde centenares de miles de folletos para movilizar a la población contra la guerra, pues era una guerra de la burguesía. Arrestada nuevamente por incitar a los soldados a rebelarse contra el Kaiser, la sentencian a un año de prisión. El apoyo de los socialdemócratas a los créditos para hacer la guerra, llevarían a la escisión del partido en enero de 1917, fundándose el USPD (Socialdemócratas Independientes).


Lenin y Rosa Luxemburg, tanto en Ruisa como en Alemania desarrollaron las ideas socialistas contra el capitalismo, por la emancipación de la clase obrera y contra el reformismo socialdemócrata. Tenían varias diferencias de apreciación entre ellos, en lo relativo a la dependencia de un país "oprimido", Polonia, por otro "opresor", Rusia. Rosa Luxemburg no sólo se enfrentó, por ello, a Lenin, sino también a la tesis del Partido Socialista de Polonia.
Lenin, dijo: "No sólo los pequeños Estados (refiriéndose a los tres pequeños Estados bálticos) sino también Rusia, por ejemplo, dependen por entero, en el sentido económico, de la potencia del capitalismo financiero imperialista de los países burgueses ricos". Lenin aplicaba el concepto del internacionalismo tanto al proletariado como al capital.
Rosa Luxemburg
Hablando de Polonia, Rosa Luxemburg creía: "...que reconocer el derecho a la autodeterminación equivale a apoyar el nacionalismo burgués de las naciones oprimidas". Lenin le replicó: "Resulta que temiendo el nacionalismo de la burguesía de las naciones oprimidas Rosa Luxemburg favorece, en realidad, el nacionalismo ultrarreacionario de los rusos"...."Apasionada por la lucha contra el nacionalismo en Polonia ha olvidado el nacionalismo de los rusos, y este nacionalismo es ahora el más temible". Lenin explicaba que el nacionalismo ruso era más feudal que burgués y consistía en "el mayor freno para la democracia y la lucha proletaria". Lenin defendía la posición marxista en la cuestión nacional.  
 
En 1918 las fuerzas de izquierda alemanas deseaban alcanzar las metas de la Revolución de Octubre. El 28 de enero se declara la huelga general y se inicia la formación de Consejos Obreros. El 31 de enero la huelga es prohibida y se declara el estado de sitio, extendiéndose la represión. En marzo, Rosa Luxemburg es encarcelada conjuntamente con Leo Jogiches y otros militantes espartaquistas que difundían propaganda revolucionaria en el ejército. El 9 de noviembre, a raíz de un levantamiento de marinos en Kiel, estalla la “Revolución de Noviembre” con la conformación de Consejos de Obreros y Soldados en todo el territorio nacional. El emperador Guillermo II abdica. 

La socialdemocracia reclama una nueva Constitución burguesa. Rosa Luxemburg, liberada dos días antes, llega a Berlín y coedita “Bandera Roja”, el periódico de la Liga Espartaquista, junto a Karl Liebknecht. 

El 30 de diciembre, 129 delegados Espartaquistas, la Organización de la Juventud Socialista Libre y los Comunistas Internacionales de Alemania (IDK) se reunieron y formaron el Partido Comunista Alemán, conocido como el KPD.  

Durante el discurso fundacional del Congreso del Partido Comunista, Luxemburg advirtió que no sería una victoria fácil, alertando que los socialdemócratas, contrarrevolucionarios de hecho, se unirían al militarismo alemán derrotado, y harían lo que fuera necesario para impedir la revolución, con la ayuda del aparato estatal conservador. 

Pero desgraciadamente, los miembros del nuevo partido, comunistas de corazón, les faltaba la experiencia de los bolcheviques, estando alejados de la mayoría de los trabajadores. Los obreros en las ciudades estaban probablemente radicalizados, pero en las áreas rurales la revolución apenas había comenzado.

Los Espartaquistas siguieron el ejemplo de los revolucionarios rusos, intentanto disolver la Asamblea Constituyente. La diferencia, como Luxemburg señaló, era que los bolcheviques lo hicieron después de ganar la mayoría en los Sóviets, y con su apoyo realizaron la Revolución de Octubre, disolviendo la Constituyente. 

En Alemania, en 1918, la mayoría de las masas apoyaban al SPD y al USPD, veían a la Asamblea Nacional como un paso adelante. La tarea de los comunistas era la de ganar un apoyo mayoritario entre los trabajadores. Los jóvenes espartaquistas tendrían que pasar por las mismas experiencias que los bolcheviques. Lenin resumió estas experiencias en La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo.



"Al principio del período mencionado [Febrero a Octubre, 1917] no incitamos a derribar el gobierno, sino que explicamos la imposibilidad de hacerlo sin modificar previamente la composición y el estado de espíritu de los Sóviets. No declaramos el boicot al parlamento burgués, a la Asamblea Constituyente, sino que dijimos, a partir de la Conferencia de nuestro Partido, celebrada en abril de 1917, dijimos oficialmente, en nombre del Partido, que una república burguesa, con una Asamblea Constituyente, era preferible a la misma república sin Constituyente, pero que la república "obrera y campesina" soviética es mejor que cualquier república democrático burguesa, parlamentaria. Sin esta preparación prudente, minuciosa, circunspecta y prolongada, no hubiésemos podido alcanzar ni consolidar la victoria en octubre de 1917 [...] En primer lugar, los comunistas "de izquierda" alemanes, como se sabe, ya en enero de 1919 consideraban el parlamentarismo como "políticamente caduco", contra la opinión de dirigentes políticos tan eminentes como Rosa Luxemburg y Carlos Liebknecht. Como es sabido, los "izquierdistas" se equivocaron.” (Lenin, La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo).
 
El boicot de los ‘comunistas’ a la Asamblea Nacional significó  el aislamiento de las masas trabajadoras que todavía participaban y apoyaban las elecciones, especialmente con la introducción del voto universal. Mientras los comunistas boicotearon las elecciones, el 83% de la población participó. La mayor participación en la historia de Alemania.  

Lenin advirtió al respecto: "En efecto, ¡¿cómo se puede decir que el "parlamentarismo ha caducado políticamente", si "millones" y "legiones" de proletarios son todavía, no sólo partidarios del parlamentarismo en general, sino hasta francamente "contrarrevolucionarios"?! Es evidente que el parlamentarismo en Alemania no ha caducado aún políticamente. Es evidente que los "izquierdistas" de Alemania han tomado su deseo, su ideal político por una realidad objetiva. Este es el más peligroso de los errores para los revolucionarios.” (Lenin, La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo, p. 52). 

Con respecto al gobierno, los jóvenes comunistas también tomaron una posición ultraizquierdista. De acuerdo a ellos, el partido debía proponer la consigna del derrocamiento del Gobierno de Ebert-Scheidemann. Luxemburg les advirtió no tendría ningún efecto. El gobierno no caería con las proclamas, sino que tenía que ser socavado a través de la acción de la mayoría de la población obrera.

Las tendencias ultraizquierdistas también se expresaban en el congreso en dos mociones proponiendo que la militancia en un sindicato era incompatible con la militancia en el Partido Comunista, que los comunistas debían salir de los sindicatos y hacer lo necesario para abstenerse de participar en los mismos ya que había una mayoría socialdemócrata en ellos. La dirección del Partido Comunista logró impedir la votación pasando el problema a una discusión en la comisión de trabajo sindical. La dirección del partido entendía que un boicot a los sindicatos los aislaría de las masas. Igual que en Rusia en 1905 (como lo describió Rosa), el movimiento revolucionario en Alemania significaba que las masas, recientemente radicalizadas, inundaron los sindicatos: la forma de organización obrera más básica. Antes de la revolución, había 1,5 millones de obreros organizados. Para el final de diciembre de 1918, el número era 2,2 millones y aumentó hasta 7,3 en 1919. La dirección del Partido Comunista argumentaba que la tarea de los comunistas al trabajar en los sindicatos para poder conectar con las masas y alejarlas de la influencia política de los socialdemócratas. Pero debido a la oposición entre los militantes, pasó un año entero antes de que el KPD decidiera hacer trabajo en los sindicatos controlados por el SPD.

Durante todo el congreso hubo negociaciones con los representantes de los Delegados Sindicales Revolucionarios, pero ellos estaban preocupados por las tendencias ultraizquierdistas entre los comunistas. Por consiguiente, elaboraron una lista de condiciones que el partido tenía que cumplir antes de que se unieran. Entre ellas, la oposición al boicot de las elecciones, que la comisión dedicada al programa político tuviera representación paritaria y que cualquier referencia a los espartaquistas fuera removida del nombre del partido. 
Los Delegados Sindicales Revolucionarios decidieron mantenerse fuera del nuevo Partido Comunista y se unieron al USPD. Esto fue un duro golpe que debilitó seriamente a los comunistas. Los Delegados Sindicales Revolucionarios tenían los vínculos más fuertes con los trabajadores de las fábricas de Berlín. Sin ellos, los comunistas no tenían ningún vínculo sólido con la clase obrera industrial. Al mismo tiempo, esto significó que se dejaba a los obreros más radicales en las fábricas de Berlín sin dirección política revolucionaria y quedaron bajo la influencia de la izquierda del USPD que estaba políticamente dividida.

El Estado Mayor y los ministros socialdemócratas planeaban una confrontación sangrienta con los espartaquistas quienes, desde la formación del KPD, habían dirigido una campaña para derrocar al gobierno. La meta era deshacerse de la revolución y abrir paso a una solución ‘militar’. El nuevo ministro socialdemócrata de defensa Noske, estaba preparado para dirigir a las tropas contrarrevolucionarias al ataque. 

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Aunque eran bien conscientes del peligro, Luxemburg y Liebknecht se negaron a escapar de Berlín. Sentían que su deber era permanecer con los obreros. Fue una decisión errónea. Luxemburg, el 25 de diciembre, escribió a Clara Zetkin que había recibido “alerta inmediata” de fuentes oficiales “que los asesinos nos están buscando a Karl y a mi, y no podemos dormir en nuestros hogares” (citado in Nettl, p. 475)

Después de las Jornadas de Julio en Rusia, los bolcheviques estuvieron en una situación similar: el partido fue ilegalizado y se emitieron órdenes de arresto contra varios de los líderes del partido. Lenin quería aparecer ante el tribunal para defender la posición política de los bolcheviques. Pero sus camaradas los persuadieron de que debía esconderse en Finlandia. No se trataba de cobardía: era una necesidad práctica. 

La presencia de un partido revolucionario es crucial en una situación revolucionaria y que dentro del mismo, la dirección del partido es vital. Los principales dirigentes revolucionarios juegan un papel decisivo, cuando las masas necesitan de su dirección para la revolución, así su preservación física decidirá si la revolución triunfa o pierde. Lenin fue un elemento crucial en el éxito de la revolución rusa. En Octubre, cuando los Bolcheviques deliberaban si empezaban el levantamiento, todavía había resistencia en la dirección del partido. Fue Lenin quien, con su autoridad organizativa y política dentro del partido, superó esta debilidad. Esta autoridad no era el tipo de autoridad que se ve en un ejército, sino una autoridad construida a través de la práctica, de décadas en la cuales las ideas y análisis de Lenin fueron puestos a prueba. Luxemburg era la autoridad política más alta del nuevo Partido Comunista Alemán y tal vez la única que podría haber superado las tendencias ultraizquierdistas en su seno.

El 15 de enero 1919, Rosa Luxemburg y su coideario Karl Liebknecht fueron asesinados en Berlín por los soldados que reprimieron el levantamiento. Sus cuerpos son arrojados a un canal. 

Los principales dirigentes de la revolución alemana fueron asesinados a sangre fría. La contrarrevolución había cortado la cabeza del movimiento revolucionario. El gobierno inició una campaña terrorista, donde muchos dirigentes del movimiento obrero fueron arrestados y asesinados. Las manifestaciones y levantamientos fueron aplastadas con brutalidad. Miles de trabajadores fueron asesinados en enfrentamientos con el ejército y el Freikorps (unidad paramilitar protofascista, formada por exoficiales del Kaiser), bajo la dirección del SPD.

El último llamamiento escrito por Rosa será profético:

"¡El orden reina en Berlín!’
¡esbirros estúpidos! Vuestro orden está edificado sobre arena. 

Mañana la revolución ‘se levantará de nuevo con estruendo’ y proclamará, para terror vuestro, entre sonido de trompetas:
‘¡Fui, soy, seré!’” 

(El orden reina en Berlín, Escritos Políticos)

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