Independientemente de las causas de la desaparición de la URSS, fuerzas hostiles en el interior del país que luchaban contra el Socialismo desde principios de los años 60 y que fomentaron la creación de una burguesía instalada en el PCUS, en las fábricas, creando el llamado "mercado paralelo"; contrastaba con que la gran mayoría de los habitantes de la Unión Soviética aún descontentos con la situación del país, defendían sus avances sociales y rumbo socialista, pero el imperialismo no toleraba que el sistema social socialista soviético siguiera siendo imitado en muchos países, querían destruírlo, tenía que realizar un golpe de estado "suave" desde dentro, y eligieron al gobernante más ambicioso y sobornable: Mijaíl Gorbachov.
Por Arthur González, Blog El Heraldo Cubano.
En el año 2000 Mijaíl Gorbachov confesó durante un discurso en la universidad norteamericana de Turquía:
“El objetivo de mi vida fue la aniquilación del comunismo…mi
esposa me apoyó plenamente y lo entendió incluso antes que yo para
lograrlo logré encontrar compañeros de lucha, entre ellos A.N. Yakovlev y
E. A. Shevardnadze”.
Recientemente la CIA desclasificó algunos documentos donde se afirma que “el magnate financiero George Soros y la CIA, ayudaron a Gorbachov a proporcionar la posterior disolución de la URSS”.
Sobre ellos el analista y ex empleado de la NSA, Agencia de Seguridad
Nacional, Wayne Madsen, afirmó que el multimillonario George Soros,
proporcionó en 1987 cobertura económica al gobierno de Mijaíl Gorbachov,
a través de una ONG de la CIA conocida como el Instituto de Estudios de
Seguridad Este-Oeste, IEWSS, por sus siglas en inglés.
La información expone que Soros y la CIA promovieron la difusión de
dos términos orquestados desde Occidente en aquellos años, la
“perestroika” (apertura) y la “glásnost” (transparencia) para que ambas
sirvieran como ente desestabilizador en acelerar la desaparición de la
URSS.
Esos documentos de la CIA prueban que lo sucedido no fue producto de un acto “espontáneo y democratizador” de Gorbachov, debido a que el sistema socialista estaba “agotado y quebrantado”, como quieren hacerle creer al mundo.
En Turquía el propio Gorbachov afirmó:
“Para lograrlo aproveché mi posición en el Partido y en el país,
tuve que sustituir a toda la dirección del PCUS y de la URSS, así como a
la dirección de todos los países socialistas de Europa”.
La verdad es que fue la CIA con el dinero de la Organización Soros,
quien diseñó y ejecutó esa gran operación, con todo el apoyo del
entonces líder soviético.
El ex analista Wayne Madsen asegura que el plan diseñado para
eliminar el bloque socialista de Europa oriental fue organizado por dos
copresidentes del IEWWS de Soros, Joseph Nye, economista de Harvard, y
Withney MacMillan, presidente del agro multinacional Cargill, quien
había mantenido relaciones comerciales con la Unión Soviética en los
años setenta del siglo XX.
No satisfechos con los resultados alcanzados, en 1991 la CIA y Soros
centraron sus esfuerzos en provocar un fuerte golpe en la nueva
Federación de Rusia, estimulando el separatismo en sus regiones con el
fin de debilitarla al máximo.
El informe de Nye y MacMillan augura el fin de la Unión Soviética y
los elementos del nuevo modelo para las futuras relaciones de Moscú con
Estados Unidos, para pasar a la era capitalista, y, según ellos, “cualquier
nueva evaluación de las relaciones de Occidente con una Unión Soviética
aperturista, tiene que partir de una posición de fuerza en vez de un
equilibrio de poder”.
El informe del IEWWS fechado en 1987, y su aplicación práctica, fue una forma incruenta de ir despedazando a la URSS por etapas.
En dicho documento se exhorta a Occidente a tomar ventajas respecto
de la agonizante Unión Soviética, en el nuevo mapa geopolítico que se
avecinaba, en particular en el Tercer Mundo, un área que hasta entonces
había sido de influencia soviética.
Madsen apunta que Soros y sus aliadas organizaciones de “derechos humanos”,
trabajaron activamente para destruir la Federación de Rusia, apoyaron
los movimientos independentistas en Kuzbass (Siberia), a través de los
derechistas alemanes que buscaban restaurar Konigsberg y Prusia
Oriental, y estos financiaron a nacionalistas lituanos y de otras
repúblicas autónomas y regiones como Tatarstán, Osetia del Norte,
Ingushetia, Chechenia, entre otras, con el propósito de estimular el
separatismo en las llamadas Repúblicas Autónomas Socialistas Soviéticas.
La actividad injerencista de Soros contra Rusia no se ha detenido, se
ha incrementado provocativamente a través de sus bases operativas
repartidas en los territorios aledaños, en particular Ucrania, Estonia,
Letonia, Lituania, Finlandia, Suecia, Moldavia, Georgia, Azerbaiyán,
Turquía, Rumania, Mongolia, Kirguistán, Kazajstán, Tayikistán y
Uzbekistán, unido a grupos de corte terroristas en coalición con
fascistas ucranianos y neonazis moldavos sionistas.
Recientemente, el presidente ruso Vladimir Putin expulsó a varias organizaciones de Soros como, la Fundación Open Society Foundation y
otras ONG de la CIA que operaban en similares circunstancias en
territorio ruso, incluidas la NED (Fundación Nacional para la
Democracia), el Instituto Republicano Internacional, la Fundación
MacArthur y la Freedom House, considerándolas como indeseables y una
amenaza para la seguridad del Estado ruso.
No por gusto Mijaíl Gorbachov fue premiado con el Nobel de la Paz,
pues siguió diligentemente las orientaciones de la CIA y de George
Soros.
La CIA no descansa y pretende eliminar todo vestigio de socialismo en
la tierra, por eso sus planes contra Cuba y ahora en Venezuela, donde
nada es casual ni por obra y gracias del espíritu santo, pero como dijo
San Juan: 8-32, “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
Por eso cada día el mundo comprueba de lo que son capaces los yanquis
para lograr sus intereses hegemónicos y las mentiras que tejen, creando
patrones preconcebidos entre las grandes masas mediante sus campañas de
prensa; de ahí que sabiamente José Martí afirmara:
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