15 de agosto de 2025

«Prosperaremos y construiremos el comunismo deseado por los mártires revolucionarios», indicó Kim Jong Un en el 80º aniversario de la Liberación

 Por KFAE. ACNC

Todo el pueblo del país avanza con pasos agigantados por el único camino de la independencia, autarquía y autodefensa, abriendo la gran y nueva época de prosperidad integral de Estado bajo la dirección del invencible Partido del Trabajo de Corea.

Y acoge con gran orgullo y dignidad el aniversario 80 de la liberación de la patria como gran fiesta revolucionaria.

Tuvo lugar el día 14 en esta capital el acto conmemorativo por el 80º aniversario de la liberación de la patria.

La explanada frente al Arco de Triunfo, que hace recordar la emoción y júbilo de los dueños de nueva Corea y sintetiza las inmortales hazañas revolucionarias y los anales milagrosos registrados en la historia de 80 años de la construcción del país y la defensa de su soberanía, estuvo invadida por la emoción del pueblo que hace gala de la dignidad y el prestigio de la potencia a todo el mundo garantizando la firme existencia y el desarrollo incesante del país al tomar como preciosa riqueza las tradiciones revolucionarias creadas en el período de la lucha antijaponesa.

Asistió al conclave el estimado camarada Kim Jong Un, Secretario General del Partido del Trabajo de Corea y Presidente de Asuntos Estatales de la República Popular Democrática de Corea.

Cuando llegó a la sede del acto en medio de la interpretación de la música de bienvenida, se lanzaron los fuegos artificiales y numerosos globos en el cielo de agosto.

Todos los participantes dieron los vítores al prominente Líder de la revolución del Juche quien convirtió nuestro Estado socialista en un país más poderoso y prestigioso y conduce enérgicamente por la única senda de la victoria y gloria la magna empresa histórica por realizar el ideal del pueblo.

Los escolares y niños ofrecieron los ramos de flores al camarada Kim Jong Un recogiendo el unánime deseo de todos los habitantes del país.

Hicieron otro tanto a los cuadros del Partido, el Gobierno y los órganos de fuerzas armadas y al presidente de la Duma Estatal de la Federación de Rusia, Byacheslav Volodin.

En la ocasión tomaron parte los miembros del órgano de dirección central del Partido, los directivos de los ministerios y órganos centrales, los hijos de los relacionados con la lucha revolucionaria antijaponesa, los ameritados patrióticos socialistas y otros funcionarios, trabajadores, jóvenes y estudiantes en esta ciudad, los oficiales y soldados del Ejército Popular de Corea y los profesores, empleados y cadetes de las escuelas revolucionarias.

Fueron invitados los miembros de las delegaciones de la Duma Estatal y el Ministerio de Cultura, de la Federación de Rusia, que realizan una visita de felicitación a la RPDC en ocasión de la efeméride coreana, y el embajador y otros integrantes de la embajada rusa en Corea.

Se distinguían también el grupo de recorrido de la Asociación General de Coreanos en China por los lugares de batalla revolucionaria de la zona del monte Paektu y otros compatriotas que permanecen ahora en la patria socialista.

Se interpretó con solemnidad el himno nacional de la RPDC.

Se dispararon 21 salvas.

Las palabras congratulatorias estuvieron a cargo de Choe Ryong Hae, miembro del Presidium del Buró Político del Comité Central del PTC, primer vicepresidente del Comité de Asuntos Estatales y presidente del Presidium de la Asamblea Popular Suprema, de la RPDC.

Todo el pueblo coreano acoge el octogésimo aniversario de la liberación de la patria, primer triunfo precioso en los anales de la revolución coreana y acontecimiento trascendental en la historia de cinco milenios, inició el orador.

Rindió la eterna gloria y máximo tributo al gran Líder, camarada Kim Il Sung, quien puso punto final en el coloniaje del imperialismo japonés y cumplió la gran causa secular de la restauración del poder estatal al movilizar al pueblo apátrida a la lucha antijaponesa por salvación nacional.

La lucha de más de 40 años de nuestro pueblo por la independencia de la patria enseña una verdad de que el país y pueblo débiles y desorientados no podrán evitar una afrenta de la nación subyugada y que es posible recuperar y defender la dignidad arrebatada sólo cuando el pueblo está guiado por el gran líder y preparado como las poderosas fuerzas autóctonas, dijo.

Añadió que bajo la sabía guía del gran camarada Kim Jong Un, nuestro Estado adelanta la marcha vigorosa en busca de multiplicar el poderío estatal en su conjunto.

Afirmó que gracias a contar con el gran pueblo, el ventajoso régimen político que da primacía a las masas populares y la fuerza patriótica, nuestro Estado prosperará sin cesar y se construirá en esta tierra el comunismo deseado por los mártires revolucionarios.

Al referirse al noble internacionalismo y méritos de los oficiales y soldados del Ejército Soviético que lucharon hombro a hombro con el ejército revolucionario coreano por la emancipación de Corea, apuntó que la unidad y fraternidad enlazadas a cambio de sangre en la lucha por la causa común se ponen de pleno manifiesto en el campo de batalla del siglo XXI contra la arbitrariedad y la agresión del imperialismo y se desarrollan como vínculo de alianza poderosa, lo que patentiza la eterna vitalidad de la amistad Corea-Rusia.

Nos estimulan para siempre los mártires revolucionarios que dejaron la herencia espiritual con que podamos superar cualesquier dificultades y abrieron el camino victorioso, acotó y finalizó exhortando a todos a unirse más monolíticamente con el gran ideal patriótico y el espíritu de dar primacía a nuestro Estado y a seguir luchando con más energía por la prosperidad eterna de la patria.

Acto seguido, accedió al micrófono el presidente de la Duma Estatal de la FR, Byacheslav Volodin.

Tras expresar su alegría por participar en este acto solemne, dio lectura a la carta de felicitación enviada por el Presidente de la FR, Vladimir Vladimirovich Putin, al Presidente de Asuntos Estatales de la RPDC, Kim Jong Un, en ocasión del aniversario 80 de la liberación de Corea.

Manifestó su voluntad de conceder importancia a las relaciones de amistad Rusia-Corea, implementar cabalmente todos los artículos del Tratado sobre la Asociación Estratégica Integral entre la RPDC y la FR y esforzarse por estrechar los vínculos de ambos países, e hizo votos por la prosperidad y felicidad del pueblo coreano.

El estimado camarada Kim Jong Un pronunció el siguiente discurso significativo con motivo del 80º aniversario de la liberación de la patria.

Queridos camaradas y amigos,

Amados ciudadanos de Pyongyang, el pueblo entero y oficiales y soldados del Ejército Popular:

En esta plaza de liberación reproducimos hoy la profunda emoción que hace 80 años sentían decenas de millones de habitantes por el júbilo de haber recuperado el país.

Este día festivo en que enaltece la sagrada trayectoria del nuevo nacimiento y desarrollo de nuestro Estado es el enfoque de la época y el balance orgulloso de cómo en sus ocho décadas de historia la nueva Corea ha encumbrado a lo más alto su dignidad y honor con el espíritu inmarcesible que produjo un viraje en el destino del pueblo y la ardua resistencia de decenas de años.

En este significativo momento, rindo mi profundo homenaje a los combatientes revolucionarios antijaponeses y mártires patrióticos quienes dieron todo lo suyo en la sagrada lucha por la independencia y prosperidad de la patria, en nombre de todos sus descendientes quienes llevamos una vida valiosa en un terreno de libertad y prosperidad que heredamos de ellos.

Mis cordiales saludos a todo el pueblo y todos los oficiales y soldados de nuestras fuerzas armadas que, con su fervoroso amor e ilimitada inteligencia en aras de nuestra valiosa y sagrada patria, abren una nueva era de fortalecimiento y desarrollo.

Rindo mi sublime tributo a los oficiales y soldados del Ejército Rojo que dieron su sangre caliente a la obra de emancipación de nuestro pueblo, en memoria de sus hazañas en las batallas.

De igual forma, saludo cordialmente al camarada Vladimir Vladimirovich Putin, Presidente de la Federación de Rusia, quien expresa su gran confianza y sentimientos de fraternidad, celebrando esta efeméride como fiesta común de ambos países, al camarada Vyacheslav Volodin y otros distinguidos huéspedes rusos que se encuentran de visita en nuestro país, los entrañables compañeros de armas rusos y el pueblo hermano de Rusia.

Camaradas:

El 15 de agosto de 1945 es el día de la gran victoria y el origen del cambio del destino del pueblo coreano que recuperó su dignidad independiente equivalente a su vida.

En los siglos pasados muchos países y naciones se vieron en la trágica situación debido a las guerras de conquista de las potencias que arrasaron el mundo, pero ninguno sufrió tanto martirio como el nuestro que fue pisoteado cruelmente y saqueado completamente durante la ocupación colonial del imperialismo japonés.

Fue la liberación de la patria la que detuvo la corriente histórica a su arruinamiento que fue la mayor ignominia de la nación en los cinco milenios de su historia y le produjo gran rencor y congoja.

La celebramos no solo como un acontecimiento de la independencia de la colonia sino también como una empresa memorable por muchas generaciones, porque fue lograda por la noble alma y sacrificio del pueblo coreano.

La dominación colonial del imperialismo japonés está registrada como historia de martirio del pueblo coreano y a su vez como historia de rebeldía escrita con la sangre por una nación de fuerte patriotismo y orgullo que jamás admite la injusticia.

Con todas sus represiones y barbaridades sin precedentes dirigidas a suprimir el alma y el espíritu de Corea, el imperialismo nipón no pudo eliminar su firme espíritu de la independencia y su lucha patriótica y antijaponesa por recuperar su soberanía estatal arriesgando la vida no se detuvo ni un momento.

La lucha armada desarrollada por los hijos e hijas sobresalientes del pueblo coreano contra el imperio nipón que emergió como potencia asiática, fue una resistencia sangrienta a muerte en que sobrellevaron las duras pruebas y dolorosos sacrificios encargándose del destino de la patria y los descendientes. Las proezas de la revolución antijaponesa que realizaron con su invariable posición independiente constituyen el testimonio irrefutable del trayecto recorrido por el pueblo coreano para lograr la independencia con sus propios recursos.

No es jamás un suceso inventado por el curso de la historia sino una victoria del espíritu independiente conquistada por todo un pueblo opuesto al imperialismo japonés a cambio de grandes sacrificios, he aquí el carácter revolucionario y la significación política de nuestra causa de la liberación.

A raíz del 15 de agosto, nuestro pueblo lo rescató todo: soberanía, territorio, recursos naturales, historia y cultura. Tuvo toda la posibilidad del disfrute de la libertad y la forja del destino y con la frente alta protagonizó la gran obra de la fundación del Estado que procuraría su desarrollo democrático y felicidad.

Aunque comience un nuevo capítulo de la historia como los pasados ocho decenios y devenga otra época con un nuevo nombre, el peso y el valor del 15 de agosto, fruto de la propia voluntad y lucha de nuestro pueblo, seguirán siendo absolutos, sin variar ni menguar.

Camaradas:

Hoy acogemos el aniversario de la liberación con el infinito orgullo de haber imprimido las huellas más enorgullecedoras y sagradas para los mártires, la patria y las venideras generaciones.

Si una gran historia forjada a costa de la vida no prosigue por quienes la defienden a todo precio y si la valiosa conquista legada por los mártires no se protege ni brilla por la lucha de las generaciones que les siguen, tal país y nación verán interrumpida su estirpe e incluso se privará del derecho de tener recuerdos honorables.

Hoy festejamos por todo lo alto el aniversario de la liberación de la patria porque nos produce un orgullo auténtico el trayecto de lucha que hemos recorrido gustosamente para construir un Estado eternamente poderoso y próspero en este territorio impregnado de la sangre roja de los mártires.

El 15 de agosto es el día de la victoria en que se realizó el anhelo de la libertad e independencia de nuestra nación y al mismo tiempo, el de inicio de la lucha para poner punto final a la historia de martirio y levantar una potencia.

La nueva misión histórica emprendida por los comunistas y el pueblo coreanos con esa fecha como punto de partida, ha sido difícil desde sus comienzos, pues ha estado acompañada de una exploración inusitada ajena a todos los conceptos y fórmulas convencionales y de un batallar arduo y desigual contra los países enemigos cuya forma de supervivencia es la contrarrevolución.

La liberación destruyó a las fuerzas opuestas a su desarrollo social y su base, pero la presión e injerencia de las fuerzas dominadoras destinadas a mantener para siempre la diferencia entre las naciones avanzadas y las atrasadas supusieron para nosotros incontables desafíos y dificultades, al igual que el imperialismo real obsesionado en las guerras de agresión y subyugación contra los países recién independizados, las maniobras de división y discordia y en política neocolonial.

Pero todo ello fue inerme ante el gran orgullo y fortaleza del pueblo coreano.

Su fe independiente de no volver a ser violado por las fuerzas foráneas prevaleció sobre la tiranía y coerción. Venció dificultades y pruebas con el esfuerzo y afán patriótico de construir una vida digna y dichosa.

La gloriosa historia de la potencia, en cuyos años crueles aplicamos nuestra propia manera en la política, la economía y la defensa, lleva impresa, además de la vitalidad de la línea independiente que ha sido el principio invariable y el mandato inviolable de la construcción y las actividades de nuestro Estado, la fortaleza propia del pueblo coreano que no renuncia a su autoestima aunque tenga que morir.

Cientos y miles de libros serían insuficientes para narrar en ellos nuestros sufrimientos y penas en el empeño de defender el ideal y sistema que escogimos y hacer poderosa y próspera a nuestra patria.

Con todo, nuestro pueblo siente el singular orgullo de haber fraguado su historia y realidad con una valiosa lucha y dignidad, como para recordarlo todo como gloria y felicidad.

Por propia voluntad instauramos y defendemos un régimen que nos promete una existencia independiente y duradera. Con nuestras manos cultivamos una fuerza que a cualquiera le hace descartar la idea de atacarnos. A nuestra manera fomentamos el florecimiento y la prosperidad. Estos le motivan a nuestro pueblo un orgullo sui géneris.

Con esa fuerza y orgullo, nuestra patria ha emergido como firme bastión de la independencia, dignidad y paz y hace una contribución nada desdeñable a la obra de la emancipación de la humanidad, neutralizando la arbitrariedad y coerción del imperialismo que pretende revertir el curso de la historia.

Son infinitos el orgullo y la emoción de nuestro pueblo que celebra el octogésimo aniversario de su liberación después de construir con su lucha, fuerza e inteligencia un país poderoso y floreciente, tal como deseaban los mártires revolucionarios quienes perduran en una juventud eterna.

El aniversario de la liberación es el monumento a la prosperidad lograda por nuestro pueblo, libre de la esclavitud y obediencia, sobre la base de la soberanía e independencia. Es también un momento relevante de la dignidad y orgullo en que escribimos de nuevo la posición y el prestigio de la patria con el inquebrantable espíritu independiente y la lucha indomable.

Camaradas;

En este momento en que recordamos los últimos 80 años que comenzaron con el histórico nacimiento de la nueva Corea, me invade una vez más el profundo sentimiento de respeto hacia nuestro gran pueblo.

Evocamos un sinnúmero de nombres de quienes dieron victoria y honor a la patria con hazañas de combate y méritos en diferentes décadas y épocas. En nuestros corazones pervive el espíritu de un sinfín de héroes enterrados en esta tierra con el sueño, amor y juventud.

Por un siglo entero desde los días de la lucha antijaponesa se hereda de forma íntegra la fortaleza típica de los coreanos que no vacilan en dar su vida y poner a sus preciosos hijos al servicio de la patria y la revolución y que consideran la muerte de sus descendientes no como una tragedia sino como una gloria.

Ahora me doy cuenta de que ella no es ningún sentimiento especial o tentación puestos de manifiesto en un tramo de la historia, en las circunstancias severas y enconadas de la revolución antijaponesa, sino la noble concepción de nuestro pueblo que considera la vida dedicada a la victoria y gloria de la patria como la más valiosa y dichosa, y el espíritu y tradición, equivalentes a la sangre, que siempre continúan y se heredan inevitablemente.

Esta tradición inmortal es precisamente la primera superioridad y grandeza del pueblo coreano.

La historia y la realidad evidencian qué personas mantienen el poder de este país, con qué convicción y espíritu continúa la revolución y en qué radica la grandeza de Corea.

Las masas populares son justas y poderosas por su naturaleza, pero en el mundo no hay un pueblo tan justo, tesonero y con tanta autoestima como el coreano.

A tal pueblo nadie lo doblega y un Estado que construye y sostiene un pueblo tan patriótico y orgulloso será para siempre poderoso e inmortal.

Quisiera aprovechar esta oportunidad para rendir el sublime respeto y saludar de corazón a nuestro pueblo, infinitamente fiel a la misión histórica que asume ante la época con el amor sincero e invariable a la patria y la perseverancia indoblegable.

Camaradas y amigos;

La enconada contienda por la liberación coreana registra obviamente los méritos de oficiales y soldados del Ejército Rojo que lucharon heroicamente en la primera línea de la conflagración mundial contra el fascismo, y nuestro pueblo tiene aún frescas en su mente las proezas internacionalistas de los hijos eminentes del pueblo ruso.

El ideal de la justicia y los esfuerzos del pueblo ruso que apoyó la lucha de la emancipación de un pueblo fraternal contra el imperialismo y el colonialismo sirven de una valiosa herencia en las relaciones Corea-Rusia que se trabaron con la sangre y se consolidan cada vez más.

Actualmente, las relaciones entre Corea y Rusia se desarrollan como una alianza que no se ha visto jamás en la historia y se consolidan en el bregar común para impedir el resurgimiento del neonazismo y defender la soberanía, la seguridad y la justicia internacional.

Ambos países están siempre al lado de la justicia y hoy también representan con una lucha resuelta la aspiración y la demanda de la humanidad contra la hegemonía y para la imparcialidad y la justicia.

Este año la humanidad acoge el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial que derrotó el fascismo que buscaba esclavizar a todo el mundo, y que puso punto final a sus atrocidades criminales.

No obstante, en la palestra internacional se dan abiertamente los actos peligrosos encaminados a borrar el resultado de la guerra antifascista mundial y la lucha para la liberación nacional, logrado a costa de la destrucción desastrosa y del gran sacrificio. Y las tentativas extremadas de los imperialistas de atentar contra los derechos e intereses de los Estados soberanos se agravan como nunca antes.

Frustrar las maquinaciones sumamente atroces e insensatas encaminadas a conducir hacia la derecha y lograr la unipolaridad de Europa, Asia y, a la larga, de todo el mundo con guerras sucesivas y la política de chantaje de quienes abrigan la ambición de reproducir la hegemonía política que van perdiendo a lo largo de la historia es la misión histórica que deben asumir gustosamente los países y pueblos amantes de la paz y fieles a la justicia. Esto demanda la solidaridad poderosa y la lucha común de las fuerzas progresistas.

Ahora Corea y Rusia escriben una nueva historia de la justicia luchando en la misma trinchera por la dignidad y soberanía del país y la paz y seguridad del planeta.

Es inagotable la fuerza de la unidad Corea-Rusia, que tiene como cimiento la historia y la tradición preparadas por el noble ideal y la auténtica amistad y que apoyan la revolución con la sangre.

En adelante, nuestro Partido y Gobierno serán fieles a la misión que le han confiado la época y la historia por la independencia y la justicia y en esta trayectoria ambos pueblos siempre harán gala de su notable fama de vencedores.

Camaradas:

Este país levantado por un gran pueblo y que este cultiva, avanza vigoroso hacia la prosperidad en medio de los retos y dificultades severos.

Es muy importante la misión confiada a la joven generación por los mártires que dieron la vida para el hoy y el mañana de la patria poderosa y próspera y para la posteridad que vivirá en esta tierra generación tras generación.

Superemos los retos sin vacilación por la gran potencia, por la eterna estabilidad y prosperidad de nuestro amado Estado que brillará eternamente.

Hagamos grande a nuestra patria con nuestra fuerza potenciada en la lucha y con la dignidad y temperamento propios de nuestro pueblo.

La dignidad y la gran historia gloriosa del pueblo coreano brillarán para siempre de generación en generación.

¡Viva el gran pueblo coreano!

¡Viva nuestra gloriosa patria, República Popular Democrática de Corea!

Una vez concluido el discurso del camarada Kim Jong Un, todos los participantes vitorearon efusivamente reflejando su voluntad de amar y apoyar la patria que les brinda la vida y felicidad genuinas y ser fieles a la misión y obligación históricas de su época y su generación

El conclave terminó con la interpretación de la canción "La Internacional".

El presente acto sirvió de una oportunidad significativa para demostrar sin reservas la convicción y voluntad férreas del pueblo coreano de alcanzar sin falta la victoria final de la causa revolucionaria del Juche, iniciada en las selvas del monte Paektu, bajo la guía del Secretario General dando firme continuidad a la tradición de fidelidad y patriotismo, el indoblegable espíritu de exploración y el ímpetu heroico, con que ha coronado la historia sagrada de nuestro Estado con las victorias y milagros.

Se ofreció acto seguido la función artística en homenaje al 80º aniversario de la liberación de la patria, dando más júbilo y emoción a la solemne conmemoración de la fiesta significativa que dio origen a todas las victorias y glorias de la Corea socialista y la historia de 80 años de la potencia independiente, como gran festival político a ser registrado con leras mayúsculas en los anales.

Con la dignidad y honor de recordar la historia de 80 años de la construcción de la patria próspera, los participantes acudieron al pie de la colina Moran donde se oyen hoy también las exclamaciones de nueva Corea al benefactor de la liberación y gran hombre sin igual a quien acogió por primera vez en la historia de cinco milenios, si bien pasaron 80 años desde la emancipación.

Como prólogo de la gala artística, hubo la caída colectiva de los infantes paracaidistas que descendieron en el espacio de 4 mil 500 metros de altura con los paracaídas manejables adornando el cielo nocturno como si fueran las flores a la gloriosa historia de la patria madre.

Se acercaba un paracaidista con la bandera nacional a que los participantes expresaron el respeto con los aplausos y exclamaciones recordando los días pasados en que construían la potencia superando incontables dificultades y desafíos nunca vistos.

Se pusieron en la escena los himnos populares a los líderes, las canciones revolucionarias, las melodías con el tema patriótico, entre las piezas.

Se oyeron las canciones revolucionarias y otras creadas en el tiempo de la guerra antijaponesa que hacen evocar los méritos de los mártires antijaponeses inscritos en la primera página de la historia de la revolución coreana.

Los espectadores enviaron los aplausos apasionantes a las canciones que, aunque transcurrió mucho tiempo desde aquel 15 de agosto, hacen más firme la decisión de otorgar más dignidad y gloria a la RPDC con la fuerza poderosa que vino forjándose sin cesar durante 8 décadas en defensa de la dignidad y honor de la patria más preciosa que la vida y vino demostrándose a todo el mundo, en fiel acato al deseo de la vida de los mártires revolucionarios.

Se pusieron también las canciones rusas en serie en homenaje a los enviados de amistad.

Arrancaron efusiva ovación de los espectadores las canciones que reflejan la valentía, entereza, patriotismo y optimismo del ejército y pueblo de Rusia que luchan por la soberanía y la dignidad del país y por la paz y tranquilidad del planeta.

Con la interpretación del himno nacional de la FR terminó la función llena de la amistad y solidaridad que se estrechan más en el camino para cumplir la causa común aspirante a la construcción de un Estado próspero y poderoso.

Dejó imborrable impresión a los espectadores la función que cantó en tono patético el orgullo y dignidad del trayecto heroico de la Corea del Juche que se inició con el espíritu del Paektu y siempre salió victoriosa y la decisión y espíritu firmes de seguir escribiendo la historia de la potencia dando prueba de la fidelidad patriótica y la voluntad indoblegable.

Kim Jong Un visita el Cementerio de Mártires Revolucionarios

Recordando con la veneración las proezas indelebles y la vida valiosa de la primera generación de la revolución que logró a costa de vida la independencia al levantarse en la gran guerra antijaponesa llevando el firme espíritu y el ferviente patriotismo, colocó las flores ante los bustos de O Jin U, O Paek Ryong, Kim Il, Choe Chun Guk, Kang Kon, Kim Chaek, An Kil, Ryu Kyong Su, Choe Hyon y Rim Chun Chu.

La liberación de la patria, primera conquista preciosa de la sagrada revolución coreana iniciada con las armas, es la victoria de la original idea de la soberanía e independencia del gran Líder, camarada Kim Il Sung, y su gigantesca práctica de dirección de 20 años y el triunfo de la lucha heroica de la generación forjadora de nuestra revolución que hizo resistencia decisiva con la férrea convicción de que Corea se liberará sin falta gracias a tener al Líder, subrayó.

Es más sagrada la historia de la guerra antijaponesa sin precedentes por estar impregnadas en su cada página ensangrentada la camaradería revolucionaria incambiable por nada y las huellas de lucha indoblegable, dijo.

Exaltó a los combatientes que crearon el gran espíritu del monte Paektu y las tradiciones revolucionarias del Paektu a ser mantenidos para siempre, como revolucionarios y patriotas genuinos a quienes recordarán para siempre y asimilarán todas las generaciones venideras.

Nuestro Estado prosperará para siempre como mejor potencia del mundo sobre la base duradera de la victoria y gloria asentada por la primera generación, afirmó y deseó con toda sinceridad que sean inmortales la noble alma y espíritu de los combatientes antijaponeses junto con la bandera roja.

Guiado por el estimado camarada Kim Jong Un, fuerza absoluta y gran dignidad de nuestro poderoso Estado socialista, el pueblo coreano llevará a feliz término la causa revolucionaria del Juche dando firme continuidad a la historia y tradiciones invencibles.

Kim Jong Un visita el Palacio del Sol de Kumsusan

Fue depositado un cesto de flores en nombre del Secretario General del PTC al pie de las estatuas de cuerpo entero del gran Líder, camarada Kim Il Sung, y el gran Dirigente, camarada Kim Jong Il.

También se colocaron los cestos en nombre del CC del PTC, el Comité de Asuntos Estatales, el Presidium de la Asamblea Popular Suprema y el Consejo de Ministros, de la RPDC.

El Secretario General rindió homenaje a los Líderes antecesores.

En los salones de eternidad donde están conservados sus cuerpos, hizo los más sinceros votos por su eternidad.

El también Presidente de Asuntos Estatales dijo que serán imperecederas, junto con el avance victorioso de la causa del Juche, las proezas de liberación de la patria hechas por el gran Líder, quien recuperó el país mediante la ensangrentada y ardua guerra antijaponesa que duró más de 20 años y preparó la historia y tradición orgullosas de la revolución coreana, y manifestó su voluntad de convertir a nuestro país, donde está vigente el anhelo noble de los Líderes antecesores, en una potencia superior aspirada por el pueblo.

Todos los participantes tomaron la decisión de apoyar con fidelidad la idea y dirección del camarada Kim Jong Un quien escribe nueva era de gran victoria y cambio de la Corea socialista, y trabajar con total entrega por llevar a feliz término la empresa histórica en aras de la prosperidad integral de nuestro Estado y el fomento del bienestar del pueblo.

Enlace original:

"Prosperaremos y construiremos el comunismo deseado por los mártires revolucionarios", Kim Jong Un en el 80º aniversario de la Liberación - KFA Euskal Herria


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