Por Gladys Martínez López.
Omar Barghouti (1964) es uno de los fundadores y teóricos del Movimiento de boicot, desinversión y sanciones (BDS) a Israel, formado e
impulsado por decenas de organizaciones, sindicatos y comités
palestinos desde 2005, y miembro fundador de la Campaña Palestina para
el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI, por sus siglas en
inglés). El 31 de enero visitó Madrid junto con los activistas Manal
Tamimi y Munther Amira para dar la conferencia ‘Resistencia no violenta y
boicot a Israel por los derechos humanos’, pero el acto tuvo que ser
trasladado a una dependencia municipal después de su cancelación por
Casa Árabe.
Vinisteis a Madrid a dar una conferencia que fue cancelada por Casa Árabe. ¿Os han dado alguna explicación? ¿Crees que detrás de la cancelación había razones políticas y de presiones?
Sí, creo que Casa Árabe ha sucumbido a las presiones del lobby
israelí, algo vergonzoso porque este lobby está interfiriendo en las
instituciones democráticas de España y minando la democracia, minando la
libertad de expresión, y Casa Árabe está censurando las voces de
defensores palestinos de los derechos humanos para calmar al lobby
israelí.
Orange y otras empresas abandonaron Israel en 2016 tras intensas campañas de BDS. ¿Cuáles son los logros del BDS casi 12 años después de su lanzamiento? ¿Son suficientes?
Nos llevaría muchas horas repasar todos los logros del movimiento,
pero en general se puede decir que ha unido a la sociedad civil
palestina en la reclama de tres derechos básicos: fin de la ocupación,
fin del apartheid israelí y el derecho de los refugiados palestinos al
retorno. Y colocamos esos derechos en la agenda globalmente, así es que
hoy es normal hablar del apartheid israelí, de los derechos de los
refugiados palestinos y la ley internacional.
El BDS ha jugado un papel muy importante en el aislamiento del
régimen de ocupación de Israel, el colonialismo de los asentamientos y
el apartheid a nivel académico y cultural, y empieza a tener un impacto
económico hasta el punto de que Israel hoy reconoce el BDS como una
amenaza estratégica. Ése es el término que utilizan. Y están
combatiéndolo como si fuera una amenaza estratégica mayor para el Estado
de Israel a pesar de su poder. Por ello creemos que aislar a Israel
como se aisló a Sudáfrica durante el apartheid es una parte esencial del
movimiento que defiende los derechos de los palestinos bajo la ley
internacional.
Precisamente la campaña de BDS se hace eco de la campaña de boicot contra el Estado de apartheid sudafricano que fue imprescindible para su caída en 1994. ¿Cuáles son los parecidos entre las dos situaciones?
Israel, igual que la Sudáfrica del apartheid, además ocupar Gaza y
Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este, también tiene, dentro del actual
Estado de Israel, previo a los bordes de 1967, más de 50 leyes que
discriminan contra los “ciudadanos no judíos”, que son los palestinos
nativos. Israel discrimina racialmente por ley, y no sólo políticamente,
a los palestinos por su identidad. Porque hay quien puede decir que las
democracias occidentales también tienen racismo contra los árabes, los
musulmanes, los negros, etc., y es verdad, pero no han
institucionalizado y legalizado la discriminación contra una parte de
sus ciudadanos basándose en la identidad.
Es como si el Parlamento español aprueba leyes que dicen “sólo si
eres católico y blanco tienes todos los derechos, y si eres judío,
musulmán, hindú, no los tienes”. Eso es exactamente lo que Israel está
haciendo hoy. Así es que cualquiera que diga que Israel es una
democracia que tiene un problema de ocupación o bien está engañando a la
gente o bien no entiende nada sobre leyes internacionales.
Israel discrimina racialmente por ley, y no sólo políticamente, a los palestinos por su identidad
El lobby israelí en el mundo es muy poderoso. Con los grandes medios y políticos fuertemente influenciados por él, Israel sigue siendo considerado un Estado democrático. ¿Cómo hacer frente a la propaganda?
El lobby es muy efectivo a nivel gubernamental y parlamentario porque, como mostró el documental de Al Jazeera The lobby,
Israel compra la lealtad de los cargos electos en Occidente, y a
aquellos políticos que no son fáciles de comprar los intimida. El
documental mostraba a un oficial israelí diciendo “vamos a tumbar al
ministro británico porque no apoya plenamente a Israel, porque critica
las colonias”.
Así es que el lobby israelí tiene un impacto extremadamente
subversivo sobre la democracia en todas partes. E Israel no es sólo eso,
sino que está exportando el régimen de seguridad y militarización a
Occidente, está entrenando a parte de la Policía en el Estado español y
después los civiles en España que protestan sin violencia serán
enfrentados con pelotas de goma. Ése es el impacto de Israel.
Lo que decimos a nuestros socios en España es que Israel está
empujando hacia el macartismo, hacia la represión antidemocrática, hacia
la supresión de la libertad de expresión. Y esto no afectará sólo a los
palestinos. El ala derecha en este país tampoco está interesada en la
libertad de expresión. Si ganan la batalla contra el BDS, también
vencerán contra cualquiera, contra el movimiento LGBTQ, los movimientos
de mujeres, el movimiento antiguerra, el movimiento por la justicia
social, el movimiento por el derecho a la vivienda, los ecologistas. Así
es que todos los movimientos por la justicia deberíamos mantenernos
unidos contra la represión y por la libertad de expresión.
Trump, Clinton… En lo que se refiere a Israel y Palestina, ¿hay grandes diferencias entre ellos, y entre demócratas y republicanos?
Hay una distancia cada vez mayor entre las bases del Partido
Demócrata y sus líderes. Sus líderes son corruptos y están comprados por
el lobby israelí, eso está muy claro. El principal financiador de
Clinton era un hombre de negocios israelo-estadounidense, y Clinton no
se avergüenza de impulsar la agenda israelí. Pero las bases del Partido
Demócrata, que son cada vez más gente de color, mujeres, negros, están
cambiando drásticamente.
Te doy un ejemplo. La Brooklyn Institution, que es un importante think tank
en Estados Unidos, hizo una encuesta recientemente y mostró que el 60%
de los simpatizantes del Partido Demócrata apoya sanciones contra Israel
o incluso medidas más duras. Entre la población en general, más del
45%, casi la mitad de la población estadounidense, apoya las sanciones
contra Israel. Así es que claramente el BDS está ganando en las bases,
estamos convenciendo a la gente a un nivel de base, a los sindicatos,
académicos, artistas, estudiantes, activistas queer, etc., estamos
ganando la batalla en la defensa de los derechos humanos.
A largo plazo Israel se está aislando y ayudando a que crezca el movimiento BDS
La cuestión con Trump es muy interesante. La Administración de Trump
es la más xenófoba, misógina, racista, islamófoba y antisemita de la
historia reciente de los Estados Unidos, así es que, obviamente, tiene
muchos enemigos en todo el mundo, y vimos la marcha de medio millón de
mujeres en Washington… El único gobierno en el mundo que celebró a bombo
y platillo la Administración de Trump fue el Gobierno de extrema
derecha de Israel.
Muy en resumen, creen que gracias a Trump pueden hacer todo lo que
quieran: construir más colonias ilegales, hacer una limpieza étnica de
las comunidades palestinas en el desierto del Neguev, en Jerusalén, en
el valle del Jordán, y están haciéndolo mucho más rápido ahora. La
colonización está yendo más deprisa, las políticas de apartheid son
ahora mucho más intensas.
Israel se está aliando con un gobierno xenófobo de extrema derecha en
Estados Unidos. Esto hará que pierda a la opinión pública. Estamos
ganando la batalla incluso con los judíos liberales estadounidenses, que
están asqueados y cansados con el giro de Israel hacia la extrema
derecha. A largo plazo Israel se está aislando y ayudando a que crezca
el movimiento BDS.
En diciembre se aprobó la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condena los asentamientos ilegales de Israel. ¿Va a cambiar algo?
Es un gesto simbólico, que es importante, pero nada cambiará sin
resistencia interna y presión internacional, como en el caso
sudafricano. Sin boicot, desinversiones y sanciones contra Israel, sin
aislar al régimen de opresión, no hay manera de acabar con sus
violaciones de los derechos humanos y de la ley internacional. Por eso
en España hemos tenido una reunión en el Parlamento y hemos presentado
cuatro demandas concretas: embargo militar contra Israel, prohibición de
los productos de empresas que producen en las colonias israelíes y los
territorios ocupados, suspensión del acuerdo de asociación entre la
Unión Europea e Israel, y apoyo al derecho al BDS; no pedimos apoyo al
BDS, ya que no esperamos que el Parlamento lo apoye, no aún, pero ahora
esperamos que apoyen el derecho de los ciudadanos de España a apoyar el
BDS como un movimiento no violento que defiende igualdad de derechos
para todos, por la libertad, la justicia y la igualdad. Pensamos que
ésas son demandas razonables que cualquier parlamentario decente debería
apoyar.
El movimiento BDS se ha centrado en denunciar el régimen de apartheid de Israel. Volvemos al eterno debate: ¿es la solución de los dos Estados posible? Es más, ¿es deseable?
El movimiento BDS nunca ha tomado posición por uno o por dos Estados.
Como un movimiento de derechos humanos, se circunscribe a la defensa de
tres derechos básicos: el fin de la ocupación, el fin del apartheid y
el derecho de los refugiados palestinos al retorno, porque nuestro
pueblo está dividido debido al colonialismo en tres grupos principales:
38% de los Palestinos viven en Gaza y Cisjordania, incluyendo Jerusalén
Este, 12% son palestinos ciudadanos de Israel y el 50% son palestinos
refugiados fuera de Palestina, a los que no se permite volver a casa
porque tienen “la identidad equivocada”.
Ésas son nuestras demandas. El movimiento de BDS está liderado por la
mayor coalición de la sociedad civil palestina, los mayores sindicatos,
grupos de mujeres, partidos políticos, y todos estamos de acuerdo en
estas exigencias y estamos en desacuerdo en todo lo demás (ríe).
Pero, personalmente, como defensor de los derechos humanos, como
investigador, independientemente y no como representante del movimiento
de BDS, nunca creí que la solución de los dos Estados fuera posible ni
ética, no es una solución ética porque permite legitimar la
colonización, permite negar la igualdad de derechos para el pueblo
palestino y permite a Israel rechazar nuestro derecho a la
autodeterminación, que es un derecho inalienable según las leyes
internacionales.
En mi opinión personal, la solución más ética es un solo Estado
secular democrático que dé iguales derechos a todo el mundo. ¿Qué hay de
malo en ello? Toda persona, todo espectro de identidad, judío,
musulmán, cristiano, ateo, todo el mundo tiene los mismos derechos,
incluidos los refugiados. Ésta fue la solución aceptada por el mundo en
Sudáfrica; ¿por qué no se acepta en Palestina?
Nunca creí que la solución de los dos Estados fuera ni posible ni ética
El boicot cultural es muy controvertido, porque cuando afecta a artistas, equipos deportivos, académicos, es acusado rápidamente de antisemitismo. ¿Por qué, aparte del boicot económico, es necesario también el boicot cultural y el académico? ¿Existen límites?
El boicot académico y cultural al que llamamos es una parte muy
importante del movimiento de BDS, pero su objetivo no son individuos
israelíes (artistas, académicos, etc.), sino instituciones (orquestas,
bandas, universidades, museos…) en Israel, porque son cómplices en la
violación de los derechos humanos. Así es que no apuntamos a la
identidad, sino a la complicidad.
Digamos que un artista israelí quiere venir a exponer sus pinturas a
Madrid invitado por el Ayuntamiento, sin lazos con una institución
israelí, entonces en el BDS no nos oponemos a ello. No hay violación de
la libertad de expresión. Los individuos pueden expresarse. Lo que les
estamos diciendo es: “Si aceptas convertirte en embajador cultural de
Israel, si aceptas dinero del Ministerio de Exteriores y vienes de gira a
España financiado por la Embajada, por el lobby israelí…, ya no eres un
artista, eres un embajador cultural y boicotearemos tus eventos”. Ése
es el límite. Si eres un verdadero artista, no deberías vender tu alma a
un gobierno de ocupación y apartheid.
También es importante decir que el BDS rechaza categóricamente todas
las formas de racismo, incluyendo el antisemitismo. No trabajamos con
antisemitas, no aceptamos expresiones o acciones antisemitas en nuestro
movimiento.
Si eres un verdadero artista, no deberías vender tu alma a un gobierno de ocupación y apartheid
El BDS es un movimiento no violento. ¿Qué piensa de la respuesta armada a la violencia israelí?
El movimiento BDS es por definición un movimiento no violento.
Boicot, desinversiones y sanciones son estrategias no violentas por
naturaleza. Todo el pueblo palestino creemos que, bajo la ley
internacional, tenemos derecho a resistir una ocupación extranjera por
todos los medios. Esto está garantizado por la Carta de Naciones Unidas y
por la legislación internacional. Pero es muy importante respetar la
ley internacional en todos los aspectos. No podemos tomar como objetivos
a no combatientes, incluso cuando se resiste una ocupación extranjera.
Los franceses resistieron frente a la ocupación alemana, los indios
frente a la ocupación británica, hay muchos casos de resistencia en todo
el mundo. Tienes derecho a resistir contra una ocupación extranjera,
pero es importante apuntar a las fuerzas armadas, a la infraestructura
de la ocupación, no a los no combatientes, no a civiles, porque ética y
legalmente no es aceptable.
¿Cuáles son vuestros próximos pasos?
Estamos muy orgullosos de que a lo largo del Estado español más de 66
Ayuntamientos hayan adoptado mociones contra el apartheid israelí. Es
una campaña de BDS extremadamente única, impresionante, inspiradora y
prometedora. Ahora esperamos que varias decenas más de ayuntamientos en
toda España se sumen y adopten mociones contra el apartheid israelí y
eventualmente boicoteen los productos e instituciones israelíes. Ésta es
la manera más efectiva de ser solidario con nuestra lucha para la
libertad, la justicia y la igualdad. Y además no se trata sólo de los
palestinos.
Pensamos que ese gran movimiento social en España que está trabajando
por los derechos de los palestinos está interconectado con las luchas
por la justicia social, por la justicia económica, que es muy importante
en España, y vemos la conexión entre nuestra lucha por la justicia y
las luchas domésticas por la justicia.
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