Por Federico Rubio Herrero.
La
población española en 1930 era fundamentalmente rural: un 45,5 por
ciento de la población activa trabajaba en la agricultura o ganadería,
por lo que la tierra seguía siendo la fuente principal de la riqueza
nacional y el control de la misma era lo que determinaba la posición
social de la mayoría de la población.
Tras
declararse la Segunda Republica se promulgó la importante ley de
Reforma Agraria. El ambicioso proyecto propuso expropiar grandes
latifundios para repartirla entre sus jornaleros; además de otras muchas
mejoras para los trabajadores del campo: modernización, subida de
salarios, jornada de ocho horas, seguro de accidentes para campesinos,
prohibición de expulsar a los campesinos arrendatarios, obligacion a los
terratenientes a cultivar las tierras y no dejarlas baldías, créditos a
los campesinos para la explotación de sus tierras, etc.
A
pesar de las grandes expectativas que había levantado la aplicación, la
ley de Reforma Agraria estuvo muy limitada. A finales de 1933 solo se
habían ocupado 24.203 Ha. Repartidas entre 4.403 campesinos. Los motivos
pudieron ser que tenía recursos claramente insuficientes, debido a la
falta de dinero de la hacienda pública, sumado al boicot que realizaron
los propios terratenientes y la banca privada, vinculada familiar y
económicamente a estos. La lentitud y dificultades en la aplicación de
la Ley se intentó paliar con el Decreto de Intensificacion de Cultivos
del 22 de octubre de 1932, que permitía la ocupación temporal de fincas
que hubieran dejado de ser cultivadas. Pero finalmente, en las
elecciones de 1933 ganó la CEDA, partido conservador por antonomasia, y
paralizó el Decreto.
La
reforma sin ser un fracaso absoluto, representó una gran frustración
para los campesinos. El malestar general se percibía desde los sucesos
de la Villa de Don Fadrique (Toledo), donde en un levantamiento popular
campesino resultaron varias personas heridas de gravedad, el 8 de Julio
de 1932. El fallo de la reforma agraria fue una de las causas
principales de la aguda agitación social del periodo 1933-1934
(incluyendo los sucesos de Casas Viejas), pues muchos campesinos se
sentían decepcionados por no ver cumplida la promesa del reparto de
tierras. Esto llevó a la radicalización de la FNTT (Federacion Nacional
de los Trabajadores de la Tierra), a la que se habían afiliado muchos
campesinos, que experimentó por ello un crecimiento espectacular.
Por
otro lado, los propietarios se unieron en un bloque de oposición. Ya en
agosto de 1931 crearon la Asociacion Nacional de Propietarios de Fincas
Rusticas, desde donde boicotearon la reforma agraria y, contribuyeron
notablemente al retraso en su aprobación y aplicación.
En
1934 el paro agrario aumentaba, había más de 400.000 parados, el 63 por
ciento del total. Ante estas condiciones, la FNTT convocó huelga de
jornaleros para el 5 de junio de 1934, momento en que iba a comenzar la
cosecha, en defensa de las conquistas sociales del primer bienio ( en
contratos, empleo, salarios, reconocimiento de sindicatos, jurados
mixtos, etc.). La convocatoria sería considerada por el Gobierno como
revolucionaria y, por tanto, fue prohibida. La huelga afectó a mas de
500 municipios de Andalucia, Extremadura y La Mancha, y a unos 200 mas
en otras provincias. Duro de cinco a quince días, dependiendo del grado
de implantación socialista en cada lugar. Fue la mayor huelga agraria de
la historia de España. Algunos líderes campesinos fueron encarcelados,
de los cuales, 600 jornaleros extremeños, numerosos ayuntamientos
socialistas fueron destituidos y varias "Casas del Pueblo" fueron
clausuradas.
Cinco meses
después, en octubre, se produjo la revolucion de 1934. En la zona
latifundista, Andalucia, Extremadura, La Mancha, los campesinos agotados
por la violenta represión durante la huelga del pasado junio,
difícilmente pudieron secundar la nueva huelga. Aunque en algunas
localidades si se produjeron algunas revueltas. Por ejemplo, los casos
de Villarrobledo (Albacete), Algeciras (Cadiz), Prado del Rey (Cadiz),
La Carolina (Jaen) o Teba (Malaga). En todos ellos hubo enfrentamientos
con la Guardia Civil, asaltos a los ayuntamientos e incendio de los
juzgados e Iglesias, con el resultado de numerosos muertos y decenas de
detenidos.
A principios
de este año el desempleo en el campo ascendió al 20 por ciento,
coincidiendo con la crisis y un periodo de lluvias que impedían realizar
las labores. Una de las regiones más afectadas fue Extremadura, muy
dependiente del campo, y castigada muy duramente por las circunstancias
ocurridas años antes.
En
consecuencia, a primeras horas de la mañana de hoy ante la desesperación
y el hambre y siguiendo instrucciones de la FNTT, 85.000 junteros
extremeños, de más de 280 pueblos, provistos de azadas y demás
herramientas han ocupado 250.000 Ha. De terreno de forma pacífica y
perfectamente organizada.
La
táctica no puede haber obtenido mayor éxito. Con esta acción, los
campesinos han ocupado mucha más tierra de la que se les había entregado
en los últimos cinco años.
TRANSCRIPCION DE LA HOJA DE INSTRUCCIONES DE FNTT A LOS CAMPESINOS EXTREMEÑOS
1.
A las cinco de la madrugada del día 25 del actual, los campesinos de
cada localidad se concentrarán sigilosa y rápidamente en diversos puntos
de las afueras del pueblo, procurando ir todos provistos de azada y
demás instrumentos propios para efectuar un deslinde.
2.
Efectuada así la concentración, con el mismo sigilo y la misma
actividad emprenderán la marcha hacia las fincas que deban ser
incautadas.
3. Ya en ellas, se trazaran las lindes
correspondientes, no de la parcela que pudiera corresponder a cada uno,
sino de la extensión total que haya de tener la parte incautada.
4. Con este acto y un Viva la Republica, dado este por el que vaya al frente del grupo, se tendrá por realizada la incautación.
5.
Seguidamente regresarán al pueblo y, una vez reunidos todos los grupos,
se dirigirán ordenadamente al ayuntamiento, y en el que penetrará la
Junta Directiva. Requeridos el Alcalde y cuantos concejales sea posible
más algún funcionario, se levantará acta de esta comparecencia, cuyo
modelo os adjuntamos, la cual deberá ser firmada por los representantes
del ayuntamiento y por los de la sociedad obrera, así como también por
el funcionario que actúe de secretario en aquel momento
6.
De allí y con todo el orden posible, los compañeros se trasladarán a la
"Casa del Pueblo", en donde se celebrará asamblea general para hacer
constar que la sociedad obrera acaba de tomar posesión de tales o cuales
fincas en nombre de todos los vecinos del pueblo, y seguidamente se
comenzará, bien por la asamblea en pleno o bien por una comisión
designada por ella misma, al estudio de la manera como haya de llevarse
el trabajo: si individual o si colectivamente. Este consejo del
secretario opina que la mejor es la forma colectiva; pero si una
respetable parte de la asamblea opina lo contrario, será de desear que
se hiciera de las dos maneras.
7. Sea cual sea la
manera acordada y aunque no se hubiera acordado ninguna, al siguiente
día y en los sucesivos Irán a las fincas incautadas todos los campesinos
o una parte de ellos, a continuar la operación de deslinde y a comenzar
la del cultivo adecuado.
8. Si en alguna ocasión,
alguien se opusiera a la realización de lo anteriormente indicado,
deberá adoptarse una de estas dos conductas: a) si el que se opone es
autoridad o agente de ella, se le oirá con respeto, se le contestará con
igual respeto y con la mayor brevedad y se le obedecerá solamente si lo
que ordena no es contrario a los intereses de la Republica y de los
trabajadores, que en el momento presente son los mismos. B) si el que se
opone no es autoridad ni agente de ella, se le desoira en lo posible y
no se que obedecerá en nada.
9. Se realizarán los
mayores esfuerzos para evitar todo daño evitable a las fincas incautadas
y a las otras: a las primeras porque ya serán de los campesinos, a las
otras porque habrán de serlo algún día.
Badajoz a 20 de marzo de 1936
EL CONSEJO PROVINCIAL DEL SECRETARIADO: Diego de la
Cruz, Nicolás de Pablo, Juan Sosa, Antonio Rodriguez, Antonio Pulgarin y
Domingo Mendoza.
Fuente:
Federico Rubio Herrero ("Cronologia mundial durante el Gobierno del
Frente Popular, febrero-julio 1936"). Pags. 55, 56, 57 y 58.
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