El 13 de Diciembre de 1909, fallece el poeta Innokienti Ánnienski en la todavía San Petersburgo de los Zares, padre de la claridad en el verso ruso. A miles de kilómetros de allí nace Pablo de Diego Hortigüela, hace lo contrario nace, al que la escuela del Rey Alfonso XII no le dejo jamás comprender ni el acmeísmo de estepa y nieve del este ni llenarse de la “Soledad sonora” de Juan Ramón Jiménez,
Pablo empezó sus vivencias en Valdetorres del Jarama pueblo que tenia de referente a Alcalá de Henares y no a Madrid, de donde solo tenían noticias cuando el estado reclutaba a sus mozos para las guerras coloniales de la corona Borbón y Borbón, como a su tío Emilio de Diego, enviado a Cuba a combatir a los insurrectos de José Martí y del que nuestro protagonista contaba que el dicho y “Vinieron de Cuba y llegaron cantando” era cierto porque Emilio pasaba el rato canturreando estribillos de los que los soldados de Cánovas y Sagasta usaban para matar el tiempo y la nostalgia debajo de las Palmeras y encima de la Manigua.
De niñez recuerda que dominaba el pueblo el cacique Ricardo Acebedo, que tutelaba al alcalde Pedro de la Morena del Partido Conservador. A los nueve años abandona ese esbozo de colegio, que en 1923 tuvo que ser clausurado por insalubre y se pone a trabajar con su padre Saturnino a repartir y vender verduras y hortalizas por los pueblos de alrededor y de la sierra norte de Madrid, en el trayecto le gusta dibujar con un lápiz la naturaleza que se va encontrando. Hasta que esa “mili” que el ministro Canalejas había inventado para sustituir al reemplazo, le llamo para dar dos años de su existencia al reino. Y en 1929 le dan un billete, un petate y un fusil para el protectorado español en Larache. La vida cuartelera y algún paqueo nocturno, del que culpabiliza a contrabandistas más que a guerrilleros resistentes de Abd el-Krim ya en el exilio le van haciendo pasar los meses, en donde en ratos libres le da al hachís junto a sus compañeros de tropa o se pasea por los zocos marroquíes en busca de algún regalo que pueda mandar a su novia Alejandra.
A Pablo todavía no le inquieta la política de la que oye hablar en las tabernas de Valdetorres, en donde se reúnen los militantes del PSOE local, agrupación numerosa de unos 40 afiliados para 1928 de la que son responsables Francisco del Coso y Demetrio Ortega. Una vez concluido el periodo de servicio militar, regresa a los campos del Jarama y a su rio en donde le gustaba nadar y bucear en él y se dedica a labrar la tierra. Contrae matrimonio con Alejandra Blanco, natural de Talamanca del Jarama e hija no reconocida del oligarca de Torrelaguna, donde su madre servía como doncella. José Valdeavero próximo a las ideas de la III Internacional comunista es quien hace que a Pablo se le despierte la consciencia leninista que todo obrero lleva dentro. Amigo del alcalde republicano de entonces Sotero del Valle, con el que compartía chorizo y pan, al que desde la izquierda le sustituye en Febrero de 1936 Pedro Valdeavero del PSOE , integrándose Pablo como concejal en el consistorio Valdetorreño por el Frente Popular y defendiendo las posturas del PCE en el mismo.
El 20 de Julio, asiste en la plaza al reparto de máuser y munición por parte de las milicias de zona, que crean un comité de defensa en el municipio, del que Pablo forma parte y hace vigilancia armada y patrulla en los alrededores de la población. En un principio ese día milicianos de Torrelaguna detienen a casi medio centenar de derechistas locales, a los que amenazan con fusilarlos, pero la intervención del ejecutivo local con su alcalde delante, hace desistir de esa aptitud a los responsables del mismo y liberan a los cautivos. El 28 de julio detienen al párroco de Torremocha del Jarama que intenta pasarse a la zona sublevada contra el gobierno de la Republica, que posteriormente es asesinado por miembros de la JSU, muerto que los perseguirá, ya que la milicia encargada de su protección no hizo nada para salvarle del linchamiento popular que recibió. A mediados de Agosto se sube a un camión y se dirige a la sierra de Gredos a la zona de Cebreros de la que se retira a finales de Septiembre. Por las noches escucha los debates que mantienen un capellán fascista y un oficial de milicias de trinchera a trinchera. De allí pasa a la sierra del Guadarrama y donde quizás se topa sin saberlo con el que será suegro de su hija décadas mas tarde, que sirve en una columna socialista.
Desde esa posición es llamado para integrarse en el nuevo ejército de maniobra que prepara el Ejército Popular de la Republica. Los meses se desgastan para Pablo, en la retaguardia o en las trincheras de la Sierra próximos a Segovia y queda como reserva en la ofensiva “Roja” sobre la Granja durante Junio de 1937. Esa fecha será la ultima pista que tenga de su hermano menor Sebastián de Diego Hortigüela, movilizado para el frente de guerra, el cual envía lo que es su carta de despedida desde Alcázar de Sanjuán (Ciudad Leal) diciendo que se dirige al levante Valenciano y de allí a una ofensiva del EPR (Posiblemente la de Belchite). No habrá más noticias de él, unos le colocan tras Febrero de 1939 en Francia exiliado, alguno dice haberle visto contratado en una fábrica en el sur Francés en 1945, otros mantienen que le vieron en Marzo de 1939 en Alcalá de Henares detenido por unidades de la Junta del Coronel Casado, por su apoyo a los comunistas, se lo trago la historia.
Pablo forma parte del XX Cuerpo de Ejército con el que toma asalto de Teruel y el 22 de Diciembre se sitúa en los alrededores del Banco de España de la ciudad, donde existe resistencia Franco-Fascista, que conquistan a la bayoneta. El frio y la nieve hace que el grupo de Valdetorreños que combate en la batalla, haga una fogata con los billetes nacionales, según cuenta la leyenda, supuestamente Lucio Ortega, decide esconder unos fajos de los mismos en su zurrón y tras la contienda los iría sacando poco a poco, haciendo patrimonio. Pablo se mantiene en la ubicación del Rio Alfambra, donde la línea defensiva republicana quiebra. Y la Brigada a la que pertenece se desintegra. No se estabilizara la ruptura del frente hasta el pueblo de Chóvar (Castellón) en la sierra del Espadán, donde fijara fusil dentro del entramado fortificado de la línea XYZ que protege Valencia del General Franco.
Pasara las semanas peleando en los peñascos y pinos del Espadán. Una tarde de primavera primeriza Pablo descansa en un parapeto, cuando se da cuenta que nadie lo defiende, divisando varios soldados franquistas, con una caja de granadas y su Mosin-Nagant tirotea a los atacantes a los que lanza explosivos a la vez, aguanta en el emplazamiento durante una hora y la metralla de un proyectil de artillería le da en el muslo a la altura del glúteo, dándole herida las esquirlas recibidas, metal que le acompañaría el resto de su vida dentro de su cuerpo y por el cual recibiría en la década de los años ochenta una paga de 55 euros por ello.
Una vez llegados los refuerzos el cabo primero Pablo de Diego es trasladado al hospital de Valencia, a recuperarse de la lesión y es propuesto a condecoración que nunca fue estudiada por el mando republicano. De regreso a Madrid, en el barrio de Hortaleza se le integra en la 206 Brigada Mixta del Ejército Popular de la Republica. En Junio de 1938 se traslada al frente Extremeño para cerrar la brecha producida por una acometida Facciosa, luchando en los puertos de Castuera y el Calabazar, regresando seguidamente a la zona del Mediterráneo y acuartelado en la Ciudad del Turia. Pablo recordara los bombardeos de la aviación ítalo-Fascista contra la ciudad y su puerto. El 3 de Marzo de 1939 es llamada su 206 BM a Cartagena a reforzar al nuevo director de la base naval el comunista Francisco Galán, al llegar el día 5 a sus cercanías se encuentran con una revuelta Franco-Casadista en la población. A Pablo se le manda por la noche adentrarse como enlace de la Brigada hacia los suburbios de la localidad, donde un francotirador le da fuego de fusil, cree que su fin y su vida no superaran ese momento y le hace frente, hasta que otro compañero le elimina, según él en ese instante volvió a nacer. Entra en la base naval tras continuados combates y se dirige a la batería de costa de la “Pajarola” la que ocupa subiendo el segundo por su escalinata. Ese cañón daría varias salvas de artillería hacia el buque “Castillo de Olite” que se prepara a desembarcar en Cartagena tropas de Franco, hundiéndolo, los ojos azules de Pablo ven ahogarse en la distancia a muchos hombres en las olas.
La unidad de Pablo se mantiene leal al gobierno de Juan Negrín y al PCE, instalándose en la periferia de Totana, de donde sale los restos de la dirección del Partido Comunista a los que dan protección el 23 de Marzo, se le da la posibilidad de irse a un puerto murciano y coger una embarcación de las que están saliendo para Argelia y exiliarse, decide no hacerlo porque en Valdetorres le esperan su mujer Alejandra y sus dos hijos Jacinto y Alejandro. El 25 un oficial de la Junta del Coronel Casado, los hace formar y se dirige a ellos, para comunicarles que piensen lo que pienses y opinen lo que opinen esto ha acabado y que cada uno vuelva a su hogar. Existe indignación en algunos soldados que pretenden seguir peleando, Pablo siempre pensó que no se rindió, le rindieron. Algún compañero le aconseja huir a Francia y solo uno de ellos de pasarse al monte y seguir guerreando. El con otros dos camaradas opta por irse a su pueblo y se ponen a andar hacia Albacete la que sobrepasan y en Cuenca unas mujeres les lavan la ropa, todavía no se han desprendido de sus fusiles no saben lo que se pueden encontrar, en la provincia de Guadalajara se topan con el Ejercito Franquista y aprueban separarse después de un abrazo y un mucha suerte. Pablo se oculta por senderos y tira su fusil entre unas zarzas, el día 31 de Marzo alcanza Fuente el Saz del Jarama, el pueblo vecino del suyo, donde hace noche encubierto. A la mañana camina para Valdetorres y escucha las campanas de la localidad anterior sonar, es el día de la victoria del generalísimo Francisco Franco, 1 de Abril. Al atardecer con la bajada del sol accede a su municipio y se encubre en su casa. Regresa derrotado y con el traje de soldado del Ejército Popular, un chivatazo avisa a las autoridades de FET-JONS de la presencia de Pablo, dos Guardia Civiles y cuatro falangistas locales se presentan para detenerle, acción que realizan, intentan un rape de pelo con Alejandra y darle aceite de ricino a los niños delante de él, pero el alcalde Franquista prohíbe las represalias.
Pablo es golpeado y maltratado, desconocemos lo que le sucedió a parte de eso. Su dignidad le impedía hablar de su periodo en la cárcel. Juzgado el 13 de Noviembre de 1939, en la causa 47.912, es condenado a treinta años de prisión (Le pedían pena de muerte) por el delito de adhesión a la rebelión y auxilio a la misma. El 22 de Abril de 1944 su pena es revisada a doce años y un día, los aliados de Franco se han hundido en Stalingrado y el ejército Rojo de la URSS se direcciona al Reich y los aliados están en Italia y el África francesa. La dictadura debe revestirse de fascista a régimen autoritario y católico. En Septiembre es liberado en un indulto parcial dictado por el Estado Franquista. Del penal de Ocaña pasaría al de Alcalá de Henares, donde tenemos el hecho que en las navidades de 1942, las autoridades carcelarias indican a los presos que hagan con madera juguetes a sus hijos que les visitaran. Pablo hace con una navaja un caballito de madera, una vez dentro de la cárcel los niños y sus mujeres, proceden a quemar delante de ellos todos los juguetes realizados. A Alejandra le espeta un funcionario falangista en una de sus visitas al ver a sus dos hijos con ella “Hemos cortado el tronco, pero no arrancado las raíces”.
Volviendo a Septiembre de 1944, Pablo sale del penal, andando con otros cinco Valdetorreños. Desde ese día y hasta 1954 se debería presentar en el cuartel de la Guardia Civil local a firmar y tiene los movimientos restringidos. En algún primero de Mayo o cuando alguna anomalía al orden establecido aparecía en el pueblo, Pablo era llamado al cuartelillo de los “picoletos”, y exclamaba “Que querrán ahora esta canalla”. En los años cincuenta, su casa era centro de reunión de los antiguos camaradas antifascistas Valdetorreños, donde hablaban de la guerra, del destino de los exiliados de la localidad, de su hermano Sebastián y de la esperanza que tenían en un fin próximo de la dictadura que jamás se dio. Pablo De Diego cogió odio a todo lo relacionado con la iglesia y su propaganda, se declaraba ateo y también a los Falangistas, Crescencio el cobrador de la electricidad, con su camisa azul de Yugos y Flechas tenía prohibida la entrada en su casa. Por eso iba a pasar el recibo cuando él no estaba.
La década de los sesenta, supuso un abandono de Pablo de la política, le habían dejado tranquilo y las organizaciones antifranquistas no estaban presentes en Valdetorres. Solo mostraba su actitud anti-clerical y pasaba los días en el campo con las ovejas. En 1977 en las primeras elecciones generales a Cortes desde 1936 dio su voto al PCE y se asocio a la Asociación de Excombatientes de la Republica. Pablo tuvo algún encontronazo con el suegro de su hija, militante socialista y afín a Largo Caballero, al que no consentía que dijera que la guerra se perdió por culpa de los “comunistas”, el lo achacaba a la traición de la Junta del Coronel Casado. En 1979 y 1982 dio sufragio por el Partido Comunista y hablaba de la URSS como el “paraíso de los pobres del mundo”. Paso sus años siguientes con su radio con la que se acostaba y despertaba, escuchado las noticias, gustaba de las canciones de los cantantes republicanos Angelillo y Miguel de Molina. En el 1999 firmo el manifiesto de apoyo a la Plataforma de Izquierdas que presentaba a Ángeles Maestro para coordinadora de Izquierda Unida en la VI Asamblea estatal de IU.
En Febrero del 2003, Pablo de Diego, el ex concejal del Frente Popular de Valdetorres del Jarama, el miliciano, el cabo primero de la 206 Brigada Mixta del Ejército Popular de la Republica, fallecía con 94 años. En su entierro no oficio cura ninguno a pesar de las presiones del mismo y finalizo con el canto de la Internacional Comunista y un ¡Viva la República!
En Marzo del 2009 en la presentación del poemario “Versos de Universo” el actor Pepe Viyuela termino su intervención leyendo el siguiente poema en memoria de Pablo De Diego.
Dime Pablo,
si el barro, la espiga,
el brote de cebada,
hacen al hombre.
Si el sol, el surco en la tierra
el cielo roto de viento,
construyen almas de trincheras.
Cuentame Pablo,
si fuiste una vez Relámpago de metralla
fusil libre,
Quijote de alpargata,
tenaza de Teruel,
Peñasco del Espadán.
Te digo Pablo,
que has sido agua
que deja huella en la piedra.
En el cementerio de Valdetorres del Jarama, comparte reposo con sus camaradas Valdetorreños antifascistas, de los que los Ayuntamientos posteriores a 1979 puso olvido.
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