Por Toleubek Majishanov. Traducción, redacción y añadidos, Nestor Guadaño
Para lograrlo, durante años anteriores, los organismos centrales desarrollaron la planificación integral de la economía nacional, y los planes fueron de carácter directivo, y se centraron principalmente en indicadores naturales y físicos (más que en costos). Otros elementos de este mecanismo eran:
- Un sector público poderoso (que incluía todas las empresas de importancia estratégica en la industria y otros sectores de la economía).
- Un sistema de circulación de dinero de dos circuitos (separación del circuito de circulación de efectivo que atiende a la población, del circuito de circulación que no es de efectivo que atiende a empresas y organizaciones).
- Bancos especializados estatales (que reemplazaron a los comerciales).
- Monopolio estatal del comercio exterior; monopolio estatal de la moneda, etc., socialista, con estas medidas no se permitió la propiedad privada de los medios de producción, y así fundamentalmente la actividad económica no tenía por objeto la obtención de beneficios, ni su privatización ni acumulación.
Se puso a disposición del estado por parte de los responsables bolcheviques de todos los recursos económicos disponibles, a fin de distribuirlos de la manera más completa y eficiente: mano de obra, producción (activos fijos), recursos naturales, científicos, técnicos, financieros.
En detalle, los objetivos de la actividad económica en el marco de dicho modelo estaban determinados por:
1) El desarrollo acelerado de todos los sectores, (especialmente la industria) para superar el atraso de la Unión Soviética con Occidente.
2) Lograr la completa autosuficiencia de la economía (lo que la haría invulnerable a todo tipo de bloqueos y sanciones, así como cualquier crisis económica mundial).
3) Creación de una base de producción suficiente, para fortalecer la capacidad de defensa del Ejército Rojo.
Así es como el responsable del estado soviético José Stalin formuló una declaración perentoria para alcanzar, en particular, el primer objetivo:
“Estamos a 50-100 años por detrás de los países avanzados. Debemos salvar esta distancia en diez años. O lo hacemos o seremos aplastados”
(Discurso pronunciado en la Primera Conferencia de Trabajadores de la Industria Socialista de toda la Unión, 4 de febrero de 1931).
Y los logros conseguidos, podemos decir que han sido una de las gestas humanas más importantes a lo largo de la historia.
Por estos hechos, proclamamos que tras la Revolución de Octubre empezó una nueva etapa de la humanidad:
la época del Socialismo.
Desde 1929 hasta el 22 de junio de 1941, se construyeron 9.600 empresas en la URSS. Para hacernos una idea más clara, en promedio, se pusieron en marcha dos nuevas empresas todos los días. En los mismos años, en Occidente, durante esa década tuvo lugar una crisis sin precedentes, con decenas de empresas y firmas quebrando todos los días. En términos del producto interno bruto total, y en la producción industrial como marco de fondo, la URSS a mediados de la década de 1930, alcanzó el primer lugar en Europa y el segundo en el mundo, solo superado por Estados Unidos, por encima de Alemania, Gran Bretaña y Francia.
El repentino ataque de la Alemania fascista provocó grandes pérdidas económicas: en diciembre de 1941, la URSS había perdido las materias primas y los centros industriales más importantes en las repúblicas socialista occidentales soviéticas: el Donbass, la cuenca de mineral de hierro de Krivoy Rog, Minsk, Kiev, Járkov, Smolensk, Odessa, Dnepropetrovsk. A la vez tuvo lugar el asedio a Leningrado. Las fuentes de alimentos más importantes quedaron ocupadas por los nazis, Ucrania y el sur de Rusia. Millones de soviéticos que no pudieron escapar, se encontraron en los territorios ocupados. Y de ellos, millones fueron asesinados, y cientos de miles murieron, en la esclavitud de las fábricas de la propia Alemania.
Pero la clase obrera soviética, nuevamente demostró su confianza en el futuro y en su modo de vivir. Se evacuó un número significativo de empresas a las regiones orientales (más allá del Volga, los Urales, Siberia), más de 2.600 en la segunda mitad de 1941, y se trasladaron 2,3 millones de cabezas de ganado. Diecisiete millones de trabajadores fueron reubicados en nuevas empresas industriales. Este nuevo logro de fuerzas productivas, no ha tenido precedentes en la historia, pues fue efectuado a distancias medidas en cientos y hasta miles de kilómetros.
¡Reubicando todo el poder industrial!
Al principio, (en el primer año y medio después de la invasión nazi) hubo un gran desarrollo de la economía, es decir, el crecimiento de la producción quedó rezagado con respecto a los costos de los recursos materiales y laborales.
Pero a fines de 1942, la situación estaba bajo mínimos, tanto en producción como en la distribución. Mas con las medidas tomadas antes y después de la invasión, la economía estatal comenzó a cambiar a un desarrollo intensivo. El crecimiento de la producción se garantizó mediante la reducción de los costos laborales por unidad de producción. Esto se logró mediante el uso de tecnología avanzada, una mejor organización de la producción y un aumento significativo de las habilidades de los trabajadores. El crecimiento de la productividad laboral en las difíciles condiciones de la guerra, fue prueba de las ventajas del modelo socialista de la economía.
La emulación socialista de la mayoría de los trabajadores desempeñó un papel importante y puedo decir crucial. En solo un año y medio de competencia socialista en toda la Unión (abril de 1942-octubre de 1943), la productividad laboral en toda la industria, en su conjunto, aumentó en un 39,2%, incluidos en %: metalurgia ferrosa – 21,0; aviación – 40,9; metalurgia no ferrosa – 39,4; máquina herramienta – 43.8; industria eléctrica – 39,3; tanques – 36.3; ingeniería pesada – 23, 1; industria armamentística – 18,7; industria de armas de mortero – 22,7; industria de municiones – 59.5 (1).
Las batallas en el frente laboral se ganaron, con una fuerte reducción del número de trabajadores y empleados. De 31,2 millones en 1940, disminuyó a 18,4 millones en 1942. Una parte importante de los trabajadores empleados en las factorías industriales eran mujeres. En 1945, representaban hasta el 60% del número total de trabajadores, y hasta el 70% de los trabajadores agrícolas. Además de ellos, cientos de miles de adolescentes y ancianos trabajaron en fábricas y granjas colectivas.
Las ventajas de la economía llamada "stalinista" (también conocida como «socialista», «de movilización»), se manifestaron plenamente después del final de la guerra. La destrucción y las pérdidas de la economía nacional fueron colosales. Durante los años de guerra, 1.710 ciudades soviéticas y asentamientos urbanos, más de 70 mil pueblos y aldeas, 32 mil empresas industriales fueron destruidas, 98 mil koljoses, y 1.876 sovjoses, grandes granjas estatales fueron destruidas.
La Comisión Estatal Extraordinaria de la URSS para el Establecimiento e Investigación de las Atrocidades de los Invasores Nazis y sus Cómplices, consideró que fueron alrededor de 4 millones de actos, el daño causado al pueblo soviético durante la ocupación. La comisión estimó, que la propiedad por valor de 679 mil millones de rublos fue destruida directamente, a precios de 1941. El daño total se estimó en 2.569 mil millones de rublos. En términos de dólares, los daños materiales directos a la URSS se estimaron en $ 128 mil millones, los daños totales en $ 357 mil millones, que correspondían aproximadamente al PNB de EE. UU. en 1944: $ 361,3 mil millones En general, la URSS perdió alrededor del 30% de su riqueza nacional. En las áreas sujetas a ocupación, los daños ascendieron a cerca de dos tercios (2).
Después del discurso en Fulton (3) de W. Churchill en marzo de 1946, Stalin hizo una elección inequívoca a favor del mantenimiento sostenido del Ejército Rojo. Stalin describió el discurso de Churchill como "un acto peligroso calculado para sembrar la semilla de la discordia entre los Estados aliados y para obstaculizar su cooperación", y al propio Churchill como "un belicista", estableciendo una comparación con Hitler. "Hitler empezó a hacer la guerra proclamando una teoría racial, declarando que solo las personas que hablaban alemán representaban una nación completa. Churchill también comenzó el negocio de hacer la guerra con una teoría racial, afirmando que solo las naciones de habla inglesa eran naciones completas llamadas a decidir el destino del mundo. La teoría racial alemana llevó a Hitler y a sus amigos a la conclusión de que los alemanes, como única nación de pleno derecho, debían dominar a las demás naciones. La teoría racial inglesa llevó al señor Churchill y a sus amigos, a la conclusión de que las naciones de habla inglesa como únicas naciones de pleno derecho, que debían dominar al resto del mundo".
En el mismo año, se reorganizó la industria militar: como resultado de la reforma, aparecieron el Ministerio de Armas de la URSS y el Ministerio de Defensa de la URSS. Sobre la base de una serie de empresas militares creadas durante los años de la guerra, comenzó la construcción de tres industrias: cohetes (que luego se convirtió en espacio), radar y nuclear. Su construcción tomó una parte significativa de los recursos producidos por el país. La economía soviética todavía se llamaba de la «retaguardia». Solo esta retaguardia, fue quien aseguró el mantenimiento de la capacidad de defensa del país en las condiciones de la Guerra Fría.
Así, se hubo conservado el modelo de movilización de la economía soviética. En 1945, el volumen de producción de la industria en su conjunto era el 92% del nivel de 1940. En 1950, la producción de productos de ingeniería en la URSS fue 2,3 veces mayor que en 1940. Esto aseguró una recuperación rápida. En términos de la mayoría de los indicadores económicos, la URSS alcanzó el nivel anterior a la guerra ya en 1948. Inglaterra, Francia y otros países europeos alcanzaron el nivel anterior a la guerra solo en la década de 1950.
Durante los años de los planes quinquenales bajo la dirección de José Stalin, en concreto en esos 13 años, en los que “una enorme fuerza social, en la que nuestro pueblo sentía su propio potencial, con la que se guiaba, en su trabajo creador, y en sus empresas”, permitió que en el país se llevase a cabo un proceso de industrialización sin análogos. La URSS renovó de un modo radical y vertiginoso, toda la base industrial del país, construyendo 9.000 nuevas fábricas, minas, centrales eléctricas: Y entonces se consiguió alcanzar un crecimiento nunca visto de la producción: por ejemplo, durante el segundo plan quinquenal, que se ejecutó con antelación (4 años y 3 meses), el crecimiento fue del 73%, a una media anual del 17,25. Fue así como la Unión Soviética dejó atrás su atraso económico y técnico y cómo su producto interno bruto creció en 6,5 veces y la producción de medios de producción en 10 veces.
Más aún, aprendimos a hacer de todo por nosotros mismos, llegando a ser prácticamente independientes económicamente. El peso específico de las importaciones en 1937 ya no superaba el 0’7%. La URSS se convirtió en un país industrialmente desarrollado, alcanzando un nivel de estructura industrial equiparable al de los países más desarrollados del mundo, y por volumen de producción industrial, nos situamos en el segundo lugar, solo por detrás de los EE. UU., algunos de cuyos indicadores, mejorábamos en cuanto a tiempos de crecimiento industrial.
¿De esta forma se colapsaría el país, y la economía planificada amenazaría su supervivencia, como hasta hoy invoca el imperialismo? Nada más lejos, nada de eso se corresponde con esa definición. Más bien yo diría que todo lo contrario, entonces nuestro país experimentó un enorme progreso en su desarrollo.
Y esta estructura económica y de desarrollo continuó, aunque con unos tiempos más moderados (3-4% anuales), durante todo el periodo soviético, lo que no hacía más que confirmar, que el modelo económico soviético disponía de recursos comprensibles y eficaces, de mecanismos de desarrollo.
En la actualidad es China, la que ha alcanzado ese segundo e incluso primer lugar en el mundo, un país que estaba extraordinariamente retrasado tecnológicamente. En esa economía reformada de la República Popular de China, de un modo cercano y firme se conjugan tanto los métodos abiertamente capitalistas, como los métodos socialistas de planificación. Pero fuera como fuese, en el país todos estos años se ha desarrollado la industrialización a toda máquina, repitiendo en su desarrollo prácticamente el mismo modelo estratégico de la época de Stalin.
La RPCh, fruto de sus enormes logros no hace sino avanzar hacia delante en ese desarrollo tecnológico vertiginoso. Tanto es así, que en 2009, si al líder mundial, los EE. UU. le correspondía el 19’9% del volumen mundial de producción industrial, y a China el 18’6%, lo que la situaba en un destacado segundo puesto, ya en 2010, esos indicadores económicos de las dos superpotencias, se igualaron, para posteriormente a final de año, presenciar como China con el 19’8% alcanzaba el primer puesto, dejando por detrás a los EE. UU. con el 19’4%.
¡Así pues el modelo de avance económico socialista, en el objetivo de la consecución del comunismo, está más vigente que nunca!
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