Sábado,
29 de junio, a las 19,30 horas, dentro del ciclo de "Obras Maestras del Cine Soviético", se proyectará la película "Alexander Nevski", de Serguéi Mijáilovich Eisenstein.
Tras su visionado realizaremos un posterior debate, muy bien recibido, con abundantes anotaciones como ha sido norma en todas las películas emitidas del ciclo. Será pues este sábado en el Ateneo de Madrid (Calle del Prado 21), con la colaboración de la AAHS.
Por varias razones creemos que es una película esencial en la historia del cine mundial.
No solamente por el tratamiento de los personajes, cercanos al pueblo, sino por el montaje modélico acompañado por la música de Serguei Prokoviev.
Es quizá la primera obra maestra que ahonda en la denuncia del inminente fascismo, y sus consecuencias para los pueblos.
Es además antecedente de la posterior película de Chaplin "El gran dictador".
Nuestro ciclo continuará el sábado siguiente con la proyección de "Dersu Uzalá". Ya en Septiembre continuaremos con "La huelga".
Esperamos tu asistencia y colaboración
Asociación de Amistad Hispano Soviética
Subimos la ponencia que expusimos en el debate:
Análisis de la película, Alexandr Nevski.
Por Nestor Guadaño.
Subimos la ponencia que expusimos en el debate:
Análisis de la película, Alexandr Nevski.
Por Nestor Guadaño.
Fue
realizada en 1938 por Serguéi Einsestein junto con Dimitri Vasiliev. El guión
era de Piotr Pavlenko.
El
personaje de Alexandr, lo interpreta uno de los mejores actores soviéticos de
los años 30 y 40, Nikolai Cherkasov.
Recibió
innumerables premios, entre ellos el Premio Lenin a la mejor película (1939) y
el Premio Stalin al director y a los actores N. Cherkasov y A. Abrikosov (1941).
La
banda sonora fue compuesta por Serguéi
Prokófiev. Se
interpreta a menudo en las salas de conciertos la adaptación que hizo el propio
compositor con el título de Cantata
Alejandro Nevski
op. 78.
Sinopsis
Las
primeras imágenes de la película son absolutamente ejemplares, una concrección nitida excelsa:
cuatro tomas con imágenes de esqueletos humanos y de animales sobre un campo de
batalla, que van del plano general hasta un plano corto con calaveras blanquedadas entre la hierba, un casco y una flecha (destacadas del resto), para finalizar con un plano de extenso de la pradera: la tierra rusa mancillada por los invasores.
Una
estudiadísima puesta en escena en la que cada plano opera dinámicamente con el
plano anterior, obteniendo a través de su interacción (su
"yuxtaposición") una "emoción surgida dinámicamente". Esta
técnica, que en sus célebres títulos mudos fue llevada hasta sus últimas
consecuencias (llegando para muchos a anteponer los aspectos formales por
encima de los temáticos), se ve sensiblemente alterada con la llegada del
sonoro, lo que lleva a Eisenstein (minucioso teórico del lenguaje
cinematográfico) a una profunda revisión de los principales preceptos de sus
teorías artísticas, a fin de adaptarlas a las nuevas posibilidades del
cine.
Lo que nos
encanta de la película
Rodada
10 años después de su última gran película muda (Octubre, 1928), Alexandr
Nevski es el primer trabajo de Eisenstein en el cine sonoro y
supone una "naturalización" del estilo del cineasta sin por ello
abandonar una metodología de trabajo.
Alexandr Nevski narra
la épica batalla del lago de Hudskoye, en 1242, en la que el príncipe Alexandr,
al mando del ejército de Novgorod (formado básicamente por gente del pueblo)
derrotó a las tropas teutónicas que pretendían conquistar la ciudad.
Lo
que hace de Alexandr
Nevski una obra única, es la unión de un mensaje nítido cultural
antifascista con la potencia de sus imágenes y su extraordinaria puesta
en escena.
Es
difícil expresar con palabras la potencia simbólica de estas imágenes. Baste
decir que con total economía de recursos y un absoluto dominio de la
composición, Eisenstein obra el milagro de hacer 'sentir' al espectador, en
solo cinco planos, las consecuencias de la guerra y la incertidumbre ante la
posibilidad de una nueva contienda.
Tras
este excepcional inicio, Eisenstein nos presenta al príncipe Alexandr como un
sencillo pescador, identificando al héroe como un "hombre del
pueblo". Esta idea de 'líder del pueblo' es importante, por cuanto en la
siguiente escena Eisenstein nos muestra la ciudad de Novgorod sometida a los
intereses de la élite política rusa, partidaria de pactar con el enemigo
mediante concesiones económicas. Actitud que choca directamente con la voluntad
del pueblo, dispuesto a defender la nación ante el invasor y que reclama la necesidad
de "grandes hombres" que lideren la resistencia.
Apoyado
en la espléndida partitura que Prokofiev compuso para la película, el director
plantea una puesta en escena que dialoga literalmente con la banda sonora,
adecuándose al ritmo de la música unas veces y marcándolo mediante el montaje
en otras, tal como explica el mismo Eisenstein.
Una
emoción que hace de esta secuencia una de las más sublimes escenas bélicas
jamás filmadas, cuya influencia se puede percibir en posteriores obras tan
dispares como Espartaco
(Stanley Kubrick, 1960), El imperio contraataca (Richard
Marquand, 1980) o Enrique
V (Kenneth Branagh, 1989), aunque ninguna de ellas alcanzara ni
mucho menos la excelencia que el maestro Eisenstein imprimió a sus imágenes.
Contexto de la
época
En
aquellos años, la amenaza del fascismo era muy peligrosa para la creación y el
arte. Eisenstein lo sintió profundamente al hablar y trabajar con eminentes
autores que tuvieron que exiliarse de Alemania como Bertold Brecht.
En
los diez años que mediaron entre el cine mudo y el cine sonoro, Serguei fue
estudiando e investigando las técnicas más precisas para que la palabra no
disminuyese la fuerza de las imágenes. Así realizó una extensa gira por Europa,
EEUU y México. Reconocido por los cineastas de cada país, comprendió que por
los temas y la forma de realizar las películas, no podría armonizar su lenguaje
de acuerdo con las imposiciones de las compañías productoras, que recreaban
temas convencionales de asesinatos y violencia, con comedias vanales de celos y
odios, para él sin sentido.
Contratado
por la Paramunt, de hecho no fue aprobado ninguno de sus guiones, (Sutter's Gold y An
American Tragedy) por “ser guiones demasiado
izquierdistas”. Su estancia fue criticada en los diarios por el Comité Fish, antecesor del Comité
de Actividades Antiamericanas,
llamándole “Eisenstein ese perro rojo”. Tras estar dos años en México volvió a
la URSS, profundamente decepcionado por el sistema monopolista de los
productores norteamericanos que imponían la ganancia sobre la creación
cinematográfica.
Observó
en los EEUU una línea conservadora negacionista de la realidad, en una época de
profunda depresión de los trabajadores, y la ostentosa exhibición de los ricos,
y su cultura del engaño fastuoso con producciones que ensalzaba a la clase
adinerada.
Se
hizo amigo de Charles Chaplin y Paul Roberson. Esta amistad les granjeó a ellos
dos en 1948 ataques del Comité de Actividades antiamericanas por la influencia
de Eisenstein en sus ideas.
De
hecho la película Alexandr Nevski es una sucesión de marcadas resonancias de la
actualidad: denuncia a la complicidad de los diletantes gobernantes que pactan
con los invasores (alegoría de los pactos de Occidente con la Alemania
Hitleriana en el Golpe de Estado militar en España), de la crueldad de los
teutónicos (alegoría de los campos de concentración y ejecuciones), del
enfrentamiento del ejército profesional teutónico con el Ejército del Pueblo
(alegoría del Ejército Nazi, contra el Ejército Rojo).
De
hecho es la más importante denuncia, como su monólogo final, al igual que como
antecedente de la película “El Gran Dictador” de Charles Chaplin contra el
fascismo, termina con estas palabras: “¡Ve y dile a todos en tierras extranjeras, que Rusia está viva! No
permitas que el miedo nos venga a visitar, pero si alguien viene con
una espada, ¡morirá por la espada! Su voz se elevará y se
levantará la tierra rusa!”.
La orden
soviética de Alexandr Nevski, establecida en 1942, muestra el
rostro no del mismo Alexandr Nevski, cuyos retratos en vida no existen, sino de
Nikolai Cherkasov, quien desempeñó el papel principal en esta película.
Hasta 1966 no fue exhibida en Alemania
Federal, por la censura como un ataque a la historia germana.
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