10 de noviembre de 2013

El desfile legendario 07 de noviembre 1941

Por Sergei Turchenko. Enviado por "Vida en la URSS". Traducción Igor T.



Acerca del desfile del 7 de noviembre 1941, relacionado con la actualidad de hoy, ya se ha escrito mucho. Mientras tanto, hay una gran cantidad de detalles interesantes que se han mantenido detrás de las escenas de la historia oficial,  y que se han dado a conocer hace bien poco. Por la fuerza del impacto que supusieron los acontecimientos del desfile en la Plaza Roja del 7 de noviembre 1941, se pueden comparar con una operación militar exitosa ...

El 7 de noviembre de 1941, Hitler programó un desfile de las tropas soviéticas derrotadas en Moscú. Soldados nazis y sus oficiales habían solicitado un uniforme de gala, que tenían preparado para la entrada en la Plaza Roja. Para ello no había obstáculos importantes. Estaban a 50 kilómetros de la capital, y avanzaban miles de tanques y cañones autopropulsados, más dos millones de soldados de la agrupación de ejércitos fascistas "Centro", teniendo en su retaguardia a Europa postrada.


Entre el Kremlin y aquel blindado ariete, mortíferamente armado, sin fuerte desgaste y sin prisas, se iba cercando a las exiguas divisiones y batallones de milicias, a la espera de los refuerzos de Siberia. En la menguada defensa, a veces rellenaban los agujeros del frente con fuerzas móviles ocasionales. Moscú guardaba firme el envite, era una fortaleza inquebrantable para sus defensores, pues se encontraban presente todos los pueblos soviéticos desde los azerbaiyanos hasta los yakutos.




Tuvo lugar una manifestación visible de todas estas fuerzas, aunque también de las no materiales, comenzando con un desfile militar de las tropas soviéticas en la Plaza Roja de 07 de noviembre 1941 a las 8:00 am. Fue el desfile más corto en la historia de nuestras fuerzas armadas, duró sólo 25 minutos con el discurso de Stalin. Pero la fuerza de su impacto en la moral de las tropas soviéticas, en la sociedad y la humanidad en general, no tiene igual.

La capital en estado de sitio

La decisión de celebrar el desfile era inequívoca. La situación militar en Moscú era siniestra, dijo un destacado investigador del Instituto de Historia Militar, el coronel retirado Borís Nevzorov.  La Batalla de Moscú atrajo en su órbita a cerca de 2,3 millones de personas, más que en todo el frente soviético-alemán, y en las batallas fronterizas de junio de 1941. En los campos por ambos lados, en cuanto a los soldados y oficiales lucharon 3,4 millones más que en la futura batalla de Stalingrado , 3 millones más que en Kursk y 3,5 millones más que en la operación de Berlín.

Al comparar estas cifras con las operaciones llevadas a cabo por los aliados, a mi parecer, ninguno de puede ser comparado en este indicador con la batalla por nuestra capital. Así, en la batalla de El Alamein, que, según los historiadores occidentales, marcó el comienzo de un punto de inflexión en II Guerra Mundial, las fuerzas involucrada eran 23 veces menores que en la de Moscú. A lo largo del frente de Europa occidental hasta el final de la guerra, el número total de alemanes y contrarios (americanos, británicos, canadienses, franceses, polacos, daneses, etc) las tropas fueron 100 mil menos que las que había en la misma batalla de Moscú.

Por último, en las mayores operaciones de la Segunda Guerra Mundial y los oficiales involucrados eran 3,5 veces menos que en la batalla por la capital soviética. Estos datos comparativos muestran que no sólo en la Gran Guerra Patria, sino durante la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, y en las guerras del siglo XX no hubo ninguna batalla más importante de la Batalla de Moscú.


El entorno era tan peligroso que a mediados de octubre, parte de las agencias del gobierno y del cuerpo diplomático fueron evacuados a Kuibyshev. Desde el 20 de octubre, la capital quedó en estado de sitio. Moscú fue preparado para la lucha callejera. No dejaron de prevenirse incursiones y bombardeos. Al parecer, las fuerzas estaban al límite. Los rumores decían que Stalin abandonó la capital. Este clima de insinuaciones era muy desmoralizador tanto en la retaguardia como en la vanguardia. Era necesario demostrar que todo era normal, que la situación estaba bajo control. La mejor manera sería el tradicional desfile.

El Teniente General de Aviación Nikolai Sitov, entonces comandante de la Fuerza Aérea de la zona de defensa aérea de Moscú, dijo:

- El 28 de octubre Stalin convocó en el Kremlin de Moscú, al jefe del Distrito Militar, el general Artemiev, al comandante de la Fuerza Aérea, el general Zhigarev, al comandante de la zona exclusiva de la defensa antiaerea, el general Gromadin y yo. Ni siquiera se nos ocurrió que la razón de la llamada pudiera ser por problemas del responsable.

"Pronto, será el aniversario de la Revolución de Octubre, dijo Stalin, el desfile de Moscú se llevará a cabo". La pregunta fue tan inesperada para todos, que nadie podía decir nada. El desfile militar se celebraba en Moscú cada año, pero en el año 41 la situación era tan excepcional que nadie pensaba en ello. Hacer un desfile cuando estaban a tiro los puentes sobre el canal de Moscú - Volga, las plantas industriales minadas, por ejemplo, la "Octubre Rojo" y "TMZ", era impensable. Stalin tuvo que repetir la pregunta tres veces, con voz ya enojada. Sólo entonces todos empezaron a hablar a la vez y respondieron: "¡Sí, por supuesto, levantará el ánimo de las tropas y de las de vanguardia!"

Nota de Zhukov



Una cosa es tomar una decisión, y otra llevarla a cabo en una situación mortal. Podría perturbar el evento la aviación nazi en un ataque aéreo, y esa era entonces la realidad cotidiana. Por otra parte, iba a estar en la tribuna del gobierno, un blanco codiciado y fácil para el enemigo. Por lo tanto, el desfile debía llevarse a cabo en la oscuridad. Stalin, en este contexto, no había concebido ninguna estratagema. Propuesto el desfile con 10 horas, y en el último minuto pospuesto a 8, cuando la capital aún estaba a oscuras. Sin embargo, esto era tan inesperado, que el enemigo quedó desconcertado.

Otra grave amenaza podría cernirse si un poderoso ataque fascista tuviera lugar en los días de la fiesta.

- Stalin analizó dos veces el asunto con Zhukov , dijo el director del Instituto de Historia Militar Coronel Ivan Basik.  A finales de octubre, le llamó y llegando del frente, le dijo: "Queremos celebrar en Moscú una sesión solemne con motivo del aniversario de la Revolución de Octubre y el desfile. ¿Crees que la situación en el frente lo hará posible? Zhukov informó: "En los próximos días, el enemigo no iniciará una gran ofensiva. Sufrió pérdidas significativas y tuvieron que reponerse y reagrupar sus tropas. Contra aviones habrá que pensar, pues operarán con seguridad, será necesario fortalecer la defensa e incrementar la fuerza de caza de Moscú desde los frentes vecinos".

Cuando regresó al puesto de mando, Zhukov evaluó otra vez la capacidad del enemigo para atacar. Unos exploradores habían capturado una "lengua". (enemigo para hacerle hablar. Nota Tr.) Era un oficial nazi, vestido con el uniforme completo, con munición convencional. Estas cuestiones revelaron que los alemanes habían traído solamente de ropa para tiempo cálido, tenían frío, estaban desmoralizados, los comandantes les habían ordenaron ponerse uniformes de gala, enviándolos desde la retaguardia para un desfile en la Plaza Roja.

Embutido en primera línea, debido a la situación, no podía abandonar su puesto a la vanguardia, por lo que envió a Stalin una nota escrita en una hoja de papel normal a la sede en tinta indeleble: "Los alemanes están desmoralizados. Su avance en un futuro próximo es imposible. Zhukov ".

Sólo después de este escrito, Stalin tomó la decisión final sobre el desfile.

"Todo el mundo nos está mirando"

El 6 de noviembre en la estación de metro "Mayakovskaya" hubo una sesión solemne del Consejo Municipal, en el aniversario de la Revolución de Octubre. Zhukov estaba presente, pero encima del mausoleo durante un desfile no fue así. Él estaba en el puesto de mando en la preparación de tomar inmediatamente todas las medidas necesarias, si los alemanes trataran de romper el frente contra el Kremlin. Después de la preparación, como se suele decirse, a la carrera así se dirigió a todo el mundo. Porque los nazis podrían con un grupo de tanques realizar un golpe rápido para abrirse paso hacia el centro de Moscú.

En el desfile, Stalin pronunció un discurso en el que instó a la población no sólo a sobrevivir, sino defender Moscú, y bajo cero, el pueblo soviético comprendió que estaban ante una gran tarea: "¡Todo el mundo nos está mirando. Han caído esclavizados los pueblos de Europa bajo el yugo de los invasores alemanes, somos libertadores. Nuestra gran misión de liberación se ha reducido a nuestro espacio. Seremos dignos de esta misión!". Estas palabras, de extraordinaria fe en el pueblo, en su invencibilidad, en su salvadora misión especial, eran lanzados no sólo para cada familia, sino a toda la civilización.


Directamente el mando del desfile recayó del comandante del distrito militar de Moscú, el general Pavel Artemyev, al Mariscal de la Unión Soviética, Semión Budyonny. La Ceremonial Marcha se abrió con el paso de las escuelas de cadetes que llevaba el nombre del Responsable del Consejo Superior de la Defensa, ellos precedieron a las divisiones 322 y de Ivanovo, dos de las divisiones de Moscú, después de la división Dzerzhinsky, un regimiento de la brigada de Designación Especial. Y luego todo fue más o menos de la forma habitual: caballería, artillería y tanques.

En el desfile por primera vez desde 1917, se hizo un llamamiento al patriotismo ruso, al corazón de Rusia: "¡Sí nos permiten, eclipsaremos las hazañas inmortales de Alexandr Nevsky y Dmitri Donskoi, Minin y Pozharsky, Suvorov y Kutuzov!".

Dos notas dobles: Tanques y sonido


Con el paso de los tanques comenzó a cubrirse las dos horas, del desfile normal. Dos carros de "Treinta y Cuatro", que cerraban la columna de tanques, pasando por el mausoleo, de repente se dieron la vuelta y se dirigieron a toda velocidad en la dirección opuesta. Stalin le preguntó al jefe de seguridad: ¿qué ocurre?

Después de una investigación, se descubrió que los tanques llegaron en estado de alerta directamente desde el frente. Durante la sesión informativa apresurada a la tripulación se les explicó que en el desfile podría suceder un avance del enemigo, teniendo que estar preparados para participar inmediatamente. La retaguardia de una columna estaba compuesta de tanques tres "Treinta". Pero la pavimentación de la entrada a la Plaza Roja estaba tan cubierta de nieve que las pistas dejadas hacían que patinasen las orugas en aumento. Un tanque se atascó y pasó por la radio: "Tengo un problema, apuntó, me quedo aparte" Pensando que era un SOS, los otros dos tanques de nuevo retrocedieron hacia él para ayudarle.

Otro suceso está conectado con la prensa. Se olvidó de avisar a los operadores de radio que se iba a posponer el inicio del desfile por el tiempo. Bueno, que de acuerdo a las instrucciones a sus asistentes debían llegar dos horas antes del evento para preparar el equipo. Los asistentes comenzaron a emitir sin tener que establecer una grabación de sonido. Cuando a las 10 por la mañana los operadores comenzaron, el espacio del Mausoleo estaba vacío. Después de un tiempo, se les acercó el general de las Fuerzas de Interior (NKVD), general Kuzmichev, y les dijo: "El gobierno sabe que no es su culpa, pero el discurso del camarada Stalin no podrá registrarse a tiempo, sabemos que a causa de que no le han advertido de los cambios del tiempo en el desfile. Pero tenemos que corregir el error ".

Se excluyó una alocución sobre el mausoleo, luego dirigidos por Leonid Varlamov, los operadores Mark Troyanovskiy e Iván Belyakov propusieron construir en el Gran Palacio del Kremlin, un sitial de madera simulada junto al Mausoleo, pintarlo para que pareciese de mármol, con el fin de que Stalin durante el discurso no se le saliese vapor de la boca, y el Mausoleo abriese todas las ventanas. Sin embargo, como no dejaba de ser un lugar fresco durante la jornada, la pareja de operadores no concluyeron a realizar la propuesta, y el público, y los operadores de cine estadounidenses se dieron cuenta de este detalle.


El rodaje del desfile y el discurso de Stalin quedaron registrados en un documental filmado por Leonid Varlamov e Ilya Kopalin: "La derrota de las tropas nazis cerca de Moscú", que recibió el "Oscar" en 1942, pero lo más importante, fue su impronta para elevar el alto espíritu de resistencia y la capacidad por galvanizar a obtener la victoria hacia el pueblo soviético.

Procesión Religiosa

Fue un gran desfile y hubo otro otra, pues no todo el mundo sabía cual era el lado espiritual. En la víspera, los jerarcas de la Iglesia Ortodoxa Rusa solicitaron a Stalin que pudiesen llevar a cabo una procesión con el icono de Kazan de la Madre de Dios, que había salvado a Rusia de los invasores extranjeros. Y el líder del Consejo, no se opuso por principio, a pesar de que el régimen soviético era ateo.

En la Catedral de la Epifanía de la capital sitiada cantaron una oración, después de la cual se llevó a cabo la procesión con la eliminación del icono de Kazan. En el mismo momento en la Plaza Roja, Stalin pronunció un discurso a los participantes del desfile, los fieles se volvieron al Patriarca Metropolitano Sergio y escucharon del lider soviético estas palabras relevantes:

"No es la primera vez que rechazamos una invasión hacia Rusia de personas extrañas, como está pasando. No es la primera vez que recibimos el bautismo de fuego y buscamos la salvación de nuestra tierra natal. El enemigo es fuerte. ¡Por el gran Dios de la tierra rusa!, (Así exclamó la mujer en el campo de la Kulikovo, cuando vio destrozado el enemigo por el ejército ruso). El Señor tendrá que repetir este grito contra el enemigo, en nuestro presente".

"¡Quisieron bombardear a toda costa!"



Sobre el desfile de cuarenta y uno tuve la oportunidad de hablar con nuestro excelente oficial de inteligencia militar y escritor, Héroe de la Unión Soviética Vladimir Karpov. He aquí su comentario:

- A nivel nacional, el desfile fue una sorpresa, fue un increíblemente feliz acontecimiento. Fue un desfile, aunque tradicional, pero inusual, providencialmente. Un desfile de desprecio por el enemigo, un desfile que tuvo lugar en la madrugada de la todavía lejana, pero premonitoria Victoria. Levantó un nivel de conciencia, sin precedentes, en nuestro pueblo. Pero al mismo tiempo, infligió la primera derrota del espíritu moral militante fascista. Para los nazis, el desfile fue un rayo caído del cielo. Su Inteligencia parpadeó sorprendida.

La emisión de radio desde la Plaza Roja de Moscú, fue retransmitida a todo el mundo en el momento del desfile recien comenzada. Y era, por supuesto, escuchada en Berlín, y en la "Guarida del lobo", el Cuartel General del Führer. Más tarde, otros recuerdan que nadie se atrevió a informar a Hitler de lo que estaba sucediendo en Moscú. Accidentalmente por un receptor, oyó la música y un sólido ritmo de la marcha de las botas de los soldados. Cuando el equipo, sonó oyendo hablar en ruso, el Führer sabía lo que era.

Corrió al teléfono y dijo que le conectaran con la sede del Grupo de Ejércitos "Centro", con imprecaciones, preguntó al comandante por el bombardero del frente, exhortándole: "¡Le doy una hora para la redención de su falta. Debe bombardear el desfile a toda costa!". A pesar de la tormenta de nieve, los terroristas tomaron el aire. Pero a Moscú no llegó ninguna. Veinticinco de ellos fueron derribados en los accesos lejanos, los demás se volvieron atrás.

Moscú había estado fuera del alcance del enemigo. Habría más avances y bombardeos de la aviación, y todavía bombardeo de artillería de largo alcance. Pero en la primavera de la guerra, tras el desfile legendario, comenzó a girar la marcha en la dirección opuesta.


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