24 de noviembre de 2016

Crónicas del bloqueo: la libreta de la familia cubana

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Por Laura V. Mor.

Hemos escuchado hablar mucho sobre Cuba en general, pero poco sobre ciertos temas en particular.  La famosa Libreta cubana es uno de ellas.

Cuba -como ocurrió con los países de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas- cuenta con una Libreta de abastecimiento por cada hogar.  Es la “libreta de la familia cubana”, como suelen decir aquí. En ella se refleja los integrantes del grupo familiar y se consignan una serie de productos básicos, especialmente para ayudar a la alimentación.

Los medios de comunicación en el mundo se refieren a ella como “libreta de racionamiento”, término utilizado para tiempos de guerra donde se hace necesario racionalizar los suministros alimentarios. La ironía de llamarla de esa manera, pretende generar una connotación negativa sobre el esfuerzo del Estado para apoyar en lo cotidiano la canasta básica de la familia cubana.

Durante la histórica visita a Cuba del Presidente Obama, incluyó en su agenda la participación en el programa cómico Pánfilo, uno de los de mayor audiencia  de la TV. En el sketch, mientras jugaba una partida de dominó con los actores, alguien mencionó la Libreta. Fingiendo no saber de qué se trataba, preguntó qué era…sin mencionar por supuesto la gran responsabilidad que tiene EE.UU en la aplicación del bloqueo. El chiste no fue gracioso porque faltó explicar las razones que motivan al Estado cubano subvencionar -a precios de hace cinco décadas- una serie de productos básicos para paliar el daño que provoca el inhumano bloqueo al pueblo cubano.

La Libreta ayuda, es el empujón para llegar a fin de mes, como dicen los cubanos, a la manutención alimentaria dadas las consecuencias de un bloqueo genocida que hace más de cincuenta años Estados Unidos sostiene sin pausa sobre el pueblo, y hace que sea muy difícil y costoso para el Estado importar los productos que el país no produce. El bloqueo impide el comercio directo entre EE.UU-Cuba, pero además, mediante sus leyes extraterritoriales, prohíbe a las empresas de terceros países comercializar productos de origen o  componentes norteamericanos. Las multas a quienes osen violarlo son millonarias.

Ante ello, el gobierno cubano debe obtener productos en mercados lejanos, abonando sobreprecios y un costo elevado de transportación, muy superior al que incurriría en caso de poder comerciar libremente sin las restricciones aberrantes que impone el bloqueo.

En décadas anteriores, cuando aún existía el campo socialista -principal socio comercial y proveedor del país hasta su derrumbe en los años 90- la Libreta de abastecimiento contaba con decenas de productos, entre los cuales se incluían también tabaco y ron. A partir de la caída del Este europeo, comenzó en Cuba lo que se conoce como Período Especial. La cantidad de productos contenidos en ella disminuyó ostensiblemente, pero continúa siendo un apoyo para la economía doméstica de cubanas y cubanos.

La Libreta incluye mensualmente 7 libras (aproximadamente tres kg y medio) de arroz -base de la alimentación cotidiana de la familia cubana-, frijoles y otros granos -para el típico congrí, o potaje de frijoles tan habituales en los platos cubanos o el de chicharos-, 4 libras (cerca de 2 kg) entre azúcar refinada o blanca y morena, aceite,  café, 5 huevos por persona, un pan diario, productos cárnicos como pollo, picadillo de carne o jamonada en cantidades pequeñas por persona, sal y fósforos.  Si en la familia hay niños,  embarazadas o ancianos se adiciona leche, compota y yogurt de soja. En caso de que algún miembro del hogar necesite una dieta médica especial, también es considerado a la hora de asignar los productos; lo mismo para mujeres en edad fértil se suma el suministro de las toallas sanitarias necesarias.

A diferencia de lo que muchos extranjeros creen y de lo que los grandes medios de comunicación necesitan hacer creer de acuerdo al objetivo estratégico de cambio de régimen, la Libreta no es de racionamiento, tampoco es la dádiva de un Estado paternalista.  Los productos que se subvencionan se abonan en la misma Bodega donde se retiran y se pagan en pesos cubanos; entre todos “los mandados”no supera los 10 pesos cubanos (aproximadamente 0,48 centavos de dólar), un precio muy inferior al de las Tiendas en divisa donde se venden los mismos productos. El costo que paga el Estado es sumamente elevado si se tiene en cuenta que la Libreta incluye a todos los habitantes del país.

Se  dice popularmente “la Libreta no alcanza”. Es cierto, para la alimentación balanceada de un mes completo es necesario comprar ciertos productos por fuera de la Bodega. Pero a quienes venimos de países capitalistas donde el Estado no garantiza tan siquiera la mínima alimentación de sus ciudadanos y cada familia debe hacer malabares para lograr comprar desde el primero hasta el último producto de la canasta básica alimenticia, aunque sea 250 gramos de arroz a menor precio, sería de gran ayuda, mucho más si se multiplica por cada miembro de la familia.

Probablemente si no existiese el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba no sería necesaria esa Libreta ya arraigada en el pueblo cubano; los salarios serían superiores a los actuales y no haría falta subvencionar la alimentación.  Como el bloqueo aún persiste y Cuba es un  país declaradamente socialista, donde asegurar los derechos de las personas es una razón fundante, el Estado debe asegurar una base de bienestar colectivo para todos los cubanos. La Libreta asegura una pequeña parte de ello, junto a enormes políticas sociales conquistadas en 58 años de Revolución.

Quedan 60 días para que Obama deje la Casa Blanca, tiempo restante para que aplique las prerrogativas presidenciales para desmontar al máximo posible el bloqueo. Si lo hiciera ya no haría falta más “la Libreta”.

Fuente:
Resumen Latinoamericano

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