Por Resumen Latinoamericano y Cubadebate.
Cubadebate comparte con sus lectores otra entrevista poco conocida que
concedió en 1964 Ernesto Che Guevara, entonces Ministro de Industrias
de la Revolución, a la periodista Lisa Howard. Ella tendría un papel
activo en las conversaciones secretas entre el Comandante en Jefe Fidel
Castro y altos funcionarios de la administración estadounidense, de
acuerdo con revelaciones de investigadores cubanos y de EEUU (al final
usted podrá leer documentos desclasificados por el gobierno de los
Estados Unidos sobre este particular).
En el diálogo
con la estadounidense, el Che devela su pensamiento económico, su
rechazo al bloqueo los Estados Unidos, su admiración y fidelidad hacia
el líder de la Revolución. Hemos rescatado, además, las imágenes tomadas
por el fotógrafo Elliott Erwitt, que acompañó a la periodista, y el
audio de la conversación. Un material de sumo valor histórico que nos
hizo llegar el investigador Elier Ramírez.
La entrevista
El Che Guevara en entrevista con Lisa Howard, en el Ministerio de Industrias de Cuba, en 1964. Foto: Elliott Erwitt
Che Guevara en ABC, 22 de marzo de 1964: ISSUES AND ANSWERS
Esta es la
primera entrevista exclusiva con el Comandante Ernesto “Che” Guevara,
ministro de Industrias de Cuba, que se ve y se oye en los Estados
Unidos. Convencida de que un perfil del hombre a quien se ha llamado “el
poder detrás de Castro”, “el arquitecto de la Revolución cubana”, “el
mayor izquierdista de Cuba”, y el posible sucesor de Castro, sería de
interés para el pueblo norteamericano, ABC envió sus cámaras y a Lisa
Howard a Cuba para realizarle esta entrevista filmada al Comandante
Guevara en sus oficinas del Ministerio de Industrias en La Habana.
Lisa Howard: ¿Cuánto afecta el bloqueo económico la economía cubana?
Comandante Guevara: No
puedo darle una cifra exacta del efecto del bloqueo en Cuba, y, créalo o
no, el bloqueo tiene efectos buenos y malos. Entre los buenos está el
desarrollo de la conciencia nacional y el espíritu de lucha del pueblo
cubano para superarlo […] que toda nuestra maquinaria era
estadounidense, y que también nos vendían su maquinaria de segunda mano,
y con ganancia, y muchas de esas líneas de abastecimiento se han
descontinuado ahora, así que puede imaginarse lo que ha implicado para
nosotros este bloqueo y el esfuerzo que se necesita para
contrarrestarlo. No puedo darle cifras. No las conozco. Pero obviamente
ha sido un serio obstáculo. Pero a la vez, ha sido una útil lección para
nosotros. Nos ha enseñado cómo manejar nuestra economía en el futuro.
Creo que eso más o menos responde su pregunta.
LH:
Rusia está inyectándole una gran cantidad de dinero a la economía cubana
cada día. ¿Qué le sucedería a la economía de la isla si esa ayuda
cesara de repente?
CG: Esas
afirmaciones sobre sumas diarias me parecen típicas de la manera de
pensar de los norteamericanos y del concepto que tienen sobre las
inversiones. Puede que de cierto modo reflejen la idea de lo que
entienden los norteamericanos por “ayuda”. La ayuda de los Estados
Unidos a los países de la América del Sur al final se revierte contra el
Estado que la recibe. En nuestro caso ha habido algo que podría
llamarse ayuda, como la condonación de ciertas deudas comerciales,
créditos a largo plazo, pero sobre una base puramente comercial. En
cuanto al resto, se trata del comercio normal, natural, entre dos
países. Los Estados Unidos ya no son el principal socio
exportador-importador de Cuba. Es la Unión Soviética.
Pero si con su
pregunta sobre qué pasaría si cesara la ayuda soviética se refiere al
conjunto de nuestros intercambios, puedo responderte que la vida del
país se paralizaría, porque… por ejemplo, el petróleo, todo nuestro
petróleo, casi cuatro millones de toneladas, viene de la Unión
Soviética, pero no se trata de ayuda, sino de un intercambio comercial
sobre la base de una absoluta igualdad, y nosotros pagamos con azúcar y
otros productos.
LH: ¿Podría hacernos una evaluación de cuán efectivo ha sido el bloqueo de los Estados Unidos?
CG: Creo
que casi me está invitando a filtrarle información confidencial. Hemos
reconocido la importancia del bloqueo, pero también hemos afirmado, con
la misma tranquilidad, que el bloqueo no nos impediría avanzar. Pero
primero que todo, resulta difícil ser específico sobre él, y además, no
es muy apropiado. Después de todo, a pesar de sus buenas intenciones,
seguimos siendo enemigos. Y el enemigo en realidad solo debe conocer
generalidades de la otra parte.
LH:
Recientemente Cuba compró ómnibus en Londres. Está negociando para la
compra de barcos en España. Tengo entendido que hay una misión económica
en Suiza. ¿Eso representa un cambio fundamental en la economía cubana?
CG: No
lo creo. Creo que se ha producido un cambio en la política económica de
algunos países. Se ha producido una cierta ruptura de la llamada unidad
monolítica del mundo libre. Hay más comercio con Cuba ahora. Nuestro
comercio siempre ha tenido la misma base. En otras palabras, mercancía
es mercancía, y debe haber [un beneficio mutuo] para el vendedor y el
comprador. Sobre esa base hemos comerciado con todo el mundo, incluidos
los Estados Unidos, aun después de la ruptura de las relaciones.
Los Estados
Unidos han ejercido grandes presiones para impedir que se nos vendan
ciertos productos, y usted conoce muy bien el debate que se produjo y
las discusiones que tuvieron lugar porque Leyland nos vendió los
ómnibus. Pero en realidad no somos nosotros quienes hemos cambiado.
Ciertos aspectos de la política internacional han cambiado. No sé si
tenemos algo que ver con eso. No lo creo. No creo que seamos tan
importantes.
El Che Guevara en entrevista con Lisa Howard, en el Ministerio de Industrias de Cuba, en 1964. Foto: Elliott Erwitt
LH: ¿Opina que esas compras representan un fracaso del bloqueo de los Estados Unidos?
CG: Sí.
LH: ¿Un fracaso serio?
CG: Eso depende de cómo afecte al ego norteamericano, de los Estados Unidos.
LH: Comandante Guevara, ¿cree usted que este comercio con Occidente continuará y quizás se ampliará en un futuro próximo?
CG: Eso espero.
Naturalmente, no depende solo de nuestros deseos, sino también de los
deseos de las personas con quienes comerciamos hoy. Pero tengo
esperanzas de que continúe y de que entremos en una nueva era en lo
relativo a las relaciones con Cuba. Que los países europeos se hayan
dado cuenta de la importancia de sostener relaciones con todos los
países del mundo y de que Cuba es un buen mercado, un mercado confiable,
estable, en resumen, un mercado permanente.
Así que todo
nos lleva a confiar en que estas relaciones continuarán y se ampliarán
en el futuro. Estamos extremadamente interesados en eso. Ya hemos
firmado acuerdos para la compra de fábricas completas con ciertos
países: con Francia, con Inglaterra, con Japón. Creemos que en el futuro
podremos proseguir este tipo de transacciones con mayor seguridad,
porque en el pasado siempre existía el temor de que si se interrumpían
las relaciones comerciales cómo íbamos a obtener piezas de repuesto,
pero en especial Inglaterra y Francia han mantenido muy buenas
relaciones con nosotros a ese respecto. Han garantizado el suministro de
piezas de repuesto para los equipos que les hemos comprado durante la
etapa revolucionaria.
Esto también ha
robustecido nuestra confianza en la posibilidad de importar nueva
maquinaria, y entonces, con técnica de primera clase, de los últimos
modelos, equipar toda una serie de industrias que ahora nos encontramos
desarrollando.
LH: ¿Qué le ocurriría a la economía cubana si este comercio con Occidente se interrumpiera de repente?
CG: Nada.
El Che Guevara en entrevista con Lisa Howard, en el Ministerio de Industrias de Cuba, en 1964. Foto: Elliott Erwitt
LH:
Comandante Guevara, muchas evidencias externas indican que el sistema
económico marxista no funciona. No le proporciona una vida de abundancia
a su gente. Al cabo de 47 años, la Unión Soviética todavía no es capaz
de brindarle alimentos, viviendas y ropa apropiados a su pueblo. ¿Cree
que es posible que el sistema marxista no brinde incentivos adecuados
para alcanzar altos niveles de productividad?
CG:
Usted tiene una tendencia a hacer declaraciones en forma de preguntas. Y
de nuevo, primero tengo que refutar su declaración y después responder
la pregunta. Dice que se ha demostrado que el marxismo, o el sistema
marxista, no les proporcionan a las personas lo que necesitan ni les
garantizan bienestar. Creo que es exactamente lo contrario. Si
comparamos el nivel de vida de los Estados Unidos con el de otros
países, tenemos que reconocer que el de los otros países es más bajo,
pero cuando habla del modo de vida norteamericano y el mundo libre,
tiene que considerar a los 200 millones de latinoamericanos que mueren
de hambre, que mueren de enfermedades, que ni siquiera llegan a la edad
adulta. Que mueren de hambre en la niñez. Todas esas personas
contribuyen a la grandeza económica de los Estados Unidos, que los
explota de una u otra forma. Lo mismo ocurre en África, y ocurrió en
Asia también. El marxismo le pone fin a todo eso. Mientras estamos
asediados por el imperialismo norteamericano no podemos ofrecerle a
nuestro pueblo todas las cosas que nos gustaría, pero le hemos dado todo
lo que podemos, todo lo que hemos sido capaces de hacer hasta el
momento, y sobre una base de igualdad, desde los ministros hasta el
funcionario más simple. Y esa es la razón fundamental de que la gente
siga luchando por su liberación.
LH: Pero
el gobierno de los Estados Unidos está muy consciente de los problemas
de la América Latina, y mediante la Alianza está tratando con mucha
fuerza de elevar el nivel de vida de las personas en todo el hemisferio.
Ahora bien, si las clases gobernantes acuerdan realizar reformas
agrarias y reformas tributarias, y si el nivel de vida aumenta, ¿no
perdería su efectividad el mensaje de la revolución cubana?
CG: Por
supuesto que la perdería de inmediato. El mensaje de la Revolución
cubana tiene significado porque, por su propio peso, el imperialismo
solo puede realizar reformas tibias que no van a la raíz de los
problemas. Si toda la América Latina se liberara de la dominación
imperialista, el imperialismo enfrentaría entonces problemas muy serios.
Los cimientos del imperialismo son la dominación de los países
latinoamericanos mediante el intercambio desigual, el intercambio de
productos manufacturados por materias primas, la ocupación de cargos
gubernamentales clave a través de las oligarquías nacionales sumisas a
los imperialismos.
Si todo eso
cambiara, el imperialismo perdería su fuerza. Enfrentaría entonces la
crisis general del capitalismo. En otras palabras, la crisis planteada
por la clase obrera en su propio país.
Aunque esto no
es tan inminente en su país, porque la explotación de las clases
trabajadoras se transfiere a la América Latina, África y Asia, pero en
ese caso el conflicto se produciría directamente en los Estados Unidos.
Obviamente, el mensaje de la Revolución cubana perdería toda su
importancia, pero tampoco sería necesario, porque eso es precisamente lo
que deseamos para todo nuestro pueblo latinoamericano, y una vez que se
lograra, no habría necesidad de seguir lanzando mensajes. No tendrían
ningún significado.
LH: ¿Entonces estamos de acuerdo en el deseo de que se realicen esas reformas?
CG: Verdaderas reformas, que permitan el acceso del pueblo al poder. En ese caso, estamos de acuerdo.
LH:
Comandante Guevara, ¿cree que eso no se puede producir mediante un
proceso evolutivo, sino que tiene que ser resultado de la violencia y de
conmociones revolucionarias?
CG: Eso
depende, por supuesto, de las clases reaccionarias. Son ellas las que se
niegan a ceder el poder, a entregar las riendas del poder. Allí donde
las clases reaccionarias insistan en aferrarse al poder en contra de la
voluntad de todos, saltará la chispa que puede incendiar a toda la
América Latina, y el pueblo llegará al poder.
LH:
Comandante Guevara, desde el triunfo de la revolución, la economía
cubana, según todas las informaciones, se ha deteriorado seriamente en
todos los sectores. La producción industrial, la producción agrícola y
la zafra azucarera, que el año pasado cayó a tres millones y medio de
toneladas. ¿Cómo explica esta regresión económica?
CG:
Bueno, de nuevo la pregunta es una afirmación, así que lo primero que
hay que hacer es refutar la afirmación para luego contestar la pregunta.
Usted dice que todos los aspectos de la economía cubana se han
deteriorado en el curso de la revolución, y yo le digo que se equivoca.
La producción industrial creció a partir de 1959, y habría podido crecer
mucho más de no haberse visto afectada por la industria azucarera, que
en realidad ha decrecido. La producción industrial ha aumentado a un
ritmo anual del 7%, sin contar, por supuesto, el azúcar. Y el incremento
de 1963 y los estimados para 1964 muestran un porcentaje aún mayor. En
1963 fue de un 10%, y los estimados para 1964 son todavía mayores, y la
producción de azúcar aumentará también.
LH: Comandante
Guevara, ¿cuando luchaba en las montañas de la Sierra Maestra, preveía
que la revolución tomaría un rumbo tan radical?
CG: Lo sentía
intuitivamente. Por supuesto, era imposible prever el rápido desarrollo
que tendría la revolución. Ni tampoco era previsible la formulación
marxista-leninista de la revolución. Eso fue resultado de […] conoce muy
bien. Teníamos una idea más o menos vaga de que había que solucionar
los problemas que veíamos claramente que afectaban a los campesinos que
lucharon con nosotros, y los problemas que veíamos en las vidas de los
trabajadores. Pero todo el proceso de la transformación de nuestras
ideas sería muy largo de contar.
El Che Guevara en entrevista con Lisa Howard, en el Ministerio de Industrias de Cuba, en 1964. Foto: Elliott Erwitt
LH: En
los Estados Unidos existe la convicción de que el Comandante Guevara fue
una de las influencias más radicales de la revolución, y de que
arrastró al Dr. Castro hacia la izquierda, que lo que sucedió había sido
parcialmente planificado por usted. ¿Lo acepta o lo niega?
CG:
Durante mucho tiempo, en los Estados Unidos y en muchos otros países me
han hecho el honor de considerarme el cerebro gris de la revolución, el
frío manipulador, el izquierdista, el poder detrás del trono.
Personalmente, no me preocuparía, pero mi honestidad de revolucionario,
mi modestia y mi honestidad innatas me obligan a confesar que el
principal izquierdista en Cuba es Fidel Castro, y que el principal
peligro para los Estados Unidos en Cuba es Fidel, no yo.
LH:
Cuando Fidel Castro dijo en las montañas de la Sierra Maestra que no era
comunista, ¿creyó usted que no era comunista y que no se convertiría en
comunista?
CG: Yo sabía
que no era comunista, pero creo que también sabía que se haría
comunista. Igual que sabía en esa época que yo no era comunista, pero
que me haría comunista en un plazo breve, y que el desarrollo natural de
la revolución nos llevaría a todos al marxismo-leninismo. No puedo
afirmar que se tratara de una idea clara y consciente, sino que era una
intuición derivada de una evaluación cuidadosa del desarrollo de la
actitud de los Estados Unidos y la manera en que su país actuaba en ese
tiempo contra nosotros y a favor de Batista.
LH: Si algo le pasara a Fidel Castro, ¿cuál cree usted que sería la suerte de la revolución cubana y quién accedería al poder?
CG: Por su
pregunta presumo que se refiere a que le suceda algo violento. Bueno, no
puedo negar que sería un golpe muy serio para la revolución cubana.
Fidel es nuestro líder indiscutible e incontestado. Ha sido nuestro guía
en una serie de situaciones muy, muy difíciles que Cuba ha tenido que
enfrentar, y en esos momentos ha dado pruebas de su estatura de líder
mundial. No creo que ninguno de nosotros tenga esa estatura, pero hemos
adquirido experiencia revolucionaria durante estos años en que hemos
luchado a su lado. Somos lo que somos porque hemos asistido con él a la
misma escuela, una escuela de valor, de osadía, de sacrificio, de
decisión de defender nuestros principios, de análisis de los diferentes
problemas. Y creo que en conjunto podríamos, creo, seguir hacia
adelante, incluso si algo le sucediera.
En cuanto a
quién lo reemplazaría, habría que discutirlo en ese momento. Ahora no
podemos darnos el lujo de dedicarnos a los “qué pasaría si…” Ninguno de
nosotros tiene ese tipo de aspiración política, pero lógicamente, su
hermano Raúl, no porque sea su hermano, sino por sus propios méritos –es
el viceprimer ministro—, naturalmente sería el más adecuado entre
nosotros para seguir el mismo camino de la revolución cubana.
LH:
Comandante Guevara, el Dr. Castro ha expresado con frecuencia su deseo
de normalizar las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. ¿Desea
usted que se produzca esa normalización?
CG: Si
tiene como base los principios, sí. Y quizás yo más que nadie, porque la
industria es la que más sufre a causa del bloqueo. La industria y el
transporte son quizás los sectores productivos más golpeados por el
bloqueo. El transporte más o menos se ha librado, pero la industria no,
y, por tanto, sobre la base de los principios y de una total igualdad,
la normalización de las relaciones sería ideal para nosotros.
LH: ¿Es optimista en cuanto a la posibilidad de una normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos?
CG: Esa
es una pregunta difícil de responder. Estamos observando. Estamos
esperando. Estamos planificando para una u otra posibilidad, sea cual
fuere la que se adopte. Depende de una serie de circunstancias. Las
propias características del gobierno de los Estados Unidos. También
depende de la manera en que el gobierno norteamericano evalúe la
situación mundial. Hasta el momento, su gobierno no ha dado ninguna
señal clara de que sepa cómo sopesar la correlación de fuerzas mundial,
así que no hay ideas precisas sobre la total normalización.
LH: Ahora haremos una breve pausa y regresaremos en un momento con más ISSUES AND ANSWERS.
LH: ¿Qué le gustaría que los Estados Unidos hicieran con respecto a Cuba?
CG: Es
muy difícil dar una respuesta precisa. Como pregunta es poco realista.
Quizás la respuesta más franca y objetiva sería: nada. Nada en ningún
aspecto. Nada a favor o en contra nuestra. Solo que nos dejen
tranquilos.
LH: Muchas gracias, Comandante Guevara.
(Traducción de Esther Pérez. Tomado de Dialogar Dialogar)
El Che Guevara en entrevista con Lisa Howard, en el Ministerio de Industrias de Cuba, en 1964. Foto: Elliott Erwitt
El Che Guevara en entrevista con Lisa Howard, en el Ministerio de Industrias de Cuba, en 1964. Foto: Elliott Erwitt
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