12 de noviembre de 2020

Apuntes sobre la ruptura de la URSS con Yugoslavia

Por Pepe Sánchez.

Los marxistas-leninistas hemos comprendido el proceso de ruptura del movimiento comunista internacional causado por la deriva revisionista de la URSS con la toma del poder de Jruschov y sus acólitos, lo que condujo, en un largo proceso, a la derrota del socialismo en la Unión Soviética y en los países socialistas europeos, a la vez que a la pérdida de conciencia revolucionaria del proletariado mundial. Pero antes, todavía en el período en el que los marxistas-leninistas ostentaban el poder en la URSS, con Stalin al frente, se produjo la primera ruptura dentro del movimiento comunista internacional: la ruptura con Yugoslavia. También es preciso comprender esta ruptura, analizar sus causas, pues no están exentas de los aconteceres y esencias que derivaron en la toma del poder de las tendencias revisionistas en los países socialistas. Intentamos con estos apuntes situar algunos elementos de importancia.

1º.- Patriotismo:

Durante la guerra mundial, hubo una exaltación de la guerra patriótica para poder ganarla. Era una necesidad de unir al pueblo (clases y capas) contra el invasor. Los comunistas deberían ganar la hegemonía en la clase obrera y en las masas. Esa hegemonía era muy posible, ya que hasta partes de la burguesía veían que sólo con la dirección comunista podrían conseguir la liberación nacional. Así se formaron frentes nacionales.

Esta exaltación patriótica sucedió tanto en la URSS como en las guerrillas opositoras a los fascistas. Aunque había una clara diferencia: la URSS era una patria socialista y el resto no. Por eso, era más fácil que calase en “el resto” una influencia del orgullo nacional burgués. En esto, es de suponer que tendría una influencia importante la cuestión campesina. Todos los países liberados eran muy atrasados, salvo Checoslovaquia, y con un predominio campesino determinante. Y sabemos que la influencia campesina genera nacionalismo. También se podría decir de la Rusia de la revolución, pero quizás haya una importante diferencia: el Partido Bolchevique estaba compuesto de una mayoría abrumadora de obreros industriales, en cambio, los otros partidos (al menos una buena parte de ellos) crecieron durante la guerra desmesuradamente con militancia campesina.

A esto se podría añadir la incomprensión por parte de los partidos comunistas de las ideas sobre la no injerencia en los asuntos internos, la soberanía nacional, etc., que los soviéticos postularon en la primera reunión del Kominform. Por esta incomprensión pudieron tomar fuerza las vías nacionales. Después comentaré el planteamiento soviético. 

En Yugoslavia estaban muy agudizadas estas cuestiones que generaban tendencias nacionalistas (soberanía nacional como principio). Allí tenían que lidiar todavía con mucho control de la burguesía en la economía, lo que genera inevitablemente línea o tendencia revisionista dentro del partido. El interés nacional chocaba con los intereses colectivos de los países socialistas vistos en su conjunto. Estas posiciones se pueden y deben salvar dialécticamente, pero posiblemente no se pudo ni se supo hacer.

Eran nuevos los problemas a los que se enfrentaban los comunistas, muy complicados, que ahora, con más estudio del marxismo-leninismo y de su aplicación histórica, podremos comprenderlos mejor y atajarlos mejor cuando llegue el momento. Todavía habrá que hacer un gran esfuerzo de análisis y significado del patriotismo en esos momentos y cómo se determinó, y con qué realidades, la priorización de la reivindicación democrática de soberanía nacional, enfrentándola a la construcción internacionalista del socialismo.

2º.- La URSS base del socialismo mundial.

Todos los comunistas de todo el mundo reconocían antes y después de la guerra mundial que la URSS era la base del socialismo mundial, quien tenía la capacidad y fortaleza de defender el socialismo, de ser el centro director de la lucha de clases internacional, de poder ayudar a expandir el socialismo por el mundo. Todos parece que tenían claro que a la URSS había que defenderla como un elemento prioritario. Pero ese espíritu muchas veces chocaba con el orgullo nacional. Todos admitían el “mando” de la Unión Soviética, pero, a la vez, algunos tenían la convicción que los soviéticos tenían la obligación de ayudarlos pero siguiendo los postulados de construcción del socialismo en un solo país, o sea, imitar la construcción socialista de la URSS cuando estaba sola y cercada. Pero ya no era así, existía un campo socialista (un campo democrático como decían entonces). En esa época, posiblemente sólo los soviéticos, o la línea marxista-leninista soviética, lo comprendían de manera más correcta, además de los comunistas que seguían esa línea en otros partidos y que se enfrentaban a líneas revisionistas-nacionalistas (entre ellos los yugoslavos).

Los dirigentes soviéticos en el período de Stalin de posguerra tenían una visión más dialéctica de las necesidades de desarrollo socialista global. Por un lado, frente al imperialismo defendían la coexistencia pacífica, las relaciones justas y la defensa de la soberanía nacional. Por otro lado, en las relaciones entre países socialistas defendían la paulatina integración (comenzando por las federaciones, las relaciones económicas, las ayudas, etc.) y una soberanía limitada a los intereses del socialismo, aunque sin menospreciar las características nacionales. Todo ello para la lucha contra el imperialismo y el desarrollo socialista. Esta posición era justa.

En otro orden de cosas, los soviéticos tenían una responsabilidad internacional de defensa de todo el socialismo (principalmente de la URSS). Para entender los conflictos en el campo socialista, debemos recordar que ellos representaban a todo el campo en las negociaciones con los imperialistas;  y que había una situación muy delicada con el comienzo de la guerra fría (la doctrina Truman se lanza en 1947).

En este sentido, hagamos memoria de las críticas a Dimitrov cuando publica en Pravda la idea de una federación, no sólo de los Balcanes, sino de todos los países liberados del este europeo y los Balcanes (incluida Grecia). En sí la idea es correcta en cuanto al desarrollo socialista, pero en ese momento era un error plantearla, ya que se les daba argumentos a los imperialistas. Los dirigentes soviéticos tuvieron que manifestar en Pravda que no estaban de acuerdo. Dimitrov tuvo que rectificar y fue criticado por Stalin porque no se paraba a pensar que todo lo que decían dirigentes comunistas de otros países, se interpretaba siempre que los soviéticos estaban de acuerdo. Había puesto en una situación complicada las negociaciones con los imperialistas y se había fortalecido la política de guerra fría.

También se puede recordar la crítica de los soviéticos a Yugoslavia por dar alas a los comunistas griegos en su lucha guerrillera y a estos por continuar la misma. A priori, debemos pensar que estaban acertados los soviéticos en esta cuestión. Decían que no se debería continuar la lucha después de la llegada del ejército norteamericano (era el comienzo de la doctrina Truman), porque los comunistas estaban abocados a perder la guerra, ya que no podían recibir ayuda soviética, pues podría desencadenar una guerra imperialista contra el socialismo. Manifestaban que los comunistas griegos tenían que llegar a un acuerdo con el gobierno para formalizar un régimen democrático. Así dejarían de perder fuerzas y tendrían más posibilidades de conseguir éxitos en el futuro. Y, efectivamente, los comunistas griegos fueron derrotados y perseguidos.

3º.- La URSS tenía razón frente a Yugoslavia…

Los dirigentes soviéticos después de la guerra mundial, en el período de Stalin, tenían una visión de la política global, no sólo del campo socialista, sino de todo el mundo: relaciones con los imperialistas, lucha contra ellos, arrancar de las garras del imperialismo a las naciones, etc. Incluso en esa visión mundial, habría que incluir la propia reconstrucción de la URSS y su desarrollo, como garante y base del socialismo mundial [lo cual también podría derivar en posiciones más nacionalistas, como tendrían algunos dirigentes soviéticos]. Para desarrollar esa «visión» necesitaba llevar el «control» de los países socialistas y que estos trabajasen como un solo cuerpo con la URSS. Aunque no siempre supieron manejar acertadamente ese “control” ni supieron utilizarlo. Intentaron explicarlo a los otros partidos, por ejemplo, en el discurso de Zdhanov en el Kominform cuando hablaba de que no era suficiente con la soberanía nacional, sino que era necesaria la defensa de la URSS por parte de todos los comunistas (ya criticaba a las «vías nacionales»). Pero posiblemente estas ideas sobre la política global de los soviéticos que se fraguaban en Moscú, no  se trasladaban educativamente a los demás, se quedaban en Moscú. Fijémonos qué poco entendían los comunistas de otros lugares estas cuestiones de la lucha global contra el imperialismo que, unos pocos años después, los albaneses se quejaban amargamente porque la URSS ayudaba económicamente a Egipto o la India, diciendo que ellos también necesitaban esas ayudas, cuando los soviéticos les estaban construyendo toda la industria.

Los yugoslavos critican acertadamente en 1947 a los comunistas franceses e italianos. Estas críticas se hacen muy en sintonía con los soviéticos, siguiendo a los soviéticos y yendo un poco más allá que estos, pero vistos los hechos posteriores, es posible que estas críticas fuesen más bien de conveniencia, ya que mantenía una disputa importante con los italianos por la cuestión de Trieste (era una reclamación territorial de Yugoslavia), y así ganaban el apoyo soviético. Si no es así, es bastante inexplicable ya que las posiciones de Togliatti sobre el policentrismo (que ya se iban consolidando) y las de los dirigentes yugoslavos eran muy similares. Las vías nacionales iban tomando peso también en Polonia, Hungría, Albania,…

Yo creo que, si los soviéticos en general miraban el interés global de la lucha de clases, los yugoslavos miraban su interés nacional por encima de lo demás, así desarrollaron una línea revisionista-bujarinista. Sitúo aquí unos elementos de interés que llevaron a la ruptura (seguro que hay más, como la política hacia Grecia,…):

  • Las relaciones económicas son un primer factor: Yugoslavia quiere su desarrollo integral, para eso exige una línea de relaciones económicas con la URSS y unas ayudas que lo hagan posible, pero la URSS necesita también su reconstrucción y engendrar un sistema económico socialista global. La URSS proponía que, en primer lugar, se fortaleciesen los sectores económicos industriales y agrarios en los que Yugoslavia ya tenía base y los soviéticos intercambiarían con ellos el resto de productos necesarios. O sea, una fase de reconstrucción, fortalecimiento de recursos e intercambio entre países socialistas, para después desarrollar otros tipos de industrias. Los yugoslavos no estaban de acuerdo y acusaban a la URSS de intercambio desigual y que así solamente los soviéticos saldrían favorecidos.
  • Una segunda cuestión derivada, es lo referente a los problemas entre los yugoslavos y los asesores soviéticos. Los primeros escondían la información (económica, política,…) y los segundos la querían. Fue un conflicto importante que llevó a acusaciones de espionaje de esos asesores y de querer desestabilizar.
  • Por otro lado, la disensión en cuanto a la Federación Balcánica: los soviéticos quieren una unión política rápida lo que ayudaría a fortalecer el socialismo en los Balcanes ante las injerencias imperialistas. Los búlgaros están de acuerdo con los soviéticos. Yugoslavia, por el contrario, quiere una unión lenta (unión aduanera, monetaria y económica, después la política) porque alega que Bulgaria es pobre y retrasaría su desarrollo. O sea, prioriza su interés nacional y, con él, los intereses de su burguesía nacional. Estas cuestiones se discuten en Moscú a tres bandas. Nada más regresar de Moscú, los yugoslavos deciden aparcar la Federación Balcánica en el pleno de su CC de 1 de marzo de 1948, porque no les conviene como nación. En este pleno, los dirigentes yugoslavos critican duramente a los soviéticos.

A partir de ahí comienzan los intercambios de cartas que desembocan en la ruptura, con las primeras acusaciones de antisovietismo hacia los yugoslavos.

4º.- … Pero la URSS se precipitó al romper.

Es posible que la ruptura y la condena tan contundente por parte del Kominform fuese un error. La URSS se precipitó en exceso y no tuvo paciencia suficiente, porque desde la disputa abierta hasta la condena apenas pasaron unos meses. Supongo que querían forzar un cambio de política y un cambio dentro del partido yugoslavo (cambio de los dirigentes de tendencia más nacionalista, como Rankovich o Kardeli). Pero sobrevaloraron su poder y minusvaloraron la fuerza interna de la dirección yugoslava., Los soviéticos no calibraron correctamente sus apoyos dentro del partido yugoslavo, que eran escasos en la dirección, y, con la ruptura, no ayudaron a los “prosoviéticos” en absoluto.

Por otro lado, la ruptura puso a Yugoslavia en manos de la influencia imperialista que, al poco tiempo, firma acuerdos con Estados Unidos y, después, con Gran Bretaña y Francia, fortaleciendo así su política nacionalista. Y, aunque los marxistas-leninistas consiguieron eliminar a los elementos más revisionistas de las direcciones de los partidos de los otros países socialistas, no pudieron parar las tendencias nacionalistas y revisionistas que se pronunciaron posteriormente en el período de Jruschov, es más, en muchos casos se convirtieron en ejemplo de las “vías nacionales”, del “policentrismo” y de las críticas a la URSS.

Peor todavía fue cuando los soviéticos comenzaron a acusar a los yugoslavos de fascismo y cosas similares. En general, el tratamiento de la disputa por parte de los soviéticos significó un error de graves consecuencias, incluso, aunque tuviesen razón de que los comunistas yugoslavos llevaban una línea revisionista.

5º.- ¿Yugoslavia influyó en la crítica metafísica de China y Albania?

Aunque habrá que buscar y estudiar más sobre el tema cuando haya tiempo para hacerlo, la idea de que las críticas yugoslavas fueron en parte referentes en las críticas de chinos y albaneses no tiene nada de descabellada, aunque a priori lo parezca. No me refiero en concreto a las críticas sobre las revisiones de Jruschov sobre la coexistencia pacífica (más la vía pacífica, más el cambio del carácter del imperialismo, más la posibilidad de evitar las guerras), sino las posteriores sobre el imperialismo, el capitalismo y la nueva burguesía soviéticas.

Yugoslavia fue el primero en manifestar que la URSS quería someterlos política y económicamente y que ellos no se iban a doblegar. Lo mismo hizo Albania cuando su ruptura con la URSS, con los mismos argumentos. Ya en 1949, los yugoslavos hablaban del carácter imperialista de la política de la URSS, que era idéntica a la de Estados Unidos. Ya pensaban y manifestaban que existía un antagonismo entre las dos superpotencias que tenían intereses opuestos, pero que representaban dos modelos económicos igualmente perniciosos (capitalismo y capitalismo de estado), con una idéntica esencia imperialista y cuya meta era lograr la hegemonía mundial sometiendo a los pequeños países. Uno de los teóricos yugoslavos de esa época, Djilas, hablaba en sus artículos de esa forma. Por ejemplo, atribuía a la URSS «métodos de explotación imperialista que engendran métodos políticos imperialistas» o que la URSS tenía un «régimen de explotación clasista en el interior y explotación imperialista en el exterior«. Tan temprano como en 1949 y 1950, usaron argumentos muy parecidos a los posteriores de chinos y albaneses. Los yugoslavos hacían la crítica para el período de Stalin, y los chinos y albaneses a partir de Jruschov. Creo que se debía en el fondo a una visión metafísica, en lo filosófico, y una deriva nacionalista, en lo político, tanto de yugoslavos, primero, como de chinos y albaneses, después. De cualquier manera, coincidieron sobre el desmarque, con su falsa argumentación, hacia la URSS; pero en absoluto en cuanto a la crítica del revisionismo soviético que los comunistas chinos y albaneses efectuaron en un primer período de manera correcta y educativa para todos los comunistas del mundo de aquellos años, y también del presente.

Por otro lado, por parte soviética, durante el período de Stalin utilizaban el centralismo en la política internacional (posiblemente necesario para defender el socialismo) y una prepotencia en las relaciones que chocaba con el orgullo nacional de los otros países. Los dirigentes soviéticos entonces veían correctamente lo que había que hacer, pero no valoraban correctamente que los otros partidos comunistas no estaban preparados para entenderlo.

Existen elementos importantes en las rupturas diversas en el movimiento comunista internacional, en las distintas críticas y en el desarrollo de las tendencias en la construcción del socialismo que deberían estudiarse más y mejor para tener bases más sólidas para la lucha actual. Estos apuntes aquí presentados pretenden dar un modesto paso para esquematizar el análisis de la ruptura soviético-yugoslava

 

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