Comentarios, traducción y redacción Oleg K.
Queremos con este sentido artículo recordar para todos la fatídica fecha del 22 de Junio. Y lo vamos a realizar con uno de los ejemplos más preclaros del tipo de contienda que se dió, visto del lado de unos combatientes soviéticos legendarios.
Muchas personas del mundo, probablemente recuerdan Stalingrado, Leningrado o si les gusta mirar los mapas, tal vez del mismo Kaliningrado, que se puedan llamar del mismo nombre, a diferencia de otras ciudades (al respecto de la región de San Petersburgo se llama "Región Leningradense"), pero pocos, recuerdan mencionar a los comunistas de la Fortaleza de Brest, ni los propios soviéticos, olvidando así los hechos que realmente acontecieron allí.
Puede decirse, que el tono de los combates empezó en el asedio a la Fortaleza de Brest. La potencia militar nazigermana chocó contra la inquebrantable defensa de un puesto fronterizo. En la imaginación burguesa no se entiende, ni aún hoy, la fuerza moral que tenían aquellos combatientes, que es el arma más indestructible de todos los combates, por encima de la cantidad o calidad de las armas.
Queremos que este artículo sea un vehículo para que entre todos entendamos que cuando se lucha por una sociedad libre de ataduras de explotación asalariada, los habitantes del planeta que defiendan tal sociedad, no les importará los esfuerzos a realizar, no menguará la confianza en el comunismo, y se ahondará la sima que separa la mentalidad de los trabajadores conscientes en su liberación, de los hechos impuestos por el imperialismo, porque no retroceder ante el, es vivir.
El ataque por sorpresa, destrozó en un primer momento a las fuerzas fronterizas y de segunda línea, así como a los aerodromos de Lituania, Rusia, Moldavia, Bielorrusia y Ucrania, todas las carreteras principales que iban desde la frontera hacia la URSS fueron tomadas, pero la principal posición defensiva soviética, aquella que había sido especialmente estudiada su toma por el mando hitleriano, mantuvo en alto la bandera de la hoz y el martillo durante más de un mes, cuando las vanguardias alemanas se adentraban cientos de kms. allí como si fuera una pesadilla, se estrellaban uno tras otro todos los asaltos nazis.
La Fortaleza de Brest, ciudad bielorrussa fue reconquistada por los soviéticos en 1939, cuando las fuerzas nazis invadieron Polonia y el gobierno de ese país dejó de existir, lo que hizo posible que los comunistas polacos, bielorrusos y soviéticos recuperaran areas que fueron ucranianas y bielorrusas en los años 20. Estas zonas avanzadas conformaron una linea de defensa que retrasó el avance del ataque fascista y salvó la capital Moscú, como bien subrayó Ludo Martens. Un calculado sistema de murallas, fosos, puentes y torres protegían fuerzas de infantería y artillería que defendían la frontera que separaba la URSS de Alemania.
Así pues ante los nazis surgió un puño que les destrozaba toda su invencibilidad:
El comandante de la 45 división de infantería austriaca, el general de infantería Fritz Schlieper escribió a sus superiores el siguiente informe: “Me ha sido imposible tomar las posiciones enemigas con los medios de los que dispongo puesto que el fuego enemigo de fusilería y ametralladora está situado en posiciones muy organizadas y bien parapetadas, (posiciones de tiro ocultas y en medio arco). Sólo veo una solución, rendir a los soviéticos por hambre y sed. Usamos todos los medios disponibles para agotar al enemigo. Por ahora todas las ofertas de rendición han sido rechazadas”. El capellán militar Rudolf Gschöpf escribió: “Sólo fue posible avanzar poco a poco merced a una lucha desesperada y cruel. Por ejemplo, la guarnición del edificio de la isla central denominado la “Casa de los Oficiales” sólo cesó cuando la casa colapsó debido al fuego de nuestra artillería. La resistencia no se extinguió hasta que sucesivas explosiones arrasaron los muros del edificio. Hasta que no quedó ni un combatiente con vida”.
De hecho, la capacidad de combate mostrada en Brest anticipó a los jerarcas nazis lo que iba a suceder cada km. de territorio soviético. Cada posición esencial estratégica iba a cobrar cientos de vidas nazis. Necesitarían acabar con todos los combatientes para doblegar al pueblo soviético, de hecho en la Fortaleza de Brest, los alemanes acabaron por usar armas devastadoras, algunas incluso innovadoras, como el Nebelwerfer 41. Un lanzador de cohetes múltiples de 6 tubos de 150 milímetros. Sus proyectiles tenían un amplio margen de error, pero eso era compensado por el fuego de saturación y sus efectos devastadores, sobre todo sobre la moral. El Nebelwerfer 41 no sólo disparaba munición explosiva sino lacrimógena. Este tipo de gas no estaba considerada arma química, así que los alemanes la usaron para causar a los bolcheviques problemas respiratorios, al parecer sin mucho éxito.
El 27 de junio los alemanes atacaron la fortaleza con artillería superpesada de asedio. Un mortero de 540 milímetros capaz de disparar proyectiles de 1.250 kilos antihormigón, y dos morteros Karl-Gerät de 600 milímetros cuyos proyectiles de 2.000 kilos causaban cráteres de 30 metros de diámetro. Su onda expansiva era tan brutal que era capaz de reventar los pulmones de los defensores, aunque éstos se encontrasen parapetados.
En su recinto lucharon 4.000 ciudadanos soviéticos, trabajadoras, obreros, soldados, y niños.
Para los nazis la actitud de los soviéticos, les dejó asombrados. En la fortaleza había niños huérfanos. Muchos de ellos vestían el uniforme del Ejército Rojo y se encargaban de misiones de reconocimiento de las posiciones alemanas. Los niños tenían todo el derecho de construir su futuro y si este estaba siendo amenazado, luchaban como combatientes, murieron como hombres, o al menos como adolescentes conscientes. Los alemanes también se maravillaron al ver como las niñas portaban armas y municiones, también ellas llegaron a usarlas.
Un testimonio mejor que las palabras es la última película realizada en Bielorrusia, en 2010.
"La Fortaleza de Brest", es ya para muchos, quizás, uno de los mejores filmes de hechos bélicos desde hace 20 años. Trata de la lucha que sostuvo la guarnición de ese fortín en los primeros días de guerra contra un enemigo fascista que les rodeo con treinta mil soldados.
El ataque por sorpresa, destrozó en un primer momento a las fuerzas fronterizas y de segunda línea, así como a los aerodromos de Lituania, Rusia, Moldavia, Bielorrusia y Ucrania, todas las carreteras principales que iban desde la frontera hacia la URSS fueron tomadas, pero la principal posición defensiva soviética, aquella que había sido especialmente estudiada su toma por el mando hitleriano, mantuvo en alto la bandera de la hoz y el martillo durante más de un mes, cuando las vanguardias alemanas se adentraban cientos de kms. allí como si fuera una pesadilla, se estrellaban uno tras otro todos los asaltos nazis.
La Fortaleza de Brest, ciudad bielorrussa fue reconquistada por los soviéticos en 1939, cuando las fuerzas nazis invadieron Polonia y el gobierno de ese país dejó de existir, lo que hizo posible que los comunistas polacos, bielorrusos y soviéticos recuperaran areas que fueron ucranianas y bielorrusas en los años 20. Estas zonas avanzadas conformaron una linea de defensa que retrasó el avance del ataque fascista y salvó la capital Moscú, como bien subrayó Ludo Martens. Un calculado sistema de murallas, fosos, puentes y torres protegían fuerzas de infantería y artillería que defendían la frontera que separaba la URSS de Alemania.
Así pues ante los nazis surgió un puño que les destrozaba toda su invencibilidad:
El comandante de la 45 división de infantería austriaca, el general de infantería Fritz Schlieper escribió a sus superiores el siguiente informe: “Me ha sido imposible tomar las posiciones enemigas con los medios de los que dispongo puesto que el fuego enemigo de fusilería y ametralladora está situado en posiciones muy organizadas y bien parapetadas, (posiciones de tiro ocultas y en medio arco). Sólo veo una solución, rendir a los soviéticos por hambre y sed. Usamos todos los medios disponibles para agotar al enemigo. Por ahora todas las ofertas de rendición han sido rechazadas”. El capellán militar Rudolf Gschöpf escribió: “Sólo fue posible avanzar poco a poco merced a una lucha desesperada y cruel. Por ejemplo, la guarnición del edificio de la isla central denominado la “Casa de los Oficiales” sólo cesó cuando la casa colapsó debido al fuego de nuestra artillería. La resistencia no se extinguió hasta que sucesivas explosiones arrasaron los muros del edificio. Hasta que no quedó ni un combatiente con vida”.
De hecho, la capacidad de combate mostrada en Brest anticipó a los jerarcas nazis lo que iba a suceder cada km. de territorio soviético. Cada posición esencial estratégica iba a cobrar cientos de vidas nazis. Necesitarían acabar con todos los combatientes para doblegar al pueblo soviético, de hecho en la Fortaleza de Brest, los alemanes acabaron por usar armas devastadoras, algunas incluso innovadoras, como el Nebelwerfer 41. Un lanzador de cohetes múltiples de 6 tubos de 150 milímetros. Sus proyectiles tenían un amplio margen de error, pero eso era compensado por el fuego de saturación y sus efectos devastadores, sobre todo sobre la moral. El Nebelwerfer 41 no sólo disparaba munición explosiva sino lacrimógena. Este tipo de gas no estaba considerada arma química, así que los alemanes la usaron para causar a los bolcheviques problemas respiratorios, al parecer sin mucho éxito.
El 27 de junio los alemanes atacaron la fortaleza con artillería superpesada de asedio. Un mortero de 540 milímetros capaz de disparar proyectiles de 1.250 kilos antihormigón, y dos morteros Karl-Gerät de 600 milímetros cuyos proyectiles de 2.000 kilos causaban cráteres de 30 metros de diámetro. Su onda expansiva era tan brutal que era capaz de reventar los pulmones de los defensores, aunque éstos se encontrasen parapetados.
En su recinto lucharon 4.000 ciudadanos soviéticos, trabajadoras, obreros, soldados, y niños.
Para los nazis la actitud de los soviéticos, les dejó asombrados. En la fortaleza había niños huérfanos. Muchos de ellos vestían el uniforme del Ejército Rojo y se encargaban de misiones de reconocimiento de las posiciones alemanas. Los niños tenían todo el derecho de construir su futuro y si este estaba siendo amenazado, luchaban como combatientes, murieron como hombres, o al menos como adolescentes conscientes. Los alemanes también se maravillaron al ver como las niñas portaban armas y municiones, también ellas llegaron a usarlas.
Un testimonio mejor que las palabras es la última película realizada en Bielorrusia, en 2010.
"La Fortaleza de Brest", es ya para muchos, quizás, uno de los mejores filmes de hechos bélicos desde hace 20 años. Trata de la lucha que sostuvo la guarnición de ese fortín en los primeros días de guerra contra un enemigo fascista que les rodeo con treinta mil soldados.
El joven cadete Sashka Akimov, nos relata la historia
El desarrollo de la película se inicia con la tranquila vida soviética, doce horas antes de la invasión fascista. Libre de los clichés hollywoodianos, es una película de soldados que aprovechan un fin de semana con sus familias tirando fotografías, yendo a bailes, cabalgando, jugando al ajedrez o viendo películas al cine del cuartel. No, su principal protagonista, que relata la historia, es un chiquillo, cadete de la banda musical, que presiente la guerra, tal como el niño de la película soviética "Idi e Smotri"(Ve y mira), de 1985, también bielorrusso. Algunos soldados, entretanto, discuten de los rumores traídos por desertores alemanes o polacos, que les predicen una inminente invasión alemana, o que no son tenidos en cuenta, en serio, porque faltan datos concluyentes. El principal tema de la película se centra en la historia de tres oficiales de la fortaleza; el mayor Gavrilov, comandante de la Fortaleza, el comisario político Yefim Fomin y el capitán Ivan Zubachyov, todos de etnias diferentes, uno tártaro, otro judío y el último ruso, pero entre los tres un fuerte lazo en común, eran militares comunistas ejemplares, y tenían la conciencia de la necesidad de resistir, todos ellos recibieron la máxima condecoración: la estrella dorada de Héroe de la Unión Soviética.
Foto de una pared de la Fortaleza de Brest conteniendo la inscripción "Por Stalin"
El comandante de la guarnición el mayor Gavrílov, tiene sus propias preocupaciones, pues se está propagando el rumor de la llegada de los alemanes a la fortaleza, el teniente de las fuerzas del interior encargado de investigar el origen de tales rumores, sondea a sus suboficiales. A diferencia de las películas occidentales de guerra, netamente antisoviéticas, el teniente político, comunista, no es un personaje sediento de sangre interesado en fusilar a los soldados soviéticos, es un personaje simpático, que baila bien, a pesar de su peso excesivo, y amable con sus camaradas del ejército.
Mayor Piotr Mihailovich Gavrílov en foto de joven (Izq.) y Alexander Korshúnov en su papel (der.)
De hecho, la película no cae en el tópico abordado como otros filmes por ejemplo "Comando 10 de Navarrone" en el uso de las tropas. La película, es enteramente realista, con soldados llevando el uniforme comunista de las fuerzas del interior, y armas soviéticas; hablando cuando hace falta alemán, cuando se cortan las comunicaciones y la electricidad de la fortaleza a fin de hacerles dificil la defensa, o cuando se frusta un plan de emboscada, desenmascarada por el teniente político que la identifica gracias a su origen alemán. En otra escena, los nazis capturan a civiles de la Fortaleza y los entregan a cambio de la rendición de la guarnición, el Comisario Político avanza desarmado, pero que en vez de entregarse como ocurriría en una película americana, el comisario grita a los civiles que se tiren al suelo y los francotiradores propios ametrallan abatiendo a los fascistas.
Comisario político Yefim Fomin y Pavel Derevyanko representando el papel, en La Fortaleza de Brest
En "La Fortaleza de Brest" dentro de algunas escenas de combate muy fuertes, se esbozan detalles muy gráficos de entereza, por ejemplo, como cuando los civiles son colocados por fuera de la fortaleza y son ametrallados por los alemanes, más tarde en la película, un carro de combate pasa por encima de los cuerpos, como son destruídos, dejando un reguero completamente rojo, impresiona contemplar el suceso con la cámara lenta de forma estremecedora. La película enseña a soldados sin brazos, víctimas de las bombas alemanas, y en un cuadro se ve a una bella muchacha enamorada de un militar responsable, como es capturada por los nazis pero a diferencia de "Ve y Mira" no cuenta que le sucede.
Avión soviético abatido en un escena de la película "La fortaleza de Brest".
Izquierda el Sgt. Alexander Lukashenko, del Ejército Rojo, hoy presidente de Bielorrusia, en la guarnición de Brest
Son aún profundas las huellas en nuestra conciencia de los hechos que realizaron aquellos camaradas.
Y uno de ellos dejó, con su sangre, inmortalizada sus palabras en las paredes:
¡Me estoy muriendo pero no me rendiré!
¡Hasta siempre, patria!
20-07-41
"La Fortaleza de Brest" no es una sesión de cliché patrióticos de la era soviética, no procura resaltar la voluntad la lucha de los soldados, desvinculándoles de su significado político. En una escena, por ejemplo, el Mayor Gavrílov hace un discurso insistiendo en la resistencia incondicional, y el muchacho protagonista nos relata como cada uno de los que luchaban en la guarnición entendían de porqué resistían. Tal vez los americanos, antes de realizar sus películas injuriosas o de difamación contra los comunistas del Ejército Rojo, jamás supieron que la Fortaleza de Brest estuvo desafiante más de un mes antes de ser tomada por los nazis, gracias a su obstinada resistencia, totalmente rodeada, prácticamente sin agua, sin refuerzos, sin órdenes de combate, y prácticamente sin comunicaciones, excepto por un telegrafista que repite una voz de eco en el espectador " aquí fortaleza, aquí fortaleza, mantenemos la defensa".
Para muchos historiadores, la Fortaleza de Brest representa el prólogo de la victoria del humanismo sobre el racismo, siendo un enorme obstáculo en el camino de los fascistas. Hoy, se estima que el 5 % de los efectivos alemanes en los primeros días de la guerra fueron sepultados en la Fortaleza de Brest. Y aunque la lucha terminó a finales de Julio, algunos soldados continuaron luchando en Agosto, incluso el propio Mayor Gavrílov. Una vez salió el libro de Sergei Smirnov, periodista investigador, publicado en 1957, los hechos heróicos de los resistentes de la Fortaleza de Brest fueron internacionalmente reconocidos. Esta guarnición recibió el título de "Fortaleza Heróica" y es uno de los principales atractivos turísticos de Bielorrusia, siendo también una importante guarnición de su país donde sirvieron personas como Alexander Lukashenko, atual presidente de Bielorrusia, como guardafrontera.
"La Fortaleza de Brest", bajo la dirección de Alexander Kott, es un drama de guerra único, porque fue para los soviéticos en los primeros días de la guerra como Pearl Harbor para los americanos, con la diferencia de que sus hechos tienen un sentido muchos más profundo, como refleja la película, como un todo, por el realismo de sus escenas, de su historia, de la brillante actuación de los actores y actrices, con muy poca fantasía. Sin lugar a dudas esta película marcará el cine de acción venidero, y está entre los mejores realizado en los últimos veinte años.
Son aún profundas las huellas en nuestra conciencia de los hechos que realizaron aquellos camaradas.
Y uno de ellos dejó, con su sangre, inmortalizada sus palabras en las paredes:
¡Me estoy muriendo pero no me rendiré!
¡Hasta siempre, patria!
20-07-41
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