24 de marzo de 2016

La visita de Obama

Por Jesús López Martínez, en la Joven Cuba
Concluyó la visita de Barack Obama a Cuba y como se esperaba, constituye un paso más en el largo camino de la normalización de las relaciones entre nuestros países. La presencia de una delegación integrada además por congresistas, empresarios y otras personalidades posibilita un mayor intercambio y la aplicación de otras medidas en las esferas económica y comercial.
Obama, como buen comunicador que es, llevó a la perfección su guión de tratar de hacernos creer que debemos olvidar la historia, que el lobo ya no es lobo y que Caperucita puede salir al bosque ingenuamente, cuando lo ha dicho sin tapujos: no es a mordidas, pero mi objetivo es comerme a Caperucita.
Reconoció los logros de Cuba en salud y educación y el papel de los médicos cubanos en el mundo ¡qué bueno! No dijo nada si va a continuar la política de estímulo para que deserten de sus misiones y abandonen a los pueblos necesitados de sus servicios. Expresó que Raúl y él estuvieron juntos en los funerales de Nelson Mandela, pero no dijo que Cuba estaba representada allí porque miles de cubanos dejaron sus vidas en aquellas tierras luchando contra el mismo apartheid que luchó Mandela y que los Estados Unidos apoyaron. Bueno, él nos está instando a olvidar la historia.
Como representante del Imperio, y como parte de la prepotencia de los gobernantes estadounidenses, no dejó de darnos “sabios y buenos consejos”: aseguró que la prosperidad de la gente depende no sólo de la educación o la salud, sino también de la libertad de expresar libremente sus ideas sin ser detenida, y tener, por ejemplo, acceso a Internet. Reconozco que Obama en su discurso tenía que quedar bien con Dios y con el Diablo, pero le podemos sugerir que vaya a cualquier parada de ómnibus, a la bodega o a cualquier parte para que oiga a la gente diciendo lo que se le ocurre y regresar tranquilamente para su casa. Acceso a Internet tendremos todos, de hecho hoy, si tienes dinero puedes hacerlo. Es muy bueno ese acceso, uno puede ampliar las noticias sobre cómo los policías matan a los negros en EU y no les pasa nada, cómo los inmigrantes son explotados y después se les separa de sus familias y los deportan para sus países de origen etc. Etc. Etc.
También, por supuesto, nos mostró el sistema político estadounidense como el modelo que debemos seguir, donde los derechos de las personas están por encima de los derechos del Estado. Indudablemente que tenemos grandes diferencias: en Cuba el Estado tiene la obligación de garantizar salud para todos, en EU millones de personas tienen la libertad individual de no tener derechos de salud. En Cuba el Estado tiene la obligación de garantizar educación para todos, en EU hay personas que tienen la libertad individual de ser analfabetos, no crea que seduzca a muchos su modelo.
Elogió la “democracia multipartidista estadounidense”. Sí, esa misma que para ser candidato tienes que tener millones de dólares que te dan las empresas y los magnates para que los pagues cunado esté en el gobierno, sí la misma que se hizo la ciega y la sorda cuando el fraude de Bush en la Florida.
Insistió que los problemas de Cuba lo resolveremos los cubanos. ¡Hace rato que lo estamos haciendo y no dejamos que nadie se meta en nuestros asuntos! Pero… y si piensa así ¿por qué EU destina millones de dólares a “promover la democracia en Cuba”? ¿Por qué existen Radio y TV Martí? ¿Por qué inmediatamente después del discurso se reunión con sus asalariados en la embajada de los Estados Unidos?
Pero todas no son discrepancias, coincido totalmente con Obama cuando expresó su esperanza para el futuro porque el pueblo cubano tomará las decisiones correctas. ¡Hace rato que las estamos tomando, Obama!
¡Que tenga un feliz viaje!



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