El 1° de mayo de cada año se celebra en el mundo el Día de los Trabajadores. La conmemoración surgió tras una jornada de protesta en la que la clase obrera en Chicago, Estados Unidos, demandaba reivindicaciones laborales como la reducción de la jornada laboral a ocho horas, lo que derivó en trabajadores detenidos, torturas, procesados, despedidos y asesinados.
Se desconoce el número de hombres y mujeres que perdieron la vida por alzar las banderas de los derechos al desarrollo y el respeto a la dignidad humana. Así nace la justa aspiración de los trabajadores del mundo para obtener esa conquista laboral, recogida en instrumentos legales.
En Venezuela esa conquista va más allá. La Constitución Bolivariana de Venezuela, vigente desde 1999 por mandato del pueblo venezolano, el trabajo es considerado como un hecho social, por lo que goza de la protección del Estado, dando así el nacimiento a una de los instrumentos más avanzados en ese sentido: la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT).
Esta Ley, cuya elaboración se basó en cerca de unas 20.000 propuestas de los trabajadores, fue aprobada en 2012 vía Habilitante y firmada por el presidente Hugo Chávez para el mejoramiento de los derechos laborales, abrazada la concepción constitucional. Entre las mejoras laborales obtenidas con este instrumento legal incluyó la vuelta la retroactividad de las prestaciones sociales en base al último sueldo, pago de liquidaciones dobles en casos de despidos injustificados, reducción de jornada laboral a 40 horas diurnas semanales, eliminación de la tercerización laboral y extensión del permiso prenatal y postnatal.
Con la LOTTT se dejó atrás la ley que apuntó por muchos años a la desigualdad y la injusticia y que en la última de sus reformas, realizadas en 1997, sólo participó el Gobierno, el patrono y las centrales obreras, quienes promovieron la eliminación de varios beneficios de la fuerza laboral, entre los que destaca el carácter retroactivo de las prestaciones sociales.
“Es así como Venezuela, sus trabajadores, su clase obrera tiene amplias razones para movilizarse este 1° de mayo, pues en Venezuela se ha reivindicado a los trabajadores, lo que sería también reivindicar las luchas de los Mártires de Chicago”, expresó este jueves Edison Alvarado, joven trabajador y además presidente del Sindicado de Trabajadores del Metro de Caracas.
Para este viernes en la capital venezolana está pautada una movilización. Trabajadores del campo, pescadores, amas de casa, constructores, de todos los sectores asistirán a la convocatoria, en las que levantarán las banderas de la victoria de la clase obrera.
“Desde el mismo nacimiento de la Revolución las marchas de cada 1° de mayo contrastan con las realizadas durante las cuatro décadas en los que mandaron los gobiernos de la Cuarta República”, indicó Alvarado en referencia a las protestas que en esos años protagonizó la clase obrera venezolana, oprimida por medidas neoliberales violadoras de sus derechos.
“Los trabajadores en esos años 60, 70, 80 y 90 no salían a marchar para celebrar, salían para reclamar las políticas de exclusión, de represión de los que eran víctimas, y que pese a esas protestas no tenían respuestas, sólo conseguían represión. Ese lamentable escenario dio un giro. Hoy el pueblo sale a celebrar y a defender sus conquistas. Mañana marcharemos con entusiasmo y con alegría por las victorias logradas y aquellas que están por conquistar”, dijo el joven trabajador en conversación con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
En los últimos 16 años, desde 1999, el Gobierno Bolivariano ha decretado para la clase obrera venezolana 28 aumentos del salario mínimo, que no sólo se limita a los trabajadores activos sino que han sido extensivos a los pensionados y jubilados. Justicia social, conquista de las luchas de este sector hoy visibilizado.
Esta realidad contrasta con los nueve aumentos otorgados entre 1974 y 1998, durante los gobiernos de la IV República, la mayoría de ellos muy por debajo a los índices inflacionarios de la época, en la que imperaba la pobreza y la exclusión social.
Laura Ortíz, una trabajadora del campo, también manifestó tener suficientes motivos por celebrar su día. “El trabajo del campo, los campesinos fuimos reconocidos y dignificado, eso es suficiente para celebrar”.
“Por años fuimos un sector totalmente apartado, no existía para nosotros planes para mejorar nuestra calidad de vida. Con la revolución logramos que se nos diera el puesto que nos merecíamos y que antes nadie tuvo la voluntad de hacerlo, por eso vamos a estar en la marcha de mañana”, añadió la trabajadora del campo, sector que está especialmente llamado a aumentar la producción nacional de alimentos.
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