27 de septiembre de 2022

Relato de "Tati" Allende Busi, de los últimos momentos de su padre Salvador Allende. Acto celebrado en la Pza. de la Revolución en La Habana

 

Beatriz Allende habla en el homenaje póstumo a su padre en La Habana el 28 de septiembre de 1973 (FOTO archivo del diario L'Unita)

Por Estéban Zúñiga

BEATRIZ "TATI" ALLENDE BUSI.
RELATO DE LOS ÚLTIMOS MOMENTOS DE SU PADRE SALVADOR ALLENDE CON VIDA, EN EL ACTO DE HOMENAJE EN HONOR A SALVADOR ALLENDE, CELEBRADO EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN, DE LA HABANA.
 
28 de septiembre de 1973.
 
"Tu decisión de defender el proceso con firmeza y con honor hasta el precio de tu propia vida, que todos te saben capaz de cumplir, arrastrarán a tu lado todas las fuerzas capaces de combatir y todos los hombres y mujeres y dignos de Chile. Tu valor, tu serenidad y tu audacia en esta hora histórica de tu patria y, sobre todo, tu jefatura firme, resuelta y heroicamente ejercida constituyen la clave de la situación." (Carta de Fidel Castro a Salvador Allende. La Habana, 29 de julio de 1973).
 
Poco más de dos semanas después del golpe de Estado militar ocurrido en la República de Chile que bañaría de sangre y fuego la tierra chilena y en el que trágicamente encontraría la muerte el Presidente Salvador Allende, cuando se encontraba asediado en el Palacio de la Moneda, sede de la Presidencia chilena, llegaba a La Habana Beatriz Allende Bussi, una de las hijas de Salvador Allende y comúnmente conocida como "Tati", que había sido acogida y amparada por la Revolución cubana.
 
Aprovechando que en La Habana, ese 28 de septiembre de 1973 se había organizado la gran conmemoración y el XIII Aniversario de la creación de los Comités de Defensa de la Revolución, la dirigencia revolucionaria cubana optaría por la realización de un sentido homenaje a la figura de Salvador Allende; y en el que intervendría Beatriz "Tati", la más hija más cercana a Salvador Allende aunque políticamente se situaría más a izquierda con simpatías al marxista-leninista Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) chileno.
 
Ante miles y miles de cubanos que allí se habían congregado; ante las máximas autoridades revolucionarias de Cuba; y acompañada por un grupo de chilenos y chilenas que habían trabajado codo con codo con su padre durante el mandato de éste, Beatriz pronunciaría unas palabras a todos los presentes describiendo su propia experiencia en aquellas horas. 

 
Palabras marcadas por la emoción del momento y, sobre todo, por el recuerdo de aquel 11 de septiembre de 1973, cuando Beatriz "Tati" Allende, estando embarazada, que había estado junto a su padre hasta el último momento en el Palacio de la Moneda, sitiado por los militares golpistas, y que sólo abandonaría cuando su padre ordenaría que todas las mujeres presentes en el interior del palacio presidencial salieran de allí; orden que Beatriz "Tati" cumpliría, junto a su hermana Isabel que también estaba presente; en una despedida que sería la última visión de su padre. Momentos más tarde, Salvador Allende que había prometido que nunca se dejaría apresar humillar por los militares fascistas, se suicidaría.
 
BEATRIZ ALLENDE BUSSI.
EL DISCURSO DE "TATI" ALLENDE EN LA HABANA.
(Fuente: "EL SIGLO". Semanario Digital. El discurso de "Tati" Allende en La Habana. Septiembre 9, 10 y 11 de 2021).
 
"No vengo a pronunciar un discurso, vengo sencillamente a decirle a este pueblo solidario y fraterno cómo fueron las horas que vivimos en el Palacio de la Moneda en la mañana del día 11 de septiembre. Vengo a decirles a ustedes cuál fue la actitud, cuál fue la acción y cuál fue el pensamiento del compañero presidente Salvador Allende bajo el ataque de los militares traidores y fascistas.
 
El pueblo cubano, desde luego, conoce la realidad, pero en muchos otros países la campaña de mentiras levantadas por la Junta fascista y secundada por las agencias del imperialismo norteamericano pretende correr una cortina sobre los hechos que ocurrieron en La Moneda, trinchera de combate del presidente Allende.
 
Vengo a ratificarles que el presidente de Chile combatió hasta el final con el arma en la mano. Que defendió hasta el último aliento el mandato que su pueblo le había entregado, que era la causa de la revolución chilena, la causa del socialismo.
 
El presidente Salvador Allende cayó bajo las balas enemigas como un soldado de la revolución, sin claudicaciones de ningún tipo, con la absoluta confianza, con el optimismo de quien sabe que el pueblo de Chile se sobrepondría a cualquier revés y que lucharía sin tregua hasta conquistar la victoria definitiva.
 
El cayó con invariable confianza en la fuerza de su pueblo, con plena conciencia del significado histórico que habría de tener su actitud de defender con su vida la causa de los trabajadores y de los humildes de su patria.
 
Pero hay algo más: Cuba y Fidel estuvieron presentes en sus palabras y en su corazón en aquellos instantes difíciles. Fuimos testigos de su lealtad hasta la muerte, de los lazos de profundo afecto que lo ataban a este pueblo, a su revolución y a su Comandante en Jefe, Fidel Castro. Prácticamente todo el último mes que precedió al golpe del 11 de septiembre lo vivimos en guardia permanente. Apenas pasaba un día sin que surgieran rumores de alzamientos militares y de golpes de Estado.
 
Esa mañana del martes 11 recibimos noticias inquietantes y supimos que el presidente Allende muy temprano había marchado hacia Palacio. Hacia allá nos dirigimos aún sin conocer la magnitud de lo que estaba ocurriendo.
 
Fue sólo en el trayecto hacia La Moneda, al tener que sortear en varias oportunidades las barreras de Carabineros, quienes en franca actitud hostil impedían el paso hacia la casa de Gobierno, lo que nos hizo comprende la gravedad de la situación.
 
Logramos llegar a La Moneda aproximadamente faltando diez minutos para las nueve. En su interior estaba la guardia normal de Carabineros, los cuales tenían a su cargo la protección de Palacio. No obstante, antes de entrar al edificio habíamos visto a carabineros de los alrededores en plan de rendición o de plegarse al golpe.
 
En La Moneda confirmamos de inmediato que se trataba de un golpe de Estado completo con la participación de las tres ramas de las Fuerzas Armadas y Carabineros.
 
Dentro del edificio el clima era de actividad combativa, apoyaban al presidente un grupo mayor que lo habitual de compañeros de seguridad personal, los cuales habían ocupado sus puestos de combate. Se habían distribuido el escaso armamento pesado. Además, se integró un grupo del Servicio de Investigaciones que siempre trabajó en coordinación con los compañeros de seguridad personal.
 
Se encontraban también un grupo de ministros, subsecretarios, ex ministros, técnicos, personal de prensa y radio. Estaban presentes médicos, enfermeros, personal de la planta administrativa de La Moneda, los que no quisieron abandonar el lugar, decidiéndose a combatir junto a Allende. Estaban, por último, sus colaboradores más cercanos. De todos éstos, once eran mujeres.
 
Al pasarle una de las numerosas llamadas telefónicas que se estaban recibiendo, lo vi por primer vez en ese día. Estaba sereno, escuchaba con tranquilidad las diferentes informaciones que se le entregaban y daba órdenes y respuestas que no admitían discusión.
 
Personalmente había recorrido ya, y recorrería en varias ocasiones más, los puestos de combate corrigiendo la posición de fuego de algunos compañeros.
 
Pronto se iniciaría el fuego de infantería, el ataque de los tanques y de la artillería golpista sobre el Palacio Presidencial. Nuestros compañeros respondían con sus armas. Supimos que desde temprano los militares golpistas conminaban repetidamente al presidente para que se rindiera, pero él rechazó siempre en forma tajante e inapelable todos los "ultimátum" que le hicieron los golpistas.
 
Jamás le observamos dudar un solo instante. Por el contrario, siempre reafirmaba su decisión de combatir hasta el final y de no entregarse a los militares traidores, a los que ya llamaba por sus nombres: fascistas.
 
También supe que desde por la mañana había recibido visitas y continuaría recibiendo llamadas de los partidos de la Unidad Popular y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, manifestándoles sus decisiones de combatir.
 
Le llamó por teléfono en varias ocasiones uno de los generales traidores llamado Baeza. 
 
Supe también que le habían ofrecido un avión, donde podía irse con su familia y colaboradores para el lugar donde él quisiera. El presidente les respondió que como generales traidores no podían conocer lo que era un hombre de honor, despidiéndoles, indignado, con tan fuertes palabras que no pudiéramos repetir aquí. El presidente tomaba medidas para librar un combate largo, se desplazaba continuamente de un lugar a otro. Pidió se revisaran lugares más seguros, para proteger a los combatientes de los futuros bombardeos aéreos. Se informaba de la cantidad de la alimentos y agua almacenada.
 
Impartió órdenes de que el grupo médico tuviese listo el pabellón quirúrgico para atender a los heridos. Designó a un compañero para que agrupara a las mujeres y llevarlas a un lugar seguro mientras se les convencía de que debían abandonar La Moneda.
 
Pidió que se quemara la documentación, incluso al personal, que pudiera comprometer a otros revolucionarios. Envió hacia el exterior a tres compañeros, dos de ellos mujeres, a cumplir una misión en favor de la futura resistencia.
 
Ya en aquellos momentos supimos, que los carabineros destinados a la protección de Palacio se habían plegado a la Junta fascista.
 
Pude después conversar un momento a solas con el presidente. Me dijo otra vez que iba a combatir hasta el final. Que para él estaba sumamente claro lo que iba a pasar, pero que tomaría las medidas para que el combate se librara de la mejor forma. Que iba a ser duro, en condiciones desventajosas. Sin embargo, agregó que era consciente de que ésa era la única actitud que le cabía como revolucionario, como presidente constitucional, defendiendo la autoridad que el pueblo le había entregado. Y al no rendirse ni entregarse jamás, dejaría en evidencia a todos los militares traidores y fascistas.
 
Manifestó su preocupación por las compañeras que estaban allí, por su hija Isabel. Que todos deberían salir del palacio y además preocuparnos de mamá, porque se estaba combatiendo en Tomás Moro y ella se encontraba allí.
 
Me dijo luego, que se sentía en cierto modo aliviado de que este momento hubiese llegado porque así las cosas quedaban definidas, y quedaba liberado de la incómoda situación que lo había mortificado en los últimos tiempos, en que mientras era el presidente de un Gobierno popular, por otro lado las Fuerzas Armadas, valiéndose de la llamada Ley de Control de Armas, venían reprimiendo a los obreros, allanando industrias y vejando a sus trabajadores. 
 
Esto ya me lo había dicho antes.
 
Su presencia de ánimo era extraordinaria, con gran disposición de combatir. En sus palabras se reflejaba la serena visión de los acontecimientos, y del rumbo que necesariamente habría que tomar la lucha revolucionaria.
 
Planteó que lo importante era la conducción política futura. Asegurar una dirección unitaria de todas las fuerzas revolucionarias, que los trabajadores iban a necesitar una conducción política unitaria. Que por eso él no deseaba allí sacrificios estériles e inútiles; que habría que esforzarse por lograr esa dirección política unitaria, que encabezara la resistencia que comenzaba ese días, y que para ella se necesitaría una acertada conducción política.
 
Prácticamente esto mismo les planteó a los ministros y colaboradores, a los cuales reunió en el Salón Toesca. Les reiteró una vez más su decisión de defender con su vida la autoridad presidencial. Agradeció la colaboración de ellos durante esos tres años, ordenando a los hombres que estuvieran armados a retomar un puesto de combate, y a los que estaban desarmados, que lo ayudaran, primero a convencer a las mujeres que debían abandonar La Moneda, y luego hacerlo ellos, porque no quería sacrificios inútiles, cuando lo importante iba a ser la organización y la dirección de la clase trabajadora. Allí fue la última ve que vi a uno de sus amigos y colaboradores más cercanos, el amigo de la revolución cubana, el compañero periodista Augusto Olivares, quien iba arma en mano a ocupar su posición de fuego.
 
Las mujeres y otros compañeros pasamos los últimos ratos cerca del pabellón quirúrgico y en el único pequeño local subterráneo, donde de almacenaba papel. El presidente llegó hasta allí con su casco militar verde olivo. Empuñaba un fusil automático AK que le había regalado el comandante Fidel con la leyenda: "A mi compañero de armas".
 
Se avecinaba el bombardeo aéreo. Los aviones pasaban haciendo vuelos rasantes. En forma enérgica nos ordenó, sin más dilación, que las compañeras deberían abandonar de inmediato el palacio. Se fue dirigiendo a cada una de nosotras en forma individual, explicándonos el por qué seríamos más útiles afuera y del compromiso revolucionario a cumplir.
 
Volvió a plantear que lo importante era la organización, la unidad y la conducción política de su pueblo. A mí me reprochó que estuviera ahí con este embarazo, que mi deber era irme junto a los compañeros de la embajada de Cuba. Me hizo saber que había sufrido como en carne propia las provocaciones y agresiones de que había sido víctima la representación diplomática cubana en los últimos meses. Que creía que ese día iban a ser provocadas, que podría haber combate. Y que por eso debería estar junto a ellos.
 
Personalmente nos condujo hacia la puerta de salida por la calle Morandé. Ahí tomo la decisión de pedir un alto al fuego y un jeep militar para que las compañeras pudieran salir sin problema. Minutos antes había barajado la posibilidad de que nos tomaran como rehenes para exigirle una vez más su rendición. Pero nos dijo que de ser capaces de hacer eso, no lo harían vacilar; que, al contrario, ésta sería una prueba más ante el pueblo chileno y el mundo entero hasta dónde llegaba la traición y el deshonor del fascismo y que esto sería para él un motivo más para combatir.
 
Así lo dejamos justo antes de iniciarse el bombardeo aéreo, combatiendo junto a un pequeño grupo de revolucionarios, donde también quedaba una compañera que se ocultó para combatir con ellos. Y ésta es, compañeros, la imagen que conservo del presidente; ésta es la imagen, queridos hermanos de Cuba, que quisiera hoy dejar en la mente y en el corazón de cada uno de ustedes.
 
Imagen que se levanta con orgullo revolucionario en esta plaza, donde hace sólo unos meses alzó su voz emocionada para traerles el mensaje solidario y agradecido de nuestra patria, de nuestros trabajadores, de sus niños, mujeres y ancianos.
 
En este acto solidario con Chile quisiera decirles lo que me pidió les trasmitiera a ustedes. 
 
Me lo confió en La Moneda bajo el combate: dile a Fidel, que yo cumpliré con mi deber. Dile, que hay que lograr la mejor conducción política unitaria para el pueblo de Chile. 
 
Señaló que se iniciaba ese día una larga resistencia, y que Cuba, y los revolucionarios tendrían que ayudarnos en ella.
 
Hoy, desde este territorio libre de América, podemos decirle al compañero presidente: 
 
tu pueblo no claudicará, 
tu pueblo no plegará la bandera de la revolución, 
la lucha a muerte contra el fascismo ha comenzado, 
terminará el día en que tengamos el Chile libre, soberano, socialista, 
por el que combatiste y entregaste tu vida.
 
Compañero presidente, ¡venceremos!".
 
 
 
Enlaces externos:
https://pousta.com/tati-allende-1/ 

26 de septiembre de 2022

La Asociación de Amistad Hispano Soviética este fin de semana, tendrá una caseta en la fiesta del PCE.

 

fiesta pce 2022

RIVAS VACIAMADRID – Recinto Ferial Auditorio Miguel Ríos

Los días 30 de Septiembre (Por la tarde), 01-02 de Octubre nuestra asociación pondrá los últimos artículos, novedades y sugerencias, que durante todo este año hemos ido publicando, esta vez en papel.

A la vez, estaremos los miembros de la AAHS, compartiendo con los asistentes nuestras vivencias y pensamientos. Espacio cultural grato y productivo, ya que es muy dificil, por los tiempos que corren la distribución de todo este material.

Esperamos contar con tu presencia.

 

Enlaces:

https://pce.es/fiesta-pce-2022-debates/

 

Confiando en verte, recibe un cordial saludo comunista.

SALUD

19 de septiembre de 2022

"DESTIERRO SOBRE DESTIERRO"

Juan Rejano - Poemas de Juan Rejano
 

 

 

 

 

 

 

 

Juan Rejano

Por Estéba Zúñiga.

El 20 de septiembre de 1950 aparecería en las páginas del periódico mexicano "El Nacional" una reflexión del escritor y periodista JUAN REJANO, y destacado dirigente comunista español del exilio. 
 
Unas palabras -aparecidas en la columna que él disponía en este periódico y conocida como "Cuadernillos de señales" -, entre la incredulidad y la rabia-, dedicadas a las noticias que llegaban desde Francia, donde las autoridades francesas habían emprendido una campaña anticomunista, deteniendo y expulsando del país a cientos de comunistas españoles que habían luchado hombro con hombro con la resistencia francesa durante la ocupación nazi.
 
Un texto, que más tarde reproduciremos, titulado "DESTIERRO SOBRE DESTIERRO". Un doble destierro, primero por el régimen franquista y después por el Gobierno galo.
 
Pero antes vamos a explicar que es lo que había sucedido con la operación "Bolero-Prapika" y que había supuesto un directo y duro ataque hacia los comunistas españoles.
 
Tras producirse la liberación de Francia y la expulsión de los nazis de territorio francés, las autoridades francesa otorgarían a los antifascistas españoles documento de residencia y permitirían cierta libertad de movimientos y actividades a las organizaciones políticas antifranquistas y facilitando la publicación de sus periódicos, la mayoría de los cuáles apoyaban a los maquis que combatían en España contra Franco y su régimen dictatorial.
 
Sin embargo, a la vez y poco a poco, tras la finalización de la II Guerra Mundial que había conllevado la derrota de los regímenes nazi y fascistas, las esperanzas de las diversas organizaciones republicanas españolas en el exilio de ver derrocado el franquismo mediante la intervención de las tropas aliadas, se iría también diluyendo. En pocos años los "héroes antifascistas españoles" pasarían a convertirse en "peligrosos agentes comunistas" a las órdenes de la Unión Soviética. 
 
Y así Franco apostaría por acercarse a EEUU, y ganó, pasando a auxiliar a la política estadounidense, frente al enemigo común: la URSS; posición que traería beneficios para el sostenimiento de su régimen. Una muestra de esta coalición se vería cuando en el mes de agosto de 1950, EEUU aceptaría otorgar un importante préstamo a España, y en noviembre de este año 1950 la ONU, bajo las presiones de EEUU y sus aliados, anularía una resolución de diciembre de 1946 por lo que a partir de ese momento los miembros de la ONU tenían total libertad para establecer relaciones diplomáticas con el Estado español.
 
Hace 72 años, en septiembre de 1950, el Gobierno francés de Réne Pléven, conformado por socialistas y radicales, inventarían una "conspiración comunista internacional en los Pirineos" contra los comunistas extranjeros residentes en Francia, la mayoría de ellos comunistas españoles. El Partido Comunista de España (PCE) se había convertido en algo incómodo para Francia y para la derecha francesa de la V República, por lo que se diseñaría una operación para desmantelar e ilegalizar al PCE.
 
Los diarios franceses, como "France-Soir", el socialista "Le Populaire", y hasta "Le Monde", desde sus cabeceras, denunciarían la existencia en el sur de Francia de "unas quintas columnas soviéticas que preparan, la invasión, cumpliendo un plan elaborado en Moscú"... 
 
El objetivo del Gobierno francés era preparar las condiciones para una espectacular batida contra los antifascistas españolas exiliados en Francia.
 
El 6 de septiembre de 1950, miembros del Buró Político, del Comité Central del PCE y otras personalidades comunistas españolas serían detenidos -de una manera coordinada- en Marruecos, París y Toulouse, siendo encarcelados en está última ciudad alrededor de cincuenta personas.
 
El 7 de septiembre de 1950, el ministro del Interior del Gobierno francés, el socialista Jules Moch, decretaría la ilegalización del PCE en Francia y la detención de sus cuadros políticos, pasando los comunistas españoles a estar fuera de la ley, siendo detenidos y perseguidos en masivas redadas y procediendo a un oleada de registros y arrestos. Así, serían sacados de sus domicilios a las 5 de la mañana, tratados como criminales y abandonados a su suerte a los que no serían, en principio detenidos, sin agua y sin documentación alguna.
 
Serían detenidos entre 256 y 188 comunistas españoles, entre los que se encontrarían 177 dirigentes conocidos del PCE, todo el personal del Hospital Varsovia -radicado en Toulouse- y fundado en 1944 por médicos españoles, en su mayoría catalanes, que habían luchado en la resistencia francesa contra el nazismo, siendo este hospital el gran referente sanitario para los 150.000 exiliados franceses que vivían en el sur de Francia; la UME (Unión de Mujeres Españolas), todos los jefes de obra y jefes de servicios de la "Empresa Fernández-Valledor"; así como dirigentes de los Amigos de los ex FFI (Fuerzas Francesas del Interior) y de los Resistentes Españoles y de otras asociaciones de ideología comunista. 
 
La mayoría de los detenidos serían expulsados, en barco, a otras regiones francesas -como Córcega,... y a Argelia, asignados en residencia forzada; e incluso otros serían deportados a la República Democrática Alemana,Hungría, Polonia, Checoslovaquia...
 
Redada que también se extendería tanto a la prensa como a organizaciones afines al PCE, quedando totalmente trastocada la estructura comunista y que supondría que los comunistas españoles tuvieran que adoptar las más y variadas medidas de seguridad que traería consigo vivir en la semiclandestinidad -no haciendo constancia de su tarea militante-; reduciendo todo tipo de actividades y de documentación y actas por un lado y de dificultar las comunicaciones internas. Entre las diversas medidas emprendidas realizarán una rápida microfilmación de los Archivos del PCE, que cuando pudieron evacuarían parte de los documentos desde Francia a Checoslovaquia , Rumanía y la Unión Soviética.
 
Toda la operación emprendida por las autoridades galas recibiría el nombre de "Operación Bolero-Paprika" (Boleros para los españoels y Paprika -Pimiento- para los militantes comunistas del Este, que también se encontraban entre los detenidos). Todo con la intención de "limpiar" el sur de Francia y de ilegalizar las "organizaciones extranjeras comunistas", hasta un total de siete; entre ellas la Agrupación de guerrilleros españoles.
 
La policía francesa presentaría como justificación de dicha operación de diversos delitos cometidos por los detenidos como estar en posesión de arsenales de armas, explosivos, radio-enlaces y aparatos de reproducción; cuando todos estos materiales procedían de la etapa de la Resistencia antinazi y que estaba destinada a los "maquis" españoles que aún seguían luchando en una guerra de guerrillas contra el Estado franquista.
 
Al día siguiente de la redada, el 8 de septiembre de 1950, el periódico "Le Figaro" mostraba, con nitidez, su anticomunisimo, sus críticas a la URSS y atacaba al exilio español, que según ellos estaba dominado por los comunistas, publicando: 
"En París, en el norte, el suroeste y sureste. Vasta operación de policía contra las quintas columnas establecidas en Francia por los partidos comunistas extranjeros. Más de 200 indeseables han sido detenidos, y la mayor parte inmediatamente expulsados."
 
Titulando, al día siguiente, su portada con:
"266 indeseables han sido detenidos o puestos en residencia vigilada."
 

Con esta operación de limpieza política y de ataque al comunismo español, que era el grupo republicano más activo en el exilio, las autoridades francesas conseguirían alejar de las regiones fronterizas con España a destacados activistas y dejaría muy tocada a la causa antifranquista en Francia. Un tanto más para la dictadura franquista.
 
No obstante, la actividad del PCE en Francia, aunque mermada, se mantendría gracias al aparato del PCF, que seguiría dando cobertura a los militantes comunistas españoles. Tras esta operación, se pasaría a una tolerancia vigilada; las autoridades francesas mirarían hacia otro lado mientras los comunistas españoles no actuaran abiertamente como tales.
 
JUAN REJANO.
 
"DESTIERRO SOBRE DESTIERRO"
"El Nacional". En su columna "Cuadernillo de señales".
(Fuente: "El Nacional". Primera Sección - Páginas 3 y 4. México, D. F. Miércoles, 20 de septiembre de 1950).
 
"Otra vez la arbitrariedad. 
Otra vez la injusticia cebándose en los que menos lo merecen. 
¡Este agonizante mundo que no cesa de dar zarpazos a un lado y a otro! 
 
Allá por 1939, después de tres años de combate, derrotados pero no vencidos, cruzaron la frontera francesa unos miles de españoles. ¿Os acordáis? Todavía tremolan en el aire universal sus gloriosas banderas. El pueblo de Francia los recibió como héroes; el gobierno de Daladier, como delincuentes. Se abrieron los campos de concentración, y se cerraron las alambradas infamantes. Al cabo de un tiempo, algunos de aquellos hombres pudieron ganar las costas de América. Pero la mayor parte quedó en tierras francesas, en la misma tierra que no muchos meses después invadirían los ejércitos de Hitler. 
 
Vinieron entonces las grandes agonías. Muchos republicanos españoles fueron deportados al Sahara. Había que construir un ferrocarril para la Administración francesa, y los músculos de aquellos luchadores eran de primer calidad para el trabajo. 
 
Otros dieron con su huesos en los infiernos nazis de Europa, donde las torturas y los hornos crematorios darían cuenta de ellos. Los más audaces supieron buscar una salida a la libertad y, lejos de rezagarse y apartarse del peligro, se unieron a las tropas aliadas, peleando a su lado en incontables frentes. Sus proezas culminaron en la liberación de París, en cuyo recinto entraron los primeros sobre los tanques victoriosos. 
 
Pero quienes dieron la más alta cifra de heroicidad fueron los que, reducidos al suelo francés, organizaron el MAQUIS y se opusieron al invasor de la cruz gamada. ¡Con qué temblor de emoción se relataban en aquellos días las hazañas de los guerrilleros españoles en Francia! Unidos a los naturales del país, libraron innumerables acciones, hostilizaron y destruyeron en muchos casos los planes del enemigo, y llegaron incluso a liberar poblaciones enteras cuando sonó la hora de la acometida final. Algunos de aquello héroes de la España republicana alcanzaron las más altas graduaciones y los galardones más preciados del ejército francés. Otros murieron valerosamente sobre la tierra que les había acogido, y sus nombres se leen hoy como ejemplo en las calles de muchas ciudades de Francia. ¡Ah! ¿pero que le importaba todo eso al político agazapado, al futuro lacayo imperialista que habría de adueñarse nuevamente del poder, a pesar de sus yerro, de su cobardía, de sus traiciones? 
 
Han pasado los años con su rápido cortejo de deshonras entregas, de monstruosas sumisiones, y otra vez los españoles de Francia son perseguidos por la arbitrariedad. Otra vez la injusticia cae sobre ellos. Tú, lector, lo habrás leído con ojos de asombro en los periódicos de estos días. El gobierno francés acaba de expulsar de su territorio a un considerable número de republicanos españoles. Pero yo puedo darte detalles más precisos. 
 
Entre los expulsados se encuentran los médicos y el personal administrativo del Hospital "Varsovia" de Toulouse, establecimiento sanitario ejemplar donde los asilados españoles recluían a sus enfermos. Esos médicos y sus colaboradores se encuentran ya en un campo de concentración de África. 
 
¿Por qué? ¿Por qué este ensañamiento con gentes honradas y patrióticas? Porque los españoles de Francia, como los que se hallan en otros países no han dejado de luchar contra Franco, y Franco es hoy un peón más en el tablero de ese podrido Occidente que ve cómo la tierra se le cuartea a sus pies. Porque los españoles de Francia, como los de otros países, luchan activamente por la paz, tratan de impedir que España vuelva a ser arrastrada a la guerra, y éste es el mayor pecado que ahora se puede cometer a los ojos de los implacables carniceros del imperialismo. 
 
Las medidas adoptadas por el gobierno francés contra los republicanos españoles , ¿qué otra cosa pueden ser sino medidas de guerra, de preparación para la guerra? 
 
¡Terrible sarcasmo! A Franco, el discípulo de Hitler, el estrangulador de millones de seres inocentes, empréstitos y manos tendidas en la sombra para sostener su régimen. A los españoles de la libertad, a los que por la libertad han dado, de catorce años a esta tarde, todo cuanto podían dar, persecuciones, destierros , campos de concentración. 
 
Pero esta monstruosidad no puede prosperar. Millones de voces deben alzarse en todo el mundo pidiendo la reparación del nuevo año. Urge que sean revocadas las injustas sanciones impuestas por el gobierno francés. Es necesario, además, que se respete el derecho de asilo y la libertad de acción y de expresión que ninguna República puede negar a quienes luchan por otra República. 
 
¿Dónde quedó la tradicional hospitalidad francesa? ¿Qué se ha hecho del derecho de gentes? Sabíamos que la careta democrática se hallaba despintada en algunos países, pero no hasta el punto de parecerse a los inhumanos rostros de los SS. hitlerianos."

OPINIÓN DE ANTONIO MACHADO, SOBRE EL FASCISMO Y LA RUSIA ACTUAL

 

Antonio Machado: "En España lo mejor es el pueblo. Siempre ha sido lo  mismo."

Por Federico Rubio Herrero, publicado en "Hora de España", revista mensual. Septiembre de 1937

"Londres, París, Berlín, Roma con su luz mortecina nos dicen claramente que es hoy Moscú, el foco activo de la historia.

Reparemos en las pobre idea que dan de sí mismas esas democracias que fueron un día el orgullo del mundo; veamos cuanto sale o se guisa en sus Cancillerías, incapaces de invocar -siquiera sea a título de dignidad formularia- ningún principio ideal, ninguna severa norma de justicia. Como si estuvieran vencidas de antemano o subrepticiamente vendidas al enemigo, como si presintiesen que la llave de su futuro no está ya en su poder, apenas si tienen movimiento que no revele un miedo insuperable a lo que puede venir. Reparemos en su actuación desdichada en la Sociedad de Naciones, convirtiendo una Institución nobilísima, que hubiera honrado a la humanidad entera, en un organismo superfluo, cuando no lamentable y que sería de la más regocijante ópera bufa, si no coincidiese con los momentos más trágicos de la historia contemporánea.

Reparemos en esos dos hinchados dictadores que pretenden asustar al mundo y a quienes Roma y Berlín soportan y exaltan. Ellos no invocan la abrumadora tradición de cultura de sus grandes pueblos respectivos: la declaran superflua, proclaman, en cambio, una voluntad ambiciosa, un culto al poder por el poder mismo, un deseo arbitrario de avasallar al mundo, que pretenden cohonestar con una ideología rancia, cien veces refutada y reducida al absurdo por el solo hecho de la guerra europea. 
 
Roma y Berlín son hoy los pedestales de esas dos figuras de teatro, abominables máscaras que suelen aparecer en los imperios llamados a ser aniquilados. La historia no camina al ritmo de nuestra impaciencia. No vivirá mucho, sin embargo, quien no vea el fracaso de esas dos deleznables organizaciones políticas que hoy representan Roma y Berlín.
 
Moscú -resumamos en este claro nombre toda la vasta organización de la Rusia actual- aunque saluda con el puño cerrado, es la mano abierta y generosa, el corazón hospitalario para todos los hombres libres, que se afanan por crear una forma de convivencia humana, que no tiene sus límites en la frontera de Rusia. Desde su gran revolución, un hecho genial surgido en plena guerra entre naciones, Moscú vive consagrado a una labor constructora, que es una empresa gigante de radio universal.

La fuerza incontrolable de la Rusia actual radica en esto: Rusia no es ya una entidad polémica, como la fue la Rusia de los zares, cuya misión era imponer un dominio, conquistar por la fuerza una hegemonía entre naciones. De esa unidad, que todavía calienta los sesos de Musolini, ese monstruo endiosado, se curaron los rusos hace veinte años. 
 
La Rusia actual nace con la renuncia a todas las aspiraciones y ambiciones del Imperio, rompiendo todas las cadenas, reconociendo la libre personalidad de todos los pueblos que la integran. Su mismo ejército, el primero del mundo, no solo en número, sino sobre todo, en calidad, no es esencialmente el instrumento de un poder que amenace a nadie, ni a los fuertes ni a los débiles, responde a la imperiosa necesidad de defensa que le impone el encono de sus enemigos; porque contra Rusia militan las fuerzas al servicio de todos los injustos privilegios del mundo. 
 
Sus gobernantes no lo olvidan. La política de Lenin y Stalin se caracteriza, no solo por su alcance universal, sino también por un claro sentido de lo real, cuya ausencia es siempre en política causa de fracaso. Más la Rusia actual, la gran República de los Soviets va ganando, de hora en hora, la simpatía y el amor de los pueblos; porque toda ella está consagrada a mejorar las condiciones de la vida humana, al logro efectivo, no a la mera enunciación, de un propósito de justicia".

Fuente: 
Federico Rubio Herrero (Cronología mundial durante seis meses decisivos, julio-diciembre de 1937).