23 de enero de 2010

105 aniversario del Domingo Sangriento de 1905


Traducido de la web del Movimiento Por la Unión Soviética

www.sovinform.ru


Octavilla del POSDR sobre el Domingo Sangriento de 1905

Partido Obrero Socialdemócrata Ruso

¡Proletarios de todos los países, uníos!

EL ZAR SANGRIENTO

Una larga sombra roja cae sobre el mundo. Se extiende desde el norte, desde la lejana Rusia, desde el paraíso terrenal de los verdugos y ladrones. Esta sombra es la sangre de cientos de miles de muertos. Pero, ¿quién proyecta esta sombra? ¿Quién embota con el olor de la sangre la cabeza de la mitad de Europa? ¿Un genio, un Hércules, un gigante?. No, una persona pequeña barbirroja se regocija en su herencia de los Romanov, el zar Nicolás II. Un borracho ruso y una tonta princesa alemana le dieron la vida, el destino es la corona, el pueblo es la espalda vigilada con cientos de miles de agentes de policía.

Criado con pisaverdes cortesanos, extasiado con halagos, arrullado con la mentira, él empezó a gobernar a 140 millones de personas; ciego a sus sufrimientos, sordo a sus ruegos. ¿ ero qué es el pueblo para él?. Sí, él “gracias a Dios”, es un autócrata. El pequeño bribón se encuentra tranquilamente. Sí, él es sólo un cómplice de un gran bribón. El zar ruso está también tranquilo, porque ha escogido a Dios como chivo expiatorio.

Cuando él saqueaba con impuestos y tributos el bolsillo agujereado del mujik, él estafaba “por la gracia de Dios”. Cuando él ordenaba ametrallar a los obreros peterburgueses, él ametrallaba “por la gracia de Dios”. Cuando él a través de sus gobernadores y cosacos azotaba a los campesinos hambrientos y violaba a sus mujeres e hijas, él azotaba y violaba por la gracia de Dios. “La gracia de Dios” hundió en el océano Pacífico los acorazados rusos y mató en los campos de Manchuria a cientos de miles de padres de familia. En resumen, se puede pensar que los arcángeles Miguel y Gabriel construyen con sus propias manos las cárceles rusas y los patíbulos, serafines de seis alas dirigen las tropas enviadas para la represión: "¡Fuego!". Escriben los dulces serafines en las cancillerías órdenes sobre destierros, arrestos, sobre la introducción del reglamento militar, sobre la ejecución de cientos de obreros, marineros, estudiantes, pero los arcángeles comulgan con el pastel de cerdo de la comunión.

El beneficio de esta evidencia es cuando los engañados, los saqueados, los huérfanos preguntan: ¿Por cuál derecho han sido saqueados, estafados, despojados los hermanos, los padres, los hijos; la persona que tiene la corona les responderá: "Yo actuaba por la gracia de Dios. Quejaos a Dios, él es el culpable”. Todos sus sucios asuntos el zar los ha sacado al basurero y al basurero lo ha denominado Dios. Incluso una simple audacia de piratería no existe en esta cabeza coronada.,la cual está completamente vacía.

¿Pero puede ser que él tenga una mano fuerte? ¿Él cabalga a la cabeza de sus batallones, pisoteando con paso férreo la insurrección de sus extenuados súbditos?. Puede ser, ¿qué él se ha armado con el sable y el fusil y combate cara a cara contra sus enemigos? No es mucho peor. Él se ha armado con un lápiz azul. Cada mañana llega a él uno de los oprichniks y lleva el informe sobre cuanto es necesario todavía asesinar, colgar y degollar al pueblo para que la Rusia mendiga y hambrienta se tranquilice. La mano augusta coge el lápiz azul y traza en los campos: “su afirmación”. Tras la palabra sigue el hecho y rápidamente nuevos torrentes de sangre se verterán por todas las esquinas y rincones de Rusia. Este lápiz del zar combate la sedición. No estando dotado con el don de palabra, el hombre barbirrojo siempre dice por doquier las siguientes cinco palabras: "yo y la emperatriz se lo agradecemos”. Por tal discurso benevolente tiene de Rusia sus ocho millones de acres de tierra, las minas de oro siberianas, las minas de Altai, los viñedos de Crimea y del Cáucaso y dos docenas de palacios. Este es el premio más alto del mundo por la elocuencia, que cualquier alemán perseverante calculará en cuanto salga de Rusia cada una de las cincos palabras del zar. Por aquello que él escribe unas cuantas veces al día: “su afirmación”, los súbditos agradecidos le pagarán un millón de salario. Este es el escriba más caro del mundo.

Y si el pueblo ruso fuera inteligente, Nicolás Alexandrovich podría resultar un lacayo decente, un intendente de un propietario severo, un hábil conserje, en resumen un bribón inofensivo. Pero el pueblo ruso ha colocado con su inteligencia a los terratenientes y manufactureros. Pero a ellos les es necesario un cabrón que cornee, con el cual se pueda azuzar al mujik rebelde o al obrero. Y he aquí que ellos han cogido a una persona ladina, pequeña, obediente, el cual a todos teme pero con todos gobierna, el cual en el nombre de Dios golpea a aquellos quienes a él es necesario golpear. La corona ha cubierto su pobre cabeza, el traje ha cubierto todos sus delitos y asuntillos mundanos, el cetro le ha dado el poder de asesinar sin fin, de aniquilar sin compasión. Y en todas partes él realiza una cruzada a la Rusia campesina y obrera. He aquí en una isla que esta desvencijada llora, se consume de pena una anciana decrépita, tiene un hijo muerto en la guerra. Allí desde las rejas de la cárcel aparece una cara demacrada, enferma de un obrero; él luchó por el derecho, por la libertad y allí cayó, para que desde allí vaya al cementerio. Allí en Bakú, en Tiflis, en las ciudades, en las aldeas de la Rusia central caen personas por los disparos: luego alimentan a los hambrientos con balas. Allí como los cuervos vuelan sobre un cadáver, vuelan sobre Rusia nubes de agentes secretos, gendarmes, policías y cosacos; ¡Quién tendrá juicio para replicarle! Quién no quiera soportar un grave destino, ¡que le ponga las esposas!. Precisamente en los días sangrientos de enero el zar predicaba a sus súbditos un nuevo evangelio: "¡Venid a mí todos los trabajadores abrumados y yo os ametrallaré!”. ¡Condenar al fusilamiento a la pobreza! Los fosos cavados, los soldados esperan… Y desde la iglesia en cada fiesta se escuchan las oraciones especiales, entonces los servidores de Cristo en las orlas doradas rezan por vencer a los enemigos internos y con la cruz del crucificado bendicen a los crucificados. Y el sol elevándose sobre el mundo, ve, como la sombra roja del canalla coronado crece y crece. Extraviado, asustado, cruel, él asesina abiertamente y a la chita callando permite la cruzada de los soldados y los asesinos a sueldo. Él no puede detenerse precisamente en ese momento cuando en la impotencia deje caer los brazos y suene su hora de ajustar cuentas. Y él corre hacia delante, como un caballo desbocado, cada paso suyo significan nuevas víctimas, nueva sangre. Junto a él se haya su jauría cortesana, temiendo mirar de cara al futuro, temiendo calcular los asesinados. Y tienen razón: su futuro es sangriento como su presente.

El reloj del Palacio de Invierno no se detiene, corre y corre y pronto sus agujas se pararán en aquel momento sobre el cual el historiador dirá: "en tal hora el pueblo ruso levantó un patíbulo para los ahorcados”. Así el pequeño hombre se hizo un gran canalla. Y el “autócrata por la gracia de Dios”, no conociendo el mismo aquello, ya se ha trazado para sí la inscripción sepulcral en la cual se ha dicho "ahorcado por la gracia de Dios”. Los tormentos, los sufrimientos se imprimieron en los corazones de los luchadores. La mano del pueblo insurrecto los escribirá en la lápida del zar benjamín.

CC del POSDR

A.V. Shestakov, “Huelga de Octubre de 1905”, editorial Proletarii, 1925.

19 de enero de 2010

La ecología soviética de Vernadsky


J.M.Olarieta

No hay color. No hay país que en el siglo pasado resista la comparación con el espectacular desarrollo de las ciencias en la URSS. Fue un salto vertiginoso del analfabetismo, la incultura y la ignorancia, a las luces y la ilustración. Si hablamos de psicología, por ejemplo, ningún país tiene tantos y tan extraordinarios psicólogos como Pavlov, Bejterev, Vygotsky, Luria, Leontiev o Rubinstein. Había muchos, eran de primerísima línea y eran diferentes entre sí: formaban parte de corrientes distintas y a veces mutuamente enfrentadas. Lo mismo podemos decir de la física, en la que pocos países pueden competir con descubridores de la talla de Kapitsa, Lamm, Lipschitz o Landau. Podríamos decir otro tanto de las demás ciencias.

No obstante, si pudiera elegir a algún científico soviético con el que poder discutir en una celda de aislamiento, me quedaría con Vladimir I. Vernadsky (1863–1945), a quien tengo dificultades para encajar en un área concreta del conocimiento porque le considero un sabio renacentista: las revolucionó todas. Vernadsky cambió muchas cosas: cambió nuestra manera de ver la ciencia pero, sobre todo, cambió nuestra manera de ver la vida. A aquellos que leyeron sus obras los sacó del Cretácico.

Como son pocos (lo soviético hay mantenerlo en cuarentena), es necesaria una pequeña presentación que se tiene que remontar a una generación de científicos revolucionarios aparecidos en la Rusia de mediados del siglo XIX como pocas veces se ha dado en la historia y que podíamos ejemplificar en uno de los mejores: Chernichevski. Eran revolucionarios científicos en el sentido más amplio de la expresión, materialistas que impulsaron el avance de las ciencias, al tiempo que se enfrentaron de una manera decidida a la autarquía zarista, pagando bien caro su atrevimiento.

Una de las ideas originales de aquellos científicos rusos, que influyó poderosamente tanto en Lenin como en Kropotkin, fue la de cosmos, que involucraba una visión integradora del universo en el que todas sus partes estaban interrelacionadas. Pues bien, pocos científicos soviéticos siguieron esa línea tan decididamente como Vernadsky. De ahí que no sea fácil buscarle un único hueco entre las ciencias: minerólogo, geoquímico, radiogeólogo, oceanógrafo.. . Hoy los pedantes lo calificarían como interdisciplinar. Pocos autores han puesto de manifiesto la unidad de la ciencia y la dificultad de compartimentarla como Vernadsky.

El científico soviético escribió en 1926 su obra más conocida, “La biosfera”, una expresión que entonces no se utilizaba. Fue él quien la definió de una manera magistral, como el lugar que ocupa la vida en el universo conocido. Vernadsky puso a la vida (materia viva la llamaba él) dentro del cosmos. Fue el primero en estudiar los efectos de la deforestación sobre el clima; fue el primero en estudiar los efectos de las radiaciones solares y cósmicas sobre los seres vivos; fue el primero en estudiar la función de la capa de ozono y el efecto invernadero; fue el primero, en fin, en poner la ecología sobre una base científica.


Los fenómenos del cosmos están mutuamente relacionados. La biosfera, según Vernadsky, expresa la interacción dialéctica tanto del componente inerte, como del vivo e incluso habló de la existencia de un tercero, la noosfera, que expresa la intervención del hombre sobre el universo que le rodea. La geología, la biología y la cultura, en su sentido más amplio, se condicionan mutuamente. Las tres esferas expresan fases sucesivas de desarrollo evolutivo de la materia. Son diferentes y, al mismo tiempo, cada una surge de la anterior, tejiendo una red de relaciones y condicionamientos mutuos.

Las interacciones que se despliegan, especialmente la intervención del hombre sobre la biosfera, crea una nueva forma de relaciones mutuas, la noosfera, un estado irreversible, de tal manera que, como explicó Vernadsky, no es posible restaurar la biosfera a ningún estado previo. Tampoco es posible el crecimiento cero. Del mismo modo que la evolución aleja la biosfera de sus puntos de partida, también la noosfera se aparta cada vez más del equilibrio o, dicho en otras palabras: las sociedades humanas no se acercan sino que se alejan de la naturaleza sin ninguna posibilidad de retorno.

Es fácil comprobar que esto aleja a Vernadsky y a la ecología científica de la inmensa mayoría de las corrientes que hoy se tienen por tales.

Cuando –como en este caso- se lanza un panegírico sobre alguien, también hay que poner manifiesto sus errores y limitaciones para que veamos que no se trata de un dios griego sino de un hombre de carne y hueso, casi como nosotros mismos. Pues bien, uno de los errores científicos más importantes de Vernadsky es su defensa de la teoría de la biogénesis, la continuidad de la vida, que está hoy profundamente arraigada en la biología contemporánea. Según esta tesis, la vida proviene de la vida misma, se continúa a sí misma: no tiene sentido preguntar por el origen de la vida.

Es interesante ponerlo de manifiesto por el contraste con la obra que Oparin publicaba casi al mismo tiempo que Vernadsky, la que le ha dado fama mundial: El origen de la vida. Mucho más joven, Oparin le cita varias veces a Vernadsky en su libro, pero no le critica, a pesar de que ambas tesis son radicalmente incompatibles. Oparin tenía razón frente a Vernadsky.

Pero lo interesante no es quién de ellos tenía razón. La gran sorpresa de la ciencia soviética es que en la URSS se publicaron casi al mismo tiempo dos obras que defendían tesis totalmente opuestas. En esta materia, como en tantas otras, en la URSS sí había un auténtico debate científico, sí existía la posibilidad de conocer puntos de vista divergentes, los soviéticos sí pudieron tener una visión realmente amplia y diversa de los interrogantes que el universo plantea al conocimiento humano.

Tampoco aquí hay color. La URSS pasó por encima del nivel alcanzado por la ciencia en los países capitalistas, lo sobrepasó y se puso a años luz de distancia. Se va a cumplir un siglo de la obra de Vernadsky y Oparin y es difícil mencionar una obra que esté a la altura de cualquiera de ellos.

La errónea tesis de la continuidad biótica de Vernadsky tiene dos fuentes inspiradoras. Por un lado, la teoría del cosmos de los materialistas rusos del siglo XIX, que ya he mencionado, y por el otro, el influjo del misticismo de Bergson. Cuando Vernadsky estuvo en Francia de 1922 a 1926, no sólo estuvo en contacto con Bergson sino también con su discípulo LeRoy y con el paleontólogo jesuita Teilhard de Chardin. Por eso la obra de Vernadsky no se puede entender sin esas referencias al idealismo francés de la preguerra.

Es en París y en la lengua de Molière donde Vernadsky publica su “Geoquímica”. En la capital francesa Vernadsky también estuvo en contacto con Marie y Pierre Curie, los cuales le transmitieron sus conocimientos sobre las radiaciones, que Vernadsky incorporó magistralmente.

Cuando en 1926 regresa a Leningrado, organiza un laboratorio de biogeoquímica que en 1934 se traslada a Moscú. En 1936 Vernadsky presenta en Moscú los resultados de la primera investigación de su laboratorio sobre la acción de determinados minerales (yodo, estroncio, bario y calcio) sobre la salud humana, algo que hoy es corriente (oligoelementos) pero que en su momento resultó espectacular.

Más espectaculares aún resultaron sus investigaciones sobre los efectos de las radiaciones sobre los organismos vivos, un descubrimiento soviético que los manuales de biología atribuyen a los estadounidenses. Además, el laboratorio de Vernadsky demostró que era posible determinar la edad de los estratos geológicos con métodos radioactivos, de lo que deriva la técnica del carbono-14 que hoy todos los paleontólogos utilizan.

Junto con su ayudante Jlopin, en 1932 Vernadsky comenzó la construcción de un artefacto revolucionario: el ciclotrón, un acelerador de partículas para estudiar las colisiones de los elementos subatómicos, crear poderosas fuentes de energía así como armas con gran poder destructivo. Los primeros físicos atómicos de la URSS, entre ellos Kurchatov, se formaron en el laboratorio de Vernadsky, quien luego se integró en la comisión del uranio y empezó a trazar los primeros mapas de la radiactividad en la Unión Soviética, en búsqueda de yacimientos de minerales pesados.

El trabajo atómico de Vernadsky me resulta enormemente sorprendente, teniendo en cuenta su biografía personal, que se superpone a la de la misma Rusia. En la Revolución de 1905 Vernadsky había sido el fundador del partido kadete, el partido burgués por excelencia de la Rusia zarista. Tras la Revolución de Febrero de 1917, Vernadsky había sido viceministro de Educación del gobierno de Kerenski. Tras la Revolución de Octubre huyó a Kiev, y cuando el Ejército Rojo expulsó a los blancos de la capital ucraniana, huyó otra vez y se refugió en Crimea a la sombra del ejército contrarrevolucionario. Cuando nuevamente el Ejército Rojo tomó Crimea, la Cheka le detuvo y se lo llevó a Moscú junto con toda su familia.

Está claro: Vernadsky no es bolchevique. En 1926 tuvo la oportunidad de quedarse en París con los demás exiliados. Fue la opción que tomó su hijo, que vivió toda su vida en Estados Unidos trabajando como profesor de historia de Rusia. ¿Por qué regresó su padre? ¿Por qué colaboró con los planes quinquenales?

Su caso es parecido al de Pavlov, quien hasta su muerte en 1939 no perdió ocasión de criticar duramente a los bolcheviques y a los soviets. Pero lo mismo que Vernadsky, Pavlov se quedó en la URSS, investigó en la URSS y jamás le faltaron los medios que pidió. Ninguno de ellos hubiera podido continuar sus investigaciones en otro país diferente.

Así, pues, en la URSS no conocieron el pensamiento único. ¿Cuál fue la política científica de la URSS? ¿Por qué los bolcheviques financiaron a quienes les criticaban? Es algo a lo que no estamos acostumbrados en los países capitalistas, en donde para que te subvencionen una investigación tienes que tener un padrino, ponerle en la lista de agradecimientos cuando la publiques y lamerle las botas a cada paso.

La política científica soviética jamás hubiera tenido el éxito arrollador que tuvo de no ser por algo que desconocen los académicos burgueses: la defensa de la verdad por encima de todo, por encima de favoritismos y de camarillas, incluso sacando fondos y financiación de donde no los había, en los momentos más duros en los que apenas se había superado el hambre y la carestía.

El socialismo es grande, el socialismo es eterno. Han caído algunos países socialistas pero el socialismo se ha quedado para siempre. Volverá más bien pronto que tarde porque, en realidad, nunca se fue. Sus conquistas, sus progresos, sus avances son imperecederos. Están ahí para que las generaciones del mañana las encuentren cuando necesiten de ellas. Es algo tan gigantesco que sobrepasa con mucho su propio carácter de clase: hasta los científicos burgueses como Pavlov y Vernadsky se dieron cuenta de que el futuro de la ciencia, de la verdad y del conocimiento no puede estar en otro sitio más que en el socialismo. Lo demás, lo que conocemos, es el imperio de la mentira y el engaño.

Lean lo que escribió Vernadsky en 1932: “No estamos hoy en una crisis de nerviosismo, no en un tiempo para la vacilación de almas débiles; sino en un gran punto de inflexión en la historia del pensamiento científico, en una crisis que solamente ocurre una vez en mil años, una que no ha sido presenciada por muchas generaciones. Estando en este punto, con la visión de futuros logros ante nosotros, deberíamos estar felices de que nos toque vivir en este momento y participar en la creación del mañana”.

Tomemos nota de ello.

(*) El libro “La Biosfera” de Vernadski no se tradujo hasta 1997 al castellano y se puede consultar en este enlace: http://www.fcmanriq ue.org/recursos/ publicacion/ 4a265c0bLabiosfe ra1-2.pdf

Cada vez menos pobres en Bielorrusia


Extraído de Civilización Socialista

http://civilizacionsocialista.blogspot.com/

Según informaciones del diario “Rabochaya Gazeta” de Ucrania, el porcentaje de población de Bielorrusia con unos ingresos inferiores al baremo que marca el umbral de la pobreza en la república, descendió por siete en el periodo comprendido entre el 2001 y el 2008, pasando del 41’9% al 6’1%. Los ingresos reales de la población en ese periodo se multiplicaron por 3. La correlación entre el 10% de los ciudadanos más acomodados y el 10% de los más desfavorecidos, en el 2009 fue de 5’9 puntos (pensemos que en Rusia llega al 34).Es un indicador significativamente inferior que el que registran otros países de la antigua URSS.
Sin embargo la crisis actual, también ha afectado significativamente durante el 2009 a la economía bielorrusa y esos esperanzadores resultados en la lucha contra la pobreza y el aumento de los ingresos se han visto frenados durante este pasado año. Según Igor Starovoitov, ministro de Trabajo y Seguridad Social, a fecha de hoy el porcentaje de pobres se sitúa en el 7’3%

17 de enero de 2010

El "Sembrador de estrellas"

El "Sembrador de Estrellas " es una estatua que está en Kaunas, Lituania. Durante el día puede pasar desapercibida. Un bronce más, herencia de la época soviética.


Pero cuando la noche llega, la estatua justifica su título. Como se ve, su nombre pasa a tener sentido.


No pares de sembrar estrellas, aunque a simple vista no se vean, ya que el cosmos está aquí, el futuro podemos construirlo, no debemos esperar que nos caiga del cielo. Pero el surco debe ser profundo para que arraigue el COMUNISMO.
 
Saludos.

(enviado por un camarada)

10 de enero de 2010

Videos sobre la Revolución de 1993

¡Viva la Unión Soviética! Да здравствует Советский Союз!




88 años del legado de los Soviets

"Todo el poder a los soviets"

Modaira Rubio


El 30 de diciembre de 1922, se fundó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el primer intento científico de la Humanidad en avanzar hacia la civilización socialista. Bajo la premisa “todo el poder a los soviets”, el proletariado ruso logró derrotar a la monarquía capitalista en 1917 y conformar el primer Estado en la historia de la Humanidad edificado bajo el concepto de una nueva sociedad sin explotadores. Luego de 87 años, la historia occidental ha pretendido “echar a un lado”, cuando no deslegitimar, la existencia de una Unión de Repúblicas que fue creada con el objetivo de darle poder al pueblo. Si bien existen personalidades protagonistas de este periodo histórico, como Vladimir I. Lenin, conductor y líder de la Revolución de Octubre, parece que quisiera ocultarse que las masas, el proletariado, el campesinado y el ejército soviético fueron los principales constructores de un modelo de Estado diferente al modelo capitalista y explotador.

Soviet es una palabra rusa que significa consejo o junta. ¡Viva la revolución de soldados, obreros y campesinos! exclamó Lenin en 1917, cuando el 25 de octubre de ese año, se instaló el histórico segundo congreso de los soviets de toda Rusia que proclamó en nombre de la clase obrera y de pueblo trabajador el triunfo de la revolución al tiempo que organizó el primer gobierno soviético. Cinco años después del triunfo de la Revolución de Octubre se constituyó la Unión Soviética. La URSS surgió como una unión de cuatro repúblicas socialistas soviéticas, en los límites del territorio de lo que fue el Imperio Ruso abolido por la Revolución de 1917, y albergó para 1956 a 15 "repúblicas de la unión": República Socialista Soviética (RSS) de Armenia, RSS de Azerbaiyán, RSS de Bielorrusia, RSS de Estonia, RSS de Georgia, RSS de Kazajstán, RSS de Kirguistán, RSS de Letonia, RSS de Lituania, RSS de Moldavia, RSFS de Rusia, RSS de Tayikistán, RSS de Turkmenistán, RSS de Ucrania y la RSS de Uzbekistán. En febrero de 1924 la URSS fue reconocida como Estado el Imperio británico, la potencia más poderosa de la época. Luego sucederían los posteriores reconocimientos dentro de la comunidad internacional.

La Unión Soviética fue el primer intento científico de fundar una sociedad socialista. Ciertamente, existieron formas socialistas de relacionamiento civilizatorio antes de la creación de la experiencia soviética. Pero fue solo a través de este hecho, cuando se consolidó la formación de un Estado con características distintas al Estado feudal, esclavista o capitalista. Desde los primeros días de la revolución rusa, se planteó la necesidad de reestructurar la economía y la política del país. En los decretos iniciales bolcheviques, se diseñó el plan Goelro que implicaba reactivar la economía impulsando la electrificación de la nación. Para entonces, Rusia era un país muy atrasado, semi-feudal, pues el régimen zarista no se había ocupado de llevar los adelantos tecnológicos a la mayoría de la población. El plan Goelro logró la construcción de una red de 30 centrales eléctricas regionales, diez grandes centrales hidroeléctricas, y la electrificación de las principales empresas. El plan quinquenal de la URSS se sustentó en esta estrategia. Por tanto, en sus primeros años, la URSS llevó al pueblo soviético la electricidad y el desarrollo industrial.
El pueblo soviético como entidad fue el primer ente histórico social que creó una organización política de la sociedad basada en la libertad y la iguadad. El intento de construcción de una sociedad socialista en la URSS fue un acontecimiento clave en la historia moderna de trascendencia universal e internacional. Su creación y posterior desintegración es una capítulo de la historia de la Humanidad que no debe olvidarse, tal y como pretende hacer la historiografía burguesa.

Extraído de Tribuna Popular

http://www.pcv-venezuela.org/index.php

Declaración de la constitución de la URSS


“Desde la formación de las repúblicas soviéticas, los Estados del mundo se han dividido en dos campos: el campo del capitalismo y el campo del socialismo.

Allí, en el campo del capitalismo, impera la enemistad y la desigualdad entre las naciones, la esclavitud colonial y el chovinismo, la opresión nacional y los pogromos, las ferocidades imperialistas y las guerras.

Aquí, en el campo del socialismo, tenemos la confianza recíproca y la paz, la libertad y la igualdad de las naciones, la convivencia pacífica y la colaboración fraternal de los pueblos.
Sólo en el campo de los Soviets, es posible destruir de raíz la opresión nacional, crear un ambiente de confianza recíproca y colocar las bases para una colaboración fraternal de los pueblos.

Sólo gracias a estas circunstancias consiguieron las repúblicas soviéticas rechazar las agresiones de los imperialistas de todo el mundo, tanto interiores como exteriores.
El restablecimiento de la economía nacional es imposible con la existencia separada de las repúblicas.

Por otra parte, la inestabilidad de la situación internacional y el peligro de nuevas agresiones hacen inevitable la formación de un frente único de las repúblicas soviéticas, ante el cerco capitalista.

Finalmente, la estructura misma del Poder Soviético, internacional por su naturaleza de clase, lleva a las masas trabajadoras de las repúblicas soviéticas al camino de la unión en una sola familia socialista.

La voluntad de los pueblos de las repúblicas soviéticas, recientemente reunidos en los Congresos de sus Soviets y que decidieron unánimemente la formación de la "Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas", es la firme garantía de que esta Unión es una unión libremente consentida de pueblos iguales en derechos; de que cada república tiene asegurado el derecho a salir libremente de la Unión; de que el acceso a la Unión queda abierto a todas las repúblicas soviéticas socialistas, tanto a las existentes como a las que hayan de surgir en el futuro; de que el nuevo Estado federal será el digno coronamiento de los principios de convivencia pacífica y de colaboración fraternal de los pueblos, ya establecidos en octubre de 1917; de que ese Estado será un baluarte seguro contra el capitalismo mundial y un nuevo paso decisivo hacia la unión de los trabajadores de todos los países en una República Socialista Soviética Mundial”.

30 de diciembre de 1922

Extraído del blog de la Asociación de Amistad con la República de Bielorrusia

http://belaruspopular.blogspot.com

La comunidad negra soviética


Hubo acerca de 40 000 ciudadanos ruso-africanos que emigraron a la URSS en los años 1920 para escapar del racismo en los Estados Unidos por su condición de negros o por formar matrimonios mixtos.

Yelena Khanga (nota de Ax: ¿se escribirá Janga?) es una de las ciudadanas negras más conocidas de Rusia. Es la popular presentadora de uno de los programas de entrevistas de más audiencia de los años 90. El abuelo de Khanga, Oliver Golden, se hizo miembro del Partido Comunista en los Estados Unidos para luchar contra el sistema capitalista, el desempleo y el racismo. Pese a que tuviera un título universitario no pudo conseguir un empleo en su profesión porque era negro. Pronto partió para la Unión Soviética con su mujer polaco-americana, Bertha Bialek, con muchos grupos de afroamericanos que emigraron a la URSS para ayudar a construir una mejor vida para ellos y para el Socialismo.

La mayor parte de los soviéticos negros hizo estudios en las universidades e institutos y se convirtieron en famosos ciudadanos soviéticos. El más conocido de los ruso-africanos es el legendario poeta Alexander Pushkin, que era el bisnieto de un africano traído a San Petersburgo bajo el reinado de Pedro el Grande a principios del siglo XVIII. Durante la era soviética hubo muchos estudiantes africanos que vinieron a estudiar a la URSS, lo que condujo a muchos matrimonios mixtos y a niños ruso-africanos.

No había racismo en la URSS, porque era una ofensa criminal que era castigada con severidad. Muchos ciudadanos africanos negros se convirtieron en figuras prominentes del deporte y la cultura en varias repúblicas ex-soviéticas. Ahora en la ex-URSS el racismo está asomando su sucia cara.

Artículo de la revista Northstar Compass traducido y enviado por un camarada.

5 de enero de 2010

Internacionalismo proletario: miles de soviéticos fueron voluntarios a Afganistan


Noticia del diario El País enviada por un camarada

Para que seamos conscientes del internacionalismo soviético, a pesar de tantas mentiras que se han dicho sobre la URSS (desde la derecha a la extrema izquierda de todos los colores). Esto lo publica hoy El País, nada sospechoso de ser prosoviético:

Klintsévich, ex dirigente militar en la guerra de Afganistán que ahora es diputado y vicepresidente del grupo del partido gubernamental Rusia Unida en la Duma: "Nosotros construimos escuelas, viviendas, caminos, invertíamos mucho dinero en infraestructura, financiábamos al poder legislativo, trabajábamos con la población local, con la oposición y con los que eran más o menos neutrales. Un soldado podía ir al mercado y comprar sin temor alguno. En los lugares de emplazamiento de nuestras tropas, la gente iba y venía, porque había relaciones con la población local. Esto es muy importante. Un norteamericano, un alemán o un español no pueden ir hoy a un mercado afgano y comprar tranquilamente. No hay comunicación; yo tenía muchos amigos entre los afganos.
Reinaba un patriotismo a ultranza complementado por un 'internacionalismo de larga tradición', que, dice Klintsévich, 'se nos había inculcado yo diría que desde la guerra civil española'. Este sentimiento era tan profundo que hoy es difícil creer que miles de rusos se ofrecieron para ir a combatir como voluntarios al país asiático."