Por Aline Pérez Neri, publicado en Cubainformación (México)

Hace un año, en estas fechas, caminaba por las calles de La Habana. En esta ocasión experimenté exactamente la misma sensación que sentí la primera vez que fui hace muchos, muchos años.Hay cosas que en Cuba no cambian.

Pude caminar sin angustia, sin miedo. En mi país, México, es impensable hacerlo.

Salir a la calle se ha convertido en un riesgo para la vida.

Miro detrás a cada instante para cerciorarme si alguien me está siguiendo.

Tomo el transporte público con la preocupación de que en cualquier momento puedan montarse sujetos armados para esos asaltos con violencia que cada vez son más frecuentes.

Me aterro cada que un carro se detiene cerca de mí y pienso inmediatamente en cómo defenderme si me quieren secuestrar.

Ando siempre alerta para tratar de evitar a tiempo que sus manos me toquen, para no pasar cerca de los que quieran “divertirse” mostrándome sus genitales, o que intenten violarme.

Cuando tengo que tomar un taxi mando un mensaje a mis amigas para que sepan mi ruta y la placa (chapa) del auto por si no llego a mi destino, por si no regreso a casa…

Recorrer La Habana provoca una sensación de libertad que sólo se puede entender en su plenitud viviendo la experiencia. ¡Niños y niñas por la calle solos! Sí, se reúnen en alguna calle y se van juntos a la escuela, de la misma manera vuelven, y siempre vuelven. En el camino de regreso hacen alguna parada para platicar o jugar, están sin miedo. Es una postal cotidiana mirar grupos de muchachas solitas charlando con la tranquilidad de que nadie las va a subir a un carro para ultrajarlas, nadie las va a raptar, nadie las va a desaparecer, ni a ellas ni a nadie. Nadie siquiera les va a dar "un susto". Da gusto ver a los niños reír y correr, libres y seguros.

Los miro conmovida y me pregunto si serán conscientes del enorme privilegio que significa vivir así. ¿Me creerían si les digo que, en países como el mío, la normalidad con la que ellos y ellas viven no existe?

¿Podrían comprender la enorme paz que siento cada vez que en su país realizo actividades tan sencillas como salir a ver el amanecer o simplemente salir a la calle?

La seguridad pública en Cuba es real, se da de manera tan natural que casi pasa desapercibida. Indiscutiblemente es uno de los mayores logros de la Revolución Cubana.

Lo digo yo, y lo comprueban los miles de turistas que visitan la hermosa capital cubana año tras año.

¿No me crees? Visita Cuba, pero ten cuidado porque Cuba es peligrosa, en cuanto la conoces te enamoras y siempre, siempre quieres regresar.