En
horas de la mañana del 4 de mayo, en el pueblo costero de Chuao (estado
Aragua) un grupo de ocho mercenarios a
bordo de un bote fue capturado en un trabajo conjunto entre pescadores locales,
la policía regional y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Resultaron
detenidos el ex capitán Antonio Sequea Torres; su hermano, el ex mayor general
Juvenal Sequea Torres; Adolfo Baduel, hijo del ex general Raúl Isaías Baduel;
además de dos estadounidenses vinculados a la empresa Silvercorp.
Antonio
Sequea junto a Leopoldo López, durante el fallido golpe de abril de 2019
Esta fallida incursión forma parte de
la denominada “Operación Gedeón”, a cargo de la contratista militar
estadounidense Silvercorp, cuyo propietario es Jordan Goudreau, que intentó sin
éxito un desembarco armado en Macuto (estado La Guaira) un día antes en horas
de la madrugada.
El
día de ayer, Antonio Sequea Torres publicó un video acompañado
de mercenarios fuertemente armados donde afirmaba ser comandante de esta
operación.
Su
involucramiento también lo confirmó su esposa, Verónica Noya, en una entrevista
al medio TVV Noticias. Noya aseveró que el ex capitán formaba
parte de este movimiento armado y que se encontraba en la
clandestinidad luego del fallido golpe de estado del 30 de abril de 2019, donde
también participó.
Por
su parte, el ex mayor general Juvenal Sequea Torres afirmó en una entrevista para el medio VPI,
transmitida poco antes de la captura en Chuao, que la operación en términos
generales contaba con el apoyo de Colombia y de Estados Unidos, aunque evitó
ofrecer detalles. Antonio Sequea formaba parte de una especie de primera
avanzada y aseguró que vendrían más acciones contundentes.
Recalcó
que el impulso de las acciones vino, en buena medida, de la falsa acusación de narcoterrorismo realizada
por el Departamento de Justicia contra los líderes venezolanos que ocupan altas
responsabilidades de Estado:
“Fue
Estados Unidos quien sacó ese decreto, para nosotros la acción era política,
pero basándonos en esto que hizo Estados Unidos con respecto a Maduro, ya
estamos hablando de una acción policial. Es decir, sí tomamos en cuenta las
directrices de Estados Unidos y, producto de esto, es nuestro accionar
también”, respondió Juvenal frente a la pregunta de la periodista de VPI sobre
si tenían contacto directo con oficiales estadounidenses.
El
vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, publicó los videos de la captura de los
mercenarios, indicando que Antonio Sequea era el “líder de la operación
terrorista”. También publicó las declaraciones de Adolfo Baduel, quien
afirmó que los dos estadounidenses detenidos trabajan
con el equipo de seguridad del presidente Trump-
Parte de las armas y material bélico confiscado
A medida que pasan
las horas, las trazas de Estados Unidos en la confección y despliegue de la
operación mercenaria contra Venezuela se hacen cada vez más visibles. El
protagonismo absoluto que la mediocracia le ha querido conferir a Jordan
Goudreau, en un intento por desvincular a Washington, va perdiendo efectividad.
Frente a este
cuadro de agresión militar, la FANB ha activado la alerta del Sistema
Defensivo Territorial para neutralizar nuevos intentos de
desestabilización elevando el apresto y coordinación de las unidades militares,
policiales y civiles.
Se trata de un
despliegue militar masivo para sofocar movimientos mercenarios que pudieran
estarse preparando en tierra.
“Todo el Sistema Defensivo Territorial, con el apoyo de los organismos de
seguridad, ejecutan operaciones de patrullaje y escudriñamiento, especialmente
en la región costera, con el objeto de localizar otros posibles involucrados y
determinar sus conexiones, por lo que no se descartan detenciones adicionales”,
indicó el cuerpo castrense venezolano a través de un comunicado firmado por
el general y ministro de Defensa Vladimir Padrino López
A medida que la
operación pierde impulso, Guaidó ha decidido correr hacia adelante negando su
vinculación con Jordan Goudreau, pese a que su firma figura en un contrato con
Silvercorp por 212 millones 900 mil dólares para ejecutar una intervención
armada contra el país.
Sin embargo, ha
dado un giro de 180 grados. En un comunicado reciente, el gobierno fake de
Guaidó ha legitimado la “Operación Gedeón”, aceptando que no se trata de ningún
montaje, pidiendo el respeto de los “derechos
humanos” de los mercenarios. Es evidente que se ha vinculado
directamente.
El gobierno de
Colombia también se ha intentado desvincular y
Washington niega cualquier tipo de nexos con
los eventos de las últimas horas. Debido al fracaso de la incursión por Macuto,
los medios y políticos del antichavismo han cartelizado una narrativa de
control de años para presentar este hecho como una especie de montaje
gubernamental, aunque Guaidó ha tirado al piso estos esfuerzos.
Las incursiones
fallidas por Macuto (La Guaira) y Chuao (Aragua) dan cuenta del planteamiento
geográfico de la operación y de la distribución de roles y capacidades.
Mientras el ex
capitán Robert Colina, alias “Pantera” (abatido en Macuto), se encargaría de
consolidar una célula en La Guaira, con miras a proyectarse hacia Caracas, en
las costas del estado Aragua Antonio Sequea le daría forma a una especie de
cabeza de playa para el desembarco de armas, recursos logísticos y del pelotón
mercenario que exhibió en su exaltado video para las redes sociales.
Ambos movimientos
fallaron en su cálculo original: alias “Pantera” consideraba que una incursión
nocturna no llamaría la atención de las fuerzas de seguridad, mientras que
Antonio Sequea apostó a un desembarcó silencioso en una población de pescadores
y productores de cacao que no estaría, en teoría, preparada para detectar su
llegada.
Luego del fracaso
de la intentona comandada por Clíver Alcalá vía frontera colombiana en marzo
(donde también participó alias “Pantera”), los planificadores estadounidenses
decidieron cambiar el enfoque hacia una invasión por las costas.
Apostaron por
Macuto, aprovechando el repliegue social por la pandemia de Covid-19, para
acortar distancias y tener una vía directa de llegada al centro del poder
político en Venezuela: la cotizada Caracas y su Palacio de Miraflores.
Bajo esa lógica, y
mientras se consolidaba la célula de alias “Pantera” en La Guaira, Sequea
aprovecharía las ventajas de Chuao: un poblado conectado a la cordillera
montañosa del Parque Nacional Henri Pittier, por donde se puede llegar,
caminando, a las zonas de Puerto Maya y Puerto Cruz, pero también a la Colonia
Tovar y a El Junquito, era un espacio virtualmente seguro para el transporte de
armas y recursos sin emplear las vías terrestres tradicionales, sorteando la
presencia de efectivos policiales y militares.
Chuao también
ofrecía una ruta directa hacia las ciudades aragüeñas de Turmero y Maracay,
donde se encuentra la poderosa 4° División Blindada del Ejército venezolano y
su cuartel general. En esta unidad militar estratégica que abarca la región
central del país y parte de los llanos, reposa uno de los principales parques
de armas del país y lo más sensible y estratégico de su artillería.
Probablemente la
incursión por Chuao buscaba inhibir este importante eje de gravedad del poder
militar venezolano, toda vez que el ex capitán Robert Colina aprovecharía esa
ventaja momentánea en función del deseado golpe definitivo en Miraflores.
A esta hora no se
puede dar por sentado que la “Operación Gedeón” haya sido desmantelada por
completo, pues la FANB sostiene todavía el estado de alerta tomando en cuenta
que habría otras células mercenarias-terroristas desplegadas en distintas zonas
del país.
En las dos
incursiones fallidas en las últimas 48 horas la clave ha sido la organización
del pueblo y sus redes propias de inteligencia.
Enlace original: https://medium.com/@
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