La mayoría de los Estados y de la población del planeta rechaza la
injerencia del gobierno estadounidense en Venezuela, secundada por sus
cómplices de la Unión Europea, con un destacado papel de España, y sus
lacayos de América Latina.
En 1989, esos mismos guardaron silencio
cómplice cuando su lacayo C. A. Pérez no dudó en asesinar a más de 300
manifestantes y hacer desaparecer a más de 3000 activistas en el
tristemente conocido “Caracazo”. En 2002, promovieron un golpe militar
frustrado (apoyado por Aznar). Ahora nombran a distancia como presidente
del país a un diputado autoproclamado como tal sin haberse presentado a
las últimas presidenciales y exigen la inmediata convocatoria de
elecciones (iniciativa de Pedro Sánchez) a un Estado que ha celebrado
más elecciones que ningún otro y de las pocas democracias que cuentan
con referéndum revocatorio.
En todas ellas, la oposición oligárquica y
vendepatria ha gozado de plenos derechos e igualdad, pero las ha perdido
(salvo en una ocasión). Y ésa es su desgracia que están dispuestos a
remediar, llegando incluso a la guerra civil y la invasión militar
extranjera. Es lo mismo que ya sufrió nuestro pueblo cuando la Alemania
nazi, la Italia fascista y las “democracias” de Gran Bretaña, Francia y
Estados Unidos ahogaron en sangre a la II República española y apoyaron
al régimen de terror franquista.
Ahora, no les gusta el gobierno bolivariano que han encabezado Hugo
Chávez y Nicolás Maduro porque está acabando con el saqueo del petróleo y
de otras riquezas perpetrado durante siglos por las potencias
extranjeras y la oligarquía doméstica servil. Con la recuperación de
estos recursos para el pueblo, ha podido reducir en veinte años la
pobreza a la mitad, suprimir el analfabetismo y mejorar la sanidad
pública, la enseñanza, la vivienda (2 millones en 7 años), etc., a
través de las numerosas misiones bolivarianas de las que nada informan
los medios.
Claro que estos progresos se han visto perjudicados por errores y
falta de experiencia de los nuevos gobernantes patrióticos, pero sobre
todo por la guerra económica desatada por los que quieren seguir
lucrándose del pueblo venezolano como antes: bloqueo yanqui,
acaparamiento especulativo de bienes de consumo, corrupción de
funcionarios, etc. Como consecuencia de ello, hay escasez de mercancías,
aumento de precios y emigración de una minoría importante de
venezolanos (empezando por los de clase media y alta que vivían de la
explotación extranjera de su país).
Todas las clases oprimidas a lo largo de la historia han tenido que
pagar, con estos sacrificios y otros mayores, el precio por su libertad.
A la Revolución Venezolana le toca ahora pasar las pruebas que ya
enfrentó la Revolución Soviética desde Octubre de 1917, con la ventaja
de que puede apoyarse en algunas potencias respetuosas como Rusia y
China, que lo son precisamente gracias a que siguieron el camino
iniciado por la Revolución de Octubre.
La vida ha mostrado y continuará mostrando que no existen terceras
vías (socialdemocracia, anarquismo, trotskismo, jruschovismo,
eurocomunismo, posmodernismo…) entre el capitalismo y el socialismo,
entre la dictadura de los explotadores y la dictadura de los explotados.
Los intereses de unos y otros no son conciliables. Sólo la victoria de
los explotados sobre los explotadores para sustituir el régimen de
explotación humana por un régimen de cooperación puede consolidar
definitivamente la libertad y la paz. Lo que sí puede haber son
diferentes formas transitorias.
Como explicó el dirigente de la Revolución Rusa, Lenin, “algunos de
los rasgos fundamentales de nuestra revolución tienen una significación
no solamente local, particularmente nacional, rusa, sino también
internacional. Y hablo de la significación internacional no en el
sentido amplio de la palabra: no son sólo algunos, sino todos los rasgos
fundamentales, y muchos secundarios, de nuestra revolución, los que
tienen una significación internacional, desde el punto de vista de la
influencia de dicha revolución sobre todos los países. No, hablo en el
sentido más estrecho de la palabra, es decir, entendiendo por
significación internacional su importancia internacional o la
inevitabilidad histórica de la repetición en escala internacional de lo
que ocurrió en nuestro país, y esta significación debe ser reconocida en
algunos de los rasgos fundamentales de nuestra revolución.
Naturalmente, sería un tremendo error exagerar esta verdad extendiéndola
más allá de algunos rasgos fundamentales de nuestra revolución.” (La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo, http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Lenin(SP)/LWC20s.html)
Cuanto antes comprendamos esto, más eficaz será la solidaridad con
Venezuela y con todos los pueblos que luchan por la libertad. El
reconocimiento por la ONU del derecho a la soberanía nacional es, por
cierto, una conquista de la URSS tras derrotar al nazifascismo. Pero, a
la larga, no será suficiente si no seguimos en todas partes el camino
revolucionario de la Unión Soviética, poniendo contra las cuerdas al
imperialismo injerencista en el mundo entero.
Para poder defenderse, Venezuela también tendrá que transformar su
actual economía atrasada y dependiente en una economía socialista
industrializada, pasando por los sacrificios necesarios. Y los
internacionalistas que vivimos en los Estados dominantes, a la vez que
unimos a las mayores masas posibles en la defensa de la soberanía de
Venezuela, debemos conocer y concienciarlas con la experiencia
revolucionaria de la URSS y del resto de países socialistas, sin ceder
ante las mentiras “antiestalinistas” que los explotadores vierten contra
ellos para desorientar y desmoralizar a los explotados.
Por esta profunda razón, os convocamos a colaborar con las tareas que
se esfuerza por cumplir la Asociación de Amistad Hispano-Soviética.
¡Viva el internacionalismo socialista y anti-imperialista!
1 comentario:
Totalmente de acuerdo con el análisis, pero sigo insistiendo en lo siguiente, y es el momento para empezar a hacer en Venezuela lo que volverían a hacer los bolchevíques.
Di contestación a un buen artículo al respecto contestando a un parrafo.
...¿puede haber socialismo sin expropiar a la buguesía los medios de producción?....
por supuesto que no,, el problema de Venezuela es que se rige por algo fantasmagórico llamado o mal llamado "Socialismo del siglo XXXI", tanto Maduro, como el gobierno, su partido, el PSUV, saben que en el planeta solamente existe y existirá un Socialismo, y este es el de Marx, Engel, Lenin, Stalin, Eenver Hoxha, principalmente, o sea, el socialismo científico que llevaron a la práctica los anteriormente mencionados.
Que es esto del Socialismo del siglo XXI?, ya lo estamos viendo en Venezuela, con este típo de socialismo es imposible hacer la revolución socialista de verdad. Cuando Hugo Chávez tomo el poder en su día antes tenía que haber preparado la autentica revolución socialista, concienciando al pueblo en su necesidad, la insurrección como primer paso, pasando por esa revolución, la creación de los soviets en fábricas, barrios, distritos, empresas, asociaiones, etc., un Ejército Popular del propio pueblo y la dictadura del proletariado, la nacionalización de las finanzas, las grandes superficies de alimentación, etc.
¿Porque los medios de producción, las finanzas, las medicinas, la alimentación está en manos de la burguesía? y no nacionalizado? porque si es un gobierno revolucionario no aplica esas nacionalizaciones? y expulsan y encarcelan a la burguesía que controla esto?. Porque hasta hace unos dias el gobierno de Maduro y este seguia comercializando con EE.UU.?. Porque el gobierno de Maduro y este seguía y sigue permitiendo que la derecha capitalista, la que controla la alimentación y las medicinas, la prensa, la radio, el que no haya nada en los supermercados y farmacias, sabiendo que la culpa provocada es de la derecha y no del gobierno ni de Maduro?, pero ante el pueblo y ante el mundo se dice que es el gobierno bolivariano el cumpable del hambre y no de los que lo provocan.
Esto, es el "Socialismo del Siglo XXI", el mal llamado socialismo que conduce a esto, la experiencia bolchevique es la única que sirve, y servirá de por siglos, lo que no sirve son caricaturas, si Venezuela cae, entonces será el exterminio global, ya estamos viendo la explotación sanguinaria de un capital moribundo pero todavía empalmado de sed de sangre para conseguir sus bocados muy ricos como los que hay en Venezuela, y despues? donde?. No cabe duda de que aparte de esto hay que defender a Venezuela y a su gobierno revolucionario, todos y todas en la trinchera defendiendo que Venezuela tiene que ser socialista, socialista, eso. socialista-comunista.
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