Por Laura V. Mor, enviado por Resumen Latinoamericano.
Es una
mañana soleada de septiembre, como tantas otras del largo verano
cubano, pero no es una más. Hoy se cumplen 19 años del asesinato de
Fabio Di Celmo, un joven italiano nacido en Génova el 1 de junio de
1965, que inesperadamente se encontró con la muerte a las 12:40 del día,
en un hotel cubano al detonar una bomba colocada por el mercenario
salvadoreño Raúl Cruz León [1].
Ese hotel era el Copabacana, uno de los tres hoteles -Chateau Miramar
y Tritón- que junto a la famosa Bodeguita del Medio fueron epicentro de
las acciones terroristas aquel 4 de septiembre de 1997, cuando Fabio
con sus apenas 32 años se convirtió, sin quererlo, en símbolo del daño
que se le ha hecho impunemente a todo un pueblo. Las esquirlas del
cenicero de metal que estalló tras la explosión se incrustaron en el
lado izquierdo del cuello de Fabio, de inmediato fue llevado al hospital
más cercano, pero perdió la vida en el trayecto.
Este pasado domingo, como cada año, directores y trabajadores del
hotel, miembros de la sociedad civil cubana, residentes italianos en la
isla, amigos de diversos países, junto a Kenia Serrano y Elio Gámez,
presidenta y vicepresidente del Instituto Cubano de Amistad con los
Pueblos, la escritora Acela Caner y el Comité Internacional Paz,
Justicia y Dignidad, recordaron al Muchacho del Copacabana [2].
Se sintió profundamente la ausencia de Giustino Di Celmo, padre de
Fabio, que murió el pasado año sin que la justicia haya juzgado al
asesino intelectual de su hijo.
Giustino Di Celmo, padre de Fabio, que murió el pasado año sin que la justicia haya juzgado al asesino intelectual de su hijo
La evidencia de la injerencia y el terrorismo organizado contra Cuba y
la Revolución desde las sucesivas administraciones estadounidenses, por
medio de la Agencia Central de Inteligencia y mercenarios a sueldo como
la Fundación Nacional Cubano Americana, terroristas como Luis Posada
Carriles -autor intelectual del Crimen de Barbados donde en 1976
fallecieron 73 personas al estallar en pleno vuelo un avión de Cubana de
Aviación- son los responsables de este crimen.
Posada Carriles [3] organizó
los atentados y envió el dinero para que se llevaran a cabo. Su mano
derecha fue otro mercenario a sueldo, el salvadoreño Francisco Antonio
Chávez Abarca [4].,
quien reclutó y entregó el dinero a Cruz León para ejecutar las
acciones terroristas. Por cada bomba que estallara cobraría 15 mil
colones, equivalente a 1.714 dólares.
Era el segundo viaje que realizaba el mercenario Cruz León para
colocar explosivos. Durante el primero los detonó el 12 de julio,
también en horas cercanas al medio día, en la recepción de los hoteles
Capri y Hotel Nacional de Cuba, provocando heridas a dos turistas
chilenos, un jamaicano y una ciudadana cubana.
En coordinación con la CIA la Fundación Nacional Cubano Americana
encargó a Posada Carriles crear una red terrorista en Centroamérica para
colocar explosivos en instalaciones turísticas que afectaran la
economía cubana. Como era de esperar las pérdidas materiales provocadas
tras cada atentado se hicieron sentir de inmediato.
Si bien se conoce la injerencia imperialista en muchos aspectos,
verla de primera mano tan salvajemente nos deja perplejos, más si
tenemos en cuenta que en el caso de Cuba ha sido moneda corriente
durante 58 años de Revolución.
Imaginar un hostigamiento constante a través de distintas tácticas
con la estrategia de acabar con un proceso por el que el pueblo cubano
ha luchado y dado su vida, escapa a nuestra perspectiva.
Escuchar cuando los cubanos cuentan detalladamente cómo fueron esas
explosiones, recordando hasta lo que estaban haciendo en ese momento y
lo que pensaron, ver como se les eriza la piel como aquel primer día que
relataron lo vivido, es para cualquiera de nosotros una experiencia
única e invaluable. Palpar la historia viva es una de esas cosas que en
Cuba se hace cotidiano, pero a quienes no hemos nacido aquí, no deja de
maravillarnos por más veces que escuchemos esas historias.
Emociona ver como el pueblo recuerda con cariño a Fabio, como
abrazaron su caso como una cuestión nacional, sin importar que no era
cubano. Eso es lo que como extranjeros nos llama la atención de este
pueblo: su solidaridad con las causas que tanto duelen, como fue el
asesinato de Fabio. Aquella frase del Che tan recordada de “sentir el dolor del otro en la propia mejilla” en Cuba es una realidad.
Convivir con un enemigo a sólo 90 millas “no es fácil” como dicen los
cubanos para explicar tantas cosas; pero si ese enemigo es la potencia
hegemónica del mundo pareciera casi imposible para cualquiera de
nosotros; salvo cuando notamos que la resistencia del pueblo cubano es
más inmensa de lo que pensamos, tan inmensa como ese “tenemos memoria” que
declaman a viva voz en este nuevo aniversario del terrorismo
imperialista, inmersos en la lucha por el levantamiento del bloqueo que
ese mismo imperialismo mantiene sobre el pueblo cubano hace 54 años.
Por ese respeto a la memoria, muchos hijos de los trabajadores del hotel Copacabana hoy se llaman Fabio.
Notas:
1-Raúl Ernesto Cruz León, fue arrestado el mismo día
del atentado en horas de la tarde. Su juicio fue televisado a todo el
pueblo. El 23 de marzo de 1999 fue condenado a la pena capital por
terrorismo continuado. En el 2010 el Tribunal decidió conmutar la
condena a muerte por la máxima pena de la legislación cubana a 30 años
de prisión.
Enlace de la declaración leída por Cruz León ante el tribunal el 8 de marzo de 1999:
Ver: Conclusiones provisionales del fiscal, expediente Nº 55 de 1997 de la Seguridad del Estado: http://www.nnc.cubaweb.cu/juicio/nac483.htm
Memorial Testimonio Cruz León, Cuba acusa. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=-u3Ton-cYx0
2- El Muchacho del Copacabana: en referencia al libro de la investigadora Acela Caner Román: “Fabio el muchacho de Copacabana” Editorial José Martí 1999.
Sobre Fabio ver: www.ecured.cu/Fabio_Di_Celmo
3-Luis Faustino Posada Carriles, terrorista
internacional de origen cubano, vinculado a la Fundación Nacional
Cubanoamericana, agente de la CIA desde 1961. Autor de innumerables
crímenes en Centro América, América Latina y Cuba, es uno de los
responsables del mayor atentado a la aviación civil con el estallido del
avión 455 de Cubana de Aviación en Barbados. Desde el 2005 la República
Bolivariana de Venezuela reclama su extradición por ser prófugo de la
justicia de ese país por el crimen de Barbados. EE.UU ha denegado
reiteradamente no solo extraditarlo sino juzgarlo por sus crímenes.
Sigue impune viviendo en Miami.
Ver también: Anexo:Cronología del Terrorista Luis Posada Carriles
Expediente Posada Carriles
Posada Carriles vuelve a su nido
Méndez, José Luis: Bajo las alas del cóndor, Ed. Capitán San Luis, La Habana, 2006.
4-Francisco Antonio Chávez Abarca, lugarteniente de
Posada Carriles, confesó haber reclutado, adiestrado y financiado a
guatemaltecos y salvadoreños para colocar bombas a fines de los años 90
en instalaciones hoteleras cubanas. El mismo colocó explosivos en la
discoteca del hotel Meliá Cohiba y en la Corporación Cubanacán en
México. De largo prontuario terrorista, narcotraficante y tráfico de
armas, es detenido en Venezuela el 1 de julio del 2010 en el aeropuerto
de Maiquetía cuando intentaba ingresar al país con documentos falsos
para realizar un plan de sabotajes y desestabilización con miras a las
elecciones parlamentarias de septiembre de ese año. El Comandante Hugo
Chávez luego de denunciarlo públicamente y en apego a los procedimientos
legales internacionales procedió al traslado a Cuba del terrorista.
Dando así cumplimiento a la orden emitida por el gobierno cubano a la
Interpol. En diciembre de 2010 fue condenado por el delito de terrorismo
por la Sala de Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal
Provincial Popular de la Ciudad de La Habana a 30 años de prisión. La
misma fue ratificada en mayo del 2011 por el Tribunal Supremo Popular.
Hoy cumple condena en una prisión cubana.
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