Este sábado 22, a las 19,30 hs., en la Sala de la Estafeta del Ateneo de Madrid visionaremos la excelente producción bielorrusa "La Fortaleza de Brest".
Película excepcional por su contenido. En el posterior debate, analizaremos la importancia que para la victoria sobre el fascismo tuvo el pueblo soviético.
Esperamos vuestra asistencia.
A continuación desarrollamos la ponencia del acto.
Brest, una hazaña que anticipó
la Victoria.
Por Nestor Guadaño.
La
fortaleza de Brest (Брестская крепость), es una película
realizada en Bielorrusia por Belarusfilm en el 2010. En enero del 2007 surgió la idea de relatar lo más
fehacientemente posible los sucesos que tuvieron lugar en la Gran Guerra
Patria. Para ello, el 26 de Enero del 2008, los responsables de cultura de
Rusia y Bielorrusia, fomentaron su realización, decidiendo que fuese Alexandr
Kott quien la dirigiera.
Guión: Igor Ugolnikov y Konstantin Vorobyov.
Música: Yuri Krasavin.
Fotografía: Vladimir Bashta
Intérpretes:
Andrei Merzlikin, Pavel Derevianko, Alexandr
Korshunov y Alexei Kopashov.
Sinopsis
La
película narra la hazaña de la Defensa de la Fortaleza de Brest contra el
Ejército Nazi, en Junio 1941.
El
modo de relatar la película por Alexander Kott, es muy singular. La narra desde
el punto de vista de un niño de quince años, resistente en la fortaleza, Sasha Akimov, el cual
detalla su experiencia con los tres responsables de la defensa desde varios
ángulos distintos: El comandante del Regimiento Piotr Gavrílov, el comisario
político Yefim Fomín, y el comandante del 9º Regimiento de
Guardiafronteras, Andréi Mitrofánovich
Kizhevatov..
Su realización
Desarrollar esta película
supuso dos años, entre la preparación de los escenarios y su filmación, para ello el director Alexandr, tuvo la oportunidad singular de tener todos los
medios necesarios para contar la historia ajustándose a los hechos, de forma lo más fiel posible. Sus secuencias
principales se filmaron en el propio memorial de la Fortaleza de Brest. Se
construyeron los paisajes de las viviendas anteriores a la guerra, una copia
exacta de la Puerta de Kholm. Participaron como extras habitantes de la
localidad.
Kott esencialmente plasma, como
los grandes maestros soviéticos, en perfilados momentos toda la trama con grandes
dosis de integración del espectador con los sucesos contados, pues unía su
habilidad como fotógrafo a sus recuerdos bélicos, pues su padre se los relató ya que participó en numerosos combates.
Posteriormente, Igor Ugolnikov
con todo el material rodado realizó para la televisión una serie de cuatro
partes, con la versión completa que incluían noticiaros de la época, que fueron
distribuidos en el resto de Europa por Channel One, exhibida en muy pocos
países con el nombre de “Fortaleza”.
Brest, una hazaña que anticipó
la Victoria.
En
la madrugada del 22 de junio, sin previo aviso ni declaración alguna, escuadras
de la Luftwaffe alemanas descargaron sus bombas sobre aeródromos, vías
ferroviarias, bases navales y ciudades fronterizas de la Unión Soviética. Estas
fueron las palabras de Vyacheslav Molotov, Ministro de Relaciones Exteriores de
la Unión Soviética, cuando informó al pueblo soviético del inicio de la guerra:
"La nuestra es una causa justa. El enemigo debe ser derrotado. La
victoria será nuestra".
La
primera gran batalla de la Operación Barbaroja fue la realizada en la fortaleza
de Brest-Litovsk, la cual, debido a su ubicación estratégica controla la
frontera con Polonia, los cruces sobre el río Bug, la principal línea
ferroviaria hacia el este, y la carretera Varsovia-Moscú.
El
Ejército Rojo disponía en Brest de dos divisiones. En aquellos días de Junio,
la mayoría de los soldados estaban desplazados en maniobras en el este, y
solamente alrededor de 7.000 combatientes quedaban, además de 3.000 milicianos
fronteriles en las aldeas cercanas. Quienes componían la defensa eran la
mayoría comunistas y komsomoles, que estaban en la posición más avanzada de la
URSS.
Su
heterogénea composición, abarcaba desde las compañías de fuerzas de la Cheká (del
Ministerio del Interior) del 9º Batallón Fronterizo, el 17º Destacamento de
Guardiafronteras “Bandera Roja”, el 33º Regimiento Independiente de Ingenieros,
el 18º Batallón Independiente de Comunicaciones y el 393º Batallón de
Artillería Antiaérea.
Por
las numerosas huellas que dejaron los proyectiles, cuando hoy se visita la ciudadela,
se puede imaginar lo feroz que fue el ataque de los nazis. En algunas partes de
la fortaleza aún se notan los efectos de los lanzallamas.
Los soviéticos, a pesar
de tener un pacto de no agresión, tenían bien a resguardo en la fortaleza, alimentos y municiones, además pusieron a
salvo a sus familias y a la población de la ciudadela, en los sótanos y
mazmorras.
Tras
un durísimo bombardeo artillero, los nazis creían que en quince minutos
tomarían los fuertes, pero compañía tras compañía iban cayendo cuando atacaban,
ante el muro inexpugnable que habían creado los defensores en todas las
estancias de la ciudadela. Inclusive fueron desalojados los hitlerianos de la
iglesia que habían capturado en un contrataque de los fusileros soviéticos,
eliminando a 70 nazis, igualmente sucedió en el fuerte de Trespol cuando 300
resistentes hicieron retroceder a un regimiento fascista.
Aquí,
la llamada “guerra relámpago” no funcionaba, a pesar de todos los ataques,
inclusive con artillería de gran calibre y lanzallamas, los soviéticos no
retrocedían, a pesar de la escasez de municiones, alimentos, agua y medicinas,
la guarnición consiguió frenar el empuje del enemigo pero tras más de treinta
días y noches finalmente los alemanes tomaron bajo control la mayor parte de la
fortaleza. Pero los últimos días, a pesar de todas las penalidades, en
destacamentos pequeños bajo el mando de comisarios y komsomoles siguieron
peleando y defendieron, con tesón y abnegación cada instalación o paso
subterráneo. Entonces, sufriendo bajas enormes, una división alemana los
cercaba (más de 15.000 alemanes).
Cayeron
casi todos los defensores de la fortaleza. Solamente unos cuantos combatientes
pudieron escapar del cerco enemigo y moverse hasta la línea del frente. La
mayoría de los heridos, fueron capturados por los alemanes. Incluso algunos,
lograron fugarse de la prisión.
Una inscripción
grabada en el ladrillo fundido por el fuego, de una de las celdas de la
fortaleza, lleva fecha del 20 de Julio, y para todos los rusos, bielorrusos y
soviéticos es una de las frases más famosas del siglo pasado:
"¡Me muero pero no me rindo! ¡Adiós, Patria!"
El hecho de que
una división entera no pudiera doblegar en un mes una fortificación que, según
el plan, debería haberse rendido en un cuarto de hora, conmovió a los
mandatarios nazis. Por eso, en agosto de 1941 el mismo Hitler y Mussolini fueron a la fortaleza de Brest para verla con sus
propios ojos. La vicedirectora del museo de la fortaleza de Brest, Larisa
Bibik, menciona:
"Entraron en la fortaleza y vieron las huellas de la lucha tenaz,
vieron toda la destrucción. Según sus informes, los atacantes nazis no
cometieron ningún error. Creo que se dieron cuenta de la valentía y el coraje soviético”.
Lo ocurrido en
Brest, no es una gesta singular, pues a lo largo de toda la contienda, hubo
miles de combates parecidos a Brest (Liepaja, las islas Moonsund, Sebastópol,
Leningrado, Smolensk, etc.), que demostraron la cohesión de la población con su
modo soviético de existir, con la solidez del socialismo frente al capitalismo
imperialista, porque como decían en sus canciones, los soviéticos luchaban por
una causa justa.
Consecuencias de Brest
La fortaleza de
Brest se convirtió en un símbolo de la resistencia inquebrantable y el coraje
de los combatientes soviéticos. Muchos
defensores de Brest fueron condecorados, a título póstumo, con diversas órdenes
y medallas, de la Bandera Roja, de la Estrella Roja, al Valor en combate, etc.
Kizhevatov
y Gavrílov fueron condecorados como Héroes de la Unión Soviética, el homenaje
de agradecimiento más alto del pueblo soviético, mientras que Fomín recibió la
Orden de Lenin, la segunda condecoración de más importancia.
Sus
héroes eran obreros y trabajadores comunes, de todas las nacionalidades
soviéticas, honestos, que al verse rodeados por tantas tropas nazis, a ninguno
les pasó por la cabeza, rendirse, prefirieron resistir o morir en combate.
Muchos de ellos portando con orgullo sus insignias del komsomol, de la Cheká y
del Partido. A pesar de sus terribles pruebas, en sus diarios y manuscritos
dejaron consignados su profundo sentimiento porque el socialismo superará todo,
“…Moriremos pero no nos iremos de aquí”.
Este es el legado más importante a la humanidad, del poder soviético y de la
cultura de clase de la Unión Soviética: …alzarse
contra las ideas y los regímenes fascistas, porque sus sanguinarios crímenes
tienen que ser respondidos firmemente.
El
22 de junio toda Rusia y las repúblicas de la antigua URSS recuerdan con actos
solemnes el inicio de la invasión nazi a la Unión Soviética, que inauguró el
dramático periodo de la Gran Guerra Patria.
En
1971
se inauguró en Brest un impresionante complejo conmemorativo a las víctimas de
los primeros días de la guerra. Obra del famoso artista soviético A. Kibalnikov.
Dos esculturas enormes, "La Valentía" y "La Sed", el Panteón de la Gloria, la Plaza de Ceremonias, las ruinas conservadas de la
antigua fortaleza y los cuarteles reconstruidos, junto con el puesto fronterizo
que se mantiene operativo hasta hoy, integran un complejo singular que ocupa 70
hectáreas en un paisaje natural único entre el Bug del Oeste y el Mujovets.
Cada
año, los veteranos se encuentran aquí con los escolares, para enseñarles cómo vivieron la
tragedia. Cada año, a las 4 de la madrugada, se tiran coronas de flores en las
aguas del río fronterizo para homenajear a todos los soldados caídos en la Gran
Guerra Patria. El número total de personas fallecidas en la URSS como resultado
de la Gran Guerra Patria fue de 26,6 millones de personas, de las cuales
8.668.400 pertenecían al Ejército Rojo. Ningún otro país sufrió tantas bajas.
Miles
de turistas procedentes del mundo entero vienen cada año a la fortaleza de
Brest para rendir homenaje a la memoria de sus defensores heroicos.
Mediante
el Decreto del Presídium del Soviet Supremo de la URSS, la Fortaleza de Brest
recibió el 8 de mayo de 1965 la Medalla de Oro y el título
honorífico de "Fortaleza Héroe".
Reconocimientos de la película
Filmada
en el lugar de los hechos, en Brest y en la localidad de Pruzhany, fueron reproducidos hasta el mínimo
detalle todos los monumentos destruidos en la batalla, como la Puerta de
entrada al recinto, los fuertes, el hospital, las habitaciones, con gran
cuidado, que hace muy cercana su visión.
Numerosos
premios tuvo en Rusia y Bielorrusia. Está considerada por la crítica
especializada como una de las mejores lecciones cinematográficas sobre la guerra. En concreto, el filósofo escritor social V.V. Kaftan, gran conocedor de las películas de
guerra recientemente comentó: “La peculiaridad
de esta película es el hecho de que las historias retratan el comportamiento
valiente de unas personas, entrelazadas como una obra pictórica, en la heroica
defensa de la fortaleza. Parece que la película alcanzó el objetivo para el que
fue rodada: empatía con las primeras víctimas y héroes de la gran guerra patria”
(1)
Según van pasando los años, esta película esta cada vez más valorada. Recientemente muchos críticos cinematográficos, la consideran como la mejor película mundial sobre la guerra de los últimos veinticinco años.
Notas:
(1). Kaftan,
V.V. Artículo “Contrarrestar la degeneración de la conciencia de la sociedad
rusa en el proceso educativo de la universidad”. Publicado en la revista Cherepovets, por la Escuela Superior de
Ingeniería Militar. No. 3, página 4. Año 2.012, en ruso.
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