El 21 de noviembre de 1973 estaba previsto el partido de clasificación al mundial de fútbol entre las selecciones de Chile y la Unión Soviética. El golpe fascista de Pinochet tuvo lugar el 11 de septiembre, unos meses antes. Las consecuencias inmediatas de aquel hecho fueron terribles: asesinatos, torturas, desapariciones etc.
En la ida, en el Estadio Lenin de Moscú, el duelo entre ambas selecciones acabó en tablas (0-0). Aunque fue unos días después del golpe, no había trascendido el alcance de éste. El 21 de noviembre ya había noticias de lo que había supuesto el golpe: asesinatos, torturas, desapariciones y demás formas de violencia contra la militancia de izquierda. El papel que jugó el Estadio de Chile en el golpe, hacía indigno ese lugar para disputar el partido de fútbol. El gobierno fascista de Pinochet lo haría pasar a la historia y no por el fútbol desgraciadamente.
Las autoridades soviéticas emitieron un comunicado a la FIFA en el que se anunciaba que la URSS no jugaría ese partido en un estadio que había servido de campo de concentración. La URSS pidió que se anulara ese partido. La FIFA, desoyó las peticiones soviéticas, a pesar de que una delegación internacional visitó el estadio y pudo ver los presos en el campo de fútbol. El comunicado soviético decía lo siguiente: “por consideraciones morales, los deportistas soviéticos no pueden en este momento jugar en el estadio de Santiago, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos (...) La Unión Soviética hace una resuelta protesta y declara que en las actuales condiciones, cuando la FIFA obrando contra los dictados del sentido común, permite que los reaccionarios chilenos le lleven de la mano, tiene que negarse a participar en el partido de eliminación en suelo chileno y responsabiliza por el hecho a la administración de la FIFA”
La selección chilena marcando el gol a un rival inexistente
El día del partido llegó. A pesar del veredicto de la Federación, favorable a que se disputase el partido, la selección soviética no viajó a Chile. La selección chilena necesitaba ganar para clasificarse al Mundial. Sus jugadores saltaron al campo y marcaron un gol a un rival inexistente.
El régimen fascista de Pinochet hacía de esta forma uno de los mayores ridículos deportivos que se recuerda. La selección chilena, no sólo traicionaba el juego limpio deportivo contra un rival inexistente, sino que traicionaba a lo mejor de su pueblo. Por el contrario, la selección soviética daba una muestra admirable de solidaridad y de amor al pueblo chileno. Admirable, no sólo en Chile. Su ejemplo de deportividad tuvo eco en todo el mundo. La deportividad soviética les cerraba la puerta a participar en el Mundial de 1974, pero demostraba que la calidad humana del socialismo está muy por encima de los resultados deportivos.
Imágenes de los presos en el Estadio de Chile
1 comentario:
Genial!! una actuación más que honorable
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