Por Oleg Stepanenko para "Pravda". Traducido del ruso por Josafat S. Comín
El presidente de Bielorrusia mantiene una cumbre para tratar cuestiones del desarrollo socio-económico.
El desarrollo ha sido precisamente durante un largo periodo de tiempo, el rasgo característico de la vida de la república. Bielorrusia, como estado de orientación social, ha utilizado al máximo las posibilidades que ha tenido para incrementar los tiempos de crecimiento de la economía y el bienestar del pueblo. Ha seguido construyendo, modernizando la producción.
Hoy día, -recordó Alexánder Lukashenko- somos los líderes mundiales en lo que concierne al porcentaje de utilización del producto interior bruto para reservas. Hemos invertido, más que ningún otro, en nuestro desarrollo, en nuevas construcciones, en la renovación tecnológica, en reconstrucción. Un porcentaje que alcanza el 40%, frente al 20% de nuestros vecinos de la CEI o el 19% de los países de la Unión Europea.
Al tiempo que se enfrentaban con éxito las tareas productivas, se iban resolviendo los problemas sociales: el crecimiento de los salarios, aumentaban las pensiones, los subsidios, las becas.
En una palabra, se creó una buena reserva para el futuro. Sin embargo en el periodo de la crisis mundial 2008-2009, que también afectó a Bielorrusia, hubo que echar mano de esas reservas. Surgieron complicaciones financieras. En el 2010 el déficit del comercio exterior alcanzó el 14% del PIB, la república empezó a gastar y consumir más de lo que producía y vendía. Una de las principales causas hay que buscarla en que debido a nuestros escasas reservas de materias primas, hubo que recurrir a las importaciones, cada vez en volúmenes mayores y a precios más elevados. Sobretodo el petróleo, el gas, distintas materias primas y componentes.
“Debido a la especulación entorno al dólar y al euro en los mercados mundiales, los precios de los combustibles se alzaron hasta cotas de record. En los últimos 5 años los precios del gas natural para Bielorrusia se multiplicaron por cinco y los del crudo por tres. Actualmente estamos comprando el gas en unos valores que rondan los 280 dólares/m3, lo que supone un precio tres veces superior al del mercado interno ruso, siendo que Rusia es nuestro principal socio comercial”. ¿Cómo se puede competir en tales condiciones?, - preguntó con toda razón Lukashenko.
Tan solo en el primer semestre del 2011, debido al incremento unilateral del coste de la energía, para su único –no lo olvidemos-, y oficial aliado real, el saldo a favor de Rusia en el comercio mutuo, se incrementó y empeoró para Bielorrusia en 1500 millones de dólares. En total, contando con las importaciones de combustibles y materias primas, Bielorrusia ha perdido en esta primera mitad de año más de dos mil millones de dólares.
Como ya contase en su día “Pravda”, la aplicación de la subida de los aranceles a la importación de automóviles, en el marco de la Unión aduanera, causó un grave perjuicio a Bielorrusia. Para sortear esa subida la gente se lanzó, antes de la entrada en vigor de la subida, a comprar vehículos en el exterior. Llegaron 260 mil vehículos, lo que acarreó la salida de tres mil millones de dólares, o lo que es lo mismo, la mitad del saldo negativo.
Pero incluso en estas condiciones, la economía del país ha seguido funcionando. En 7 meses, el PIB ha crecido un 10%. La corrección efectuada en mayo en la cotización del rublo, ha estimulado el crecimiento de las exportaciones y el mantenimiento de las importaciones. Las mercancías de fabricación bielorrusa se venden a buen ritmo en el exterior, y los ingresos de divisas en 7 meses han alcanzado los 25 mil millones de dólares, algo que no se daba incluso en los años más propicios. Además entre mayo y agosto se han ingresado 1200 millones más de los gastados. Se afianza la tendencia de alcanzar un saldo positivo en el comercio exterior.
Y sin embargo sigue habiendo falta de divisas y el mercado interno de consumo, de forma periódica, “enferma”.
Con el fin de regular la situación, se analizó la experiencia internacional, se han tenido en cuenta las recomendaciones del Banco Popular de China, de la academia de Ciencias, de los especialistas de los distintos ministerios e instituciones bielorrusas. En esta reunión, en la que han tomado parte los dirigentes de la república y los principales bancos bielorrusos, Alexánder Lukashenko ha formulado un plan concreto para conseguir la estabilidad del mercado de divisas.
El curso del rublo será fijado por la oferta y la demanda. Para ello, el presidente ha encomendado efectuar una sesión extraordinaria en la bolsa de divisas, a mediados de septiembre. En la sesión principal, solo se venderá a cambio de las importaciones de gas natural, combustibles y otras necesidades inaplazables, lo que supondrá un factor de contención del aumento de precios. A fin de garantizar el necesario volumen de ventas en la sesión principal, el presidente ha emitido un decreto que suprime las exenciones a la venta obligatoria de divisa: Tras la apertura de la sesión complementaria, todos los puntos de cambio deberán vender la divisa libremente a su precio de mercado.
A los dirigentes del gobierno y del Banco Nacional conjuntamente con otros órganos del estado, se les ha encomendado, en palabras de Lukashenko, someter a un estricto control el funcionamiento de la bolsa de divisas y valores, y poner freno a los especuladores, que llevados por el lucro rebajan el curso del rublo bielorruso creando un agiotaje artificial. El comité de control estatal y los órganos de seguridad podrán hacer comprobaciones a voluntad, a las estructuras implicadas en la violación del orden establecido.
El Comité de Seguridad del Estado y otros órganos de seguridad velarán por el funcionamiento del sistema bancario. A nadie debe sorprender. “Hay allí demasiada codicia e indisciplina, -señalo Lukashenko-.Sabemos lo que está pasando allí. Sabemos donde va esa divisa comprada a bajo precio, sabemos quién envía esos sobres pidiendo convertir esas divisas. A menudo es precisamente el sistema bancario el origen de la desinformación que provoca el pánico entre la población”.
En octubre a más tardar, se introducirá el sistema electrónico de cómputo de compra de divisas presentando el pasaporte, como se hace en muchos países del mundo, incluida Rusia. Una vez que se haya satisfecho la demanda de divisa, -y hay recursos para lograrlo-, el cambio se normalizará. “Eso mismo ha ocurrido en todos los países, -explicó Lukashenko-, y aquí también lo vamos a garantizar”.
Ha encargado como tarea al gobierno, tomar antes de fin de año mediada cardinales para recuperar la entrada de divisas a la república. Son casi 5 mil millones de dólares que se le deben a Bielorrusia por sus exportaciones.
Las dificultades en el mercado de consumo y en el financiero y de divisas, como ya conocen los lectores de “Pravda”, en gran medida surgieron como resultado de la introducción en el país de la libertad de formación precios, el carácter de recomendación de la escala de tarifas, la reducción del número de tipos de licencias, y demás indulgencias con el sector privado. Es natural que se haya aprovechado en esa carrera por el beneficio rápido y el lucro. Se incrementó artificialmente la cotización del dólar y se dispararon los precios; estos, en algunos casos en decenas de veces.
Para cortar este auténtico expolio, los beneficios derivados del incremento de los precios se van a destinar a protección social de la población. Se van a concentrar en un fondo especial creado a tal efecto, del que se destinaran ayudas a las familias numerosas y más necesitadas, a guarderías y escuelas.
-No debemos permitir que caigan los ingresos reales de los ciudadanos, -subrayó Lukashenko.
Para eso conjuntamente con las medidas adoptadas para normalizar el curso de la divisa bielorrusa, comenzando desde septiembre se van a ingresar compensaciones a trabajadores del sector real de la economía, empleados del estado, y jubilados. Se mantendrá el cumplimiento de las obligaciones del estado, contempladas por la legislación, para la indexación de salarios y el futuro incremento salarial de los trabajadores de organismos de la administración. En el último trimestre del año, se tiene previsto duplicar el subsidio por cada recién nacido. A partir del 1 de noviembre se producirá un incremento considerable de las pensiones contributivas.
Bielorrusia, corroboró Lukashenko, seguirá manteniendo su curso orientado a lo social:
-Estoy seguro de que aunando nuestros esfuerzos superaremos estas adversidades transitorias y continuaremos nuestro desarrollo progresivo. Será una respuesta digna a aquellos que afirman que el modelo bielorruso está agotado. No puede haber ni habrá ninguna desviación del curso que nos fijamos y que ratificó la Asamblea Nacional. Nuestro estado está pensado para la gente y debemos hacer lo máximo posible para que la gente viva dignamente en él.
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