Por Pascual Serrano en Le Monde Diplomatique, vídeo de Cuba Información.
En el video adjunto, en esta colaboración para Suelta la olla, el magazine matutino
producido por las radios libres de Euskal Herria (Halabedi irratia, 97
irratia, Eguzki irratia y otras) José Manzaneda, de Cubainformación, nos
acerca al caso de Anabel Montes, portorriqueña y presa desde 2001 en
una cárcel militar en Estados Unidos por difundir información sobre
planes de desestabilización de los Estados Unidos hacia Cuba.
La última prisionera de la guerra fría
Por Pascual Serrano.
Durante su gira por España el pasado mes de abril, el cantautor cubano Silvio Rodríguez sorprendía a su auditorio dedicándole una canción y pidiendo la libertad para una mujer llamada Ana Belén Montes. ¿Quién está detrás de ese nombre que por primera vez oían los espectadores?
Belén era una condecorada analista de la Agencia de
Inteligencia de la Defensa (DIA) del gobierno de Estados Unidos que,
tras ser arrestada, reconoció que espiaba para el gobierno cubano desde
1984, hacia 17 años. Un año después de empezar a colaborar con Cuba
logró incorporarse a trabajar en el principal organismo estadounidense
de espías. Primero fue la la analista principal de la DIA sobre El
Salvador y Nicaragua, y más tarde fue designada analista política y
militar jefe para Cuba. Belén Montes recibió 10 reconocimientos
especiales a su labor, incluido un certificado especial entregado por el
director de la CIA en 1997.
Pero no solo los ojos de Ana Belén estaban en Cuba, como quería el gobierno de Estados Unidos, también estaba su corazón, y por ello consideró que debía defender esa revolución de los hostigamientos y agresiones del país más poderoso del mundo. Belén Montes memorizaba gran parte de la información que manejaba para enviarla de forma cifrada por un aparato de onda corta a los servicios de inteligencia cubanos. Aprendió a fingir ante el detector de mentiras, e incluso logró disimular en un entorno familiar nada fácil: su hermano era agente especial del FBI, su novio era agente de los servicios de inteligencia del Pentágono especializado en Cuba y y su hermana era analista de lengua española del FBI en Miami y, curiosamente, condecorada por su aportación al descubrimiento de espías cubanos.
Pero no solo los ojos de Ana Belén estaban en Cuba, como quería el gobierno de Estados Unidos, también estaba su corazón, y por ello consideró que debía defender esa revolución de los hostigamientos y agresiones del país más poderoso del mundo. Belén Montes memorizaba gran parte de la información que manejaba para enviarla de forma cifrada por un aparato de onda corta a los servicios de inteligencia cubanos. Aprendió a fingir ante el detector de mentiras, e incluso logró disimular en un entorno familiar nada fácil: su hermano era agente especial del FBI, su novio era agente de los servicios de inteligencia del Pentágono especializado en Cuba y y su hermana era analista de lengua española del FBI en Miami y, curiosamente, condecorada por su aportación al descubrimiento de espías cubanos.
Las autoridades acusaron a Belén de “comunicar, entregar
y trasmitir al gobierno de Cuba y sus representantes, funcionarios y
agentes, información relacionada con la defensa nacional de Estados
Unidos, con la intención y creencia de que sería usada para perjudicar a
Estados Unidos en beneficio de Cuba’’. La investigación judicial
determinó que pasó una “considerable cantidad” de información
clasificada al gobierno de Cuba, incluyendo las identidades reales de
cuatro espías encubiertos e infiltrados en la isla y la ubicación de
campos secretos de las fuerzas especiales del ejército de Estados Unidos
en su guerra sucia en Centroamérica. Belén Montes no recibió ningún
dinero de Cuba por su trabajo. “Obedecí mi conciencia más que obedecer
la ley”, afirmó en el juicio. Es curioso, Ana Belén fue detenida pocos
días después del 11S. La inteligencia estadounidense se estaba dedicando
más a la búsqueda de espías cubanos que a terroristas de Al Qaeda.
Ana Belén afirmó: “Les digo a los cubanos algo que
siempre he pensado y dicho a aquellos con los que compartí mi
solidaridad con Cuba. A mí lo que me importa es que la Revolución Cubana
exista. Las cuestiones internas de los cubanos es asunto de los
cubanos. Incluso no me importa quien esté en el futuro; no es cuestión
de nombres. Lo necesario es que haya Revolución Cubana siempre, a partir
de la capacidad que se tenga para resolver los problemas. Tienen que
cuidar la Revolución. Yo traté de hacerlo”.1
Durante décadas, unas veces directamente desde el
gobierno estadounidense y otras con su beneplácito, Cuba ha sufrido todo
tipo de agresiones, sabotajes, guerras bacteriológicas, intentos de
magnicidio y atentados terroristas con el objetivo de derrocar a un
gobierno que no se alineaba con la política del país más poderoso del
mundo. Personas de todo el mundo han considerado que Cuba tenía derecho a
defenderse, siempre de forma pacífica, y para ello la información era
fundamental. Ana Belén fue una de ellas. Ahora se encuentra en la
prisión de la Base Naval de Fort Worth donde están
encarceladas más de un millar de mujeres con desequilibrios mentales o
de extrema peligrosidad. A pesar de ello, sigue mostrando su entereza:
“estoy totalmente aislada. Vivo en condiciones de extrema presión
psicológica. No tengo el más mínimo contacto con el mundo, salvo el que
idealmente me imagino. Resistiré hasta el final aunque sea difícil”2.
Ana Belén Montes nació en una base del ejército de
Estados Unidos en Alemania occidental, en 1957. Es la hija mayor de los
puertorriqueños Alberto, médico militar y Emilia. La familia volvió a
Estados Unidos y se estableció en Towson, a las afueras de Baltimore.
Curiosamente su sensibilidad política contra las atrocidades de su
gobierno en diferentes países comenzó en España, durante un programa de
intercambio. Eran los años de la efervescencia política de la transición
y conoció a un estudiante argentino que le explicó muchas cosas de las
que sucedían en el mundo y que eran ignoradas por la juventud
estadounidense.
Al acabar la universidad, Ana Belén se mudó durante un
breve periodo a Puerto Rico, poco después volvió a Estados Unidos, donde
encontró un puesto de mecanógrafa en el Departamento de Justicia, en
Washington. Mientras se preparaba un máster en la Escuela de Estudios
Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins, fue
conociendo las políticas del gobierno Reagan en América Latina y tomando
una clara posición en defensa de la revolución cubana y en contra de la
política intervencionista de su gobierno en el continente.
Su origen puertorriqueño y la humillación de la
Administración estadounidense de sentirse burlada por una mujer que
logró alcanzar la mayor confianza de la inteligencia del gobierno ha
hecho que sea utilizada como una advertencia a cualquier estadounidense
que se sitúe en contra de su gobierno, por muy honorables y éticas que
pueda considerar sus razones.
El caso ha sido ignorado públicamente por todos los
actores mientras pasaba sus años en prisión. Ni el gobierno cubano
-centrado en los cinco agentes de la operación Avispa ahora ya
liberados- ni mucho menos el estadounidense o los medios de comunicación
han prestado atención a la espía Ana Belén Montes. Sin embargo un
movimiento de solidaridad ha comenzado a gestarse desde diferentes
puntos. Comenzó con la creación del Comité por un Trato más
Humanos para Ana Belén Montes primero y posteriormente el Comité pro
liberación de Ana Belén Montes dirigido por el académico y ex
diplomático Néstor García Iturbe, un especialista que ha impartido
clases en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García, en La Habana.
También en este movimiento de solidaridad se encuentra el profesor del Seminario Evangélico de Matanzas, Douglas Calvo.34
“Si está llegando el tiempo de pasar página entre Cuba y Estados
Unidos, hay que pasarla del todo, y eso incluye a Ana Belén Montes”,
dijo Douglas Calvo, profesor del Seminario Evangélico de Teología de
Matanzas.
Los activistas han enviado varias cartas al presidente Obama pidiendo su indulto o mejoras de las condiciones carcelarias. “¿Por qué no indultar a una mujer que luchó, básicamente, ayudando con sus informes a evitar una indeseable confrontación bélica donde hubieran caído muchísimos cubanos y también habrían muerto muchos jóvenes estadounidenses?”, opina Calvo. En una entrevista para el diario Público, Douglas Calvo denunciaba que en la prisión donde se encuentra Belén Montes “incluso supuestamente se han suicidado enfermos que estaban en estado de coma. Las condiciones de reclusión son tan duras que Lucy, su hermana, miembro del FBI, aseguró que Ana Belén vive en un infierno”. Calvo asegura que el Papa Francisco podría intervenir ante el presidente Obama. “Ahora que ya se demostró que sus informes para la DIA eran ciertos, que no estábamos fabricando armas de destrucción masiva en biotecnología, ya no hay razón para que Ana Belén Montes siga en prisión”. Mantenerla así “es perpetuar la guerra fría en un individuo, es pura venganza”, añade5.
Los activistas han enviado varias cartas al presidente Obama pidiendo su indulto o mejoras de las condiciones carcelarias. “¿Por qué no indultar a una mujer que luchó, básicamente, ayudando con sus informes a evitar una indeseable confrontación bélica donde hubieran caído muchísimos cubanos y también habrían muerto muchos jóvenes estadounidenses?”, opina Calvo. En una entrevista para el diario Público, Douglas Calvo denunciaba que en la prisión donde se encuentra Belén Montes “incluso supuestamente se han suicidado enfermos que estaban en estado de coma. Las condiciones de reclusión son tan duras que Lucy, su hermana, miembro del FBI, aseguró que Ana Belén vive en un infierno”. Calvo asegura que el Papa Francisco podría intervenir ante el presidente Obama. “Ahora que ya se demostró que sus informes para la DIA eran ciertos, que no estábamos fabricando armas de destrucción masiva en biotecnología, ya no hay razón para que Ana Belén Montes siga en prisión”. Mantenerla así “es perpetuar la guerra fría en un individuo, es pura venganza”, añade5.
Además se han constituido otros comités en México,
Estados Unidos, Canadá y Francia, a los que se suman muchos de los que
participaron en la campaña que culminó con la liberación de los cinco
agentes cubanos. En uno de los diferentes manifiestos y escritos
dirigidos al gobierno de Estados Unidos y a su presidente, el abogado
José Pertierra afirma: “Es muy triste que siga presa… Lo ideal sería que
la liberaran y la envíen a Cuba, porque lo que hizo no fue por dinero,
sino porque ella consideraba como injusto el bloqueo por parte del país
más poderoso del planeta. Creo que EEUU debe perdonar y soltarla”.
El cantautor Silvio Rodríguez ya puso en su blog Segunda
Cita en 2011 la declaración de Ana Belén Montes en la corte Federal de
Estados Unidos6.
Ahora le ha dedicado una canción en sus conciertos por España y
escribió en su blog: “Se llama Ana Belén Montes y fue alto oficial de
los servicios secretos estadounidenses. Cuando sabía que le iban a hacer
algo malo a Cuba nos pasaba la información. Por eso está cumpliendo una
condena de décadas y hace unos años puse aquí como entrada su alegato
de autodefensa. Ana Belén Montes. Mucho mal no nos pasó por su culpa. Libertad para ella”. 7
Aunque algunos señalan que el gobierno cubano está
detrás de este movimiento de solidaridad, pero la verdad es que ningún
medio estatal cubano ha informado del asunto ni el Ministerio de
Relaciones Exteriores de Cuba ni ningún alto cargo de la Administración
se han pronunciado.
Tras quince años entre rejas, Ana Belén sigue firme en
los motivos que le llevaron a su comportamiento: “No me gusta nada estar
en prisión, pero hay ciertas cosas en la vida por las que merece la
pena ir a la cárcel”, escribe Montes en una carta de 14 páginas a un
familiar. El pasado año volvió a insistir en sus principios: “Si me
arrepiento me niego a mí misma y me sentiría insatisfecha. No está en el
marco de mi lógica. Siempre supe las consecuencias posibles de lo que
hacía. Era un riesgo que tenía que correr. El estar recluida en prisión
es algo que he ido aprendiendo gradualmente a soportar, pero en mi fuero
interno estoy tranquila. Hice lo que tenía que hacer. ¿Arrepentimiento?
En estos años nunca me he arrepentido.(…) No tengo hijos ni esposo.
Creo que ese fue el precio que a partir de un momento me di cuenta que
tenía que asumir. Me interesó tener un compañero y formar una familia;
pero no fue posible porque en la marcha todo se tornó complejo. Mi
refugio personal es saber que hice algo útil y que no solo defendí a
Cuba; también defendía al pueblo norteamericano. Hoy me concentro en
resistir ante los intentos de quebrar mi voluntad”8.
Entre todos los que luchan por la libertad de Ana
Belén Montes aparece el lógico razonamiento del sinsentido de una
condena de 25 años en un momento histórico en que ambos países parecen
ir superando por fin la guerra fría y el enfrentamiento que ha
caracterizado el último medio siglo.
Enlace Original:
Notas:
“El caso de la alemana-norteamericana Ana Belén Montes”. Resumen latinoamericano. 30-8-2015. http://www.resumenlatinoamericano.org/2015/08/31/el-caso-de-la-alemana-norteamericana-ana-belen-montes/
“Comité cubano pide a Obama que indulte a la espía Ana Belén Montes”. El Nuevo Herald. 18-10-2015 http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article39667665.html
Calvo Gainza, Douglas. “Los campañistas por Ana Belén
Montes en Miami y sus mentiras sobre la Iglesia Evangélica Cubana”.
Rebelión, 26-4-2016 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=211626
Ravsberg, Fernando. “Negociaciones para liberar a la agente que espió para Cuba en el Pentágono. Público, 26-10-2015 http://www.publico.es/internacional/negociaciones-liberacion-agente-cuba-espia.html
Declaración de Ana Belén Montes en la corte Federal. Segunda Cita, 5-10-2011
Ver comentario de Silvio Rodríguez. Segunda Cita, 9-4-2016 http://segundacita.blogspot.com.es/2016/04/una-escuela-en-coruna.html?showComment=1460212015574#c6004914911008953182
“El caso de la alemana-norteamericana Ana Belén Montes”. Resumen latinoamericano. 30-8-2015. http://www.resumenlatinoamericano.org/2015/08/31/el-caso-de-la-alemana-norteamericana-ana-belen-montes/
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