Intervención del General de Ejército Raúl Castro Ruz,
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de
Cuba, en la inauguración de la VIIª Cumbre de la Asociación de Estados
del Caribe.
Foto Héctor Planes
Distinguidos Jefes de Estado y de Gobierno:
Estimado Embajador Alfonso Múnera Cavadía, Secretario General de la Asociación de Estados del Caribe:
Estimados delegados e invitados:
Por séptima ocasión nos reunimos los jefes de Estado y de Gobierno y
otros altos representantes de los Estados y territorios agrupados en la
Asociación de Estados del Caribe. Esta vez para sostener un amplio
intercambio sobre el tema “Unidos para enfrentar los retos del
desarrollo sostenible, el cambio climático y la paz en el Caribe” .
Nuestras deliberaciones se encaminarán también a fortalecer la
organización sobre la base de sus principios fundacionales, como
organismo de consulta, concertación y cooperación.
Damos la bienvenida a la colectividad francesa de ultramar de San
Martín, nuevo Miembro Asociado, y saludamos la adhesión como
Observadores del Estado Plurinacional de Bolivia, la República de
Kazajstán, la República Oriental del Uruguay y la Alianza Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), al igual que la
presencia de representantes de otras naciones y organizaciones
Observadoras.
Aspiramos a contar algún día con la adhesión de todos los territorios
caribeños, incluida la hermana isla de Puerto Rico como nación
independiente y soberana.
Cuando en julio de 1994 se reunieron en la ciudad de Cartagena de
Indias los Jefes de Estado y de Gobierno de las 25 naciones
independientes, junto a delegados de otros territorios caribeños,
acogiendo la iniciativa histórica de CARICOM de crear la Asociación de
Estados del Caribe, lo hicieron con el propósito de unirnos en defensa
de nuestra identidad, acervo cultural e intereses comunes, fortalecer la
concertación política y la cooperación, e impulsar el desarrollo
sostenible y la integración de nuestros pueblos.
La declaración programática de nuestra Primera Cumbre en Trinidad y
Tobago estableció el Turismo, el Transporte y el Comercio como áreas
estratégicas, a las que posteriormente se añadió la cooperación para
enfrentar los desastres naturales. En la Declaración de la sexta Cumbre
celebrada en abril de 2014 en Mérida, México, con motivo del veinte
Aniversario de la AEC, y en la evaluación del Plan de Acción de Petion
Ville, adoptado en la quinta Cumbre realizada un año antes en esa ciudad
de la República de Haití, se reafirmó que existen indudables logros,
pero también enormes retos por vencer.
Los problemas de conectividad aérea y marítima, sus altos costos y
las dificultades económicas —en gran medida como resultado de los
efectos de la crisis global— obstaculizan el comercio y las inversiones
entre nuestros países, por lo que nos urge encontrar soluciones
novedosas, factibles y convenientes para todos, con el trato especial y
diferenciado que requieren los pequeños estados.
El desarrollo del turismo multidestino, la diversificación de los
mercados, el ascenso en términos de calidad y variedad de los servicios
turísticos, así como la formación de personal calificado, constituyen
también áreas prioritarias.
Aprovecho la ocasión para subrayar que Cuba está especialmente
interesada en ampliar y fortalecer la cooperación turística con nuestros
hermanos caribeños.
Por otro lado, los fenómenos asociados al cambio climático, como la
elevación del nivel del mar, que amenaza la existencia de las pequeñas
islas; los huracanes, cada vez más frecuentes y poderosos; las lluvias
intensas; la erosión costera y las extensas sequías, causan grandes
daños humanos y económicos. Por ello el desarrollo de la cooperación
para la reducción del riesgo de desastres y la mitigación de sus
efectos, constituye un imperativo inaplazable para nuestros gobiernos y
debe ocupar un lugar central en el plan de acción para el futuro
inmediato.
El marco acordado en la Cumbre de París sobre Cambio Climático es un
importante punto de partida, pero debemos continuar trabajando para
lograr que se cumpla y ampliar su alcance, siempre sobre la base de las
responsabilidades comunes pero diferenciadas y del reconocimiento de las
vulnerabilidades de los países menos desarrollados, especialmente de
los pequeños estados insulares.
Defendemos el principio de que deben modificarse los irracionales
patrones de producción y consumo e insistimos en que se requiere la
voluntad política de las naciones industrializadas, para reducir la
emisión de gases de efecto invernadero y establecer compromisos serios
de financiamiento y transferencia de tecnología.
Otro asunto que requiere atención prioritaria es el relacionado con
la soberanía sobre nuestros recursos naturales, que constituyen garantía
para el futuro y fuente de riqueza para los pueblos. Permitir su
explotación desmedida por intereses foráneos y con márgenes irrisorios
de beneficio para nuestras naciones equivale a hipotecar el desarrollo y
acrecentar la dependencia.
En los últimos años la Asociación de Estados del Caribe ha
concentrado sus principales esfuerzos en impulsar la cooperación en las
áreas estratégicas antes mencionadas, lo que es positivo y debemos
continuar desarrollando, sin perder de vista que las circunstancias
actuales nos plantean serios desafíos que también es preciso enfrentar
unidos.
Foto Héctor Planes
No podemos permanecer indiferentes ante las turbulencias que tienen
lugar en América Latina y el Caribe, como consecuencia de la
contraofensiva imperialista y oligárquica contra los gobiernos populares
y progresistas surgidos tras el fracaso de la ola neoliberal, lo que
constituye una amenaza a la paz, la estabilidad, la unidad y la
imprescindible integración regional.
La situación requiere fortalecer la consulta y la concertación, en
aplicación de los postulados de la Proclama de América Latina y el
Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y de Gobierno
en la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC), celebrada en La Habana en enero de 2014. Habrá
también que demandar de otros el respeto a esos principios en sus
relaciones con nuestros países.
Los compromisos de los Estados de la región de no intervenir, directa
o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y
observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y
la libre determinación de los pueblos; de fomentar las relaciones de
amistad y de cooperación entre sí y con otras naciones; de practicar la
tolerancia y convivir en paz, así como respetar plenamente el derecho
inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico,
social y cultural, constituyen condiciones insoslayables para la paz, la
concordia, el desarrollo y la integración de nuestros países.
Ratifico nuestra más firme e incondicional solidaridad con el hermano
pueblo venezolano, con el gobierno legítimo del Presidente Nicolás
Maduro Moros y con la Revolución Bolivariana iniciada por el Comandante
Hugo Chávez Frías, que enfrentan con firmeza la embestida
desestabilizadora y la guerra económica y mediática de quienes pretenden
barrer las conquistas políticas, sociales y económicas que han
beneficiado a millones de ciudadanos que durante siglos vivieron en
condiciones de pobreza, injusticia y desigualdad.
Es motivo de profunda preocupación el inaceptable intento del
Secretario General de la Organización de Estados Americanos de aplicar
la llamada Carta Democrática Interamericana para intervenir en los
asuntos internos de Venezuela. La Declaración de nuestro Ministerio de
Relaciones Exteriores explica la posición de Cuba y me exonera de entrar
en detalles.
Solo reitero nuestra opinión de que la OEA, desde su fundación fue,
es y será, un instrumento de dominación imperialista y que ninguna
reforma podrá cambiar su naturaleza ni su historia. Por eso, Cuba jamás
regresara a la OEA.
También expresamos nuestra solidaridad con el pueblo brasileño y la
presidenta constitucional Dilma Rousseff, que enfrenta valientemente el
golpe de estado parlamentario promovido por la derecha oligárquica y
neoliberal, para revertir las conquistas sociales alcanzadas durante los
gobiernos del Partido de los Trabajadores.
Ratifico nuestra satisfacción por los avances logrados en el proceso
de paz en Colombia y reitero que mantendremos los esfuerzos para
contribuir a lograr la firma de un acuerdo que ponga fin definitivamente
al conflicto armado en esa hermana nación.
Para preservar la convivencia pacífica y la estabilidad es
imprescindible evitar la exacerbación de los diferendos territoriales
heredados de la época colonial, que deben ser resueltos mediante el
diálogo y la negociación, con clara conciencia de la responsabilidad
histórica que tenemos con nuestros pueblos por el futuro de paz,
justicia, equidad y desarrollo sostenible al que todos aspiramos.
Esta conferencia es ocasión propicia para refrendar la firme voluntad
de continuar cooperando y compartiendo nuestros modestos logros con los
hermanos caribeños, a pesar de las dificultades económicas que
enfrentamos.
Consideramos igualmente ineludible el compromiso de apoyar la
reconstrucción y el desarrollo de la hermana República de Haití, cuna de
la primera revolución independentista y antiesclavista en Nuestra
América.
Ratifico el respaldo al legítimo reclamo de los países de la
Comunidad del Caribe de recibir compensación por los horrores de la
esclavitud y la trata de esclavos.
De igual manera, reafirmo nuestro invariable apoyo al derecho de los
estados pequeños y vulnerables a recibir un trato especial y
diferenciado en el acceso al comercio y las inversiones, y a su justa
demanda de recibir cooperación de acuerdo con sus necesidades reales y
no sobre la base de indicadores de ingreso per cápita que los clasifican
como países de renta media y, por tanto, les impiden el acceso a
recursos financieros indispensables.
Nunca olvidaremos que al constituirse la Asociación de estados del
Caribe, en julio de 1994, los hermanos caribeños defendieron nuestra
pertenencia a esta entrañable familia cuando Cuba atravesaba por una
situación muy difícil: la economía había caído un 35 por ciento debido a
la pérdida abrupta de sus principales mercados, provocada por la
desaparición del campo socialista europeo, y crecían las presiones
imperiales para bloquear y destruir la Revolución.
Tampoco olvidaremos el permanente respaldo que todos los gobiernos
aquí representados han dado a nuestra justa demanda de que se ponga fin
al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados
Unidos contra Cuba, que se mantiene vigente, a pesar de haber sido
rechazado en 24 ocasiones en la Asamblea General de las Naciones Unidas y
en otros importantes foros, como la Cumbre de las Américas celebrada el
pasado año en Panamá, y de las medidas positivas, pero insuficientes,
adoptadas por el gobierno norteamericano.
Agradecemos también el apoyo expresado en la cuarta Cumbre de la
CELAC al reclamo de devolución del territorio cubano ilegalmente ocupado
por la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo, en contra de la
voluntad de nuestro pueblo y gobierno.
Antes de concluir deseo rendir tributo a la memoria del Profesor
Norman Girvan (nórman guírvan), destacado intelectual jamaicano,
incansable luchador por el progreso del Caribe y la integración regional
y gran amigo de Cuba, quien fuera Secretario General de nuestra
Asociación.
También debemos reconocer la destacada labor realizada por el
Embajador Alfonso Múnera Cavadía en estos cuatro años como Secretario
General de la Asociación de Estados del Caribe y expresar nuestra
satisfacción por la elección de la Embajadora de Santa Lucía June Soomer
(yun súmer), primera mujer que asumirá esa responsabilidad, a quien
deseamos los mayores éxitos.
Sin más, declaro inaugurada la séptima Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe.
Notas:
- Presidente de Venezuela: Nicolás Maduro
- Presidente de Guatemala: Jimmy Morales
- Presidente de Panamá: Juan Carlos Valera Rodríguez
- Presidente de la República de Costa Rica: Luis Guillermo Solís Rivera
- Presidente de Honduras: Juan Orlando Hernández Alvarado
- Presidente de República Dominicana: Danilo Medina Sánchez
- Presidente de Surinam, Desiré Delano Bouterse
- Vicepresidente de Nicaragua: Moisés Omar Halleslevens Acevedo
- Primer Ministro Trinidad y Tobago: Keith Rowley
- Primer Ministro de Aruba: Michel Godfried Eman
- Primer Ministro de Saint Kitts y Nevis, Timothy Harris
- Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas: Ralph Everald Gonsalves
- Primer Ministro de Jamaica, Andrew Michael Holness
- Presidente de Guyana, Andrew Michael Holness
- Primer Ministro de Granada, Keith Claudius Mitchell
- Presidente del Consejo Regional de Martinica, Alfred Marie-Jeanne
- Primer Ministro de Curazao, Bernard D. Whiteman
- Presidente Provisional de la República de Haití: Jocelerme Privert
- Primer Ministro y Ministro de Asuntos Generales de los Países Bajos: Mark Rutte
- Presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén
- Primer Ministro y Ministro de Finanzas de Antigua y Barbuda: Gaston Alphonso Brown
- Primer Ministro de San Cristobal y Nieves, Timothy Harris
- Fiscal General de Jamaica: Marlene Malhoo Forte
- Viceprimer ministro de Belice, Margarito Gaspar Vega
- Secretario General de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), Alfonso Múnera Cavadía
- Vicepresidenta del Consejo Regional de Guadalupe: Marie-Luce Penchard
- Presidenta de la colectividad de ultramar de Saint Martin: Aline Hanson
- Canciller de Barbados, Maxine McClean
- Canciller de México, Claudia Ruiz
- Canciller de Colombia, María Ángela Holguín
- Embajador en Cuba de la Mancomunidad de Dominica, Charles Corbett.
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