El
sábado 5 de Octubre, a las 19,30 horas, se proyectará en la Sala Nueva
Estafeta del Ateneo de Madrid (C/ del Prado 21), el clásico soviético de
Serguéi Eisenstein "El acorazado Potemkin", dentro del ciclo "Obras Maestras del Cine Soviético"
Este acto está organizado por
la Sección de Cine del Ateneo de Madrid con la colaboración de la
Asociación de Amistad Hispano-Soviética (AAHS).
Tras la proyección, como es norma del ciclo, tendremos un amenizado debate con sugerencias, indicaciones y aportaciones de todos los presentes.
Ponencia.
El acorazado Potemkin, magistral renovación de la cinematografía.
Por Nestor Guadaño
Para
conmemorar el 20º Aniversario de la Revolución social de 1905, a propuesta del
Consejo de Comisarios del Pueblo, se realizaron diversos guiones en 1925, de los cuales se realizaron dos
películas “La Madre” y “El acorazado Potemkin”.
En
palabras del director:
La película está trabajada como
un todo orgánico en el que cada uno de sus elementos funciona en pos de una
composición que mantiene en su núcleo lo particular en función del todo. Cada
una de las partes en que se puede dividir la cinta es funcional en un nivel
superior de lectura, es decir, en la generalidad. Por otra parte el patetismo
(pathos), con la sucesión y cambio constante en las cualidades de la acción,
genera en el espectador una emoción que lo lleva a realizar mediante un proceso
psicológico una reflexión intelectual de acuerdo al tema propuesto.
La
película reproduce el motín realmente ocurrido en el acorazado “Potemkin” en
1905, cuando la tripulación se rebeló contra los oficiales del barco. Mientras
en la ciudad tras la huelga general, estalla la revolución. En el acorazado
tiene lugar la épica salida de la rada de Odessa, siendo cierto que los barcos
del ejército ruso no abren fuego contra el acorazado, huyendo a Rumanía.
En la película no se comenta que fue del buque y sus marinos. El
acorazado y su tripulación tendrán diferentes destinos. El gobierno rumano sólo
accede a acogerlos si devuelven el acorazado al zar. Muchos marineros que se
quedan allí retornarán a Rusia cuando estalle la revolución de 1917. Otro grupo
de marineros huye a Argentina. El marinero Iván Beshov se instala en Irlanda.
Murió en 1987 a los 102 años de edad. Fue el último superviviente del acorazado
Potemkin.
La
cinta está considerada como una de las mejores de la historia del cine, una de
las más estudiadas en las escuelas de cine por su técnica de montaje y una de
las más influyentes de todos los tiempos.
Su función
Lenin
quien dijo que "de todas las artes, el cine es para nosotros la más
importante”.
Tras
la Revolución de Octubre, Eisenstéin se dedica al Teatro del Arte en Moscú,
asimilando las ideas de Vsevolod Emilievich Meyerhold. Excelente teórico
teatral, director de escena y actor, Meyerhold hereda y comparte las ideas
simbolistas en los montajes teatrales. Pero su teoría de la Biomecánica
aplicada a la dirección de actores causa una profunda impresión en Eisenstein
desde sus tiempos como director de teatro. La fuerza expresiva de sus actores
en la pantalla tiene mucho que ver con las enseñanzas adquirida en la dirección
de actores.
A
Eisenstein encontró caduca la técnica
cinematografíca que mostraban escenas estáticas, como estampas seleccionadas de
una exposición, ni la cámara inmóvil de principios del siglo XX y buscó en el
movimiento de imágenes lo que transmitía la dinámica de la vida real. Estos
conceptos encajan en sus concepciones materialistas en el arte, con una
dialéctica para mostrar las contradicciones de las tramas de sus películas.
Así
pues, en 1925, Sergéi Mijáilovich Eisenstein, tiene 26 años. Con una gran
experiencia en la dirección teatral acababa de estrenar su primer largometraje La
huelga
(1925). Generando una gran expectación en la esfera cultural soviética,
consagrándose como un revolucionario director que crea nuevas técnicas
cinematográficas.
Comenzada
la filmación en Leningrado, se traslada el equipo a Odessa para poder rodar con
mejor tiempo. Cuando ve las escaleras de la escalinata, comprende que puede
contar mejor la historia rebelde de aquel año, centrándose en un acontecimiento
célebre acaecido en esta villa.
Se
documenta intensamente en los sucesos de la sublevación del Potemkin y la
ciudad. El detonante del amotinamiento del acorazado “Potemkin”, la situación
de la carne podrida que los oficiales
quieren que los marineros se coman. Con este motín apoyan la lucha
revolucionaria que se estaba produciendo en Odessa y en toda Rusia. Junto con Nina
Agadzhánova,
adapta un guión de acontecimientos que penetre en los espectadores, creando un
proceso secuencial siguiente:
- Hombres y las larvas (Люди и черви)
- Drama en el Golfo de Tendra (Драма на Тендре)
- El muerto clama (Мёртвый взывает)
- La escalera de Odesa (Одесская лестница))
- Encuentro con la escuadra (Встреча с эскадрой).
El
rodaje se llevó a cabo en sólo tres meses, y es filmada con actores no profesionales,
destacan la expresividad de los primeros planos y una estética donde la
exaltación del grupo va cobrando fuerza a medida que se desarrolla la película.
El estreno de la película tuvo un prólogo
especialmente didáctico.
En aquel año de conmemoración, junto a los actos y
conferencias, se creía que una película tenía que girar alrededor de una
estrella consagrada como en los filmes europeos o de Hollywood. Muchos miembros
de los departamentos culturales no creían que un director novel, con técnicas novedosas,
tuviese la responsabilidad de crear un proyecto conmemorativo de tanta
envergadura, pues no creían que la población soviética estuviese preparada para
apreciar esos avances cinematográficos. Dos días antes del estreno, el borrador
esencial del montaje fue presenciado en casa de Vladimir Mayakovski, que
entonces tenía la responsabilidad del Departamento de Artes Escénicas del
Comisariado de Cultura de la URSS. Después de verla, Vladimir consideró “que su visionado es primordial para toda la
población y especialmente para las escuelas soviéticas”. A los dos días
tras su estreno se proyectó en las grandes ciudades soviéticas, con un éxito
impresionante.
La
película se estrenó el 21 de diciembre de 1925 en el Teatro Bolshói. Según el
testimonio del propio Eisenstein, el montaje final, (cuyo último rollo
lo empalmaría con su propia saliva), se terminó momentos antes de la
proyección del filme.
Creo que Eisenstein es el montador más
importante de toda la historia del séptimo arte. Aún hoy, la película es considerada en todas las escuelas de cine,
el comienzo del 7º Arte por su particular técnica evolutiva, en el montaje, en la
conjunción de escenas superpuestas y en las abruptas interrupciones dramáticas.
Nadie que ame el séptimo arte debería
perdérsela. Hay una revolución rusa que asaltó el Palacio de Invierno, pero hay
otra que definió en 90 minutos de intensidad cinematográfica, los fundamentos
de la cinematografía. Que inició con La Huelga, y
continuó con este filme.
Sus grandes hallazgos
Las teorías sobre el uso enfático del
montaje de Eisenstein se recogen por igual en sus escritos y en sus películas.
Su “montaje intelectual” se basa en la yuxtaposición de dos ideas autónomas
que, unidas, generan un tercer concepto en la mente del espectador. Es una idea
consecuente en su forma de rodar, especialmente en su periodo mudo, porque para
acercar visualmente las ideas crea el llamado “montaje de atracciones”,
acerándose al mundo del circo y las varietés.
Su técnica se
conoce como “montajes cortos”, es decir, cambios rápidos de planos generales
con secuencias escogidas. La frecuencia de los fotogramas así mostrados transmiten
un aceleramiento e intriga, como se respiraba durante la revolución rusa y esto
sumió a los espectadores en estado de shock.
Hasta entonces
los espectadores iban al cine para distraerse, con tramas intrascendentes, como
su anterior obra con El acorazado Potemkin, el público se sintió como un
indignado marinero, que se topa con la crueldad e injusticia de las
autoridades.
La inmortal escena de las
escaleras de Odessa, tiene una fuerza emocional difícil de lograr. Cuenta con
200 fotogramas y se convirtió en una poderosa metáfora del sufrimiento del
pueblo. Ese héroe colectivo, sufriente, donde van desfilando típicos
personajes, con unos planos reflexivos, con inserciones de arte cubista en la composición
de las escenas y los encuadres, crea una atmósfera de epopeya popular, revolucionaria (especialmente, en la versión
sonorizada de 1950, hoy desaparecida). Todo ello, pues, adquiere un carácter lírico emocionante,
subrayado por un ritmo dinámico que provoca el entusiasmo tanto ideológico
como artístico, que a nadie deja indiferente.
Mediante cientos de planos (la
película cuenta con 1029 planos, una auténtica barbaridad para la época,
extendiendo la duración de la cinta) se nos sumerge en el alzamiento popular
contra la represión de las autoridades zaristas y cómo las fuerzas armadas del
gobierno reprimen esta insurrección.
Analizando las escenas, todo el rodaje
tiene el sello de la genialidad, con juegos de planos cortos como los leones
despertando (tres imágenes de estatuas de leones), planos detallados de manos,
brazos, caras, objetos o miradas, o la utilización de travellings y ángulos
picados y contrapicados, sumergiéndonos en el horror sufrido por los
trabajadores de Odessa.
Una característica que aflora al
lenguaje de Eisenstein es que, añadiendo a sus dotes como director, montador,
orador, políglota… además era un enamorado de la cultura japonesa. Su
extraordinaria teoría del montaje intelectual se basa en la estructura de los
ideogramas japoneses, donde dos caracteres se contraponen para crear un
tercero.
Y su inspiración sigue durando
La música fue
escrita originalmente por Edmund Meisel. En la sala
cuando se proyectó la película tocaba una orquesta de salón compuesta por
flauta, trompeta, trombón, percusiones y cuerdas. Mark-Andreas Schlingensiepen
depuró la obra, con una adaptación para piano.
Ha habido
muchas bandas sonoras en Europa y los EEUU. Especialmente memorables fueron
realizadas en la URSS. En los años 40 se tocó la sinfonía patética de
Tchaikovski. Posteriormente realiza otra banda sonora en los años 50 el
compositor Nikolai Kriúkov. En 1976, el Fondo Estatal de Cine de
la URSS, encarga a Dmitri Shostakóvich una nueva banda sonora. Este hace una
obra de arte: recoge trozos de su sinfonía nº 11 “1905”, y partes de la 4ª, 5ª,
8ª y 10ª. El acoplamiento, teniendo en cuenta que las partituras son
posteriores, es genial.
Charles Chaplin y Billy Wilder
consideraban que El
acorazado Potemkin era su película favorita. Buñuel enloqueció
el día que fue a verla. Steven Spielberg, Brian De Palma o Francis Ford Coppola
han homenajeado la escena de la escalinata en sus películas.
Después de su
estreno en la Unión Soviética, la película fue exhibida en Estados Unidos. Se exhibió en
Alemania una versión retocada suprimiendo las escenas del enfrentamiento de los soldados con el
pueblo. La película fue prohibida en Alemania (durante el régimen nazi), Francia, Gran Bretaña, España, y otros países, por sus contenidos revolucionarios (aunque se levantó la
prohibición durante la Segunda República, a través de la distribuidora Film Popular, que pertenecía al
Partido Comunista, luego productora del PCE y del PSUC en Barcelona), y así solo pudo volver a verse en España hasta 1977.
Después del Golpe de Estado de Jruschov en 1956 contra la Construcción del Socialismo, en la Unión Soviética tuvo lugar una revisión de los contenidos. No solamente algunas de sus partes fueron modificadas (supresión de planos, subtítulos más cortos, revisión del lenguaje de los obreros, quitar la bandera roja que Eisenstéin coloreó fotograma a fotograma, etc.), sino que su distribución y exhibición fueron menos extensas dentro y fuera de la URSS. Porque tanto Dmitri como Eduard Tissé lograron no solamente un extraordinario avance fílmico sino un vehículo revolucionario como pocas películas han logrado.
En el Iº Festival Internacional de
Cine Europeo una votación realizada entre 6.000 cineastas eligió ‘El acorazado
Potemkin’ como la mejor
película europea de todos los tiempos.
Fuentes consultadas:
* La
forma de realización cinematográfica, textos de S.M. Eisenstéin. Compilación de ensayos. Editorial
siglo veintiuno.
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