Es casi imposible entender lo que
ocurre en Venezuela si se parte de prejuicios, en particular los que la
asocian a los procesos de Brasil y Argentina.
El haber planteado un horizonte
socialista y el haber realizado algunos avances en esa dirección hace la
diferencia y es lo que ha permitido un encarne popular del proyecto que
le hizo sobrevivir en condiciones muy difícil. Lo ocurrido en Venezuela
con la abrupta caída de los precios del petróleo y la guerra económica
es similar a lo ocurrido en Cuba con el desplome de la URSS con el
periodo especial. Una situación de escasez extrema donde el pueblo
aguanta e incluso es capaz de refirmar liderazgos. Tuve el privilegio de
conocer estos dos momentos en esos países y puedo asegurar que se
parecen. Porque el pueblo no se rebela o explota en esas circunstancias.
Porque cada cola interminable no
termina en un saqueo como alientan a viva voz los opositores, porque
toda la bronca contra la burocracia y los corruptos oficialistas no se
expresa en un abandono de la identidad.
Porque los que dicen que eran
chavistas con Chavez y no con Maduro son sospechosos de que estaban
solamente por el bienestar económico,. Por que a pesar de todas las
dificultades o los horrores, como dijo una compañera, el primero de
setiembre el chavismo volvió a ganarle en la calle a la oposición y
ahora la derecha empieza a desesperarse porque ya descubrió que el
tiempo no le juega a favor.
Seguramente ya lo dijo algún
pensador hace más de 100 años pero otra vez el proceso Bolivariano
obliga a repetirlo: el único índice para medir las revoluciones es su
encarnadura en conciencia organización y prácticas concretas del pueblo
trabajador.
Y esos avances revolucionarios se ponen a prueba en los momentos difíciles.
No puedo asegurar que la revolución Bolivariana sobrevivirá pero si estoy seguro que cuando los revolucionarios por venir estudien la historia de la lucha de los pueblos se detendrán especialmente en este momento donde en soledad se sigue reivindicando al socialismo y a una nueva sociedad gestada desde abajo, desde el poder de las comunas.
En lo coyuntural, porque sin presente asegurado no hay futuro para soñar, el desafío es llegar a diciembre.
En lo estratégico, el desafío es articular políticamente al chavismo popular para que todo el esfuerzo de quienes sostienen la revolución exprese toda su potencialidad.
Fuente:
Resumen Latinoamericano.
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