Por Alejandro Torres Rivera
Nos
dice el general Vo
Nguyen Giap, en su libro Armar las masas
revolucionarias, Construir el Ejército Popular (1972),
lo siguiente:
“A diferencia de muchos países occidentales, cuya formación está
ligada a la desintegración del régimen feudal y la aparición del
capitalismo, nuestra nación se formó y desarrolló a partir de
antiguas luchas contra las agresiones y la dominación de los señores
feudales extranjeros. Fueron muchas las sublevaciones nacionales y
las guerras nacionales que estallaron sucesivamente en el transcurso
de muchos siglos de nuestra historia.
Vietnam es una de la cunas de la humanidad. Desde que los reyes Hung
fundaron el país de Van Lang, y a través de milenios anteriores a
la era cristiana, las tribus pertenecientes al grupo étnico viet, en
su lucha para sobrevivir y desarrollarse, fueron creando factores
bastante sólidos que determinarían la constitución de la nación:
vivieron generación tras generación en un mismo territorio,
empleaban una lengua propia, crearon una economía y un régimen
político-social que alcanzaron cierto grado de desarrollo,
edificaron una cultura y una tradición moral que les eran propias.
Todo esto hizo que en nuestro pueblo surgieran muy pronto, con una
vitalidad muy fuerte, los sentimientos nacionales, el espíritu de
soberanía...”
Desde
entonces, la historia de este pueblo del sudeste de Asia, ha sido por
siglos la historia de un pueblo en lucha por su independencia y
liberación nacional.
El
2 de julio de 1976 fue reunificado Vietnam bajo el nombre de la
República Socialista de Vietnam (Công Hoa Xa Hoi Chu Nghia Viêt Nam). Previamente, el 2 de septiembre de
1945 el pueblo vietnamita había proclamado su independencia de
Francia, de la cual fue colonia desde el Siglo XIX. Durante la
Segunda Guerra Mundial, Japón ocupó Vietnam, aunque respetó el
dominio francés sobre el territorio por ser el gobierno del Mariscal
Vichy, el gobierno colaboracionista instaurado en Francia como aliado
fascista de Alemania, Italia y Japón. A la caída del gobierno de
Vichy en Francia, producto de la liberación del país por parte de
las fuerzas aliadas en 1944, Japón asume el control del territorio
hasta el fin de la Guerra en 1945 cuando se rinde a las fuerzas
aliadas en el Océano Pacífico.
Tras el triunfo de las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial,
Francia intenta retomar el control de Vietnam desatándose bajo la
dirección de las fuerzas guerrilleras dirigidas por el Partido del
Trabajo, la guerra de independencia. No fue sino hasta la batalla de
Bien Diem Phu en 1954, cuando al mando del general Vo Nguyen Giap,
combatientes vietnamitas derrotan las tropas francesas. Expulsados
los franceses resultado de los Acuerdos de Ginebra, el país se
dividió, como había ocurrido antes en Corea, en dos Estados: la
República Democrática de Vietnam (conocida también en occidente
como Vietnam del Norte) y Vietnam del Sur.
Luego de la retirada de las tropas francesas, Estados Unidos comenzó
su intervención gradual en Vietnam del Sur, a través del envío de
asesores militares provenientes de sus Fuerzas Especiales,
principalmente de Boinas Verdes. Este estamento militar fue formado
durante la Administración del Presidente Kennedy. A través de
éstos, Estados Unidos se dio a la tarea de preparar militarmente
cuadros y mandos militares en el ejército de Vietnam del Sur. El
propósito de esta estrategia fue enfrentar la lucha encabezada por
el Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur, el cual contaba
con el apoyo logístico de tropas regulares de la República
Democrática de Vietnam y de países como la República Popular China
y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
No obstante lo anterior, el involucramiento de lleno de Estados
Unidos en la guerra surgiría como resultado del llamado incidente
del Golfo de Tonkín, ocurrido el 2 de agosto de 1964. De acuerdo
con la versión oficial de Estados Unidos, se alegó que
encontrándose un destructor estadounidense recopilando información
de inteligencia en aguas internacionales, fue atacado por lanchas
torpederas provenientes de la República Democrática de Vietnam. De
acuerdo con la versión vietnamita, que eventualmente se consideró
como la correcta, el destructor de la Marina de Guerra de Estados
Unidos se encontraba en aguas territoriales de Vietnam. Ese día una
de las torpederas vietnamitas fue destruida por fuego proveniente del
destructor estadounidense. Más adelante, sumándose otro buque de la
armada estadounidense, el día 4 de agosto se produjo otro incidente
naval. En él dos torpederas vietnamitas fueron hundidas por los
buques de Estados Unidos. Este segundo incidente dio base a que el
día 5 de agosto, el presidente Lyndon B. Johnson, ordenara un amplio
ataque aéreo y naval contra la República Democrática de Vietnam.
El saldo del ataque fue de 8 barcos vietnamitas destruidos, otras 21
embarcaciones resultaron averiadas, destruyéndose, además, las
facilidades petroleras en Hon Gai. Por su parte Estados Unidos
sufrió, como resultado del fuego antiaéreo, la pérdida de 2
aviones de combate.
La
nueva realidad que enfrentó Estados Unidos en Vietnam fue pasar del
envío de asesores militares a un fuerte involucramiento gradual en
un conflicto que se extendió por casi dos décadas y llevó a la
presencia de más de medio millón de tropas de combate en dicho
país, hasta los Acuerdos de Paz negociados en París. Mediante éstos
se puso fin a la guerra. Cuando este evento ocurre en marzo de 1973,
aproximadamente 58 mil estadounidenses habían perdido su vida; 153
mil habían sido heridos; y cerca de 2 mil figuraban como
desaparecidos. En el caso de la República Democrática de Vietnam,
cerca de 4.1 millones de personas figuraban como muertos, heridos o
desaparecidos. Otros países que participaron del conflicto apoyando
la intervención de Estados Unidos, como Tailandia, República
Khemer, Laos, Australia, Corea del Sur, Filipinas, Nueva Zelanda, la
República Nacionalista de China y Vietnam del Sur, también
sufrieron bajas.
Tras
la salida de Estados Unidos de la guerra, la lucha entre el Frente de
Liberación Nacional de Vietnam (conocido también por Estados Unidos
como el Vietcong) y el gobierno de Vietnam del Sur continuó. Para
entonces, el Frente de Liberación Nacional de Vietnam había
incorporado a la lucha decenas de miles de combatientes adicionales,
pertrechados con el armamento abandonado por Estados Unidos tras su
salida apresurada del país, lo que reforzó su capacidad logística
para derrotar al gobierno de Vietnam del Sur. Tomaría aún largos y
cruentos meses para el triunfo definitivo en la guerra de liberación
nacional, el cual no llegó sino hasta los días 29 y 30 de abril de
1976 con la caída definitiva de Saigón (hoy Ciudad Ho Chi Minh),
capital de la antigua república de Vietnam del Sur.
En
los pasados días fuimos testigos a través de las imágenes
transmitidas mundialmente, de la conmemoración del 41 Aniversario
del fin de la Guerra de Vietnam. En el desfile cívico-militar
llevado a cabo, miles de vietnamitas, entre los cuales se encontraban
jóvenes que no vivieron los horrores de esta guerra, pero también
miles de ex combatientes de las fuerzas regulares de la entonces
República Democrática de Vietnam y del Frente de Liberación
Nacional de Vietnam del Sur, unificados hoy en la República
Socialista de Vietnam, rindieron homenaje no solo a la consolidación
de su independencia, sino también a aquellos hombres y mujeres
caídos en el esfuerzo por conquistar la misma para generaciones
futuras.
La
República Socialista de Vietnam, como se denomina hoy el país ya
unificado, es un Estado con una superficie territorial de 331,688
Kms. cuadrados. Formó parte de lo que en el período colonial con
Francia era conocido como Indochina, península a su vez compartida
con Laos y Camboya, hoy Kampuchea. En su frontera oeste, colinda con
sus vecinos Laos y Camboya, al norte con la República Popular China
y al este y sur con el Golfo de Tonkín y el Mar del Sur de China.
Vietnam cuenta con una población que sobrepasa los 92 millones de
habitantes. La mayoría de los vietnamitas no vivieron el período de
la guerra. Su edad promedio es de 54 años (87%), en un contexto en
el cual la media de edad oscila alrededor de 29 años.
Entre
las secuelas que dejó la guerra, además del alto costo en pérdidas
de vidas humanas, en la porción norte de su territorio fueron
destruidos, entre otros, el 70% de su infraestructura, miles de
escuelas, 15 centros universitarios y 10 hospitales. Mediante el uso
del Agente Naranja lanzado por aviones estadounidenses para desfoliar
sus arboledas, bosques y su territorio, miles de sus ciudadanos
perecieron o sufrieron las consecuencias de exposición química al
mismo; así como miles más aún hoy sufren las consecuencias en su
salud de los efectos causados por el Agente Naranja. La guerra
también provocó internamente un grave problema de refugiados que
alcanzó millones de personas las cuales fueron desplazadas de su
medio natural en aldeas y ciudades. Los daños económicos en este
país subdesarrollado fueron estimados en cientos de miles de
millones de dólares.
Durante
años, la Guerra de Vietnam representó un espectro dual: de un lado,
se convirtió en referente común para toda una generación de
jóvenes, que movilizados en contra de la guerra, representaron el
surgimiento de un amplio movimiento antibélico, por la paz y la
solidaridad de los pueblos. De otro lado, la Guerra de Vietnam
representó también la radicalización política e ideológica de
millones de jóvenes a escala global que se sumaron en luchas a lo
largo del mundo en contra del imperialismo estadounidense y en la
lucha por el socialismo en sus respectivos países.
En
el caso particular de Puerto Rico, la resistencia al Servicio Militar
Obligatorio, la negativa de cientos de jóvenes a participar como
soldados en la guerra contra el pueblo vietnamita y el
fortalecimiento del sentimiento anti imperialista, forjó el espíritu
de lucha de quienes afirmaban el derecho de nuestro pueblo a su libre
determinación e independencia. La lucha del pueblo vietnamita fue
fuente de inspiración para el desarrollo de nuestra resistencia como
pueblo.
Poco
más de cuatro décadas han transcurrido desde aquellas escenas que
observáramos por televisión en 1975, mientras antiguos adeptos al
régimen fascista en Vietnam del Sur irrumpían en el patio de la
Embajada de Estados Unidos en Saigón. Allí procuraban ser llevados
fuera del país por sus antiguos amos, los militares estadounidenses.
Escenas como aquellas en la cual se agrupaban los últimos en
procurar salir del país desde la azotea del edificio mientras los
tanques vietnamitas irrumpían en los alrededores de lo que había
sido hasta entonces la fortaleza del poder militar estadounidense en
el país, son aún difíciles de olvidar.
Fue
la fortaleza del pueblo vietnamita y su voluntad de luchar por su
independencia y soberanía a cualquier precio, el combustible con el
cual se movió la rueda del coloniaje y del capitalismo imperial en
Vietnam hacia la construcción, tras la reunificación total del
país, de lo que es hoy un socialismo con característica propias.
De
la misma forma que Vietnam resistió y luchó contra la intervención
extranjera en su territorio a lo largo de la lucha contra los
japoneses, franceses y estadounidenses, Vietnam también fue
solidario con otros pueblos, como cuando dio el paso al frente en
1978 para apoyar la lucha del pueblo camboyano para lograr la
expulsión del régimen impuesto en dicho país por los Kremeres Rojos.
Esa misma firmeza de propósitos la vimos cuando sus milicias
irregulares repelieron un ataque por parte del Ejército Popular de
China en su frontera norte. En la zona aún se mantiene una disputa
territorial por la soberanía de las Islas Paracel y Spratly
localizadas en el Mar de China Meridional
En
el año 1986, bajo la dirección del Partido Comunista de Vietnam
(antes Partido del Trabajo), el país inició cambios y ajustes en su
modelo económico dirigidos a alcanzar un más rápido crecimiento en
su economía, en su producción agraria e industrial. Para ello, el
Partido Comunista introdujo ciertas medidas de corte capitalista
denominadas ¨Doi Moi¨ (Renovación), las cuales se asemejan a los
cambios también operados en la economía de la República Popular
China tras el regreso a la conducción del Partido y el Estado de
Deng Ziao Ping, que incluyeron modelos de desarrollo en propiedad
privada en el campo y las ciudades. A pesar de las reformas
introducidas, el carácter socialista de su economía sigue siendo
una esencialmente planificada, con ajustes a planes de desarrollo
aprobados por el Partido y el Estado; y no una economía en la cual
las leyes de desarrollo económico dependan de la oferta y la
demanda.
Hace
ya varias décadas, cuando conmemoramos el fin de la Guerra de
Vietnam, quienes entonces éramos estudiantes universitarios.
elevamos a nivel de consigna ¨¡Si Vietnam venció, Puerto Rico
también vencerá!¨. Muchas cosas han ocurrido desde entonces. La
colonia, entonces sólo denunciada por sectores políticos
favorecedores de la independencia, es hoy desnudada por la mayoría
de los puertorriqueños y puertorriqueñas. De esta manera, el
rechazo a las relaciones coloniales y territoriales entre Puerto Rico
y Estados Unidos se torna, no en un llamado a la acción futura, sino
en una necesidad imperiosa del presente.
Ante la quiebra de la colonia y ante la amenaza de implantación de
una Junta de Control Fiscal por parte de Estados Unidos sobre Puerto
Rico, se impone la urgencia de sumar los esfuerzos de todo nuestro
pueblo a favor de la descolonización. En ello, el ejemplo de la
persistencia del pueblo vietnamita por su independencia nacional y su
soberanía será siempre un referente a seguir.
¡Gloria al pueblo
vietnamita y al su ejemplo legado para generaciones futuras!
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