Por Estéban Zúñiga y equipo AAHS.
1 de octubre de 1969.
"En este aniversario jubilar de nuestro Partido, del heroico Partido Comunista de España, yo llamo a todos los comunistas, donde quiera que se encuentren, a sentir la responsabilidad del momento que se vive en nuestro país, queremos y debemos fundir el heroísmo revolucionario de que tantas pruebas ha dado nuestro partido en estos cincuenta años de lucha, con un auténtico realismo político leninista, que es lo contrario de la estrechez dogmática y de la sarna de la palabrería demagógica. Queremos abrir para la clase obrera y para nuestro pueblo las posibilidades de una lucha pacífica por la democracia y el socialismo. Y a participar en esta gran tarea revolucionaria llamamos a todos los que no les gusta la España de hoy, y en primer lugar a todos los comunistas. "
(Dolores Ibárruri. "En el aniversario jubilar, un Partido Comunista fuerte y unido". (50º Aniversario de la fundación del PCE).
Fuente: "España Republicana" del 1 de mayo de 1970).
En 1970 se cumplía el 50ª Aniversario del Partido Comunista de España (PCE) -tomando como fecha de partida el 15 de abril de 1920, cuando la Federación de las Juventudes Socialistas fundaría, en la Casa del Pueblo de Madrid, el Partido Comunista Español-. Con motivo de este 50º Aniversario, el periódico "España Republicana", editado en La Habana por comunistas españoles exiliados, iniciaría el 1 de octubre de 1969 un repaso por las diversas y duras vicisitudes por las que había atravesado el Partido. Una historia jalonada "de auge o de repliegue, de éxito y errores, de victorias y derrotas", pero siempre fiel y leal tanto al pueblo español como al internacionalismo proletario.
Recuperando las siguientes palabras de José Díaz -de rabiosa actualidad- en un
mitin electoral sobre quiénes son los verdaderos patriotas y cuales los
falsos: «Camaradas: hay una bandera que está en manos de nuestros
enemigos, que ellos tratan de utilizar contra nosotros y que es preciso
arrebatarles de las manos: la de que votando por ellos se vota por
España. ¿Qué España representan ellos? (…) la reacción (…), de una
manera abstracta, para cazar incautos, dice, grita en los carteles, en
los mítines: votando por nosotros, votáis por España, votáis por la
patria (…) hay que demostrar que quienes aman verdaderamente a su país
somos nosotros (…) pues no es posible que continúen engañando a estas
masas, utilizando la bandera del patriotismo, los que prostituyen
nuestro país, los que condenan al hambre al pueblo, los que someten al
yugo de la opresión al noventa por cien de la población (…) ¿Patriotas
ellos? ¡No! Las masas populares, vosotros, obreros y antifascistas en
general, sois los patriotas, los que queréis a vuestro país libre de
parásitos y opresores; pero los que os explotan, no, ni son españoles ni
son defensores de los intereses del país». (José Díaz, secretario
general del PCE. Discurso pronunciado en el Salón Guerrero de Madrid en
febrero de 1936).
Así se pondría en marcha en este periódico una nueva sección titulada:
"MEDIO SIGLO DE LUCHAS HEROICAS", con la intención de mostrar la lucha del PCE y de sus militantes y como habían sido capaces, sobre todo en los últimos años -a partir de 1939- de no rendirse jamás ante "las terribles condiciones de la persecución fascista, acosado y perseguido" por un régimen fascista que había "hecho del anticomunismo la razón esencial de su existencia", de supervivencia para obtener el aval de las democracias occidentales.
Relatos, advertirían, que no se tratarían "de una lección de historia con hechos ordenados cronológicamente. Pretendemos tan sólo ofrecer a nuestros lectores algunos relatos, paisajes históricos y semblanzas que serán pinceladas del complejo y apasionante camino recorrido por los comunistas españoles. Las páginas de la historia de España están abiertas. Cada día con más vigor nuestro pueblo va trazando las sendas hacia el mañana. Los destellos del futuro asoman ya en el horizonte español. Y hoy, como ayer, los comunistas españoles, prestigiados por su legión de héroes, por su fidelidad al pueblo, por su actitud ejemplar, marchan a la vanguardia aunando fuerzas diversas, en la gran batalla contra el franquismo, por la democracia y el socialismo."
En el primer relato, correspondiente al 1 de octubre de1969, se haría referencia a los comunistas asesinados y caídos durante la posguerra en España bajo el régimen fascista de Franco, y que llevaría por título en un homenaje a todos ellos, de "VOSOTROS CAÍSTEIS..., en una clara alusión a una marcha bolchevique que se cantaba en las honras fúnebres a los militantes caídos:
"Vosotros caísteis en la lucha final, amigos sinceros del pueblo."
Texto firmado por Nuria Pla, nombre que utilizaba como sobrenombre, por cuestiones de clandestinidad, la militante comunista del PSUC, además de escritora y periodista, TERESA PÁMIES. Y que sería acompañado con los rostros de comunistas caídos en la lucha contra la dictadura franquista: Julián Grimau, José Gómez Gayoso, Jesús Larrañaga, Agustín Zoroa, Casto García Roza, Cristino García y Pere Valverde.
"VOSOTROS CAÍSTEIS..."
Por Nuria Pla.
(Fuente: "España Republicana". Año XXXI - nº 687 - Páginas 3 y 4. La Habana, 1 de octubre de 1969).
"Treinta años de "victoria" franquista no han sido de paz porque ésta no puede darla ni propiciarla una victoria impuesta al pueblo a sangre y fuego, un pueblo que lo dio todo por evitarla. Los comunistas no lo aceptamos jamás. Nuestro rechazo ha exigido mucho esfuerzo, moral y sangre al Partido. Comprometerse ante la Historia y ante su pueblo, más aún cuando éste acaba de sufrir una derrota inmerecida, implica algo más que la elaboración de una perspectiva política acertada. A esta perspectiva -y nuestro Partido la dio a su hora- no se le abre camino a golpes de declaraciones sino con la acción de hombres y mujeres de carne y hueso. Estos hombres y mujeres los tuvo, los tiene el Partido. Garantía, son de que la política acertada llegue y movilice a las masas populares.
Larga sería la lista de presos, torturados, desterrados, muertos en mazmorras inmundas o sobre las piedras del "Valle de los Caídos", forzados y encadenados por el crimen de haber "perdido"... Larga lista de fusilados ante los muros de todos los presidios de España. Esta lista la cerró Julián Grimau el 20 de abril de 1963.
Hace seis años. Nuestro camarada, por el cual se había puesto en vilo todo el Partido y la opinión democrática mundial, salió de la cárcel de Carabanchel, con la serenidad que todos le conocimos, hacia le pelotón de ejecución armado, y dirigido por los que decían hablar sobre el bando "vencido".
En las celdas de la misma prisión, otros miembros del Comité Central, Pedro Ardiaca y Ramón Ormazábal, repetían en silencio el testamento que les transmitió Julián para todo el Partido: "Permaneced unidos, pase lo que pase", y el mensaje al pueblo que ha resultado profético: "Mi sangre acelerará la caída de la dictadura".
La sangre de Julián Grimau y la de Jesús Larrañaga, la de Jaime Girabau y la de Casto García Roza, aquel formidable asturiano; la de Gómez Gayoso, el maestro de Galicia, la de Diéguez y Asarta; la de Zoroa, la de Valverde y la del intrépido guerrillero Cristino...
Volvieron a España porque su Partido -nuestro Partido- no aceptaba el "fascismo para cien años". Volvieron por los difíciles caminos de la clandestinidad, en la flor de la edad, dejando atrás esposa o novia, hijos o padres, hermanos y eso que algunos llaman "un buen empleo".
Llevando por todo equipaje la palabra y la brújula del Partido, el partido de los más pobres, los más explotados, los más perseguidos y acosados pero no vencidos.
Fueron, como lo expresan los versos de un joven poeta catalán que no los conoció: "a prender fuego de estrellas en la boca del lobo" (Salvat-Papasseit), una hoguera que no prendió enseguida ante las borrascas del terror de los asesinos instalados en el poder con ayuda de otros asesinos.
Quedó vivo el rescoldo de aquel fuego y allí sigue.
Un día, los mineros asturianos lo reavivaron con luchas inauditas y se encendió la hoguera cuyo resplandor llegó a toda España y más allá. El primer homenaje de Asturias al asturiano Casto asesinado por Franco. Luego sería la clase obrera de Cataluña y el pueblo de Barcelona con su huelga general, la primera de la "paz" franquista. Homenaje temprano al obrero de Sabadell, Jaime Girabau, asesinado por Franco. Reavivó la hoguera la clase obrera vasca de cuyo seno saliera Larrañaga, comunista, euzquera e internacionalista... allí queda, ¡allí queda! el rescoldo que conservarían y alimentarían las luchas estudiantiles, la acción valerosa de los intelectuales más dignos, de los sacerdotes cercanos al pueblo... La clase obrera de Madrid, rendiría al madrileño Julián Grimau el homenaje más impresionante con un movimiento proletario y democrático sin precedentes en la capital de España.
Nuestros camaradas pretendieron aquel fuego en plena tormenta de sangres, con escaso combustible, ante la desesperación y el desánimo de muchos, cuando tantos decían, "no hay nada que hacer", cuando otros afirmaban: "todo está perdido", mientras el "vencedor" fusilaba a mansalva. Cuando los cómplices de éste, con Europa en sus garras, arrojaban cada hora a centenares de hombres, mujeres y niños a los hornos crematorios, entre ellos decenas de miles de republicanos españoles (6.000 sólo en el campo de exterminio de Mathausen).
Y con todo, ellos fueron a prender e fuego, alimentado constantemente con la acción la voluntad y la inteligencia de miles de comunistas y no comunistas, muchos de ellos nacidos o crecidos en plena orgía de crueldad y de terror, mientras se consumían en las cárceles miles de españoles "plens de raó" (llenos de razón) como cantaría un chico nacido el año cuarenta y llamado Raimon.
Y no olvidamos a nuestras camaradas. ¡Cuántas murieron en las Ventas y en el Puerto de Santamaría!
Fueron hombres y mujeres de una promoción de comunistas, que habían preparado la victoria pacífica del Frente Popular, junto con socialistas y republicanos, anarquistas y nacionalistas. Habían defendido esa victoria cuando Franco y la reacción española, con ayuda de Hitler y Mussolini, quisieran destruirla con una guerra atroz. Muchos de esos camaradas habían cantado por nuestras calles y plazas, en los frentes, entre viñedos y olivares: "quizá el camino hay que regar, con sangre de la juventud".
Así durante años. Hubo de regar el camino con sangre, de los jóvenes y de los menores jóvenes. No ha caído en vano. La de Julián fue la última y lo que ésta sembró y regó es hoy más evidente. Con su autenticidad humana, la solidez de sus convicciones revolucionarias, su modestia y nobleza, Julián Grimau sacudió los cimientos carcomidos por el crimen y la corrupción de los "vencedores", convertidos en multimillonarios y burócratas, verdugos y vendepatrias. Los cimientos que Julián sacudió los habían minado los camaradas que le precedieron, las primeras luchas que ellos prepararon, las embestidas que "aquel toro" que, como predijo Rafael Alberti, "ni tenía rotas las asas ni el testuz vencido".
Pero es más. Ellos impidieron que en esos treinta años de "paz", el mundo se acostumbrara a Franco. Que fuesen olvidados sus crímenes y su origen. Que las nuevas generaciones lo "integren" a la época. Y este hecho tiene un valor histórico incalculable pues la opinión de cada país, al rechazar a Franco, lucha a la vez contra sus propios reaccionarios y fascistas. A este combate han contribuido y contribuyen miles de comunistas emigrados que, a la vez, han impedido la desbandada y la degeneración de una emigración formada esencialmente de combatientes y que se ha nutrido y se nutre de todo lo que avanza en España.
Cuando rendíamos póstumo homenaje a los muertos en la lucha armada, cuando enterrábamos a Jaume Graells o a Tolín, a Trifón Medrano a Antonio López Raimundo en Madrid o en Barcelona, cantábamos la marcha fúnebre de los bolcheviques: "Vosotros caísteis en la lucha final, amigos sinceros del pueblo".
Lo fue para ellos pero esa misma lucha continúa para nosotros y a nuestro lado, nuevas promociones, muchachos y muchachas que hoy dicen: "Me hice comunista el 20 de abril de 1936".
Y en la brecha seguimos, sin olvidarles pero sin escudarnos en ellos para eludir nuevos problemas, sin que su recuerdo nos tire hacia atrás si no aferrándose a su ejemplo para avanzar, para que nuestro Partido sea lo que ellos quisieron que fuera: músculo y conciencia de la clase obrera."
Enlace consultado.-
https://www.lavozdeasturias.es/noticia/opinion/2020/07/21/pce-1936-39-venda-ojos/00031595352524308162346.htm
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