Por Sputniknews
Alguien tenía que
haber declarado que Asia tiene su visión del desarrollo del mundo. Este
papel lo asumió China al proponer la iniciativa de 'Un cinturón, una
ruta', opina Alexéi Máslov, director del Departamento de Estudios
Asiáticos de la Escuela Superior de Economía de Rusia y director del
Centro de Estudios Estratégicos de China.
El
proyecto más ambicioso de China, conocido como 'Un cinturón, una ruta',
es visto por muchos como una iniciativa puramente económica y
comercial, que se centra en enormes proyectos de infraestructura,
principalmente de transporte y energía: carreteras, puentes, gasoductos,
puertos, ferrocarriles y centrales eléctricas.
No obstante, Máslov revela otro lado del proyecto.
"Además de la parte puramente económica, la idea tiene otro aspecto,
generalmente denominado como geoestratégico, sin embargo, aquí es más
conveniente el término de civilizatorio", explica el analista en su
artículo para Sputnik.
La idea es que China quiere desempeñar un papel
clave en el mundo global con unas reglas nuevas y donde los países
tengan roles nuevos.
Kim Kyung-Hoon (Reuters)
Según
Máslov, la iniciativa 'Un cinturón, una ruta', propuesta por China en
2013, refleja la tradicional percepción política de China o, más bien,
de Asia, en general.
El experto señala que el proyecto no tiene un plan claro, ni
parámetros claros, ni cálculos de gastos, ni costos operacionales, ni
tampoco rentabilidad. China solo anunció que está lista para invertir en
el proyecto, sin proporcionar detalles sobre el período de
recuperación.
"No obstante, la amorfia de la iniciativa
garantiza su 'insumergibilidad': nadie podrá evaluar su éxito. Además,
China obtiene el derecho de cambiar las reglas del juego dependiendo de
la situación", explica el experto.
El Foro Nueva Ruta de la Seda, celebrado los días 14 y 15 de mayo, según Máslov, se convirtió en la primera revisión de aliados reunidos por China.
China, por su parte, trata de demostrar que es amistosa para con el
mundo y que ofrece un nuevo impulso a los países participantes sin
infringir sus intereses.
El gigante asiático asegura que el proyecto está abierto para todos,
pero el truco es que uno puede unirse solo si admite el liderazgo de
China en la remodelación del orden mundial. No hay manera de realizar
actividades conjuntas dentro del proyecto, puesto que simplemente no hay
mecanismo para ellos, observa el experto.
La alternativa rusa
Alexey Nikolskiy (Sputnik)
Esta
situación parece ser muy antagónica: o se rechaza el proyecto (como lo
hacen Estados Unidos, varios países europeos y la India), o se aceptan
las normas chinas del juego.
No obstante, hay una tercera vía: la idea de proyectos complementarios.
Esto es lo que Rusia propuso en el foro en Pekín. Se trata de
cooperar tanto con las asociaciones ya existentes —la Unión Económica
Euroasiática (UEE), Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la
Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN)-, como dentro del
proyecto 'Un cinturón, una ruta'.
Parece una excelente idea, señala el experto, sin embargo no le
conviene a China que no está interesada en una cooperación económica
igual entre los países y las organizaciones.
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