5 de octubre de 2015

Tíbet, ¿verdadero o falso?

Por Michel Collon. Traducido por A. García.


¿Cómo ser un buen juez? Significa escuchar con atención las distintas posiciones, tratar de dejar sus prejuicios de lado, comprobar la fiabilidad de cada prueba, documento o testimonio. ¿No debería estar todo lector o espectador de los medios de comunicación interesado en aplicar este método?
 
1. «ANTES DE LA INVASIÓN DE CHINA, EL PUEBLO TIBETANO VIVÍA EN ARMONÍA CON LOS MONJES Y LOS SEÑORES FEUDALES EN UN ORDEN SOCIAL INSPIRADO POR LOS ENSEÑAMIENTOS RELIGIOSOS».

FALSO. La doctrina religiosa imponía la superioridad del rico señor y la inferioridad del campesino miserable, del monje inferior, del esclavo y de la mujer. Se presentaba este orden como el resultado ineludible de la sucesión kármica, producto de las virtudes y los vicios de sus vidas pasadas. 

En realidad, esta ideología justificaba un orden de clases feudal: los siervos debían trabajar las tierras del señor o del monasterio de forma gratuita y durante toda su vida. Cualquier acto era un pretexto para imponer elevados impuestos: matrimonio, defunciones, nacimientos, fiestas religiosas, la posesión de un animal, plantar un árbol, el baile o incluso para entrar o salir de prisión. Estas deudas podían traspasarse de padre a hijo e incluso a las generaciones siguientes, y si no conseguían pagarlo, los deudores se veían reducidos a la condición de esclavos. 

Los fugitivos y los ladrones eran perseguidos por un pequeño ejército profesional. Sus penas predilectas: arrancar la lengua o un ojo, seccionar el tendón de la rodilla, etc. Todas estas torturas quedaron prohibidas en 1951 mediante la aplicación de las reformas provenientes de Pekín. 


2. «EN 1951, CHINA INVADIÓ EL TÍBET» 

FALSO. El término « invasión » implica la idea de la existencia de dos países diferentes. Sin embargo, a partir del siglo XIII, con el imperio mongol, el Tíbet fue anexionado a China. A partir del siglo XVII, el Tíbet se convirtió en una de las dieciocho provincias del imperio chino y cada Dalai-lama recibía su garantía de legitimación por parte del Emperador de China. 

A finales del siglo XIX, el imperio británico invadió el Tíbet para instalar sus mostradores de comercio. Entonces, el Dalai-lama aprovechó la ocasión para reivindicar la independencia del Tíbet. Esta petición no fue tomada en cuenta por ningún partido chino ni por ningún otro país del mundo. Incluso todavía en 1949, el Departamento de Estado de los EEUU consideraba a Tíbet y Taiwán como partes integrantes de China. 

Todo cambia cuando China pasa a ser socialista con Mao Zedong. El mismo Departamento de Estado de los EEUU escribía entonces «El Tíbet se convierte en una zona estratégica e ideológicamente importante. Ya que la independencia del Tíbet puede servir como lucha contra el comunismo, está en nuestro interés reconocerlo como independiente en vez de como una parte integrante de China». Pero añade: «La situación cambia si se crea un gobierno en el exilio. En este caso, nuestro interés será sostener la independencia del Tíbet sin reconocerla. El reconocimiento de la independencia del Tíbet no es la cuestión verdaderamente importante. Se trata de nuestra actitud frente a China».


3. «A PARTIR DEL MOMENTO EN QUE LOS COMUNISTAS CHINOS TOMARON EL PODER EN 1951, EL DALAI-LAMA Y LOS SEÑORES TIBETANOS PERDIERON TODO SU PODER POLÍTICO EN EL TÍBET"

FALSO. En 1951 se firmó el Acuerdo para la Liberación Pacífica del Tíbet entre Pekín y el Gobierno local tibetano. El Dalai-lama aceptó la propuesta de Mao Zedong y le mandó un mensaje telegrafiado: «El Gobierno local, los lamas, y las poblaciones laicas del Tíbet apoyan unánimemente el Acuerdo de 17 artículos.» Este fue el contexto en el que el Ejército de Liberación Popular entró en el Tíbet. 

El acuerdo preveía el mantenimiento de la servidumbre en el Tíbet bajo la autoridad del Dalai-lama. Los monasterios, el Dalai-lama y los oficiales mantuvieron sus posesiones (70% de las tierras). Pekín, por su lado, sólo gestionaba las cuestiones militares y las relaciones internacionales. El Gobierno local tibetano, compuesto por lamas y señores feudales, negoció y aceptó el acuerdo. En contrapartida, el Dalai-lama recibió el puesto de Vice-Presidente del Parlamento chino, puesto que ocupó sin el mínimo reparo. 


4. «LA BATALLA DE LHASA SE SALDÓ CON LA MUERTE DE 83.000 TIBETANOS.» 

FALSO. Para entender mejor la evolución del conflicto: Mientras que en el Tíbet la servidumbre feudal se había mantenido, desde los años cincuenta se aplicaba la reforma agraria en las provincias limítrofes (habitadas por minorías tibetanas que coexistían con los Han, Hui, Yi, Naxi, Qiang, Mongoles,...). Se confiscaron las tierras de los grandes propietarios para redistribuidas a los campesinos pobres. Este proceso se desarrolló sin demasiadas fricciones ya que el Gobierno chino pagaba una renta a los antiguos propietarios. Son los lamas y grandes señores tibetanos de estas regiones limítrofes que, por miedo a perder sus privilegios, comenzaron a organizar la resistencia. 

En 1956, estalló un levantamiento armado a partir del monasterio de Litang en la provincia de Sichuan. Tras algunas escaramuzas con el ejército rojo, una parte de la élite tibetana de Sichuan se refugió en el Tíbet, expandiendo rumores de «terror rojo». La CIA financió y apoyó el levantamiento desde el principio. Entrenaron milicias armadas en Colorado, las lanzaron en paracaídas en el Tibet, y les suministraron armamento por vía aérea. Los acontecimientos sangrientos de esta época eran en realidad la expresión de una lucha de clases privilegiadas organizada por la CIA. 

En 1959, el rumor de que «los chinos querían secuestrar al Dalai-lama» provocó una gran manifestación en Lhasa (aunque en realidad, la CIA ya había organizado la huída del Dalai-lama a India). Los manifestantes lincharon algunos oficiales tibetanos y el ejército rojo aplastó el levantamiento. ¿Cuantos muertos hubo entonces en Lhasa? Según los testimonios recogidos por el politólogo pro-independentista Henry Bradsher, 3.000. En 1959 el Dalai-lama pretendía que 65.000, aunque más adelante, aumentó esta cifra hasta llegar a 87.000 muertos. El problema es que, en ese momento, Lhassa contaba con una población máxima de 40.000 habitantes. Es cierto que tras el levantamiento, 10.000 tibetanos fueron condenados a realizar trabajos forzosos durante 8 meses para construir la primera central hidro-eléctrica de Ngchen. Pero las cifras fantasiosas en relación al «genocidio» continúan circulando. En 1984, el Gobierno tibetano declaraba: ¡«Entre 1949 y 1979, 432.000 tibetanos asesinados en combate por el ejército rojo.»! 


5. «EN UN PRINCIPIO, INDIA SE NEGABA A DAR EL ASILO POLÍTICO AL DALAI-LAMA." 

VERDADERO. Desde 1949 los EEUU trataron de convencer al Dalai-lama de partir al exilio. Para eso, contaron con la ayuda de sus dos hermanos (contratados por la CIA desde 1951) y del consejero alemán Heinrich Harrer (ex SS). 

Sin embargo, el entonces dirigente indio, Nehru, no tenía la intención de otorgarle el asilo político. Por eso, el Presidente Eisenhower le propuso un trato: Si India otorgaba el asilo político al Dalai-lama los EEUU formarían a 400 ingenieros indios para iniciarlos en la tecnología nuclear. El trato fue aceptado. En 1974 la primera bomba atómica india fue cínicamente llamada «el buda sonriente». 


6. «LA OCUPACIÓN CHINA PROVOCÓ LA MUERTE VIOLENTA DE 1,2 MILLONES DE TIBETANOS." 

FALSO. Dos datos de peso contradicen esta cifra, aceptada sin pruebas desde hace más de 30 años por el conjunto de los países occidentales. 

1. La pirámide de edades de la población tibetana. Se estima que en 1953 la población tibetana (tanto en el Tíbet como en las provincias limítrofes) alcanzaba, como máximo, los 2,5 millones de habitantes. Si hubieran asesinado a 1,2 millones de tibetanos entre 1951 y principios de los años 70, una gran parte del Tíbet habría quedado despoblada. Además, tendría que haberse observado un gran desequilibrio entre hombres y mujeres. Sin embargo, los demógrafos no constatan ninguna anomalía y la población tibetana no ha cesado de aumentar: actualmente China cuenta con casi 6 millones de tibetanos. 

2. La única persona que tuvo acceso a los archivos del gobierno tibetano en el exilio, es Patrick French, cuando dirigía la campaña «Free Tíbet» en Londres. Con los documentos en mano, French llegó a la conclusión que las pruebas del «genocidio tibetano» habían sido falsificadas. Las batallas de 1959 habían sido contabilizadas varias veces y las cifras de los muertos habían sido añadidas en el margen en un momento posterior. French denunció esta falsificación, pero la cifra de 1,2 millones de muertos continuó a dar la vuelta el mundo... 


7. «DURANTE LA REVOLUCIÓN CULTURAL TODA PRÁCTICA RELIGIOSA QUEDÓ PROHIBIDA.» 

VERDADERO. Entre 1966 y 1976, todas las prácticas religiosas quedaron prohibidas, no sólo en el Tíbet, sino en todo el territorio chino. Se cerraron monasterios y los monjes se vieron obligados a volver con sus familias de origen y dedicarse al trabajo productivo, esencialmente agrícola. No es cierto que todos los templos y monasterios fueran arrasados. Pero sí muchos objetos de culto fueron destruidos por los guardias rojos (jóvenes intelectuales tibetanos adherentes al movimiento revolucionario chino). 

Cuando esta situación degeneró gravemente (excesos, ajustes de cuentas, castigos arbitrarios), el ejército se interpuso y restauró el orden social y económico. El Gobierno chino admitió los errores que había cometido durante este periodo y comenzó a financiar la restauración de todo el patrimonio religioso del Tíbet. Los monasterios volvieron entonces a llenarse de monjes. Actualmente existen en China más de 2.000 monasterios budistas restaurados y en funcionamiento. 


8. «EL DALAI-LAMA ES UNA ESPECIE DE PAPA DEL BUDISMO MUNDIAL.» 

FALSO. El Dalai-lama no representa ni el budismo zen (Japón), ni el budismo de Asia del Sud-Este, ni el Budismo chino. En realidad, el Budismo tibetano representa menos del 2% de los budistas del mundo. Incluso en el Tíbet, existen cuatro escuelas budistas separadas. El Dalai-lama pertenece a una de ellas, la gelugpa (los « virtuosos » sombreros amarillos). 

Durante la visita que el Dalai-lama realizó a Londres en 1992, fue acusado por la mayor organización budista británica de ser un «dictador sin piedad» y un «opresor de la libertad religiosa». Eso es, un «Papa» con pocos discípulos religiosos, pero muchos adeptos políticos... 


9. «EL DALAI-LAMA REIVINDICA UN TERRITORIO EQUIVALENTE A UNA CUARTA PARTE DE CHINA.»

VERDADERO. Aunque en sus últimas declaraciones afirmaba contentarse con la autonomía, en sus libros, reivindica el « Gran Tíbet », ¡un territorio dos veces mayor que el territorio en que los Dalai-lamas ejercían su poder político local en el pasado! Este territorio incorpora toda la provincia de Qinghai y algunas partes de las provincias de Gansu, Yunnan y Sichuan, habitadas por distintas minorías, tanto tibetanas como no. 

¿Qué métodos utilizarían? ¿Expulsar a las poblaciones no-tibetanas? ¿Practicar la purificación étnica? ¡Pues sí! En 1987, el Dalai-lama declaró textualmente que «Deberán partir 7,5 millones de colonos». No se trata de colonos, ya que la población de estas regiones es mixta desde hace muchos siglos. En todo caso, este proyecto expansionista provocaría lo que todas las grandes potencias coloniales han querido hacer desde hace más de 150 años: desmembrar China. 

10. «LA FINANCIACIÓN DEL MOVIMIENTO TIBETANO PROVIENE DE DONACIONES DE ONG’S HUMANITARIAS O CARITATIVAS.» 

FALSO. El movimiento tibetano recibe efectivamente este tipo de donaciones, pero su fuente de financiación principal es el Gobierno de los EEUU. Entre 1959 y 1972, la CIA entregó 1,7 millones de dólares al «Gobierno Tibetano en el exilio» y 180.000 dólares por año directamente al Dalai-lama. Durante mucho tiempo, este negó este hecho, pero finalmente, en los años ochenta, terminó por reconocerlo públicamente. 

Desde entonces hasta la actualidad, los desembolsos se han vuelto más discretos, a través de organizaciones-tapadera como la National Endowment for Democracy (NED), el Tibet Fund, el State Department’s Bureau of Democracy... Otro de sus principales patrocinadores es George Soros, a través de la Albert Einstein Institution, que sigue estando dirigida por el ex-coronel Robert Helvey de los servicios secretos de los EEUU. 


11. «EL APOYO DE LOS EEUU AL DALAI-LAMA ESTÁ MOTIVADO POR OBJETIVOS ESTRATÉGICOS.» 

VERDADERO. La élite dirigente de los EEUU considera China como su principal enemigo. Aunque sea un socio económico imprescindible, a largo término, se considera como el principal factor de resistencia frente a su dominio mundial. Sin embargo, los EEUU prevén que China superará su economía en 2030. En consecuencia, es primordial para los EEUU evitar que el resto de los países asiáticos consigan crear un mercado común ligado a China que podría escapar a su control. 

Estos sueñan con desmembrar China como lo hicieron con la URSS. Su objetivo: controlar las riquezas económicas, la mano de obra y el mayor mercado del mundo. Para debilitar a China, EEUU mantiene una doble estrategia. Por una parte, rodearla de bases militares. Por la otra, apoyar los separatismos y todo tipo de oposición, empezando por las campañas mediáticas de diabolización. Esta es la razón por la que invierten importantes sumas de dinero en la cuestión del Tíbet. 


12. «EL DALAI-LAMA DEFENDIÓ PÚBLICAMENTE AL ANTIGUO DICTADOR FASCISTA DE CHILE, AUGUSTO PINOCHET.» 

VERDADERO. Pinochet fue arrestado en Inglaterra por la policía británica en base de la orden de arresto internacional lanzada por el juez español Baltasar Garzón. En esa ocasión, el Dalai-lama recomendó vivamente al Gobierno británico de liberar a Pinochet para evitar que fuese juzgado en España por crímenes contra la humanidad. Pinochet también era un antiguo empleado de la CIA. 

El Dalai-lama es efectivamente un peón de los EEUU. En 2007, George Bush le otorgó la mayor condecoración de los EEUU, la Medalla de Oro del Congreso. Su Santidad alabó entonces a Bush por sus esfuerzos a favor de la libertad, de la democracia y los derechos humanos en todo el mundo. ¡Incluso calificó a los EEUU de ¡«campeones de la democracia y de la libertad»! 


13. «REPORTEROS SIN FRONTERAS APOYAN AL DALAI-LAMA DE FORMA DESINTERESADA.» 

FALSO. Reporteros San Fronteras (RSF) se presenta como una organización que lucha a favor de la libertad de los periodistas y un gran número de pequeños donadores creen apoyar una organización independiente y objetiva. Pero la financiación para la asistencia a periodistas oprimidos sólo supone el 7% del presupuesto global. El resto está dirigido a financiar campañas políticas, tras las cuales se encuentra dinero sucio. 

En realidad, el patrón de RSF, Robert Ménard, es un defensor de los derechos del hombre de geometría variable. ¿Que critica Venezuela y Cuba deformando los hechos? Lógica: Recibió financiación por parte de la mafia cubana de Miami. ¿Que critica China por su política en el Tibet? Lógica: Recibió 100.000 dólares de los anticomunistas de Taiwán. Sin embargo, Ménard es mucho más tímido cuando se trata de criticar a los EEUU, país que más periodistas ha asesinado en los últimos años (sobretodo Irak). Lógica: Está financiado por la CIA a través de la NED, citada anteriormente. 

De la misma forma, ¿Ha presionado Ménard a RSF para que dejaran de criticar a los medios de comunicación franceses? Lógica: Está financieramente vinculado con los grandes medios de comunicación franceses y por algunas grandes multinacionales. Sin embargo los distribuidores de prensa (propiedad parcial de Lagardère) distribuyen gratuitamente sus álbumes de fotos. ¡No se escupe en una sopa tan bien servida! así lo reconoció Ménard en 2001; « ¿Cómo, por ejemplo, organizar un debate sobre la concentración de la prensa y pedir después que Hanvas o a Hachette financien el evento? ». 

A pesar de todos estos fondos sospechosos, la mayoría de los grandes medios de comunicación continúan difundiendo los argumentos de Ménard. La UNESCO, sin embargo, ha dejado de financiarlo. Su explicación: « En varias ocasiones, RSF había hecho prueba de falta de ética tratando algunos países de manera muy poco objetiva ». 


14. «CHINA ESTÁ COMETIENDO UN GENOCIDIO CULTURAL EN EL TÍBET.» 

FALSO. En realidad, el Tíbet es desde hace tiempo una región autónoma. Desde los años 80, la cultura y la religión tibetana se practica libremente, los niños son bilingües y se han abierto institutos de tibetología. Los monasterios se han llenado de lamas, incluido jóvenes niños. La lengua tibetana es hablada y escrita por muchas más personas que antes de la revolución. En el Tíbet existen un centenar de revistas literarias. Incluso la revista Foreign Office, próxima al Departamento de Estado de los EEUU, reconoció que la práctica del bilingüismo era corriente y que 60 a 70% de los funcionarios eran de etnia tibetana. 

Además, la cultura tibetana también ha visto nuevos perspectivas de desarrollo en el resto de China, especialmente en el ámbito de la lengua, la literatura, los estudios sobre la vida cotidiana y la arquitectura tradicional. En China se han publicado importantes colecciones de libros, periódicos y revistas en lengua tibetana. Existen muchas editoriales dedicadas a promocionar la lengua tibetana, no sólo en el Tíbet, sino también en Pekín. La realidad demuestra que la idea de « genocidio cultural » no es más que un mito de propaganda política. 


15. «LAS VIOLENCIAS QUE SE REGISTRARON EN LHASA EL PASADO 14 DE MARZO DE 2008 SON LA CONSECUENCIA DE LA DUREZA CON LA QUE LA POLICÍA Y EL EJÉRCITO CHINO REPRIMIERON UNA MANIFESTACIÓN PACÍFICA.» 

FALSO. Todos los testimonios occidentales presentes en ese momento, entre los cuales se encontraba el periodista James Miles (The Economist) entre otros turistas, confirman la misma versión: las violencias fueron desencadenadas por jóvenes tibetanos que habían sido dirigidos por algunos lamas para cometer actos destructivos. 

Se trataba de actos criminales programados de carácter racista. Varios grupos, todos armados de la misma forma (cocktails Molotov, piedras, barras de acero y cuchillos de carnicero), operando de la misma forma, se expandieron en Lhasa y sembraron el pánico atacando los Han (chinos) y los Hui (musulmanes). Atacaron escuelas, hospitales y hoteles. Quemaron vivos, abatieron y lapidaron a varios civiles. Se contabilizaron 19 muertos y más de 300 heridos. Algunos tibetanos de más edad socorrieron a algunas de las víctimas, salvándoles sus vidas. 

Cuando se registraron estos actos violentos y racistas, los partidarios del Dalai-lama pretendieron que todo había sido un montaje realizado por soldados chinos disfrazados de monjes, haciendo circular una supuesta foto-«satélite» que pretendía probar los hechos. (Hemos demostrado que esta foto fue una enorme farsa). 

En un primer tiempo, la policía y el ejército chino se mantuvieron extremamente pasivos a la hora de intervenir por la fuerza y poner fin al levantamiento. ¿Cuántas víctimas hubo? Los medios de comunicación occidentales difunden una cifra que alcanza a los «cientos» pero, una vez más, esta información proviene de los partidarios del Dalai-lama. 

Algunos de los «muertos» que fueron contabilizados por le Gobierno tibetano en el exilio están, en la actualidad, viviendo en el Tíbet. Otros se llaman «Dupont, Charleroi», sin ninguna otra precisión. La polémica no ha terminado.

No hay comentarios: